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Intelectuales ¡legítimos!

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  • Intelectuales ¡legítimos!

    Intelectuales “legítimos”
    Héctor de Mauleón
    29 de marzo de 2008

    Al presentar en el Zócalo los comandos, columnas y brigadas del “ejército blanco” que bloqueará calles y carreteras a fin de impedir que la reforma energética sea discutida en el Congreso, Andrés Manuel López Obrador anunció la creación de un comité en defensa del petróleo, del que forman parte varios imprescindibles de las letras mexicanas: José Emilio Pacheco, Sergio Pitol, Carlos Monsiváis, Margo Glantz, Fernando del Paso, Elena Poniatowska, y otros personajes “que además de ser grandes escritores son buenos ciudadanos mexicanos”.

    Leí la noticia, e imaginé durante un segundo a José Emilio Pacheco abandonando la traducción de La tierra baldía, en la que es fama que trabaja desde hace años, para planear la toma de la carretera México-Cuernavaca (mientras Margo Glantz avanzaba por Congreso de la Unión, al frente de la brigada femenil Lázaro Cárdenas del Río). La idea no me hizo ninguna gracia.

    ¿La franja más destacada de la inteligencia mexicana entregó su nombre a López Obrador para que éste lo enarbole como estandarte en la toma de calles y carreteras? ¿Avalaron estos escritores notables la creación de brigadas, columnas y comandos destinados a evitar que el Congreso legisle? ¿Están de acuerdo con la idea de que un poder elegido democráticamente, y representado por las principales fuerzas políticas (nadie ha tachado de fraudulenta la elección de diputados y senadores verificada en 2006), quede incapacitado para discutir qué es lo mejor y lo peor para el país?

    Hasta el momento, no existen respuestas. Pero López Obrador se metió esos nombres en la bolsa, mientras la plaza pública berreaba de gusto.


    Al día siguiente, un trascendido publicado por Milenio reveló que José Emilio Pacheco ignoraba cuáles iban ser sus funciones dentro del comité y se hallaba preocupado de que fueran a asociarlo con cercos al Congreso o toma de carreteras. Ese mismo día, otro de los intelectuales convocados, el historiador Lorenzo Meyer, declaró que nadie le había dicho “exactamente para qué se nos convocó”.


    Pero por lo pronto, todos habían dado su nombre, como si se tratara de firmar uno de esos desplegados cuyo contenido ya nadie lee: basta con que apoyen una buena causa.

    Elena Poniatowska afirmó más tarde que la tarea del grupo iba a consistir en “vigilar la protección del petróleo y proteger los intereses de México siguiendo la política del general Lázaro Cárdenas”. En lo particular, su declaración me dejó en las mismas.

    No sólo porque la política de Lázaro Cárdenas fue la primera en abrir Pemex a la inversión privada (y hasta el momento no existe nadie que lo acuse de hacernos perder la soberanía), sino porque Poniatowska no explica cómo piensan los intelectuales proteger los intereses de México. Desde luego, quisiera pensar, manifestando su rechazo a la privatización de Pemex, “con el nombre que se le quiera dar”, porque la consideran un crimen, o un despojo, o un error, o “el nombre que se le quiera dar”. Pero no entregando un cheque en blanco a un personaje que chantajea y amenaza con desatar la violencia en cuanto las fuerzas políticas se sienten a debatir; es decir, no secundando la cancelación del debate democrático.

    Deseo sinceramente que no. Espero que la franja que más admiro de esos intelectuales, aquellos con los que lectores y escritores tenemos una deuda impagable, no hayan entregado ese cheque que los cancelaría como intelectuales, para convertirlos en soldados y militantes.

    El problema es que López Obrador los tiene en el mismo bolsillo donde guarda sus comandos, sus columnas, sus brigadas, y esas grandes palabras que luego le cuesta tanto trabajo explicar. Salvo Margo Glantz, quien aseguró que no apoyará los cercos ni la toma de vías públicas, ninguno, hasta el momento, ha hecho un deslinde, un matiz, una toma de distancia.

    Vayamos, si eso es lo mejor, contra la privatización de Pemex, pero también contra la privatización del diálogo y la discusión en favor de un nacionalismo autoritario que habla, supuestamente, a nombre del pueblo.


    hdemauleon@eluniversal.com.mx Escritor y periodista

    Nota del Universal

    Estamos aviados con semejantes "intelectuales" quienes sin ningún asomo de dignidad, se han convertido en peleles del peje.
    La inteligencia no se mide por el IQ, sino por la capacidad que se tiene para entender a los demás.

  • #2
    Re: Intelectuales ¡legítimos!

    ¡Puros y espurios puñetawskis!

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