Cuando iba en la Universidad (Anahuac) estudiando entre los hijos de Diputados, Senadores, Gobernadores, Procuradores y Empresarios, el no traer dinero suficiente en la cartera para comprar el último Ferrari era pecado mortal. Cualquier insinuación en ese sentido era suficiente para quedar excluído del grupo de amiguitos para siempre entre grandes burlas y risotadas locas. Los coches jodidos eran, por supuesto los de los pobresores a excepción de Ponce Rojas, Marco Tulio Ruiz, Aguilar Zincer o alguno de esos, que estacionaban sus Porsches junto a los de los pirrurris y señoritingos.
La verdad es que ya en cortito, era muy común no traer lana. Los hijos de ratero profesional derrochaban billuco a lo vil, pero la perrada aunque hocicona, era común que ya en confianza, confianza, confianza, se te acercara y te pidiera $50.00 pesos. Claro que los choros que iban acompañados de la súplica eran maravillosos por dos razones: 1. Los gueyes de la Anahuac no son buenos para el chorizo y, 2. Tenían que dejar a salvo su reputación.
Entones, pos ya saben. -Oye, me prestas 50 pesos por favor, es que sólo traigo dólares y aquí en la cafetería no aceptan dólares.
jajaja. Eso era una mamada porque en la Kafe de la Anahuac, por supuesto que aceptan dólares.
O que tal el típico: -Oye goey, préstame 50 pesos porque dejé mi cartera en la nave me da goeva ir por ella porque llegué tardezón y lo tuve que dejar en el 8vo piso del estacionamiento.
Nunca fallaba el: -Goey, me prestas 50 pesos porque antes de llegar a la escuela le acabo de prestar 20 mil pesos al papá de un cuate que se quedó sin chamba el pobre.
jajajaja....
Decir que no traías lana para prestar era peor de ofensivo y deshonroso que pedir, así que o aflojabas tus últimos 50 varos que te quedaban pa toda la semana o también inventabas un chorito:
-No goey. Es que no traigo cash porque tengo todo invertido en petrobonos, o
-¿Que crees goey? Me clonaron mi Amex y hasta que no arregle ese pedo, ando sin lana goey.
Pos así las cosas. Los tiempos esos pasaron hace mucho y ahora, a cada hocicón de la Anahuac que me encuentro en la calle me cuenta que acaba de firmar un contrato por un millón de varos, aunque cuando los despides ves que andan (algunos) en el Century 95 que llevaban a la escuela y dicen otro de sus choros antes de que les preguntes nada: -Es que mi Meche ta en el service y tuve que traer esta chingadera goey...
Lo que me dice que la economía del país esta deveras jodida, es que ayer mismo, así, como hace 15 años, me pidieron 50 varos. El choro no fue tan elaborado, pero la necesidad era igual. Era esa desesperada necesidad de tener hambre y no tener con que comprarte un hot dog, unas papas y un refresco.
La verdad es que ya en cortito, era muy común no traer lana. Los hijos de ratero profesional derrochaban billuco a lo vil, pero la perrada aunque hocicona, era común que ya en confianza, confianza, confianza, se te acercara y te pidiera $50.00 pesos. Claro que los choros que iban acompañados de la súplica eran maravillosos por dos razones: 1. Los gueyes de la Anahuac no son buenos para el chorizo y, 2. Tenían que dejar a salvo su reputación.
Entones, pos ya saben. -Oye, me prestas 50 pesos por favor, es que sólo traigo dólares y aquí en la cafetería no aceptan dólares.
jajaja. Eso era una mamada porque en la Kafe de la Anahuac, por supuesto que aceptan dólares.
O que tal el típico: -Oye goey, préstame 50 pesos porque dejé mi cartera en la nave me da goeva ir por ella porque llegué tardezón y lo tuve que dejar en el 8vo piso del estacionamiento.
Nunca fallaba el: -Goey, me prestas 50 pesos porque antes de llegar a la escuela le acabo de prestar 20 mil pesos al papá de un cuate que se quedó sin chamba el pobre.
jajajaja....
Decir que no traías lana para prestar era peor de ofensivo y deshonroso que pedir, así que o aflojabas tus últimos 50 varos que te quedaban pa toda la semana o también inventabas un chorito:
-No goey. Es que no traigo cash porque tengo todo invertido en petrobonos, o
-¿Que crees goey? Me clonaron mi Amex y hasta que no arregle ese pedo, ando sin lana goey.
Pos así las cosas. Los tiempos esos pasaron hace mucho y ahora, a cada hocicón de la Anahuac que me encuentro en la calle me cuenta que acaba de firmar un contrato por un millón de varos, aunque cuando los despides ves que andan (algunos) en el Century 95 que llevaban a la escuela y dicen otro de sus choros antes de que les preguntes nada: -Es que mi Meche ta en el service y tuve que traer esta chingadera goey...
Lo que me dice que la economía del país esta deveras jodida, es que ayer mismo, así, como hace 15 años, me pidieron 50 varos. El choro no fue tan elaborado, pero la necesidad era igual. Era esa desesperada necesidad de tener hambre y no tener con que comprarte un hot dog, unas papas y un refresco.
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