¿no se cansarán estos imbeciles de repetir lo mismo?
Objeciones de la memoria
Martí Batres Guadarrama
07 de marzo de 2008
Para eso quieren la privatización del petróleo
No era un asunto de pasión personal por el poder. No era nada más aferrarse al confort de Los Pinos. Hicieron todo lo necesario, aún pasando por encima de la ley, para mantenerse en el gobierno federal porque el tamaño de los intereses es descomunal.
Por eso no les importó impedir el recuento exigido por 15 millones de mexicanos: “Voto por voto, casilla por casilla”. Tampoco les preocupó demasiado quedar manchados de por vida con el estigma del fraude electoral. Tenían que llegar a toda costa para mantener los grandes negocios.
La reciente denuncia hecha por Andrés Manuel López Obrador en contra de Juan Camilo Mouriño no pudo ser ocultada ni siquiera con la gigantesca cortina de humo que se tendió durante varios días en algunos programas de radio, en parte de la prensa escrita y en la televisión. Al final la verdad se impuso. Salieron a flote los negocios en que Mouriño participó, no en el marco de la libre empresa sino amparado en las posiciones de poder que le han conferido y en las cuales ha participado. Así son los panistas.
No hay que echarle toda la viga a Mouriño. Así es Diego Fernández de Cevallos. Así es Vicente Fox, su esposa Marta y los hijos de ésta que modificaron su situación económica de la noche a la mañana. Así es Antonio Lozano Gracia. Así es Javier Usabiaga, El Rey del Ajo. Así es Federico Doring y algunos miembros de la familia Gómez Mont.
Todos ellos piensan que el funcionario público tiene derecho a hacer negocios bajo el amparo del poder público.
Ese es el problema de fondo. Por eso no han podido ni podrán nunca gobernar para todos.
Y cabe decir: para eso quieren la privatización de Petróleos Mexicanos, para seguir haciendo buenos negocios,(el pinche burro hablando de orejas) para ensanchar sus fortunas personales y las de sus familiares.
Eso es lo que tenemos que cambiar. Lo que México necesita es que los servidores públicos se dediquen sólo al servicio público. El que quiera ser empresario que se dedique a la empresa pero fuera del poder público y sin el apoyo de éste.
En el fondo es un problema de concepción. El servidor público debe servir al Estado, no al negocio. El servidor público debe ver por el interés general. Para que a todos nos quede claro: no se puede ser funcionario y empresario al mismo tiempo.
- A A A +
Objeciones de la memoria
Martí Batres Guadarrama
07 de marzo de 2008
Para eso quieren la privatización del petróleo
No era un asunto de pasión personal por el poder. No era nada más aferrarse al confort de Los Pinos. Hicieron todo lo necesario, aún pasando por encima de la ley, para mantenerse en el gobierno federal porque el tamaño de los intereses es descomunal.
Por eso no les importó impedir el recuento exigido por 15 millones de mexicanos: “Voto por voto, casilla por casilla”. Tampoco les preocupó demasiado quedar manchados de por vida con el estigma del fraude electoral. Tenían que llegar a toda costa para mantener los grandes negocios.
La reciente denuncia hecha por Andrés Manuel López Obrador en contra de Juan Camilo Mouriño no pudo ser ocultada ni siquiera con la gigantesca cortina de humo que se tendió durante varios días en algunos programas de radio, en parte de la prensa escrita y en la televisión. Al final la verdad se impuso. Salieron a flote los negocios en que Mouriño participó, no en el marco de la libre empresa sino amparado en las posiciones de poder que le han conferido y en las cuales ha participado. Así son los panistas.
No hay que echarle toda la viga a Mouriño. Así es Diego Fernández de Cevallos. Así es Vicente Fox, su esposa Marta y los hijos de ésta que modificaron su situación económica de la noche a la mañana. Así es Antonio Lozano Gracia. Así es Javier Usabiaga, El Rey del Ajo. Así es Federico Doring y algunos miembros de la familia Gómez Mont.
Todos ellos piensan que el funcionario público tiene derecho a hacer negocios bajo el amparo del poder público.
Ese es el problema de fondo. Por eso no han podido ni podrán nunca gobernar para todos.
Y cabe decir: para eso quieren la privatización de Petróleos Mexicanos, para seguir haciendo buenos negocios,(el pinche burro hablando de orejas) para ensanchar sus fortunas personales y las de sus familiares.
Eso es lo que tenemos que cambiar. Lo que México necesita es que los servidores públicos se dediquen sólo al servicio público. El que quiera ser empresario que se dedique a la empresa pero fuera del poder público y sin el apoyo de éste.
En el fondo es un problema de concepción. El servidor público debe servir al Estado, no al negocio. El servidor público debe ver por el interés general. Para que a todos nos quede claro: no se puede ser funcionario y empresario al mismo tiempo.
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