La siguiente es una explicación lógica y sana:
Los Salvadoreños estaban acomplejados desde hace varios años por la magnificencia del futbol Mexicano; su autoestima se encontraba ya peligrosamente en el subsuelo; la sola fotografía de los tricolores gigantes de la CONCACAF, los hacía temblar como jaletinas.
Entonces, los muchachos Mexicanos, fieles a esa antigua tradición, tan nuestra, que nos hace únicos en el mundo: la defensa hasta el parixismo de las causas perdidas y los débiles; les dieron chance de ganar, pero solo por esta vez.
Los Salvadoreños estaban acomplejados desde hace varios años por la magnificencia del futbol Mexicano; su autoestima se encontraba ya peligrosamente en el subsuelo; la sola fotografía de los tricolores gigantes de la CONCACAF, los hacía temblar como jaletinas.
Entonces, los muchachos Mexicanos, fieles a esa antigua tradición, tan nuestra, que nos hace únicos en el mundo: la defensa hasta el parixismo de las causas perdidas y los débiles; les dieron chance de ganar, pero solo por esta vez.
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