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La hechura de una fina fotografía

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  • La hechura de una fina fotografía

    La hechura de una fina fotografía


    RALPH WEISS realizó este acercamiento de los hongos ostión, ricos en deltalles sensuales mediante la manipulación de las características visuales que son inherentes en las cocosas que observamos. Las graciosas formas, redondeadas y suaves, la esponjosa textura , creciendo en la desgarrada corteza de un árbol cortado; todo se combina para fortalecer la apreciación de observador de un escena en miniatura en el suelo boscoso del Inwood Hill Park de la Ciudad de Nueva York.

    ¿Qué es lo que ve la cámara?

    Ansel Adams: “Frecuentemente pensaba que si la fotografía fuera difícil en el sentido verdadero del término; significando que la creación de una simple, fotografía conllevaría tanto tiempo y esfuerzo como la producción de una acuarela o un grabado, allí habría una vasta mejora en el resultado final. La verdadera facilidad con la que podemos nosotros producir una imagen superficial, conduce a menudo a un desastre creativo. Debemos retener que una fotografía puede solamente retener tanto como lo que hayamos puesto en ella, y nadie jamás se ha aproximado a las posibilidades totales del medio”


    Escenario 1
    Un empresario del otro lado del Atlántico, camina a través de la ciudad con una cámara en la mano. Su agenda del día se ha terminado. En lugar de quedarse sentado en el cuarto de su hotel leyendo algo, ha decidido dedicarle el resto de la tarde a su nuevo pasatiempo: la fotografía En una brillante tarde, la ciudad está más fotogénica que lo que él habría esperado. El rayo del sol se refleja en los autos y en los edificios, y una gentil brisa hace ondear tanto banderas como abrigos.

    Al caminar por el corazón del distrito financiero de la ciudad, mantiene sus ojos alertas buscando prometedores sujetos. Muchas vistas lo atrapan; un amontonamiento de señales de tránsito montadas en un sólo poste; un vendedor de periódicos con ojillos cínicos y pequeños; Una camioneta enorme transportando sillas y escritorios; Un helicóptero sobrevolando por el techo de uno de los edificios; pero cada uno de estos sujetos parecen muy limitados.

    Su atención la atrapa un enorme edificio nuevo de oficinas. Destellante y tieso, se ve más como una máquina que como un lugar donde los humanos ocupan sus días. En la planta baja, un conjunto de arcos vacíos, bordeados a un lado por columnas de mármol negro, y por el otro por un vestíbulo con paredes de cristal. El edificio le atrae enormemente, pero ¿cómo deberá retratarlo? Podría apuntar su cámara hacia arriba, o hacia abajo, en el conjunto de arcos vacíos. Cualquiera de estos dos métodos expresaría la gigantesca escala del edificio, pero él está en la búsqueda de algo más original y significativo.

    Repentinamente espía un posible solución. Dentro del vestíbulo amurallado por cristales, están unas macetas pequeñas con árboles diminutos. Varias personas están sentadas en la banca cercana, pero los árboles son los que le llaman la atención. Rodeados por la severa fortaleza rectilínea del edificio, parecen demasiado frágiles. Hay algo conmovedor y un poco ridículo. El se pregunta ¿porqué los arquitectos construyen fríos edificios de vidrio, acero y concreto, y entonces se sienten obligados a importar un poco de la naturaleza dentro de su esplendoroso mundo tecnológico? Sospecha que estos árboles colocados en macetas le van a ayudar a hacer una imagen extraordinaria.

    Su primer impulso es ir dentro del vestíbulo y tomar una fotografía. Desde allí. Entonces decide que los árboles deben verse mucho más interesantes si se ven por fuera de las paredes de vidrio. Un punto exterior de ventaja le daría una indicación clara del escenario que es crucial para el punto que intenta obtener. Una imagen que describa el edifico así como los árboles comunicará la ironía de los organismos de exteriores sobreviviendo en un ambiente de aire acondicionado herméticamente sellado en donde el día y la noche llegan con el movimiento de un interruptor.

    Habiendo decidido tomarlos de afuera hacia adentro, debe ahora él enfrentarse con el problema de los reflejos en las paredes de cristal del vestíbulo. Estos reflejos captados por su cámara, obscurecerán probablemente la vista de los árboles del otro lado del vidrio; Podrían eliminarse con un filtro polarizador, peor que no tiene; Justo cunado empieza a decepcionarse, se le presenta la respuesta. Todo lo que tiene que hacer, es asegurarse que el cristal refleje un objeto oscuro y sin forma. Esa clase de reflejo será virtualmente invisible, y la cámara será capaz de escudriñar los árboles a través del vidrio. Afortunadamente tal fondo oscuro está rápidamente disponible para él. Podría estar en una posición donde las paredes de cristal reflejarán una de las enormes columnas de mármol blanco.

    Cuando él se detiene entre una columna y el vidrio y eleva el visor de la cámara hacia su ojo, ve que al imagen incluirá una vista de los arcos. Al acercarse, le da una sensación del tamaño del edificio. Él se da cuenta que desde ese ángulo no se impiden todos los reflejos provocados por el otro lado de la calle. El visor le muestra que el reflejo de un edificio de oficinas aparecerá en la porción derecha de la imagen. Pero él piensa que mientras más reflejos mejor, siempre y cuando los árboles sean todavía visibles. Las imágenes añadidas harán más interesante la fotografía. Satisfecho, ajusta el enfoque y la exposición, y toma la foto, con la certeza de que será una de las mejores fotografías que haya tomado.

    Cuando él ve la fotografía impresa, no puede más que decepcionarse. El resultado no es para nada lo que él tenía en mente. La imagen parece confusa y sin sentido alguno. Por una sola cosa: los árboles, el objeto primordial de su atención, apenas si se ven a través del cristal; Dentro del vestíbulo sombreado, prácticamente no cuentan con el efecto dramático que se les pretendía dar; están situados al fondo de la escena, por la serie de arcos más iluminados y por los reflejos producidos en el exterior; y estos reflejos son confusos. Los autos y camiones de los que no se percató al mirar por el ocular, parecen estar conduciéndose dentro del vestíbulo. Hay además un reflejo de otro árbol- en el exterior- que destruye la ironía acerca de importar a la naturaleza dentro del enajenante mundo de un moderno edificio. Este árbol en exteriores está sin hojas, fijando dudas sobre la época del año y las necesidades de crecimiento.

    La lista de defectos de la imagen es interminable. Se pregunta él mismo porque apretó el obturador en el momento en que la mujer del vestíbulo giró su cabeza hacia el otro lado . Se pegunta porqué no se dio cuenta del reflejo del otro edificio a la derecha de la fotografía, o porque no descubrió el reflejo de un extraño saco descansando al pie d e la columna de mármol. ¿Cómo pudo él haber escogido un formato horizontal para la imagen, en lugar de uno vertical, más apropiado para la verticalidad del rascacielos? El fracaso de esta imagen es tan obvia , que en lugar de hacerle honor en su colección, va al bote de la basura.



    El novato que tomó esta fotografía esperaba sugerir la ironía de decorar el vestíbulo de vidrio de un rascacielos, con árboles en macetas, pero terminó con un confuso arreglo de elementos visuales imposibles de interpretar.


    (Continuará).....

  • #2
    Re: La hechura de una fina fotografía

    Escenario 2 Por la tarde ya muy tarde, un segundo fotógrafo pasa por allí. Ël también observa los árboles del corredor del vestíbulo ( El que nace pa’ tamal, hasta del cielo le caen las hojas…) y está intrigado por muchas de las mismas razones del primer fotógrafo. Para ese momento, el sol ya está muy por debajo del cielo, y un haz de luz recorre el vestíbulo, encendiendo como fuego a las hojas. Sin embargo, las copas de los árboles quedan todavía en penumbra. Él decide posponer la toma de la imagen hasta que el sol haya descendido unos cuantos grados más, iluminando completamente a los árboles. El no quiere desperdiciar tomas en las que bien sabe quedará insatisfecho y asi que continúa con su caminata.

    Media hora más tarde, descubre que la iluminación es justamente la correcta. El haz de los rayos solares es un reflector puntual penetrando el oscurecimiento del vestíbulo., y resaltando los árboles. Ahora una mujer está sentada cerca de ellos, como si su viveza verde estuviera ofreciéndole comodidad en este frío y moderno rascacielos.

    Antes de que siquiera empezara a considerar como debería componer la imagen, el intenta aclarar sus sensaciones sobre la escena. Como el primer fotógrafo, le impacta la incongruencia de la naturaleza encerrada en un edificio de oficinas de acero y cristales. Se le ocurre que el conflicto no es tan sólo entre este edifico y los árboles, sino entre la moderna arquitectura urbana y cualquier árbol. Hay alguna oposición esencial que debe comunicarse aquí; algo que trasciende los ingredientes específicos de esta escena y que hace una amplia declaración sobre las ciudades y la naturaleza. (Ya decía yo que Emil Michel Ciorán tenía razón: Árboles asesinados. Surgen Casas. Hocicos, hocicos por todas partes. El hombre se extiende. El hombre es el cáncer de la tierra.)

    ¿Cómo puede él comunicar su sensación de este trascendente significado?
    Al pararse en el mismo lugar que el primer fotógrafo, él considera cada elemento que pudiera aparecer en la imagen. Sabe que él tendrá que permanecer en esta posición entre el cristal y la negra columna de mármol, , de modo que el reflejo de la columna le permita a la cámara ver a los árboles más allá del cristal. Esta necesaria ubicación le disminuye sus opciones. Pero todavía hay una cifra de ingredientes pictóricos por manejar; el reflejo de los automóviles, un árbol sin hojas y el edificio de oficinas del otro lado de la acera; la vista larga de los arcos ; el reflejo de la columna y la misma pared de cristal.

    ¿Deberá incluir todos esos elementos, o recortar algunos? La serie de arcos transmite una vista de arquitectura ultramoderna. , pero parece errónea para su propósito. Aleja la vista de los árboles, que son los caracteres centrales de la imagen que quiere realizar. ¿Pero si no muestra los arcos, cómo puede él representar el saborcito de la arquitectura urbana? La respuesta viene de inmediato; el reflejo del edificio al otro lado de la acera comunicará la visión del panorama citadino que no requiere para nada de los arcos. Al eliminarlos, sale ganando, puesto que ahora la ubicación específica de los árboles se oscurece. Podrían estar en cualquier parte; una valiosa ambigüedad debido a que ensancha el significado de su imagen.

    Al evaluar las demás reflexiones, decide que el árbol sin hojas en el exterior deberá también ser eliminado; Le impacta por lo confuso e inapropiado. Él está concentrado en el conflicto entre las vivientes plantas y los inanimados edificios. El empuje de su tema estaría embotado por un árbol sin hojas que sugeriría la muerte de la planta.. Decide saltarse entonces los arcos y el árbol.

    Los carros reflejados, por otro lado, son pertinentes a su afirmación sobre la naturaleza en contra de las cosas hechas por el hombre, y él decide incluirlas en la imagen. Finalmente esta el reflejo de la propia columna negra. Sería posible revelar la columna por lo que es, al apuntar la cámara ligeramente hacia abajo para mostrar la base reflejada en el vidrio. Pero identificar la columna no le serviría para propósito alguno, y decide no incluirla. Sin embargo, aún cuando puede esconder la realidad de la columna, no puede eliminar su reflejo, puesto que su oscuro reflejo permite que sean visibles los árboles detrás del cristal. Entonces se percata del parecido del borde vertical de la columna con la forma del edificio en la acera de enfrente. Meditando sobre su similitud en forma, una audaz idea le viene a la mente; si el interior del vestíbulo, ( exceptuando los árboles y la mujer) está en negro en la imagen, el recto borde del reflejo de la columna bien puede producir la ilusión de un enorme rascacielos apareciendo hacia arriba detrás de los árboles interiores. Para dar esta ilusión, tendrá que colocarse muy cerca del cristal, excluyendo tanto la base reflejada de la columna como el techo de los arcos; sólo si faltan estas pista visuales, el observador no podrá diferenciar aquella forma oscura de bordes rectos, de un rascacielos.

    Ahora se da cuenta de que todo en la escena, excepto los árboles y la mujer, se rinde en tonos oscuros; el observador no tiene manera de saber que los reflejos son los que le proporcionan los elementos cruciales de la imagen La pared de cristal del vestíbulo desaparecerá. Y esto le viene como anillo al dedo, debido a que él quiere a los árboles y la ciudad en oposición directa, con nada entre ellos.

    Se adelanta hacia el cristal, y mira a través del ocular para ver cómo funciona su esquema. Para nada con un formato horizontal, Los fuertes elementos verticales demandan un encuadre también vertical. Para la imagen, de modo que gira su cámara en ese sentido. Trata de centrar a los árboles en la imagen, pero esta disposición parece que le echa a perder la ilusión de un enorme rascacielos asomándose por detrás de los árboles. Decide entonces colocar a los árboles al fondo del encuadre. Este cambio en el ángulo de la cámara rinde un dividendo adicional; permite que se vea la parte superior del edificio de enfrente, , de modo que la atención de observador se mantendrá dentro de la imagen.

    La exposición correcta es la que hará o no que esta sea una buena imagen, así que planea hacer una serie de exposiciones distintas con diferentes aberturas de diafragma para asegurarse que obtendrá el tono de rangos deseado por él. Los árboles y la mujer deben estar muy claros, en este mundo urbano frío, estuvieran tocados por el fuego de la vida. Todo lo demás debe quedar oscuro e imposible de ubicar. Se da cuenta que su activo más importantes la brillante luz solar sobre los árboles. Ellos quedarán visibles aun cuando subexponga la imagen para oscurecer los reflejos y el interior del vestíbulo.

    En todo este tiempo, el fotógrafo ha estado suponiendo que realizará la toma desde una posición que cortará la imagen especular del sol en la pared de cristal, ya que los fuertes rayos reflejados del sol producirán destellos, marcando con rayas la imagen con una forma de estrella de luz. Pero entonces el se mueve unos cuantos centímetros a la derecha, para ver que acontece con su esquema pictórico si se incluyera un poco de la reflejada imagen del sol. El efecto es tan interesante como desconcertante. Debido a que él intenta oscurecer el hecho de que están presentes los reflejos en la imagen, el sol parecerá estar detrás de los árboles. No obstante esta posición aparente será imposible de reconciliarla con la manera como le cae la luz a los árboles; de frente.

    De inmediato se da cuenta de que esta “imposibilidad” es el ingrediente que completará la imagen. Se profundizará el misterio de la escena, por la paradoja de que la luz parece provenir de dos lugares diferentes al mismo tiempo. Construirá el conflicto dentro del encuadre; un escalofrío ilógico para realzar el conflicto entre la naturaleza y la ciudad. Y sin amargo, debido a que la imagen del sol, estará ubicada cerca del centro d e la imagen, será una fuerza para la estabilidad visual; un punto central brillante alrededor del cual Todo lo demás se organiza.

    Al fin está listo para realizar la toma. Como la exposición está complicada, y no está seguro de cuánto destello estará provocado por los rayos del sol, él toma una serie de imágenes , moviendo ligeramente su posición, de modo que alcancen a la cámara cantidades menores y mayores de sol reflejado, teniendo el cuidado de hacer múltiples exposiciones con diferentes aberturas para cada toma, ( bracketing) para cada posición. Este juego es un acertijo, y el fotógrafo quiere darle todas las oportunidades para que tenga éxito.

    Su diligencia vale la pena. Cuando examina sus impresiones, encuentra una imagen que le da más vida a sus esperanzas:



    Dado exactamente el mismo tema, Tony Ray-Jones seleccionó algunos de los elementos visuales disponibles, desechando otros, y transformando algunos más, para producir la fotografía de arriba, un comentario fortísimo sobre la relación de la naturaleza y las ciudades.

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