Hace unos tres años me enteré a través de los diarios que un amigo que trabajaba en la PGR, había sido detenido y encarcelado, acusado de proporcionarle información al crimen organizado y que por tal motivo se estaba tramitando su deportación a los Estados Unidos para ser juzgado en ese país. Miguel Colorado fue detenido y sujeto a proceso porque lo involucraron los "testigos protegidos" de la ex-procuradora, mismos que también involucraron a otros cuatro o cinco militares mas encabezados por el General Angeles Dauahare.
Hoy al medio día fui a sacar dinero del cajero y esperé afuera de la cabina porque una persona estaba realizando una operación y cuando salió, cual no sería mi sorpresa, era Miguel Colorado, ¡LIBRE!. Me dió mucho gusto saludarlo y darme cuenta que a pesar de todo por lo que pasó, el hombre está entero. No crean, también sentí algo de vergüenza por haberme hecho eco de algunos comentarios de personas que al igual que yo conocen a Colorado. No cabe duda, ante la desgracia del amigo siempre sale a flote el caníbal que llevamos dentro. Pero que gusto por Miguel su esposa Diana y sus hijos.
Lo paradójico de todo esto, es que la ex-procuradora que tanto mal les causó a tanta gente, se encuentra disfrutando de una excelente beca en el extranjero, merced a un puesto de vice-consul que seguramente negoció Calderón con Peña Nieto para protegerla. Eso es impunidad.