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Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)

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  • #16
    Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)



    Como se hizo tarde para el desayuno y salì volando (metafòricamente porque eso de ir en helicòptero unas cuantas cuadras creo que es exageraciòn)
    Resulta que lo brinquè y se me antoja esa cerveza con ese sandwich de jamòn serrano y algo màs.

    Empecè una novela que es linda por las frases que tiene aunque se me hace que el argumento no va a ser de mucho peso, creo que exagera en metàforas pero me da gusto leerlas, serà el cansancio... Es que no te imaginas lo exhaustas que quedamos mi hija y yo, ademàs de las personas que nos ayudaron...supongo.
    Temazcal a gritos!! y pensar que nunca he experimentado, me gustarìa mucho.
    Que nos cuente Cubo.
    Saludos!! y Salud! aunque sea virtualmente.

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    • #17
      Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)

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      • #18
        Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)

        Hola Pepis y Justine!!

        Que tengan un excelente inicio de semana y que los demás días sean exactamente igual de positivos.

        No sé nada de ustedes pero pensaré que "no news, good news" una vez más.
        Esta sólo es para comentarles que les estoy dejando en "Opíname de libros y de autores"un artículo sobre Stefan Zweig y sus últimos días.
        Como es un autor admirado aparte de miles de personas, por nosotras tres, espero que les interese.

        Saludos


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        • #19
          Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)

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          • #20
            Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)

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            • #21
              Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)

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              • #22
                Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)

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                • #23
                  Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)

                  El Movimiento de Liberación Personal del personaje Gorka de Patria de Fernando Aramburu




                  "
                  Ante el ahogo que provoca la situación creada por la radicalización ideológica y la tensión social -como ya dijimos, bien recreada por Aramburu en Patria con la narración de los mismos hechos una y otra vez adoptando diferentes perspectivas-, algunos personajes necesitan una vía de escape para no terminar asfixiados.
                  La vida en un ambiente pequeño y violento como el que se narra en la novela es angustiosa.
                  De pronto, alguien te señala y las personas te dejan de saludar por la calle, los amigos te desconocen y se hace un vació de silencio en tu vida, que cambia bruscamente.
                  La primera salida que se busca es la negación de los hechos: hay un error o esto pasará. Pero no pasa.
                  Cuando la localidad es pequeña todo el mundo se conoce y acabas percibiendo hasta la falta de aire.
                  Sucedió en realidad: durante décadas, empresarios, políticos e intelectuales tuvieron que vivir en silencio o acabaron marchándose del País Vasco.
                  El ambiente en las familias no contribuye a mejores soluciones.
                  Marcadas por la dificultad en la expresión de las emociones y viviendo en un ambiente de opresivo silencio ante el temor que alguien pudiera delatar su falta de conformidad con la lucha armada.

                  En la novela se registran casos de salida de la angustia desde dentro de la radicalización. Koldo, compañero de Joxe Mari en la lucha callejera y compañero suyo en el refugio francés, terminará marchándose a México y reinsertándose en la sociedad. Miren se lo dice a su hijo en prisión cuando este le cuenta alguna de las veces que ha querido dar el paso para salir de ETA: Ahí anda Koldo, tan tranquilo con su mujer mexicana y sus hijos en el pueblo.

                  Arantxa o Nerea se marchan del pueblo buscando su forma personal de escapar de la situación opresiva, sin que tengan demasiada fortuna en los caminos que emprenden entre otras cosas porque no dejan de sentirse marcadas por el núcleo familiar y la tragedia personal y social que se vive en la novela.

                  Pero será un personaje secundario, Gorka, hijo de Miren y Joxian y hermano de Joxe Mari quien mejor exprese esta necesidad de respirar un aire más libre. Lo que le diferencia de su pueblo es mucho: aficionado a la lectura y la escritura, tímido y reservado, no encaja en el mundo rudo y tópicamente varonil de la cuadrilla ni en el silencio cómplice o cobarde (el país de los callados, lo llama). Es consciente de que si se queda en el pueblo acabará como su hermano sin ser como él y decide construirse su propio Movimiento de Liberación Personal, como lo llama, buscando trabajado en la capital y separándose de sus amigos y familia.Quizá algo de eso hay también en la propuesta final del libro, que no desvelaremos por razones obvias."
                  (la acequia)

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                  • #24
                    Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)

                    Desde el hogar.
                    Las madres en el inicio de Patria de Fernando Aramburu y noticias de nuestras lecturas.




                    "En los capítulos iniciales de Patria, Fernando Aramburu mezcla la voz del narrador con las de Bittori y Miren (a lo largo de la novela habrá otras voces, pero este detalle técnico lo abordaremos más adelante).
                    Estos dos personajes femeninos corresponden a las madres de las dos familias con las que el autor nos introduce en la historia.

                    Como es sabido, el 20 de octubre de 2011 la banda terrorista ETA comunicó el cese de la lucha armada y ese es el momento elegido por Aramburu para arrancar su novela.
                    No lo hace desde la gran política o los personajes históricos que pasarán a las crónicas en las que se relaten estos acontecimientos sino que busca dos núcleos familiares que, cada uno a su manera, sufrieron las consecuencias y se encuentran, de pronto, ante una nueva situación.
                    El marido de Bittori, Txato, fue asesinado por la organización terrorista.
                    El hijo de Miren milita en ella y lleva años en prisión cumpliendo condena.

                    A través de los recuerdos de ambas, el lector conoce que las familias eran muy amigas hasta que a Txato le comenzaron a llegar cartas de extorsión exigiendo el pago de lo que se llamó impuesto revolucionario y su nombre apareció en pintadas callejeras amenazantes y Joxe Mari, el hijo de Miren, dio el paso para entrar en ETA.
                    En ese momento comenzaron las diferencias en las que poco a poco se va adentrando la novela pero no queremos desvelar aquí.
                    El proceso de aislamiento social de la familia de Bittori y de radicalización de Miren está muy bien relatado por el autor a través de pequeños detalles y, sobre todo, del lenguaje.

                    Con estas dos familias retrata el autor una buena parte de lo que ocurrió en el País Vasco durante esos años y las reacciones posteriores al comunicado de ETA porque en su seno tampoco hay posiciones tajantes.
                    Cada miembro de las dos familias tiene su forma de pensar y ha vivido los sucesos de una manera. Estos matices son lo esencialmente importante porque gracias a ellos contamos con un cuadro muy completo de la sociedad vasca.

                    Aramburu cuenta la historia reciente desde el núcleo familiar y pegado a las voces femeninas de las dos madres: su intimidad y las del resto de narradores.
                    El narrador no juzga sus acciones ni sus ideas, describe, da cuenta de los diálogos y da paso a lo que cada uno piensa.
                    Cada una de ellas tiene opción para contar su visión de los acontecimientos: Bittori desde el dolor de viuda y Miren desde el dolor de madre de un hijo encarcelado.
                    El lector se pregunta de vez en cuando si ambas hubieran optado por posiciones contrarias si las circunstancias lo hubieran sido.
                    Es lo mismo que se plantea Bittori al pensar en su antigua amiga como madre de un etarra.

                    Esta focalización desde las familias del conflicto terrorista se amplía con las circunstancias que la vida les ha deparado: enfermedades, desengaños, etc. Con esto, la descripción de los personajes a través de los que hacen y piensan o de lo que otros piensan de ellos, el uso del lenguaje, la forma de pegar la narración a lo cotidiano y a los detalles pequeños, Aramburu consigue dotar a la novela de verosimilitud y naturalidad.
                    Y esta es una de las virtudes técnicas de Patria: el relato de la historia desde las vivencias que cualquiera de los lectores podría reconocer dentro de sí mismo tanto si las ha sufrido como si no.

                    "

                    (la acequia

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                    • #25
                      Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)




                      Hola Pepis!!
                      Ojala te asomes por aqui te tomes el café y disfrutes del croissant.
                      Mira atrás de esta disección de la Novela de Aramburú "Patria", te comento ésto, porque "me tinca" que no la vas a leer, pero sí debes haber escuchado hablar mucho de ella.
                      Por lo general cuando se hace mucho bombo de alguna novela, a mi como que me entra la desconfianza...y tal vez por éso dejé para después, aunque el tema de ETA y su accionar está dentro de lo que me interesa.
                      Detesto el terrorismo y lo que eso significa para una comunidad, cuando es su víctima.
                      Esta novela es conmovedora, ilustrativa, increible e indignante por donde la quieras ver.
                      No es ninguna novedad la trama, porque ese no es el meollo de la novela, practicamente en la sinopsis te dijeron todo lo que iba a pasar.
                      Son los personajes los que le dan vida y movimiento ala novela . Si hay ficción ,en los personajes que siendo importantes no son los principales que son cuatro y el terrorista que está en la carcel.
                      Empieza con el asesinato del dueño de una Cia de transportes por la ETA, ya que no pagó a tiempo la cuota que le pedían.Pero antes de eso ya lo habían señalado y todo su entorno le dio la espaldaa él y a su familuia, sabían que estaba marcado. Sobre todo sus íntimos amigos y vecinos, porque su hijo era miembro de la ETA, estuvo huido porque la policia lo buscaba.Y volvió.
                      Asi empieza.
                      Como dijo Vargas LLosa, en un artículo para el Diario "El Pais".

                      Te transcribo unos párrafos:


                      "La acción transcurre en un pueblecito innominado, cercano a San Sebastián, donde dos familias, hasta entonces muy unidas, se van enemistando, trastrocando la amistad en odio, por culpa de la política.
                      Mejor dicho, de la violencia disfrazada de política.

                      Al principio, se diría que todos los vecinos hacen causa común con la subversión; eso indicarían las pintas, las pancartas, las manifestaciones ante el Ayuntamiento pidiendo la liberación de los presos, los cupos revolucionarios que pagan los pudientes a Patxo, el patrón de la taberna, discreto responsable político de ETA, los insultos y el asco que inspiran los despreciables “españolistas”.
                      Pero, a medida que nos vamos acercando a la intimidad de las familias, y las escuchamos hablar en voz baja, sin testigos, comprendemos que la gran mayoría de los vecinos disfraza sus sentimientos porque tiene miedo, un pánico que los acompaña como su sombra.
                      No es gratuito, porque la pandilla de los que sí creen, los convencidos, son unas temibles máquinas de matar, implacables cuando toman represalias y ahí están como prueba irrefutable los cadáveres que de tanto en tanto aparecen en las calles.
                      Que lo diga Txato, un empresario empeñoso y buena gente, que, además de su familia, adora jugar al mus y hacer dominicales travesías en su bicicleta. ETA le pide cada vez más dinero y él lo entrega, para llevar la fiesta en paz, pero las demandas son cada vez mayores y, pasado cierto límite, deja de hacerlo.
                      Entonces, todas las paredes del lugar se llenan de inscripciones llamándolo traidor, vendido, cobarde y miserable.
                      La gente deja de saludarlo; el repugnante párroco, don Serapio, le aconseja marcharse.
                      Hasta que una tarde lluviosa le clavan cinco tiros por la espalda.

                      Su viuda, Bittori, irá al cementerio a conversar con su cadáver a lo largo de los años, a contarle los avatares de su destrozada familia y su angustiosa duda respecto al etarra que lo mató: ¿será Joxe Mari, el hijo de su ex íntima amiga Miren, al que de niño el pobre Txato enseñó a montar en bici y acostumbraba comprarle chocolates?
                      Joxe Mari, personaje estremecedor, muchacho forzudo, inculto y un tanto bestia, se hace terrorista no por razones ideológicas —su información política no va más allá de creer que España explota a Euskal Herria y que sólo la lucha armada logrará la independencia— sino por amor al riesgo y una confusa fascinación por los violentos. Seguimos muy de cerca su educación de terrorista, en la clandestinidad de Bretaña, su aburrimiento con la teoría y su excitación con las prácticas donde le enseñan a fabricar bombas, preparar emboscadas y matar con rapidez.
                      Estamos con él, dentro de él, cuando comete su primer asesinato, cuando la policía lo captura y es torturado, y durante los largos, lentos años de una cárcel de la que, acaso, nunca saldrá vivo.

                      Las gentes de Patria no son héroes epónimos ni grandes villanos, sino seres comunes y corrientes, pobres diablos algunos de ellos, que no tendrían el menor interés en otras circunstancias.
                      Los más interesantes no lo son porque posean virtud excepcional alguna, sino por la ferocidad con que se abate sobre ellos la violencia física y moral, condenándolos a unas rutinas hechas de hipocresía y silencio en “este país de los callados”, y por la estoica resignación con que soportan su suerte, sin rebelarse, sometiéndose a ella como si se tratara de un terremoto o un ciclón, es decir, una tragedia natural inevitable.

                      El libro nos seduce hasta convencernos de que aquella historia es la vida pura y simple

                      La atmósfera en que discurren estas vidas es uno de los grandes logros de la novela: pesada, agobiante, repetitiva, amenazadora.
                      El tiempo apenas circula, a veces se detiene.
                      Consigue este efecto una estructura narrativa audaz, hecha de pequeños episodios que no se suceden cronológicamente sino saltando, atrás y adelante, violentando la secuencia temporal, alejados o acercados para establecer entre ellos un contrapunto esclarecedor, una cronología en la que a menudo las consecuencias preceden a las causas y el pasado y el futuro se entreveran hasta convertirse en un presente que funde lo que ha ocurrido con lo que luego ocurrirá.
                      El lector no se pierde en estos saltos temporales; por el contrario, se impregna de esa eternidad instantánea —el elemento añadido— en que parecen ocurrir las peripecias de la historia.

                      La novela está escrita en un lenguaje en que el narrador y los personajes se alejan o se funden, un punto de vista sutil y complejo, en que estas mudanzas se suceden de manera imperceptible, confundiendo lo objetivo y lo subjetivo, el mundo de los hechos y el de las emociones y fantasías, las cosas que de veras ocurren y las reacciones que ellas suscitan en las mentes.
                      La novela construye de este modo una totalidad autosuficiente, la máxima hazaña de un novelista.

                      Se trata de una sutil descripción de la degradación moral que provoca la violencia

                      El libro, una historia tan infeliz como hechicera, es también una clara toma de posición, una rotunda condenación de la violencia, de los fanatismos e ignorancias que la suscitan.
                      Y una descripción muy sutil de la degradación moral que ella provoca en una sociedad, corroyendo sus valores, enemistando y envileciendo a la gente, destruyendo las instituciones y las relaciones humanas.
                      Pero evita, con buen tino, las disquisiciones ideológicas, limitándose a mostrar, a través de episodios escuetos y siempre seductores, cómo, sin quererlo ni saberlo, toda una sociedad de gentes sanas, sin misterio, va siendo arrastrada poco a poco, concesión tras concesión, a la complicidad y a veces a las peores vilezas.

                      Cuando Patria termina, ETA ha renunciado a la lucha armada y decidido actuar sólo en el campo político.
                      Es un progreso, por supuesto. ¿Pero, se vislumbra alguna solución al problema de fondo, el condenado nacionalismo?
                      El libro resulta más pesimista de lo que el autor quisiera.
                      En la página final, las dos examigas, Miren, la madre del terrorista, y Bittori, la mujer del asesinado, se abrazan, reconciliadas.
                      Es el único episodio de esta hermosa novela que no me pareció la vida
                      misma, sino una pura ficción."(MVLL-ElPais 2017)
                      Tatiana
                      Forista Opalo
                      Last edited by Tatiana; 21-febrero-2017, 09:14.

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                      • #26
                        Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)

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                        • #27
                          Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)



                          Pese a una obra narrativa y ensayística muy notable, ya reconocida no sólo en su país sino también en Hispanoamérica, sólo ahora llega a los lectores españoles Máscaras, la cuarta novela de Leonardo Padura, galardonada con el Premio Café Gijón de Novela1995.

                          Con su publicación queremos reparar en cierto modo ese olvido al que relegamos, con demasiada frecuencia, a una valiosísima nueva generación de escritores cubanos que han nacido prácticamente con la Revolución y siguen viviendo en Cuba.

                          Máscaras forma parte de una tetralogía de novelas policiacas, protagonizadas por el mismo personaje, el teniente de policía Conde, hombre solitario y desencantado, sancionado en la Central por una antigua insubordinación, y a quien vuelven a llamar para investigar los casos más extraños y menos lucidos.
                          Este entrañable personaje, y el género novelesco en el que se enmarca, le sirven a Padura para abrirse a un horizonte más amplio: sus historias trazan, de hecho, un fresco a la vez risueño y sombrío de las pequeñas grandezas y grandes miserias de la vida cotidiana en la Cuba actual y las someten, como de pasada, a una brillante y profunda reflexión.
                          En la tupida arboleda del Bosque de La Habana aparece un 6 de agosto, día en que la Iglesia celebra la transfiguración de Jesús, el cuerpo de un travesti con el lazo de seda roja de la muerte aún al cuello. Para mayor zozobra del Conde, aquella mujer «sin los beneficios de la naturaleza», vestida de rojo, resulta ser Alexis Arayán, hijo de un respetado diplomático del régimen cubano.
                          La investigación se inicia con la visita del Conde al impresionante personaje del Marqués, hombre de letras y de teatro, homosexual desterrado en su propia tierra en una casona desvencijada, especie de excéntrico santo y brujo a la vez, culto, inteligente, astuto y dotado de la más refinada ironía.
                          Poco a poco, el Conde va adentrándose en el mundo hosco en el que le introduce ladinamente el Marqués, poblado de seres que parecen todos portadores de la verdad de Alexis Arayán…
                          ¿Pero dónde, en semejante laberinto, encontrará el Conde su verdad?


                          MASCARAS.-

                          Leonardo Padura

                          El libro comienza con Mario Conde, el comisario al que conocemos de Pasado Perfecto y Vientos de Cuaresma, historias de crímenes habaneros protagonizadas por un comisario treintañero, solitario, melancólico amigo del Flaco que ya no es flaco y que ya no puede andar, pero todo un policía que, en este caso, trata de encontrar qué ha sucedido con Alexis, que apareció vestido de mujer en el bosque de la Habana un 6 de agosto, día de la Transfiguración.

                          Y trata de averiguarlo a través de sus amigos, su familia, la chacha que lleva con la familia desde antes de la revolución, en una historia que tiene a la tragedia griega como leitmotiv y la denuncia del tratamiento de los homosexuales en su país en los 70 y 80 como principal tema, historia que conocemos a través del Marqués, un amigo de Alexis y, desde mi punto de vista, uno de los personajes más interesantes que ha dado este ciclo de novelas.
                          El tema de las máscaras, que da título al libro, se repite también a lo largo de la novela, cómo se construye una máscara y como la máscara sustituye a la propia cara, y cómo la cara, a veces, se convierte en máscara de forma que una persona tiene una cara del oficio que ejerce. De guagüero, por ejemplo.

                          En resumen: muy aconsejable. Para mi, el mejor libro de la serie éste que corresponde al verano, igual que los dos anteriores correspondían al otoño y a la primavera.


                          (Atalaya-Desde la tela de araña)
                          Tatiana
                          Forista Opalo
                          Last edited by Tatiana; 07-marzo-2017, 06:31.

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                          • #28
                            Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)



                            Bueno en Marzo no sólo lei máscaras, de Leonardo Padura, lei Paisaje de Invierno de Padura tambien, de Jordi Sierra dos ,Una de Graham Greene, una de Stefan Zweig y una de Daphne Du Maurier.

                            Este mes tengo pensado leer a Mauriac, a Jordi Sierra, y a varios más que ya ire subiendo en su momento.
                            Simplemente congratularnos por este Abril que aqui llegó super caluroso.
                            Quiero seguir con el tema de la Guerra Civil Española, dejaré por un rato al Inspector Mascarell, pero no a Jordi Sierra.Me gusta el tema y el lo hace muy fácil de seguir.

                            Ya veré lo que vaya saliendo, dia a dia

                            Comment


                            • #29
                              Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)

                              Comment


                              • #30
                                Re: Al Margen (Lo que se nos quedó por decir)

                                Comment

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