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Socialismo para el siglo XXI

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  • Originalmente publicado por cubo Ver post
    Al ultimo comunista habria que ahorcarlo con las tripas del ultimo morenuco.


    Don Cubetas: Vaya forma tan descarada de plagiar y tergiversar la famosa frase de Denis Diderot:

    "El hombre nunca sera libre hasta que el ultimo rey sea estrangulado con las entranias del ultimo sacerdote".

    Tantito pudor, por lo menos.



    Con razon el mismo dijo:

    "Los locos mas peligrosos son los creados por la religion."



    Y tambien el mismo filosofo Diderot dijo:

    "Me gusta mas que uno diga algo tonto sobre asuntos importantes que callar. Eso se convierte en tema de discusion y disputa, y se descubre la verdad."


    Por eso es una pena que las Focas de este Forito hayan callado.

    Seria tan divertido patearlas citando lo que dijeron del 2009 al 2018 !!!


    Le envio un cordial saludo, don Cubetas.


    .






    "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

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    • Un muy interesante texto de Ilan Semo sobre el libro de Kohei Saito:


      La hipotesis ecologica (esquiva)
      Ilan Semo /I


      La idea de que elempleo de combustibles fosiles representa el centro de esa contaminacion ambiental que provoca la actual crisis climatica pertenece ya a las grandes mitologias ecologicas. Sin duda, contribuye a agudizar esa crisis; y sus derivados (plomo, dioxido de azufre, dioxido de nitrogeno) hacen de nuestros pulmones organos humillados y enfermizos. Pero basta tan solo observar que el dioxido de carbono que producen los vehiculos automotores es el principal material del que se nutre la clorofila de bosques y selvas para entrever la parte mitologica de ese gran relato.

      Simplemente, ya casi no quedan bosques (46 por ciento del capital forestal del planeta ha sido expoliado) y las selvas se estan extinguiendo –o, mejor dicho, estan siendo arruinadas por la accion humana–.

      Al igual que el guano de Peru –que sirvio en el siglo XIX para garantizar la fertilidad de la agricultura europea hasta que se agoto–, en 2050 apenas quedaran algunos yacimientos petroleros y –de seguir asi– solo 20 por ciento del area forestal del planeta (pieza basica en el ciclo global de regeneracion del agua). Es en este vertiginoso agotamiento de las capacidades de sustentabilidad de la naturaleza en el que hace enfasis el libro de Kohei Saito, El capital en el antropoceno, el cual ha vendido en Japon mas de medio millon de ejemplares en tan solo tres anios.

      Formado en universidades de Japon, Estados Unidos y Alemania, Saito es, a sus 40 anios, una celebridad mundial. Ni el mismo puede explicar el subito exito de su intrincado texto de economia politica y filosofia social, el cual parte de la teoria de Marx para explicar los avatares ecologicos del capitalismo actual. (Acaso habria que preguntarse por las afinidades intelectuales y politicas de la generacion mas reciente de los pandemials.)


      En 2018, Saito colaboro en la edicion de las Notas que Marx escribio como apoyo para la redaccion de los volumenes II y III de El capital. Descubrio un pensamiento que tenia poco que ver con el Marx de la decada previa entre 1850 y 1860. Lo que impregna a esas Notas, escribe el filosofo japones, es el interes por descifrar el intercambio desigual que se establece entre el metabolismo de la valorizacion del capital y los metabolismos de sustentabilidad naturales. La conclusion se escucha a un preludio de la situacion actual: el metabolismo del capital consume energia y recursos naturales a una velocidad mucho mayor que la capacidad de la naturaleza para restaurar sus propios metabolismos de sustentabilidad. Ergo: el verdadero dilema es una permanente grieta ecologica. Guiado por los estudios del quimico Justus von Liebig, quien explico el colapso de la fertilidad de los cultivos europeos a mediados del siglo XIX, Marx quedo asombrado por la peculiar atrofia que la acumulacion de capital inducia en la naturaleza.

      Normalmente se ha leido El capital como un texto sobre la explotacion del mundo asalariado y el destino de la crisis y la revolucion. Para Saito, esta es una recepcion determinista. Su lectura se encamina en una direccion insolita: el cumulo de complejas y explosivas relaciones que vinculan a los seres humanos con la naturaleza.


      Las razones que inducen la grieta ecologica no son sencillas. Son el tema de toda la obra de Saito. Se pueden resumir, a costa de un burdo esquematismo, de la siguiente manera. La acumulacion de capital se guia por los imperativos impuestos por las tasas de ganancia, no por las necesidades de la poblacion, ni por las condiciones de la regeneracion natural. Hasta ahora, la plasticidad de la tecnologia y de la propia logica de los mercados ha sido capaz de sortear la grieta ecologica (no sin haber transitado ya por fastuosas catastrofes). Sin embargo, el fin se acerca: la energia y los recursos que se emplean en evitar la caida de las tasas de ganancia son extraidos sin limite alguno, mientras la naturaleza es de orden finito en si. Un vertigo infinito montado sobre una base finita. Una grieta que en algun momento resultara irreparable.


      Los tres sintomas de este fin son ostensibles: el calentamiento global, la deforestacion y, el mas grave de todos, la crisis del agua. En principio y a lo largo del siglo XX, se desarrollaron cuatro salidas para hacer frente a la grieta.

      1) El ecofascismo: la utopia alemana del Zuruck zur Natur (el regreso a la naturaleza) que acabo fundando la idea de una naturaleza ideal por quienes cuidaban de ella (razas superiores).

      2) El ecoliberalismo: la politica del mainstream neoliberal, responsable en las ultimas tres decadas de la mayor devastacion ecologica planetaria, recubierta por el velo de los Acuerdos de Paris, los coches electricos y las energias renovables. Un productivismo sin limites.

      3) El ecomaoismo: la politica actual del Estado chino, dedicada a reducir la ecologia a una optimizacion autoritaria del productivismo industrial. Y, finalmente,

      4) la ecoizquierda: un retorno al Estado de bienestar con correcciones de control ecologico, pero sin afectar el centro del problema.

      Saito extrae su propuesta de otro ambito de reflexiones: la conjuncion entre el ecosocialismo y las ideas de la sociedad del decrecimiento. Es decir, una sociedad cuyo imperativo categorico es poner un fin al productivismo a traves de una democracia participativa y una reformulacion del concepto de libertad.

      Sera esto posible?


      https://www.jornada.com.mx/2024/03/28/opinion/015a1pol


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