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Poesias y rimas que aligeran el alma

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  • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma




    DIME VENCEDOR RAPAZ
    Sor Juana Inés de la Cruz

    Dime vencedor Rapaz,
    vencido de mi constancia,
    ¿Qué ha sacado tu arrogancia
    de alterar mi firme paz?
    Que aunque de vencer capaz
    es la punta de tu arpón,
    ¿qué importa el tiro violento,
    si a pesar del vencimiento
    queda viva la razón?

    Tienes grande señorío;
    pero tu jurisdicción
    domina la inclinación,
    mas no pasa el albedrío.
    Y así librarme confío
    de tu loco atrevimiento,
    pues aunque rendida siento
    y presa la libertad,
    se rinde la voluntad
    pero no el consentimiento.

    En dos partes dividida
    tengo el alma en confusión:
    una, esclava a la pasión,
    y otra, a la razón medida.
    Guerra civil, encendida,
    aflige el pecho importuna:
    quiere vencer cada una,
    y entre fortunas tan varias,
    morirán ambas contrarias
    pero vencerá ninguna.

    Cuando fuera, Amor, te vía,
    no merecí de ti palma;
    y hoy, que estás dentro del alma,
    es resistir valentía.
    Córrase, pues, tu porfía,
    de los triunfos que te gano:
    pues cuando ocupas, tirano,
    el alma, sin resistillo,
    tienes vencido el Castillo
    e invencible el Castellano.

    Invicta razón alienta
    armas contra tu vil saña,
    y el pecho es corta campaña
    a batalla tan sangrienta.
    Y así, Amor, en vano intenta
    tu esfuerzo loco ofenderme:
    pues podré decir, al verme
    expirar sin entregarme,
    que conseguiste matarme
    mas no pudiste vencerme.




    Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
    Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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    • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

      'CUANDO YO LA VIDE'
      Carlos mejía Gdoy

      Cuando yo la 'vide'
      fue por la bajada de Gaspar Ventura,
      venía del río
      con su tinajita fresca en la “centura”.
      Todo tembeleque,
      vi de refilón su linda pantorrilla,
      quedé cecereque
      con el 'movimento' de su rabadilla.

      Cuando yo la 'vide', ¡Dios mío que embrollo!
      Sentí el pellejo como carne pollo,
      al tenerla cerca me puse zurumbo,
      palabra de honor se me 'jueron' los pulsos.

      Sus dos ojos bellos,
      más que dos chispazos eran dos hogueras
      tiraban destellos
      como los 'rilámpagos' de Chinandega.

      Sólo al 'devisarlos'
      se me atravesó una cosa en el gaznate
      porque eran brillantes
      como la negrita pluma del zanate.

      Cuando yo la vide...
      Venía cantando
      no sé qué tonada, cuando yo la vide,
      pero al 'contimplarla',
      hasta la saliva se me puso chirre.

      Yo quise decirle
      'te llevo morena a los santos altares',
      pero fue imposible
      pues me charchaleaban todos los ijares.

      Cuando yo la vide...



      Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
      Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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      • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

        CLODOMIRO "EL ÑAJO"
        Luis Enrique Mejía Godoy

        En el Barrio La Reinaga al final de aquel atajo
        vive Clodomiro Artiaga a quién le dicen 'El Ñajo'
        Clodomiro es centenado como bien lo sabes vos
        del celador mal pagado de la farmacia de Cleto Urrós
        del celador mal pagado de la farmacia de Cleto Urrós

        Clodomiro, Clodomiro, ¿Para dónde vas tan serio?
        Voy a ver un partidito allá por el cementerio.
        Y en asuntos de mujeres, ¿cómo te trata la vida?
        Me defiendo, me defiendo como gato panza arriba

        En la farmacia surtida del mentado Cleto Urrós
        tiene bretis Clodomiro, es el 'catchime Boy'
        el boticario sin dientes a la calle lo mandó
        oigan amigos presentes lo que al Ñajo le pasó,
        oigan amigos presentes lo que al Ñajo le pasó

        - A ver Clodomiro.
        - Si patroncito
        - Andate a la ferretería y me comprás
        Una libra de clavos y un formón
        - Una libra de clavos y un formón
        - No, no, no, no..... ,tenés que apuntarlo
        por que sino se te olvida
        - No se me olvida patroncito,
        yo tengo un truquito
        para que no se me olvide
        - ¿Cómo es el truquito?
        - ahhhh, le pongo musiquita
        - ¿Cómo que le pones musiquita?
        - oiga
        Una libra de clavos y un formón (silba).

        Clodomiro, Clodomiro, ¿Para dónde vas tan serio?
        Voy a ver un partidito allá por el cem.....
        Una libra de clavos y un formón (silba)
        Y en asuntos de mujeres, ¿cómo te trata la vida?
        Me defiendo, me defiendo como gato pan....
        Una libra de clavos y un formón (silba)

        Clodomiro como siempre en la calle se topó
        con su cuate Pico´e Liendre que es un gran vacilador
        Clodomiro por vergüenza la estrategia transformó
        y en vez de la cancioncita, solo la música chifló
        y en vez de la cancioncita, solo la música chifló

        Clodomiro, Clodomiro, ¿Para dónde vas tan serio?
        Voy a ver un partidito allá por el cem..... (silbido)
        Y en asuntos de mujeres, ¿cómo te trata la vida?
        Me defiendo, me defiendo como gato pan.... (silbido)

        Cuando a la ferretería el Ñajo llegó por fin
        le preguntó el dependiente ¿En que te puedo servir?
        Clodomiro muy tranquilo de su truco musical
        le silbó la cancioncita con toda seguridad
        le silbó la cancioncita con toda seguridad

        - ¡Esto es lo que vengo a comprar, oí, oí! (silbidos)
        - Bueno, bueno, bueno, pero ¿qué significa ese silbido? hombre,
        rápido que estoy muy ocupado
        - Y yo que culpa tengo si no entendes nada, te lo voy a barajar
        despacito, al suave, al suave, oí (silbidos)
        (y. . . silencio?

        - Un momento, o me decís lo que querés,
        o te saco a puñetazo limpio
        de aquí de la ferretería, Ñajo tonto
        - Ahh, es que ya me llevó el diablo,
        fijate que yo me acuerdo bien de la musiquita,
        pero se me olvidó la letra

        Clodomiro, Clodomiro, ¡Que jue papá!
        ¿Para dónde vas tan serio?
        Voy a ver un partidito allá por el cementerio.
        Y en asuntos de mujeres, ¿cómo te trata la vida?
        Me defiendo, me defiendo como gato panz...
        Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
        Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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        • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

          Originalmente publicado por kabrakan Ver post



          DIME VENCEDOR RAPAZ
          Sor Juana Inés de la Cruz

          Dime vencedor Rapaz,
          vencido de mi constancia,
          ¿Qué ha sacado tu arrogancia
          de alterar mi firme paz?
          Que aunque de vencer capaz
          es la punta de tu arpón,
          ¿qué importa el tiro violento,
          si a pesar del vencimiento
          queda viva la razón?

          Tienes grande señorío;
          pero tu jurisdicción
          domina la inclinación,
          mas no pasa el albedrío.
          Y así librarme confío
          de tu loco atrevimiento,
          pues aunque rendida siento
          y presa la libertad,
          se rinde la voluntad
          pero no el consentimiento.

          En dos partes dividida
          tengo el alma en confusión:
          una, esclava a la pasión,
          y otra, a la razón medida.
          Guerra civil, encendida,
          aflige el pecho importuna:
          quiere vencer cada una,
          y entre fortunas tan varias,
          morirán ambas contrarias
          pero vencerá ninguna.

          Cuando fuera, Amor, te vía,
          no merecí de ti palma;
          y hoy, que estás dentro del alma,
          es resistir valentía.
          Córrase, pues, tu porfía,
          de los triunfos que te gano:
          pues cuando ocupas, tirano,
          el alma, sin resistillo,
          tienes vencido el Castillo
          e invencible el Castellano.

          Invicta razón alienta
          armas contra tu vil saña,
          y el pecho es corta campaña
          a batalla tan sangrienta.
          Y así, Amor, en vano intenta
          tu esfuerzo loco ofenderme:
          pues podré decir, al verme
          expirar sin entregarme,
          que conseguiste matarme
          mas no pudiste vencerme.





          Esta Juana es una maravilla!!.
          Es porque no tiene tiempo ni fin su genio!
          Gracias por compartir estas joyas del buen decir y el excelente pensar y sentir.
          Saludos

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          • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

            YA NO SOPLAS
            Lorenzo Barcelata


            No me presumes
            ni me vengas con tus cosas
            no te molestes
            en pensar en mi querer,

            quiero que sepas
            cuando oigas estas coplas
            que tú ya no soplas como mujer.

            Ese tiempo feliz ya no me importa
            no estás de moda, ya no es ayer;
            por qué me sigues
            si dices ahora que no me horcas,
            si tú ya no soplas como mujer.

            Cuánto te quise
            te me hiciste muy fachosa
            y por el mundo
            que me echaste a correr,

            busco otra amante
            porque ahora ya me chocas
            si tú ya no soplas como mujer.

            Busca un espejo
            pa' que veas que estás muy chocha
            que no me cuadros
            como me cuadraste ayer;

            quiero que sepas
            que tengo otra muy piocha
            y tú ya no soplas como mujer.

            Ese tiempo feliz ya no me importa
            no estás de moda, ya no es ayer;
            por qué me sigues
            si dices ahora que no me horcas,
            si tú ya no soplas como mujer.


            Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
            Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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            • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

              JÚRAME
              María Grever


              Todos dicen que es mentira que te quiero,
              porque nunca me habían visto enamorado,
              yo te juro que yo mismo no comprendo
              el por qué tu mirar me ha fascinado.

              Cuando estoy cerca de ti y estás contenta,
              no quisiera que de nadie te acordaras,
              tengo celos hasta del pensamiento
              que pueda recordarte a otra persona amada.

              Júrame, que aunque pase mucho tiempo
              no olvidarás el momento en que yo te conocí,
              mírame, pues no hay nada más profundo
              ni más grande en este mundo, que el cariño que te di.

              Bésame, con un beso enamorado,
              como nadie me ha besado desde el día en que nací.
              Quiéreme, quiéreme hasta la locura,
              y así sabrás la amargura que estoy sufriendo por ti.


              Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
              Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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              • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                FINJAMOS QUE SOY FELIZ
                Sor Juana Inés de la Cruz

                Finjamos que soy feliz,
                triste pensamiento, un rato;
                quizá prodréis persuadirme,
                aunque yo sé lo contrario,
                que pues sólo en la aprehensión
                dicen que estriban los daños,
                si os imagináis dichoso
                no seréis tan desdichado.

                Sírvame el entendimiento
                alguna vez de descanso,
                y no siempre esté el ingenio
                con el provecho encontrado.
                Todo el mundo es opiniones
                de pareceres tan varios,
                que lo que el uno que es negro
                el otro prueba que es blanco.

                A unos sirve de atractivo
                lo que otro concibe enfado;
                y lo que éste por alivio,
                aquél tiene por trabajo.

                El que está triste, censura
                al alegre de liviano;
                y el que esta alegre se burla
                de ver al triste penando.

                Los dos filósofos griegos
                bien esta verdad probaron:
                pues lo que en el uno risa,
                causaba en el otro llanto.

                Célebre su oposición
                ha sido por siglos tantos,
                sin que cuál acertó, esté
                hasta agora averiguado.

                Antes, en sus dos banderas
                el mundo todo alistado,
                conforme el humor le dicta,
                sigue cada cual el bando.

                Uno dice que de risa
                sólo es digno el mundo vario;
                y otro, que sus infortunios
                son sólo para llorados.

                Para todo se halla prueba
                y razón en qué fundarlo;
                y no hay razón para nada,
                de haber razón para tanto.

                Todos son iguales jueces;
                y siendo iguales y varios,
                no hay quien pueda decidir
                cuál es lo más acertado.

                Pues, si no hay quien lo sentencie,
                ¿por qué pensáis, vos, errado,
                que os cometió Dios a vos
                la decisión de los casos?

                O ¿por qué, contra vos mismo,
                severamente inhumano,
                entre lo amargo y lo dulce,
                queréis elegir lo amargo?

                Si es mío mi entendimiento,
                ¿por qué siempre he de encontrarlo
                tan torpe para el alivio,
                tan agudo para el daño?

                El discurso es un acero
                que sirve para ambos cabos:
                de dar muerte, por la punta,
                por el pomo, de resguardo.

                Si vos, sabiendo el peligro
                queréis por la punta usarlo,
                ¿qué culpa tiene el acero
                del mal uso de la mano?

                No es saber, saber hacer
                discursos sutiles, vanos;
                que el saber consiste sólo
                en elegir lo más sano.

                Especular las desdichas
                y examinar los presagios,
                sólo sirve de que el mal
                crezca con anticiparlo.

                En los trabajos futuros,
                la atención, sutilizando,
                más formidable que el riesgo
                suele fingir el amago.

                Qué feliz es la ignorancia
                del que, indoctamente sabio,
                halla de lo que padece,
                en lo que ignora, sagrado!

                No siempre suben seguros
                vuelos del ingenio osados,
                que buscan trono en el fuego
                y hallan sepulcro en el llanto.

                También es vicio el saber,
                que si no se va atajando,
                cuando menos se conoce
                es más nocivo el estrago;
                y si el vuelo no le abaten,
                en sutilezas cebado,
                por cuidar de lo curioso
                olvida lo necesario.

                Si culta mano no impide
                crecer al árbol copado,
                quita la sustancia al fruto
                la locura de los ramos.

                Si andar a nave ligera
                no estorba lastre pesado,
                sirve el vuelo de que sea
                el precipicio más alto.

                En amenidad inútil,
                ¿qué importa al florido campo,
                si no halla fruto el otoño,
                que ostente flores el mayo?

                ¿De qué sirve al ingenio
                el producir muchos partos,
                si a la multitud se sigue
                el malogro de abortarlos?

                Y a esta desdicha por fuerza
                ha de seguirse el fracaso
                de quedar el que produce,
                si no muerto, lastimado.

                El ingenio es como el fuego,
                que, con la materia ingrato,
                tanto la consume más
                cuando él se ostenta más claro.

                Es de su propio Señor
                tan rebelado vasallo,
                que convierte en sus ofensas
                las armas de su resguardo.

                Este pésimo ejercicio,
                este duro afán pesado,
                a los ojos de los hombres
                dio Dios para ejercitarlos.

                ¿Qué loca ambición nos lleva
                de nosotros olvidados?
                Si es para vivir tan poco,
                ¿de qué sirve saber tanto?
                ¡Oh, si como hay de saber,
                hubiera algún seminario
                o escuela donde a ignorar
                se enseñaran los trabajos!

                ¡Qué felizmente viviera
                el que, flojamente cauto,
                burlara las amenazas
                del influjo de los astros!

                Aprendamos a ignorar,
                pensamiento, pues hallamos
                que cuanto añado al discurso,
                tanto le usurpo a los años.
                Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                  LETRA 'CUANDO YO LA VIDE'
                  Carlos Mejía Godoy

                  Cuando yo la 'vide'
                  fue por la bajada de Gaspar Ventura,
                  venía del río
                  con su tinajita fresca en la “centura”.
                  Todo tembeleque,
                  vi de refilón su linda pantorrilla,
                  quedé cecereque
                  con el 'movimento' de su rabadilla.

                  Cuando yo la 'vide', ¡Dios mío que embrollo!
                  Sentí el pellejo como carne pollo,
                  al tenerla cerca me puse zurumbo,
                  palabra de honor se me 'jueron' los pulsos.

                  Sus dos ojos bellos,
                  más que dos chispazos eran dos hogueras
                  tiraban destellos
                  como los 'rilámpagos' de Chinandega.

                  Sólo al 'devisarlos'
                  se me atravesó una cosa en el gaznate
                  porque eran brillantes
                  como la negrita pluma del zanate.

                  Cuando yo la 'vide', ¡Dios mío que embrollo!
                  Sentí el pellejo como carne pollo,
                  Venía cantando
                  no sé qué tonada, cuando yo la vide,
                  pero al 'contimplarla',
                  hasta la saliva se me puso chirre.

                  Yo quise decirle
                  'te llevo morena a los santos altares',
                  pero fue imposible
                  pues me charchaleaban todos los ijares.

                  Cuando yo la 'vide', ¡Dios mío que embrollo!
                  Sentí el pellejo como carne pollo,
                  Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                  Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                  • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

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                    • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                      ¿Qué voz viene sobre el sonido de las olas
                      que no es la voz del mar?

                      ¿Será la voz de alguien que nos habla,
                      pero que, si escuchamos, calla,
                      precisamente por habernos puesto a escuchar?

                      Y sólo si, medio adormecidos,
                      oímos sin saber que oímos,
                      ella nos habla de la esperanza
                      hacia la que, como un niño
                      que duerme, durmiendo sonreímos.

                      Son islas afortunadas,
                      son tierras que no tienen lugar,
                      donde el Rey vive esperando.
                      Pero si andamos despertando,
                      calla la voz, y sólo es el mar.

                      Fernando Pessoa (Islas afortunadas)

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                      • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma


                        Bajo el naranjo lava
                        pañales de algodón.
                        Tiene verde los ojos
                        y violeta la voz

                        ¡Ay, amor,
                        bajo el naranjo en flor!

                        El agua de la acequia
                        iba llena de sol,
                        el el olivarito
                        cantaba un gorrión

                        ¡Ay, amor,
                        bajo el naranjo en flor!

                        Luego cuando la Lola
                        gaste todo el jabón,
                        vendrán los torerillos.

                        ¡Ay, amor,
                        bajo el naranjo en flor

                        Federico Gracia Lorca

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                        • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

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                          • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

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                            • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma


                              (Toulousse Lautec)


                              LA TORMENTA

                              Yo tuve un gran amor durante un chaparrón
                              y sentí aquella vez tan profunda pasión,
                              que ahora el buen tiempo me da asco.
                              Cuando el cielo está azul, no lo puedo ni ver.

                              ¡Que se nuble ya el sol!
                              ¡Que se ponga a llover!
                              ¡Que caiga pronto otro chubasco!
                              Confirmando el refrán, una noche de abril,
                              la tormenta estalló y mi vecina febril,
                              asustada con tanto trueno, brincó en un santiamén del lecho en camisón y vino hacia mí pidiendo protección.

                              - "Auxílieme usted, sea bueno, ábrame por piedad, estoy sola y no sé si podre resistir, mi marido se fue,
                              pues tiene entre otros muchos fallos, que en las noche así, abandona el hogar por la triste razón de que va a trabajar: es vendedor de pararrayos".
                              Bendiciendo al genial Franklin por su invención,
                              en mis brazos le di curso a su petición y luego el amor hizo el resto.

                              - Mira tú que instalar pararrayos por ahí y olvidarte poner en tu casa ¡caray! Cometiste un error funesto.
                              Varias horas después, cuando al fin escampó
                              ella se hubo de ir, pero antes me citó para la próxima tormenta.
                              - "Mi esposo va a llegar y si en casa no estoy
                              se me va a resfriar, así que ya me voy, a secarle la cornamenta".

                              Desde entonces jamás he dejado el balcón.
                              No hago más que poner la máxima atención
                              en cirros cúmulos y estratos.
                              La menor nube gris me colma de placer,
                              aunque a decir verdad, sé que no han de volver tan torrenciales arrebatos.

                              A base de vender palitos de metal, su marido reunió un pingüe capital y se hizo multimillonario.
                              A vivir la llevó a un imbécil país donde si oye llover será porque haga pis algún niño del vecindario.

                              Ojalá mi canción llegue al Sáhara aquél a decirle que yo le seré siempre fiel, que la llevo dentro del alma.
                              Y aunque sople el Simun, con seca realidad algún día nos reunirá una gran tempestad tras la que no vendrá la calma.
                              Georges Brassens, traducida por Javier Krahe).

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