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Hoy me ha pasado algo muy bestia

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  • #31
    Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

    Miércoles 28 de marzo de 2007, 20:16h
    Sin argumentos


    De nuevo en casa. El último CD de Jack Johnson, In Between Dreams, suena en el ordenador. Suelo escucharlo cuando llego cansado. Solo me bastan un par de canciones acompañadas de una cerveza para sentirme como nuevo.

    Hoy he salido del trabajo un poco antes. No he podido terminar la maquetación de la revista en la que estoy trabajando, pero tengo hasta mañana al mediodía para entregarla. Espero llegar a tiempo.
    A las seis de la tarde -más los diez minutos de rigor- Rafa se ha reunido conmigo en el Menta Negra. Me ha parecido que estaba más animado.
    Hemos pedido dos cervezas y unas bravas y me he quedado mirándolo, a la espera de que empezara a contarme su versión de los hechos y me repitiera unas treinta veces lo imbécil que era y que no se merecía a alguien como Marta. En efecto, no se la merecía. Se merece a alguien mejor.
    Pero esta vez Rafa me ha sorprendido. Ha sonreído un poco, apesadumbrado, y me ha dicho que no quería volver a hablar de ella. Nunca. Que hoy hablaríamos de mí y de lo que me estaba sucediendo últimamente.
    Ha sido como si me quitaran un enorme peso de varias toneladas de encima.

    -¿Cómo te encuentras? -ha preguntado. Directo al grano. No sería él si se hubiera andado con rodeos. Aquella pregunta significaba que se estaba reponiendo rápidamente; quizás fuera verdad que había terminado para siempre con Marta, aunque no lo tengo tan claro.
    Le he contestado con un: "No me encuentro mal", y luego le he contado todo lo ocurrido desde el Jueves. También le he hablado de Sara.
    Se ha alegrado por mí sinceramente, a pesar de la situación que está pasando. Es mucho más fuerte de lo que aparenta.
    Después de un intensivo interrogatorio sobre Sara, tres Volls más tarde, ha vuelto sobre el “Tema”:
    -Bueno, ví lo que hiciste a esos seguratas. Estaba allí. Pero aun así lo que tú crees que pueden ser poderes podría ser causado por algo menos... -se ha llevado la botella a los labios mientras buceaba en su mente en busca de las palabras adecuadas-. Menos fantástico -ha añadido dejándola sobre la mesa, como si con ése gesto reafirmara su declaración.
    -¿Cómo qué?
    -Como un subidón de adrenalina.
    Sabía que me saldría con eso. Yo también lo he pensado. El ser humano, cuando es sometido a situaciones extremas es capaz de segregar grandes cantidades de adrenalina que le permiten realizar proezas sobrehumanas. Se han dado casos en que, por ejemplo, una persona ha levantado un coche a pulso durante unos segundos para sacar a alguien de debajo. Hay muchos casos parecidos, y están comprobados científicamente.
    -¿Y qué me dices de que se me hayan curado las heridas de una pelea en dos días escasos, sin dejar ninguna marca?
    "Esta vez te tengo" recuerdo haber pensado.
    Pero no hay que subestimar a Rafa. Tiene argumentos y salidas para todo. Lástima que no sea capaz de aplicárselas a sí mismo. Se habría ahorrado cuatro años de comer mierda.
    -No estaba allí y no sé lo graves que fueron esas heridas. Quizás no fueran más que magulladuras. Tú mismo me dijiste que no tienes ni idea de lo que pasó allí dentro. El shock podría hacer que exageraras las cosas un poco. O las hemorragias y las migrañas que dices que tienes a menudo desde hace una semana. Lo siento pero eso no podemos tomarlo como prueba por ahora. Creo que deberías ir al...
    -¿Y qué quieres que haga? ¿Que me tire a la vía del tren a ver qué pasa? -le he interrumpido, algo mosqueado. Me ha dejado sin argumentos. No quería ni pensar en que tuviera razón. Y mucho menos quería que me arrebatara la posibilidad de destacar sobre los demás. De marcar la diferencia.
    Me ha observado durante unos minutos en silencio, mientras yo apuraba mi cerveza. Yo tampoco tenía nada que decir.
    Al salir del bar parecíamos una pareja recién peleada. Iba a despedirme sin más cuando me ha dicho, con esa sonrisa suya enigmática, que significa que le ha venido a la mente la idea que necesitábamos:
    -Llamaré a Xavier.
    Hasta ayer era un tipo de lo más normal. ¿Qué me está pasando?

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    • #32
      Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

      Miércoles 28 de marzo de 2007, 22:13h
      Artes marciales


      He aquí la "genial" idea de Rafa:

      Xavier es un colega de metro noventa y algo y un poco más de cien kilos. Puro músculo y nervio, y mucha mala leche. Lleva desde los siete años practicando todo tipo de artes marciales. Empezó, creo, con el judo, para pasarse luego al taekwondo al comprobar que allí no se daban patadas ni puñetazos. En el momento en que se dio cuenta de que ya no podía mejorar más se dedicó al kárate, del cual es tercer dan y profesor en una escuela de artes marciales de Mataró. También se ha dedicado al kickboxing, al muai-thai, e incluso asistió durante un año o dos a clases de ninjutsu. Una puta máquina de matar, vamos.
      Una noche, debe hacer unos cuatro años, entraron un grupo de gitanos del barrio de Cerdanyola de Mataró en su escuela y se llevaron todas las copas y cinturones ganados a lo largo de muchos campeonatos. Recuerdo cuando se enteró al día siguiente. Estaba furioso, histérico, y golpeaba inconscientemente con su puño derecho la pared que tenía más cerca. Xavier prefería que le robaran todo su dinero antes que aquello. Todos pensamos que se le pasaría. Total, era imposible recuperarlo. ¿Quién se mete en el barrio gitano a reclamar algo que le han robado?
      Xavier se metió. Y el cabrón consiguió que le devolvieran todo lo que se habían llevado. Nunca nos contó -ni a nosotros ni a nadie que sepamos- qué es lo que pasó allí. Y quizás sea mejor no saberlo.
      Pues bien, Rafa quiere que luche con él para comprobar si realmente tengo poderes. No sé, casi prefiero la idea de arrojarme a la vía del tren. Al menos sería algo rápido.

      Aún recuerdo cuando, hace unos diez años, me tocaba pelear contra Xavier. En esos momentos odiaba la hora en que decidí apuntarme a kickboxing. Lo único que podía hacer era darle la espalda, cubrirme, y recibir, y con suerte dejar escapar algún golpe traicionero que pocas veces lograba dar en el blanco.
      Ahora me planteo realmente las palabras de mi amigo. Quizás mi mente lo ha exagerado todo y sigo siendo el mismo de siempre.
      Quizás Rafa tiene razón. Siempre la tiene...
      Hasta ayer era un tipo de lo más normal. ¿Qué me está pasando?

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      • #33
        Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

        muy interesante, me he tardado un poco en leerlo desde el comienzo pero definitivamente vale la pena.
        the inhale that makes the exhale so much better

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        • #34
          Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

          Jueves 29 de marzo de 2007, 16:55h
          Estrés


          Vaya día más asqueroso.
          Te levantas ya estresado, pensando en la de trabajo que tienes por delante y sin ningunas ganas de hacerlo. Llegas a la oficina y el estrés flota ya en el ambiente a pesar -o como consecuencia- de llegar el primero.
          Y empieza el suministro de estrés. El de la mañana, que te quita la modorra a hostias. Luego llega el del mediodía, que sólo te permite comerte un bocadillo delante de la pantalla de ordenador. Y para terminar el de la tarde, que lucha porque te quedes un rato más.
          Odio los días de entrega, pero en especial odio los que además preceden a Semana Santa, Navidad, y Agosto. En esos días todo el mundo parece volverse loco de repente y recordar que tienen cosas que presentar pasadas las vacaciones, o nuevas líneas de negocio que inaugurar en breve, para lo que necesitan a un diseñador o a un profesional del marketing. Y entonces me llaman a mí.
          Coges el teléfono y sigues trabajando mientras escuchas la verborrea al otro lado y asientes de vez en cuando. No puedes dejar lo que estás haciendo porque cada minuto cuenta y la hora de entrega se aproxima peligrosamente. Cuando el cliente termina su exposición le dices -en el mismo tono suplicante de un niño pidiendo perdón a su madre al comprender que se ha portado mal- que la semana que viene te has cogido vacaciones, y que ya le llamarás para quedar y hablar en detalle del tema en cuanto vuelvas.
          Cuelgas y sigues trabajando.
          El estrés sigue a tu lado, por encima y dentro de ti. Y no te abandona al salir del trabajo, ni cuando coges el tren. Solo consigues librarte de él al cruzar el umbral de tu hogar, como si le estuviera prohibido por antiguas leyes arcanas el entrar sin ser invitado; como si se tratara de un vampiro.

          ___________________________
          Me alegro de que te haya merecido la pena el esfuerzo NEMESIS
          Hasta ayer era un tipo de lo más normal. ¿Qué me está pasando?

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          • #35
            Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

            Hola Arawna!

            Comentarte que en días anteriores había pasado de leer el post. Son de esas veces que algunas palabras clave te dicen: “mmm, creo que no es lo mío...” Pero, ha sido una gratísima sorpresa notar que estaba equivocada y el relato me parece bastante bueno e interesante. Te felicito.

            Por otro lado, contarte que desde niña tengo la costumbre (inculcada para bien o para mal por mi padre) de subrayar en los libros cualquier error que noto, o palabra que no comprendo. Aunque me parece cansado leer novelas en internet, éste, por estar escrito a manera de diario y en etapas, ni me ha cansado y repito que capta mucho el interés.

            Eso sí, hay algunos errorcitos que quizás quieras componer pues creo que un buen escrito, bien lo vale (de lo contrario ni lo mencionaría…)

            -Nombres propios (medicamentos, Kickboxing, etc.) con mayúscula

            -anquilosado = escrito con a, y no con e

            -continua, enviado, furia, importancia, justicia, individuo, Hiperactivo, enfriado, volumen, joven, vi, esto = sin acento

            -sonreír, conocéis, podéis = con acento

            -semiinconsciente (escrito junto y sin guión)

            -cómo (en la oraciones “enterarme de cómo había sucedido todo”, “No sé cómo explicarlo”, “pero no sé cómo me he zafado”, “Es increíble cómo puede llegar a cambiar un día…”, “una conexión entre los dos que no sé bien cómo explicar”, “Quería saber cómo estaba”) con acento

            -Sólo (en la frase “Sólo puedo decir –a pesar de que si finalmente…-) lleva acento

            -Policía (acento en la segunda y no la primera i)

            -sorprendido y sorprendí (falta la “r”)

            (éstos 3 últimos, son errores de dedo. Segura!)

            Pues eso: felicidades y aquí tienes una fan más esperando el siguiente…
            Elisa
            Forista Chilanga
            Last edited by Elisa; 25-marzo-2010, 10:28.
            "Prefiero tenerte en un frasco de recuerdo almibarado, a luchar todos los días con tu radiografía" - Alqui

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            • #36
              Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

              muy bueno, justo estaba esperando la parte que seguia.
              the inhale that makes the exhale so much better

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              • #37
                Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

                Viernes 30 de marzo de 2007, 24:07h
                En casa


                El jodido día que he sufrido ha quedado finalmente relegado al olvido al llegar a casa esta tarde. Ha sido meter la llave en la cerradura y sonar el móvil. Era Sara. Al ver su nombre en la pantalla se me ha movido algo en lo más hondo del estómago, y al escuchar el timbre alegre de su voz me ha parecido que hacía un millón de años que no hablaba con ella. El puto estrés no me ha dejado darme cuenta hasta ese instante de lo que la he extrañado estos dos días escasos que hacía que no la veía ni sabía de ella.
                Hemos hablado un poco de nuestra próxima escapada y de poco más aparte de las tonterías que solo dos enamorados encuentran interesantes y que no pienso reproducir aquí. A pesar de ello, cuando me he dado cuenta había pasado una hora y media y he recordado mi cena con Magda. En ese momento no tenía ningunas ganas de despegarme del teléfono, aunque mis tripas ya empezaban a protestar.

                Me ha costado demasiado despedirme a pesar de la promesa de Sara de que mañana me volvería a llamar, y eso ha hecho que me empezara a rallar. Por suerte, la exquisita cena de mi vecina y una agradable aunque instrascendente charla me han hecho olvidar mis preocupaciones por un rato.

                Ahora me acostaré y espero no dar demasiadas vueltas en la cama. Mañana promete ser otro día duro y necesito estar al cien por cien.

                ____________________________
                Muchísimas gracias por tus comentarios y tus correcciones Elisa, no dudes de que me vendrán muy bien para el documento final :)


                Un saludo,

                Arawna
                Hasta ayer era un tipo de lo más normal. ¿Qué me está pasando?

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                • #38
                  Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

                  Viernes 30 de marzo de 2007, 18:40h
                  No pensar


                  Otro día estresante en la oficina.
                  Aunque tener tanto trabajo no es malo. Evita que pienses. Y en mi situación casi es lo mejor que me podía pasar.
                  Sara me ha llamado al mediodía. Esta noche nos veremos para preparar un poco la aventura de la semana que viene. Por lo que he podido llegar a deducir va a ser algo bastante improvisado. Coger el coche, hacer kilómetros y pararnos donde nos apetezca. No me parece mala idea, hace tiempo que no hago algo así.

                  Igual que hace tiempo que no peleo contra Xavier -ni contra nadie exceptuando los dos incidentes de la semana pasada-. Mañana por la tarde, unos diez años tarde, habrá llegado el momento de la revancha. O el momento de volver dolorosamente a la realidad. En fin, ya se verá. Para qué preocuparse.

                  Nota importante: he decidido que cuando pase Semana Santa iré al médico. Aunque solo sea por no tener que gastarme el sueldo en ropa. Esta mañana he manchado dos camisas y un pantalón antes de salir de casa y encima he perdido el tren.

                  Voy a seguir trabajando un rato más. Ya me han llegado las últimas correcciones.
                  Hasta ayer era un tipo de lo más normal. ¿Qué me está pasando?

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                  • #39
                    Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

                    Sábado 31 de marzo de 2007, 16:29h
                    Perro Negro


                    Estoy hecho mierda. Apenas he dormido.
                    Y encima de camino a casa me he metido en otro follón. Si no tengo poderes, esta tarde después del combate con Xavier me como mi colección de cómics entera, lo prometo y dejo constancia escrita.

                    He pasado la noche en el piso de Sara, haciendo el amor y ultimando los preparativos para el viaje a ninguna parte –más lo primero que lo segundo-. Sus compañeras se fueron ayer a sus respectivos pueblos a pasar las vacaciones, así que lo hemos tenido para nosotros solos.
                    Hemos decidido que cogeremos el coche el martes bien temprano, compraremos mapas en la primera área de servicio que encontremos, y empezaremos a explorar España aprovechando que ninguno de los dos ha viajado demasiado por el país. Marcaremos algunos lugares y a partir de ahí improvisaremos.
                    Estoy deseando que llegue ya el día.

                    No sé que tienen las estaciones de tren pero últimamente parecen atraer los problemas. O quizás sea yo. Sea como sea, después de dejar a Sara en la Fnac, al llegar a la estación de Plaza Catalunya he visto como un joven de color, enorme y al parecer furioso, corría hacia dos chicos que andaban tranquilamente. Al llegar junto a ellos ha gritado algo que no he entendido y le ha dado una bofetada brutal a uno de los dos, que ha resonado por todo el recinto. El chaval ha ido a parar al suelo y el otro, después de unos segundos de vacilación, se ha interpuesto entre los dos sin demasiada convicción, con miedo. El negro le sacaba dos cabezas y no dejaba de gritar, fuera de sí.
                    Desde donde yo estaba podía ver toda la estación y también las escaleras: no había ni un guardia de seguridad y el resto de la gente, como de costumbre, se han limitado a mirar, sorprendidos.
                    El tipo ha seguido gritando algo incomprensible, y apartando sin dificultad al chico que se había puesto en medio ha empezado a patear al del suelo, que intentaba alejarse de allí a rastras; por su expresión parecía que aún no entendía lo que le estaba pasando.
                    Unos segundos después, entre el amigo y otros dos jóvenes -más valientes que sensatos- han cogido a aquel mastodonte por detrás y lo han apartado. Éste ha escupido sobre el que se retorcía en el suelo y ha seguido gritando cosas en algún idioma africano mientras le obligaban a retroceder. Por unos segundos ha parecido que la cosa se iba a calmar y he empezado a relajarme.

                    Y entonces ha aparecido por las escaleras un grupo de negros, bajando los escalones de tres en tres. Vestían como el que gritaba: americanas de colores, cadenas, anillos, piercings, boinas y pantalones militares, y zapatillas deportivas de marca. Todos eran corpulentos y casi todos superaban el metro ochenta de estatura. Impresionaban bastante.
                    Rápidamente han avanzado entre gritos hacia el lugar del incidente y han rodeado al grupo de jóvenes, que inmediatamente han soltado al negrazo que tenían sujeto y han retrocedido hasta la pared que tenían a su espalda. Sus caras han perdido el color en unos segundos. Estaban acojonados.
                    La gente que iba llegando a la estación se mantenía alejada, observando, o pasaban de largo ignorando -consciente o inconscientemente- lo que estaba sucediendo.
                    Los hermanos eran nueve, y no parecían tener intención de irse a casa y olvidar lo que fuera que había ocurrido. Parecían bastante cabreados. Indignados.
                    Lentamente, intentando no hacerme notar, me he acercado a ellos. El que parecía el cabecilla estaba hablando a los chavales, que ahora sudaban además de temblar y mantener sus miradas clavadas en el suelo. Al parecer, el chico que ahora apenas se aguantaba en pie y se cubría el rostro con una mano temblorosa, había mirado “demasiado” a la novia del agresor, el cual se había ofendido y había procedido a darle una lección.
                    El amigo del que se había llevado las hostias ha mirado al grupo de mastodontes que tenía delante en actitud desafiante y ha dicho:
                    -Ésto es España. Es un país libre y no está prohibido mirar.
                    "Puto bocazas. La has cagado" he pensado justo antes de que la primera hostia le cruzara la cara. Parecía el típico universitario idealista, y si nadie hacía nada pronto, quizás se convertiría en un universitario idealista muerto. Pero lo peor aún estaba por llegar. El idiota ha intentado devolver el golpe. En vano, por supuesto.
                    Y entonces ha empezado una batalla campal muy desigual en que las moles de piel oscura repartían leches a placer. Los otros, pobres, recibían mientras intentaban salir de allí. Un guardia de seguridad, que ha aparecido al oír el alboroto, se ha quedado mirando con la boca abierta, y se encogía de hombros cuando alguien le decía que hiciera algo.
                    Y ya no he podido aguantar más. He corrido hasta allí y he cogido al primer bruto con el que me he topado por el cuello, que se ha vuelto y me ha mirado sorprendido. Una patada en los cojones lo ha dejado retorciéndose en el suelo mientras me lanzaba sobre el siguiente. Y en ese momento he perdido el control.
                    Dos o tres minutos después los hermanos que seguían en pie han abandonado el lugar. Tres de ellos estaban inconscientes a mis pies.
                    Y entonces todo ha parecido detenerse a mi alrededor y todos los sonidos se han apagado, excepto el de mi respiración irregular. Los colores se han convertido en grises y entonces ha aparecido el negro más grande que he visto en mi vida bajando las escaleras sin ninguna prisa, como si se moviera a cámara lenta.
                    Lo único que le distinguía de sus compañeros -aparte de su impresionante tamaño- era que llevaba un traje negro de calidad y un elegante sombrero de copa.
                    Al llegar frente a mí -después de lo que me ha parecido una eternidad- me ha saludado quitándose el sombrero de la cabeza perfectamente rasurada y me ha mostrado una enorme sonrisa llena de dientes perfectos. Entonces he sentido un frío intenso y un miedo brutal que me han paralizado por completo. Acercando su rostro a menos de un centímetro del mío y mirándome a los ojos, ha dicho, con una voz profunda y sin mover los labios:
                    -Soy Perro Negro, y he venido a advertirte: no deberías meterte donde no te llaman. Por esta vez lo dejaré pasar, pero te recomiendo que te mantengas lejos de mi gente a partir de ahora.
                    Luego ha desaparecido repentinamente -como si nunca hubiera estado allí- y el mundo ha vuelto a ponerse en marcha y ha recuperado los colores. Entonces me he dado cuenta de que la mayor parte de la gente que había presenciado el incidente me observaba; no tengo claro de si lo hacían con miedo, respeto o agradecimiento por haber ayudado a esos chicos. Probablemente fuera una mezcla de todo ello.
                    Me he asegurado de que los chavales estaban bien y he decidido irme antes de que llegara la policía.
                    Nadie ha intentado detenerme.
                    Hasta ayer era un tipo de lo más normal. ¿Qué me está pasando?

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                    • #40
                      Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

                      Domingo 1 de abril de 2007, 13:15h
                      Confirmación


                      Confirmado. Las dudas se han disipado y un futuro incierto me aguarda.

                      Quedamos ayer a las 18:00h en la escuela de Xavier, en Mataró. Mientras Rafa conducía hacia allí su viejo Golf me dijo que Xavier no sabía nada. Le había dicho que yo me estaba planteando volver a apuntarme a clases de artes marciales y que quería comprobar con él si había perdido mucho. Menudo chiste, no sé como Xavier se tragó aquella patraña, y mucho menos como accedió. Hace más o menos diez años que aparte de caminar por la montaña no hago ningún tipo de ejercicio, y es algo que todo el que me conoce sabe perfectamente.
                      Sea como sea, llegamos a la escuela puntuales. Xavier nos esperaba junto a la puerta, bajo el rótulo negro donde se veía un serpenteante dragón chino de color verde y unas enormes letras amarillas que decían: Dragon Martial Arts. Escuela Tradicional de Artes Marciales. Había cerrado la escuela esa tarde para que pudiéramos estar solos. Creo que se olía algo.
                      Cuando le dijimos que lo que necesitábamos realmente era que yo subiera al ring con él le dio un ataque de risa que duró un par de minutos que se hicieron eternos. Se detuvo al darse cuenta de que nosotros ni siquiera sonreíamos.
                      -¿Puedo saber por qué quieres que te destroce esta tarde, Dani? -me preguntó, intentando contener otro ataque de risa. Estaba pensando en qué responderle cuando Rafa dijo:
                      -Daniel cree que tiene poderes. Yo le he visto hacer algo fuera de lo normal, pero aún no estoy convencido. Queremos que luches con él para comprobar si es verdad.
                      Xavier nos miró a los dos con una media sonrisa que parecía indicar que no sabía si reirse de nuevo o empezar a pensar que nos habíamos vuelto locos o que íbamos hasta las trancas de mierda.
                      Pasaron unos segundos en silencio, en que él nos miraba como si se encontrara de repente ante dos desconocidos y nosotros lo mirábamos a él, intentando confirmarle con nuestro silencio y nuestra expresión grave que no le estábamos gastando ninguna broma.
                      Finalmente dijo, sin convicción:
                      -Esto va en serio..., ¿no?
                      Asentimos los dos a la vez. Xavier bufó, se encogió de hombros y nos dijo que le siguiéramos a los vestuarios.

                      Diez años después volvía a enfundarme mis viejos guantes gastados, que aún conservaba como recuerdo, unas espinilleras, y un protector bucal. Me sentí ridículo, a la vez que gilipollas. Xavier, además, me obligó a ponerme un casco protector. La verdad es que no recuerdo que los usáramos cuando hacíamos kickboxing.
                      Rafa se acercó a él y escuché que le decía que no se contuviera. "¡Qué cabrón!", pensé. "Realmente quiere comprobar si tengo poderes, y si no los tengo quiere quitármelo de la cabeza de una vez por todas."
                      Subimos a las colchonetas y Xavier se colocó en posición. Yo lo miré y le imité, inseguro. "Ya no me acuerdo de nada. Me va a pegar una paliza" pensé. Me estaba acojonando. Tener a un tío como él delante, sabiendo que de un momento a otro va a dejar caer una lluvia de golpes sobre ti, intimida. O mejor dicho, hace que te cagues de miedo. "Puede que lo haya imaginado todo. Puede que no tenga una mierda..."
                      Y entonces, cortando mis pensamientos con un puñetazo, avanzó hacia mí. Su puño me golpeó en el puente de la nariz y me aturdió. No había pegado con todas sus fuerzas a pesar de las palabras que le había dirigido Rafa. Se contenía. Evidentemente no se creía nada de lo que le habíamos dicho y se estaba tomando aquello como una broma.
                      De todas formas aquel primer golpe me dolió como mil demonios. Retrocedí un par de pasos alzando los brazos para cubrirme y entonces me ensartó con un gancho de izquierda en el estómago que me levantó del suelo varios centímetros.
                      A mi espalda podía oír a Rafa maldiciendo en susurros.
                      Xavier retrocedió para darme tiempo a reponerme, y quitándose la férula de la boca preguntó si ya había tenido bastante. Miró a Rafa, encogiéndose de hombros y volvió a mirarme, esperando una respuesta. No debería haber sonreído. Aquella mirada condescendiente me dolió más que todos los puñetazos y patadas que pudiera recibir.
                      -Ponte la puta protección -dije, señalándolo. Ya no sentía miedo. Ya no me intimidaba su altura. Ni sus músculos. Tampoco me intimidaba la interminable colección de copas, cinturones, medallas y títulos que se agolpaban en las vitrinas que nos rodeaban.
                      Se colocó la férula de nuevo y se puso de nuevo en posición. Entonces ataqué yo. Esquivó mis primeros ataques con facilidad y consiguió conectar tres o cuatro golpes que apenas noté.
                      Rafa se movía a nuestro alrededor, observando aquello con temor.
                      Nos movíamos sobre las colchonetas a una velocidad impresionante, cada vez más rápido. Xavier ya no conseguía conectar sus golpes y le estaba costando cada vez más esquivar los míos. No sé cuánto duró aquello -según Rafa estuvimos danzando más de cinco minutos-, pero terminó en el instante en que conseguí conectar mi primer y único golpe. Un gancho de derecha penetró su guardia y le dio de lleno en la mandíbula. Se derrumbó cuan largo era, atontado y agotado.
                      Había noqueado a uno de los campeones de España y Europa de kárate y kickboxing.

                      Xavier se quitó los guantes, el casco y la férula, y me miró desde el suelo. Pronto sus labios formaron una sonrisa y adelantó el brazo para que le ayudara a levantarse. Una vez en pie, mirándome a los ojos, dijo:
                      -No sé que es lo que ha pasado hoy aquí. Pero te aseguro que ha sido uno de los combates más duros de toda mi vida. Eso no ha sido suerte, has vencido porque eres más rápido y más fuerte que yo.
                      Luego nos fuimos los tres a cenar y a tomar unas copas. Xavier tenía derecho a que le explicáramos lo que me estaba sucediendo. Además estaba impaciente por saberlo todo con pelos y señales. No nos hicimos de rogar.

                      Al despedirnos, Xavier -que es un auténtico fanático de los cómics de superhéroes- me dijo:
                      -No olvides lo que dijo el tío Ben a Peter Parker: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad.”
                      Nos reímos los tres con ganas y cada uno se fue a su casa.

                      Llevo dándole vueltas a esa frase desde ayer: no creo que sea tan fácil como en los cómics.
                      Hasta ayer era un tipo de lo más normal. ¿Qué me está pasando?

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                      • #41
                        Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

                        Lunes 2 de abril de 2007, 22:28h
                        Aventura improvisada


                        Ya tengo listo el equipaje. ¡Mañana a las 8:00h comienza la aventura!
                        He quedado con Sara una hora después junto al Arco de Triunfo de Barcelona, y de allí nos iremos hacia el sur siguiendo la costa por la C-32. Ya tenemos reservada la primera noche en un hostal de Cuenca que tiene buena pinta y no es demasiado caro. Nos llevaremos la tienda de campaña por si acaso, pero la idea es intentar pasar las noches en hostales que vayamos encontrando y que no sean muy caros.
                        La ruta circular que hemos trazado pasa luego por Burgos, Vitoria, Pamplona y de vuelta a Barcelona, aunque está abierta a la improvisación, así que si vemos algo desde la carretera o en algún mapa que nos parezca interesante nos detendremos.
                        También me gustaría ver Toledo, más que nada para confirmar que existe realmente, pero queda algo apartada, así que ya veremos; según como vayamos de tiempo.
                        Espero que mi viejo Peugeot 205 aguante el trote al que lo vamos a someter en estos cuatro o cinco días. Me ha llevado a todas partes sin darme ningún problema desde que lo compré de segunda mano hace siete años, y ya tenía nueve... Si resiste, en cuanto lleguemos lo jubilo, se merece ya un descanso tanto como yo me merezco un coche nuevo.

                        Por cierto, aún no sé qué le contaré a Sara si me empieza a sangrar la nariz durante el viaje. Demasiadas cosas en la cabeza y demasiado trabajo en la oficina han conseguido que me olvidara completamente del tema hasta ahora. Aunque pensándolo bien, ¿no es un viaje improvisado? ¡Pues ya improvisaré! ¡A los superhéroes se les da bien eso!
                        Tengo la sensación de que ésta será una gran aventura en la que tendré la oportunidad de profundizar más en la relación -si es que se la puede llamar así tan pronto- que acabo de iniciar. Estoy entusiasmado con la idea de recorrer lugares nuevos para los dos al tiempo que nos vamos conociendo el uno al otro.
                        Sólo espero no meterme en problemas. Intentaré mantenerme al margen de cualquier movida. Estoy realmente decidido a dejar en casa las migrañas, las hemorragias nasales, el estrés del trabajo y mis poderes recién adquiridos. Voy a ser una persona normal por una semana más, y cuando vuelva ya pensaré qué hacer con todo ello.
                        Hasta ayer era un tipo de lo más normal. ¿Qué me está pasando?

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                        • #42
                          Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

                          Toledo te queda un "pelín" fuera de alcance (2:30 horas por carreteras) y temo decirte que la A40 no está terminada (que fuí este fin de semana con mis padres) casi mejor que vas otro día super héroe jajajajaja

                          ¡Excelente el comic!
                          Beaner
                          Forista Rubí
                          Last edited by Beaner; 30-marzo-2010, 10:01.
                          "El hombre solo será libre cuando el último rey sea ahorcado con las tripas del último cura"Diderot

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                          • #43
                            Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

                            Domingo 8 de abril de 2007, 21:48h
                            Neveras de soltero vacías


                            Ya estoy de vuelta.
                            Hace dos horas y algo que he dejado a Sara en Barcelona y ya la echo de menos. Después de despedirnos me he venido para casa algo tristón. Al llegar he deshecho la mochila, he puesto una lavadora y me he dado una ducha que me ha dejado como nuevo.
                            Ahora, relajado y viéndolo todo con cierta perspectiva, puedo afirmar que han sido unas vacaciones de putísima madre. Lástima que ya hayan terminado.
                            "Bienvenido al maravilloso mundo gris de la rutina, la monotonía y las neveras de soltero vacías." Hoy no cenaré, pero el saber que volveré a verla el viernes lo hará más llevadero.

                            Al final los tres o cuatro días se han convertido en seis, y Sara y yo hemos tenido todo el tiempo del mundo para conocernos bien -además de patearnos catedrales, barrios medievales, ciudades encantadas, museos... -. Todas mis expectativas se han cumplido, así que más contento no puedo estar. Ha sido uno de los mejores viajes que he hecho, y sin salir de España. Y además he conseguido no pensar para nada en el trabajo ni -casi- en todo lo extraño que me ha pasado últimamente.
                            Digo "casi" porque algo sucedió la segunda tarde de nuestro viaje. Estábamos en Cuenca, viendo pasar la Procesión del Silencio, cuando todo volvió a mí de repente. Todo se detuvo a mi alrededor y los colores pasaron a ser una gama de grises, exactamente como había sucedido en la estación de Plaza Catalunya la semana anterior. Los redobles de tambores, las voces, los pasos, todos los sonidos se apagaron también. Sara estaba a mi lado, paralizada con la boca abierta y mirándome sin verme. Aquello -fuera lo que fuese- la había pillado a media frase. Observé a mi alrededor: la procesión, los más de mil miembros de la hermandad, incluidos los banceros que llevaban el paso sobre sus hombros, estaban inmóviles, al igual que los cientos de espectadores que se apelotonaban en las aceras a lo largo de la calle. Yo era el único que aún podía moverse.
                            Me bajé de la acera y caminé por el centro de la calle, intentando ver algo sin saber qué buscaba. Entonces un nazareno enorme, que estaba situado frente al paso, regresó a la vida y se movió en mi dirección poco a poco. Una ola de frió me golpeó y pude sentir como un terror que ya conocía me paralizaba. El aire olía a incienso rancio. A iglesia cerrada durante largo tiempo.
                            El nazareno siguió avanzando hacia mí y con movimientos muy lentos se quitó la caperuza gris. Era Perro Negro, sonriendo y mostrándome otra vez aquellos dientes blancos, perfectos; dientes de depredador. Se detuvo a unos metros y me saludó con un movimiento de la cabeza sin dejar de sonreír. Su voz resonó en mi cabeza, pero sus labios permanecieron inmóviles:
                            -Ya sé quién eres. Y sé como hiciste lo que hiciste a nuestros hermanos. No estuvo bien, pero ya hablaremos de ello cuando regreses. Ahora disfruta de tu viaje, Daniel.

                            Se alejó y desapareció tras el paso, entre la multitud, y luego todo volvió a la normalidad. Yo volvía a estar junto a Sara y ella pudo terminar su frase, como si nada hubiera sucedido. Disimulé mi malestar como pude e intenté alejar hasta más tarde aquella experiencia.
                            Aquella misma noche, cuando Sara se durmió, me puse a pensar en lo que había ocurrido. Apenas dormí en toda la noche, pero conseguí reducir aquellos encuentros con Perro Negro a dos posibilidades: la primera era que me estaba volviendo loco de verdad, y la segunda que había otras personas con poderes, y que ese negro de más de dos metros era una de ellas. Antes de caer dormido recuerdo haber pensado, irónicamente: "Lástima que sea de los malos".
                            El resto del viaje a partir de entonces ha ido de miedo. Ni una migraña, y sólo me sangró la nariz una vez y muy poco, y ella no estaba en ese momento, así que me he ahorrado tener que inventar excusas. Parece que viajar me sienta bien.

                            Mañana aprovecharé para perrear y recuperarme del viaje -que ha sido agotador-, y llamaré a Rafa para ver que tal está. Desde el jueves no sé nada de él, pero al menos cuando le llamé parecía estar bien: se había llevado ya todas sus cosas del piso de Marta y dijo que no la echaba nada de menos. No me lo termino de creer, pero si decir eso le ayuda...

                            ¿Qué estará haciendo Sara ahora?

                            _______________________________
                            Beaner supongo que te habrás fijado en que esta historia transcurre en el año 2007, no? XD
                            Hasta ayer era un tipo de lo más normal. ¿Qué me está pasando?

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                            • #44
                              Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

                              Lo sé...solo es broma!

                              salu2
                              "El hombre solo será libre cuando el último rey sea ahorcado con las tripas del último cura"Diderot

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                              • #45
                                Re: Hoy me ha pasado algo muy bestia

                                Lunes 9 de abril de 2007, 15:47h
                                Pensando en el mañana


                                He decidido que se lo contaré todo a Sara el viernes, no sería justo que se lo escondiera. Si voy a empezar algo serio con ella creo que es lo mejor. Además, no creo que pudiera llevar una doble vida como hacen en los cómics; en la vida real todo es mucho más complicado.

                                Aún no he tenido tiempo de pensar qué haré a partir de ahora, pero tengo claro que algo debo hacer. Siento como si estuviera en deuda con alguien o algo por lo que me está sucediendo, como si estuviera obligado a devolver un enorme favor. No tengo unos poderes vistosos ni con demasiadas posibilidades. No soy Superman, no puedo volar, ni tiro rayos o genero escudos de energía, ni nada parecido, aunque es cierto que aún no conozco los límites de mi poder. Lástima que no existan los superhéroes de verdad, podría ir a pedirles consejo.
                                Tampoco sé qué pensar sobre las apariciones de Perro Negro. No sé si puedo considerarlo un enemigo. La verdad es que después de cada encuentro el miedo que me paralizaba se ha ido con él, y solo ha quedado la curiosidad. Me da la sensación de que me estudia, me vigila. Si de veras quisiera hacerme daño ya podría haberlo hecho. Y parece que controla sus habilidades a la perfección, sean lo que sean: hipnosis, telepatía, control del tiempo...

                                Luego he quedado con Rafa, se pasará por casa. A ver si él ve las cosas de otra forma y me echa un cable, porque estoy hecho un lío.
                                Hasta ayer era un tipo de lo más normal. ¿Qué me está pasando?

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