El crecimiento demográfico y
LA POBREZA
Esa palabra de un significado tan negativo, y que parece ser el azote de la humanidad, implica lo mismo que hambre y desnutrición, también la carencia de techo y educación y capacidad para ponerle remedio. Y si a todo eso le agregamos
pobreza de espíritu, estamos al borde de la extinción de la más baja capa socioeconómica de la humanidad.
La simple palabra “POBREZA” se lee y se escucha por todos los medios de comunicación masiva de día y de noche y se convierte
en slogan y consigna populachera de todos los políticos, que en plena campaña electoral, buscan votos. Todos prometen “COMBATIR LA POBREZA” y por lo menos reducirla. Pero significativamente en los medios siempre aparecen niños, y eso no es por piedad, sino el más recalcitrante realismo
Sin embargo sucede todo lo contrario… LA POBREZA CRECE.
Decir y prometer es muy fácil y no solo hoy, sino también ayer y hace seis y hace doce años se promete lo mismo, y ya se habla de mil subterfugios y excusas por no haberlo logrado, y que a pesar de todos los esfuerzos, de los gobiernos y de la iniciativa privada. la POBREZA CRECE. En otras palabras, crece en número de familias y personas que viven en la pobreza.
Sin embargo a nadie de nuestras “grandes lumbreras”, que son los políticos se le ha ocurrido, ver este problema desde el punto de vista del crecimiento demográfico de la población de todo el mundo. Claro que este crecimiento varía de acuerdo a circunstancia muy particulares de cada nación o región del mundo, a tal grado, que hay casos en los que se habla de “Explosión demográfica”.
En vista de que en casi todos los países la población se divide en tres diferentes capas socioeconómicas, también en México esto sucede, y mientras la capa superior y la capa media muestran un crecimiento demográfico entre negativo hasta un mínimo positivo, el crecimiento demográfico de la capa baja, o sea de la pobreza extrema se convierte en EXPLOSIVA.
Este fenómeno se debe al hecho, de que mientras en las dos capas superiores suele haber solo uno o dos hijos, que llegan a adultos, y que en comparación con los fallecimientos por diversas causas, el resultado o es negativo o muy ligeramente positivo.
No así sucede en la capa socioeconómica de la pobreza, donde el número de hijos suele ser hasta cinco o más veces superior, con a veces hasta siete hijos vivos que llegan a adultos.
Si bien en este nivel las muertes por enfermedad, por desnutrición y falta de higiene también son superiores, no son lo suficientemente altas, como para evitar el explosivo crecimiento demográfico, que hay.
De nada o poco sirve hablar se planeación familiar, ni el uso de condones y píldoras anticonceptivas, por un lado, mientras subsiste el machismo apoyado por los curas del catolicismo, que sigue predicando “HIJOS…LOS QUE DIOS TE DE”
Cuando el gobierno comenzó a subvencionar la luz eléctrica para los pobres, cometió un gran error, pues benefició a los que más la usan y esos NO son los pobres. Pero dicen las malas lenguas, que cuando los pobres tuvieron los televisores, comenzó a disminuir la explosión demográfica, pero volvió a subir, cuando abundaban los excesivos cortes comerciales. Hubo una época hace como 40 años, que en los barrios pobres de las ciudades perdidas, de casas de palos y techos de cartón sobresalía un verdadero bosque de antenas de televisión de varios estilos.
Es sabido, que aunque no hubiera corriente eléctrica en tales cinturones de miseria, un televisor funciona con corriente de entre 8 y 12 voltios procedente de una batería para automóvil.
Pero hablando con cierto pragmatismo con acciones, donde el hablar a oídos sordos de los que no quieren oír, el único remedio para parar esa explosión demográfica de los pobres, sería aplicar por ley la vasectomía a los hombres, que son padres de más de tres hijos, pero ya retumban las protestas de “derechos humanos” y de todos los falsos fariseos, hablando mutilación del nazismo y de genocidio… pero tales protestas nunca se producen, cuando se ligan las trompas de la mujer, para no tener hijos.
Pero mientras aquí no sucede nada, en algunos países de Europa hay leyes que subsidian y premian a las familias por cada hijo que tengan del tercero en adelante, ya que de lo contrario, a la larga amenaza el exterminio.
Un tanto jocoso, pero muy significativo es lo siguiente:
En Alemania hay una revista en la que se muestra un lugar, que es un museo ecológico, donde hay una banca en una pradera llena de flores y árboles, y sobre esa banca se encuentran un hombre y una mujer ya de avanzada edad en un gesto de mutuo amor… y debajo de ese paraje hay un letrero que dice
“LOS ULTIMOS ALEMANES”
Especie en peligro de extinción”
Sin embargo los extremos nunca fueron buenos, y así como en la tan avanzada Alemania se va convirtiendo en una población de puros viejos y ancianos, y para los que la pensión acaba de asfixiarla económicamente, de lo contrario, en países en desarrollo como México, y mientras los pobres se multiplican como conejos, y cuya población juvenil y de niños asfixia económicamente al gobierno, porque ninguna subvención alcanza para ni siquiera mantener la lacerante pobreza en su nivel, y menos aún la disminuye. Eso no se logra ni con las múltiples organizaciones humanitarias de la iniciativa privada.
Pero la misma naturaleza se encarga de establecer un contrapeso a la explosión demográfica de los pobres mediante fenómenos como huracanes, terremotos y maremotos, e inundaciones o resequedades desérticas o lluvias de cenizas y también incendios forestales, aunados a las plagas de insectos como la langosta y parásitos de todo tipo. Es muy significativo, que siempre son los pobres los que registran las mayores víctimas, causando una dramática extinción entre ellos.
Nada menos hoy los intensos fríos y heladas invernales y resequedad por falta de lluvia y consiguiente hambruna, como sucede actualmente en la Sierra Tarahumara de Chihuahua, es un claro ejemplo de este fenómeno de la naturaleza. Pero en tales casos el dinero carece de valor, pues los pesos o dólares o euros no se pueden ni comer ni beber, ni protegen contra el frío porque no dan calor.
Surge así la gran pregunta:
¿QUIEN Y COMO SE EVITA LA EXPLOSION DEMOGRAFICA DE LA POBREZA ?
LA POBREZA
Esa palabra de un significado tan negativo, y que parece ser el azote de la humanidad, implica lo mismo que hambre y desnutrición, también la carencia de techo y educación y capacidad para ponerle remedio. Y si a todo eso le agregamos
pobreza de espíritu, estamos al borde de la extinción de la más baja capa socioeconómica de la humanidad.
La simple palabra “POBREZA” se lee y se escucha por todos los medios de comunicación masiva de día y de noche y se convierte
en slogan y consigna populachera de todos los políticos, que en plena campaña electoral, buscan votos. Todos prometen “COMBATIR LA POBREZA” y por lo menos reducirla. Pero significativamente en los medios siempre aparecen niños, y eso no es por piedad, sino el más recalcitrante realismo
Sin embargo sucede todo lo contrario… LA POBREZA CRECE.
Decir y prometer es muy fácil y no solo hoy, sino también ayer y hace seis y hace doce años se promete lo mismo, y ya se habla de mil subterfugios y excusas por no haberlo logrado, y que a pesar de todos los esfuerzos, de los gobiernos y de la iniciativa privada. la POBREZA CRECE. En otras palabras, crece en número de familias y personas que viven en la pobreza.
Sin embargo a nadie de nuestras “grandes lumbreras”, que son los políticos se le ha ocurrido, ver este problema desde el punto de vista del crecimiento demográfico de la población de todo el mundo. Claro que este crecimiento varía de acuerdo a circunstancia muy particulares de cada nación o región del mundo, a tal grado, que hay casos en los que se habla de “Explosión demográfica”.
En vista de que en casi todos los países la población se divide en tres diferentes capas socioeconómicas, también en México esto sucede, y mientras la capa superior y la capa media muestran un crecimiento demográfico entre negativo hasta un mínimo positivo, el crecimiento demográfico de la capa baja, o sea de la pobreza extrema se convierte en EXPLOSIVA.
Este fenómeno se debe al hecho, de que mientras en las dos capas superiores suele haber solo uno o dos hijos, que llegan a adultos, y que en comparación con los fallecimientos por diversas causas, el resultado o es negativo o muy ligeramente positivo.
No así sucede en la capa socioeconómica de la pobreza, donde el número de hijos suele ser hasta cinco o más veces superior, con a veces hasta siete hijos vivos que llegan a adultos.
Si bien en este nivel las muertes por enfermedad, por desnutrición y falta de higiene también son superiores, no son lo suficientemente altas, como para evitar el explosivo crecimiento demográfico, que hay.
De nada o poco sirve hablar se planeación familiar, ni el uso de condones y píldoras anticonceptivas, por un lado, mientras subsiste el machismo apoyado por los curas del catolicismo, que sigue predicando “HIJOS…LOS QUE DIOS TE DE”
Cuando el gobierno comenzó a subvencionar la luz eléctrica para los pobres, cometió un gran error, pues benefició a los que más la usan y esos NO son los pobres. Pero dicen las malas lenguas, que cuando los pobres tuvieron los televisores, comenzó a disminuir la explosión demográfica, pero volvió a subir, cuando abundaban los excesivos cortes comerciales. Hubo una época hace como 40 años, que en los barrios pobres de las ciudades perdidas, de casas de palos y techos de cartón sobresalía un verdadero bosque de antenas de televisión de varios estilos.
Es sabido, que aunque no hubiera corriente eléctrica en tales cinturones de miseria, un televisor funciona con corriente de entre 8 y 12 voltios procedente de una batería para automóvil.
Pero hablando con cierto pragmatismo con acciones, donde el hablar a oídos sordos de los que no quieren oír, el único remedio para parar esa explosión demográfica de los pobres, sería aplicar por ley la vasectomía a los hombres, que son padres de más de tres hijos, pero ya retumban las protestas de “derechos humanos” y de todos los falsos fariseos, hablando mutilación del nazismo y de genocidio… pero tales protestas nunca se producen, cuando se ligan las trompas de la mujer, para no tener hijos.
Pero mientras aquí no sucede nada, en algunos países de Europa hay leyes que subsidian y premian a las familias por cada hijo que tengan del tercero en adelante, ya que de lo contrario, a la larga amenaza el exterminio.
Un tanto jocoso, pero muy significativo es lo siguiente:
En Alemania hay una revista en la que se muestra un lugar, que es un museo ecológico, donde hay una banca en una pradera llena de flores y árboles, y sobre esa banca se encuentran un hombre y una mujer ya de avanzada edad en un gesto de mutuo amor… y debajo de ese paraje hay un letrero que dice
Especie en peligro de extinción”
Sin embargo los extremos nunca fueron buenos, y así como en la tan avanzada Alemania se va convirtiendo en una población de puros viejos y ancianos, y para los que la pensión acaba de asfixiarla económicamente, de lo contrario, en países en desarrollo como México, y mientras los pobres se multiplican como conejos, y cuya población juvenil y de niños asfixia económicamente al gobierno, porque ninguna subvención alcanza para ni siquiera mantener la lacerante pobreza en su nivel, y menos aún la disminuye. Eso no se logra ni con las múltiples organizaciones humanitarias de la iniciativa privada.
Pero la misma naturaleza se encarga de establecer un contrapeso a la explosión demográfica de los pobres mediante fenómenos como huracanes, terremotos y maremotos, e inundaciones o resequedades desérticas o lluvias de cenizas y también incendios forestales, aunados a las plagas de insectos como la langosta y parásitos de todo tipo. Es muy significativo, que siempre son los pobres los que registran las mayores víctimas, causando una dramática extinción entre ellos.
Nada menos hoy los intensos fríos y heladas invernales y resequedad por falta de lluvia y consiguiente hambruna, como sucede actualmente en la Sierra Tarahumara de Chihuahua, es un claro ejemplo de este fenómeno de la naturaleza. Pero en tales casos el dinero carece de valor, pues los pesos o dólares o euros no se pueden ni comer ni beber, ni protegen contra el frío porque no dan calor.
Surge así la gran pregunta:
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