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EN México es inútil la b´suqueda de protección....

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    En México es inútil la búsqueda de protección, hasta para los activistas de derechos humanos

    Blanca Mesina Nevarez, (arriba), y Silvia Vázquez Camacho se vieron forzadas a abandonar Tijuana, México, debido a que temían por la pérdida de sus propias vidas, como resultado de su activismo por los derechos humanos.

    por MARC LACEY

    Publicado por The New York Times, 19 de Junio de 2010, Año de la conmemoración de la independejencia de México




    CIUDAD DE MÉXICO — Con la locura de una guerra contra las drogas rodeándoles, los activistas de derechos humanos en México tienen repletas sus manos, mientras ellos tratan de abordar a una nueva clase de víctimas: ellos mismos




    No me van a silenciar,” insiste Silvia Vázquez Camacho, una activista de Tijuana, quien ahora está oculta tras recibir una serie de amenazas contra su integridad física durante meses recientes. A pesar de su valiente declaración, el miedo e su voz era palpable, reconociendo ella misma que había sido obligada a tomar un una pausa en su activismo.



    México cuenta con una prolongada historia de casos en los que “las autoridades” ya utilicen distintivos o trajes de negocio, pisotean los derechos de los desvalidos.

    Al reconocerlo desde hace 20 años, el gobierno creó una comisión formal para identificación de las violaciones y para recomendar, sin ordenar, los remedios correspondientes..
    Grupos de ciudadanos se alzaron para nivelar el campo de juego y para representar a las víctimas de arrestos fuera de lugar, de tortura., de invasión ilegal de tierra y de innumerables transgresiones diversas.



    Pero el sistema está severamente sujeto a prueba, rn lo que los activistas de derechos humanos dicen que es un ataque concertado sobre sus propios derechos. La nueva realidad es que los activistas ahora dedican una porción considerable de su tiempo para ayudar a los demás activistas que han sido amenazados o que les acontezca algo peor todavía.



    “Nadie nos protege” dice Juan Carlos Gutiérrez Contreras, director de la Comisión Mexicana para la Defensa y la Promoción de los Derechos humanos. [i] “Los activistas de los derechos humanos deben ser capaces de hacer su labor, Y nosotros no queremos tan sólo protección. Queremos que el gobierno investigue las amenazas [que recibimos] .”


    Amnistía Internacional,
    en un reporte reciente, subrayó 15 casos de amenazas en contra de activistas de derechos humanos en años recientes, dispersos a lo largo y ancho del país. Aunque no hay datos precisos, los grupos de derechos humanos dicen que son docenas el numero de activistas que han sido inapropiadamente señalados por la policía, por los soldados y por los funcionarios gubernamentales.


    En uno de los numerosos casos nuevos archivados en contra de las organizaciones mexicanas de derechos humanos, la Sra. Vázquez y otra mujer, Blanca Mesina Nevarez, huyeron recientemente de Tijuana debido a que temían por sus propias vidas como resultado de su trabajo Las dos activistas estaban representando a 25 oficiales de policía quienes habían acusado a las fuerzas Mexicanas de seguridad de torturarlos a principios de 2009, para forzarlos a firmar confesiones diciendo que ellos estaban recibiendo sobornos. Los activistas . sospechan que un grupo rival de policías de Tijuana son los que los están amenazando.



    Mientra más vocingleros fueran los activistas en sus alegatos de tortura, más intensa era la respuesta Primero eran amenazas con llamadas telefónicas. Posteriormente por el seguimiento con patrullas alrededor de toda la ciudad. Después de que la Sra. Mesina atestiguó en una audiencia en Washington el otoño pasado para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, e le acercó un hombre enmascarado y la amenazó de muerte.



    Alarmados por al intimidación, La Comisión Interamericana de Derechos Humanos tomó el caso de los activistas de Tijuana, apelando al gobierno Mexicano para que fortaleciera sus medidas de protección para las dos mujeres, antes de que fuera demasiado tarde.


    Para algunos como Raúl Lucas Lucía, ya fue demasiado tarde. el Sr. Lucas defendía los derechos de indígenas en el Estado de Guerrero, hasta que fue [ ] “ levantado”
    por tres hombres quienes afirmaban ser oficiales de policía en febrero de 2009. “quédate tranquila o mataremos a tu esposo” se le amenazó a la esposa del Sr. Lucas, Guadalupe Castro Morales, por teléfono de alguien que la localizó en el celular de su esposo. “Esto te está pasando por defender indios.”



    Siete días después apareció el cadáver del Sr. Lucas y de un colega, Manuel Ponce Rosas, el caso sigue sin ser resuelto



    “¿Te crees muy valiente?” le gritó un hombre desde un auto a Obtilia Eugenio Manuel, fundadora de una organización de derechos para los indígenas, también en el Estado de guerrero, compilado por amnistía Internacional, El Hombre añadió: Si no te vas a prisión, te mataremos.”


    También recibió amenazas de muerte en mensajes de texto a su celular, uno de los cuales le advertía que ningún grupo de derechos humanos podría salvarla respondiendo a su caso y al de otros activistas en Guerrero, la comisión de derechos humanos internacionales , que es parte de la Organización de Estados Americanos, apeló a las autoridades Mexicanas para que le proporcionaran protección a ella y a docenas de activistas.



    En otro caso, Cristina Auerbach Benavides, quien hizo una campaña en representación de las familias de 65 mineros que fallecieron en la explosión de una mina de carbón en 2006, fue confrontada en más d e una vez en su casa en la Ciudad de México por hombres que afirmaban ser oficiales de policía. Los incidentes ocurrieron cuando el guarda espalada asignado para ella por el gobierno de la ciudad estaba de asueto.



    “México es un peligroso país para los que defienden derechos humanos”
    decía el reporte de amnistía internacional, en el que notaba muchos casos en los archivos de numerosos grupos de derechos humanos

    Los activistas que laboran en casos relacionados con al guerra al narcotráfico son particularmente vulnerables , debido a que las organizaciones de tráfico de drogas y sus múltiples cómplices en el gobierno y en las fuerzas policíacas, muestran poca tolerancia hacia las críticas.



    de ninguna manera los activistas de derechos humanos son los únicos blancos . Periodistas han sido silenciados por pistoleros a la sombra. Los políticos y oficiales de policía que se hayan atrevido a enfrentar al crimen organizado han perdido también la vida.



    El Presidente Felipe Calderón ha defendido el récord de su gobierno en derechos humanos y ha descrito su ofensiva contra las drogas como un esfuerzo para proteger los derechos humanos de todos los mexicanos en contra de poderosos criminales.



    “Obviamente tenemos un fuerte compromiso para proteger los derechos de todos mundo, de las víctimas hasta de los propios criminales,”
    dijo en agosto en Guadalajara, con el Presidente Obama a su lado , cuando se le cuestionó sobre los derechos humanos. “Y cualquiera que diga lo contrario, ciertamente tendrá que probarlo — en cualquier caso, en uno sólo, donde la autoridad apropiada no haya actuado de manera correcta.”



    los activistas de derechos humanos dicen que tienen pilas de casos. Y dicen que hay razones amplias en México para tomar en serio las amenazas de muerte.


    En el Caso de la Sra. Mesina, después de que ella regresó de Washington, fue seguida por una misteriosa pick up con cristales ahumados y sin placas de circulación. Ella manejó par escaparse hasta un estacionamiento, y fue entonces cuando un hombre vestido de negro y con su cara cubierta se le aproximó.



    Ésta es la última vez que te voy a advertir que dejes de presentar denuncias en Tijuana, ” recuerda ella que le dijo en una severa advertencia repleta de imprecaciones. “Si no te mató ahora es para evitar un escándalo en las elecciones y debido a que tu caso ya es conocido internacionalmente”



    la Sra. Mesina, quien se convirtió en activista para ayudar a liberar a su padre, quienes uno de los oficiales encarcelados en Tijuana, tomó la ultima parte de la amenaza como una forma de incentivo mientras mayor atención sobre el caso, será más difícil que la maten.


    Pero Nik Steinberg, un investigador de Human Rights Watch quien trabaja en México, expresa sus dudas. “unos e pregunta, si ni siquiera el gobierno protege a los defensores que han atraído la atención internacional, entonces a quién protegerán?” comentó

    http://www.nytimes.com/2010/06/20/wo...o&st=cse&scp=2
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