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Poesias y rimas que aligeran el alma

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  • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

    POETAS MEXICANOS DE LOS PRIMEROS 100 AÑOS DE LIBERTAD

    FÁBULAS MORALES PARA LA PROVECHOSA RECREACIÓN DE LOS NIÑOS
    QUE CURSAN LAS ESCUELAS DE PRIMERAS LETRAS
    José Ignacio basurto.

    II

    Atada al tronco de un granado hermoso
    una mujer tenía
    la delicada tela que tejía:
    el sitio delicioso,
    la fresca sombra que la cobijaba,
    la hermosa flor pendiente
    del árbol que galán se presentaba,
    el rido de una fuente,
    y cuanto encuentra allí, le alegran tanto
    que el trabajo acompaña con su canto . . . .

    ------

    .... La araña se sonríe,
    y con cachaza y flema
    le responde a la mosca
    meneando la cabeza:
    - La abeja es de las flores
    amiga y verdadera
    como yo amiga tuya
    soy, aunque no lo creas.
    Yo, por chpar tu sangre,
    te busco entre mis telas,
    y por la miel que chupa
    visita la flor ella. . . .

    -----

    Mil legiones de hormigas
    minan la dura tierra
    porque sus correrías
    quieren hacer en una hermosa huerta.
    Por diferentes bocas
    sale la chusma fiera,
    y, entregadas al saco,
    de los árboles todos se apoderan. . . .


    Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
    Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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    • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

      POETAS MEXICANOS DE LOS PRIMEROS 100 AÑOS DE LIBERTAD

      FÁBULAS MORALES PARA LA PROVECHOSA RECREACIÓN DE LOS NIÑOS
      QUE CURSAN LAS ESCUELAS DE PRIMERAS LETRAS
      José Ignacio basurto.

      III

      Se hallan en estas tierras
      unas hormigas raras
      que, en sus cuevas metidas,
      nunca salen a ver del sol la cara.
      Los indios las visitan:
      bujileras las llaman;
      y no sé por qué indicios
      saben en donde están sus tristes casas.
      De la cintura abajo
      se ven depositadas
      en unas grandes botas
      de miel, en unas rubia, en otras clara.
      Este rico tesoro
      las pena á que encerradas
      con nadie comuniquen;
      pero, por contingencia, una mañana
      trataron a una arriera
      que, huyendo acelerada
      de un furioso aguacero,
      se entró en la cueva de estas solitarias.
      Afable las saluda;
      toma asiento, y descansa
      sobre un grano de arena
      en que se le presenta silla y cama.
      Desde allí les refiere
      el gusto con que marcha
      sobre un árbol frondoso,
      cercenando los frutos y las ramas.
      Les dice los arbitrios
      con que su vida pasa,
      y de donde resulta
      ver reinar en sus trojes la abundancia.
      Mas ellas, atendiendo
      al néctar que las baña,
      dijeron a la arriera:
      - No hay duda que es terrible tu desgracia.
      Tu trabajo continuo
      te hace muy desdichada,
      y á nosotros felices
      la quieta posesión de la miel clara.
      La arriera dijo entonces:
      -¡Oh pobres insensatas!
      ¿Felices os llamaís
      cuando de la riqueza sois esclavas?
      El tesoro abundante
      á que estáis apegadas
      de mil bienes os priva,
      teniéndoos en prisión la más infausta. . . .


      Nota del autor:

      Esta hormigas (las bujileras), de que no he encontrado noticia en lo que he leido de historia natural, y cuyo nombre he aprendido de la gente del campo, las he visto sacar á los indios de la Labor de San Jerónimo y Hacienda Jalpilla, del partido de Chamacuero, y he llevado algunas a mi casa, las que he enseñado a varios amigos.
      Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
      Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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      • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

        POETAS MEXICANOS DE LOS PRIMEROS 100 AÑOS DE LIBERTAD

        FÁBULAS MORALES PARA LA PROVECHOSA RECREACIÓN DE LOS NIÑOS
        QUE CURSAN LAS ESCUELAS DE PRIMERAS LETRAS
        José Ignacio Basurto.

        IV

        Cuando una abeja joven recogía
        la pura miel de la fragante rosa,
        le robó la antención la mariposa,
        que flor de aquellos prados parecía.
        Atónita la deja su belleza;
        observa aquella plata de sus alas,
        y, suspirando por sus ricas galas,
        á su panal se vuelve con tristeza.
        Entra llorando al último aposento,
        que es puntualmente el que á su madre aloja,
        y, entre varios suspiros que allí arroja,
        le significa así su sentimiento:
        -He visto, madre, entre las frescas flores
        la feliz mariposa; su vestido
        está de fina plata guarnecido
        que brilla entre vivísimos colores.
        Yo pretendo un adorno semejante;
        mis excelentes prendas nadie ignora,
        y juzgo ser por ellas acreedora
        á vestir un ropaje mas brillante.
        Esto dijo la joven; mas la vieja,
        llena de sensatez y de cordura,
        con rostro grave y maternal blandura
        así responde á la quejosa abeja:
        -No solo este gusano, cuyo vuelo
        á brillar por el aire lo levanta,
        con lo vistoso de su ornato encanta,
        sino aun el que se arrastra por el suelo.
        ¿No has visto de estos mil que, dedicados
        á caminar, rodando la basura,
        presentan á la vista la hermosura
        del múrice y carmín con oro dados?
        ¿Y porqué piensas tú se ha concedido
        á animales tan viles la belleza?
        ¿No será por gritar que la nobleza
        no pende de los brillos del vestido?. . ..


        Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
        Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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        • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

          POETAS MEXICANOS DE LOS PRIMEROS 100 AÑOS DE LIBERTAD

          LA GRACIA
          (Final Del Canto II)
          Louis Racine
          (traducción de Francisco del Busto)

          ¡Oh poder desgraciado! Yo te tengo
          para tormento, más que para gloria:
          con este apoyo caigo facilmente.
          ¿Quién me diera unas alas de paloma?

          Lejos de estos horrores volaría
          al seno en que las almas se reposan,
          allí en una violencia dulce, eterna,
          la obediencia es feliz, aunque forzosa.

          Allí su yugo al corazón encanta;
          la libertad se pierde sin congoja:
          allí, libre de un cuerpo tan impuro,
          el deleite en su origen la alma goza.

          No hay pedir ni desear en esta patria:
          allí los bienes inefables sobran:
          de allí está desterrada la tristeza:
          las lágrimas se enjugan; todo es gloria.

          Las penas, los temores, los suspiros,
          el dolor, los deseos, todo se borra,
          ha triunfado la Iglesia, y en los cielos
          se canta el parabién de su victoria.

          Ella canta, y nosotros desterrados
          lloramos nuestra ausencia dolorosa:
          nuestras lágrimas crecen la corriente
          del miserable río de Babilonia.

          Sentados en sus márgenes gemimos
          secas las fauces, y las voces roncas.
          Pero ¡oh celeste Sión! ¿puede entonarse
          en tierra ajena el canto de tu gloria?

          Infelices, callemos; nuestra pena
          á silencio perpetuo nos provoca:
          colgadas para siempre nuestras liras
          de los sauces dejemos a la sombra.

          ¡Oh ciudad de la paz! ¡oh patria amada!
          ¡Oh eternidad serena y deliciosa!
          ¡Oh que largo y penoso es mi destierro!
          ¿Cuándo veré tu luz encantadora?

          ¿Cuándo será que beba en el torrente
          de tus deleites puros, Sión gloriosa?
          ¿Cuándo me embriagaré con el olvido
          de las penas terribles que me agobian?

          ¿Gozaré alguna vez tu paz amable,
          que el corazón más lánguido conforta?
          ¡Oh dichoso día que jamás se acaba!
          ¡Ay! ¿cuándo gozaré tu luz hermosa?

          Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
          Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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          • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

            POETAS MEXICANOS DE LOS PRIMEROS 100 AÑOS DE LIBERTAD

            LA GRACIA
            (Final Del Canto III)
            Louis Racine
            (traducción de Francisco del Busto)

            Habla, Agustín, publica tus angustias,
            y enséñanos piadoso con tu ejemplo
            lo que es sin Dios el hombre, y lo que puede
            cuando el Señor se digna protegerlo.

            Abrasado en amor de los deleites,
            llena mi juventud de torpe fuego,
            precipitado de un abismo en otro,
            me apartaba de tí, mi Dios, huyendo.

            Huía yo, pero tú no me dejabas:
            con la vara en la mano, Padre tierno,
            mis pasos atisbabas despeñados,
            para traerme amoroso hacia tu gremio.

            ¡Que disgustos tan útiles mezclabas
            en los vanos placeres y recreos,
            que cual sabrosa miel otros gustaban,
            siendo para mis labios como ajenjos!

            Tronando tú, Señor, en mi cabeza,
            Mónica instaba con amor materno,
            uniendo á tus avisos saludables
            sus lágrimas amargas y lamentos.

            Mas ¡ay! solo escuchaba yo el crugido
            de la cadena que llevaba al cuello;
            cadena de pasiones miserables
            que arrastra el que abandona tus senderos.

            El llanto lastimoso de mi madre
            no me arrancaba de mi torpe exceso;
            mi pecho encallecido no temblaba
            al sonido espantoso de tus truenos.

            Fastidiado por fin de los placeres,
            probé que son amargos ¡ay! sus dejos:
            detesté los horrores de mi vida;
            volví en mi mismo, y desperté del sueño.

            Yo miraba el camino, y pretendía
            ir avanzando en él á todo vuelo;
            mas hallábame siempre detenido
            por un gravosos insoportable peso.

            Había encontrado la preciosa joya
            y en mi ánimo la amaba como extremo:
            mas no me resolvía, para comprarla,
            á despreciar mis bienes y venderlos.

            Dos rivales, entrambos poderosos,
            en mi mismo luchaban con esfuerzo:
            yo me hallaba cruelmente desgarrado
            gimiendo por sus golpes en secreto.

            Dios me quería, con todo, y me obligaba
            á mirar mi maldad como en espejo.
            ¡Ay! qué objeto de escándalo y de susto!
            De terror se erizaban mis cabellos.

            Pero pronto, olvidando mi desgracia,
            á rendirme tornaba el grato sueño;
            y si hermosa la luz me despertaba,
            volvía á cerrar los ojos entreabiertos.

            Una voz me llamaba a todas horas,
            Levántate, infeliz, de entre los muertos;
            y yo desde el profundo respondía:
            Déjame descansar otro momento.

            Aquesta hora feliz nunca llegaba:
            cada vez era el sueño mas funesto:
            de los vicios la tropa seductora,
            me hablaba entre contentos y festejo:

            -¿Por que quieres dejarnos, Agustino,
            si te damos placeres halagüeños?
            -¿Privado de la magia de los gustos,
            podrás vivir acaso satisfecho?

            -Entre tristezas el sabio se consume
            si deja del placer el embeleso:
            -sólo el deleite da descanso al alma,
            sólo en deleites se regala el cuerpo.

            -Hombres, vivid alegres y dichosos:
            las horas disfrutad, no pase el tiempo:
            -embriagad en placeres los sentidos:
            bebed el caliz de oro que os presento.

            -Huíd de la virtud triste, importuna,
            que los gustos os quita lisonjeros;
            -cortad las frescas rosas, y en guirnaldas
            sean de vuestras sienes ornamento.

            -¿Crees tú que, al amor acostumbrado
            por tanto tiempo, de deleites lleno,
            te podrás arrancar de nuestros brazos?
            -¡Te pierdes, infeliz, y nos perdemos!

            Pero la dulce castidad amable
            con apacible rostro, aire sereno,
            con inefable magia me decía,
            mostrándome ejemplares de ambos sexos:

            -Tu me amas, Agustino: yo te llamo;
            ¿y á mi voz no respondes? ¡que! ¿perplejo
            crees imposible conseguir tú solo
            lo que otros como tu ya consiguieron?

            -Contrario de ti mismo, débil, flaco,
            juguete de encontrados pensamientos,
            nunca podrás fijar con la constancia
            tus pasos siempre tímidos é inciertos.

            -Vuelve á ver á mi lado estas palomas
            que hasta unirse con Dios alzan el vuelo:
            -Esta gracia te ofrece ya sus brazos;
            -alienta, que tu Dios abre su seno.

            Yo conocía este bien, pero cobarde,
            á tomar el camino no me atrevo:
            en la tierra postrado me quejaba,
            rendido de un combate tan molesto.

            Cuando hé aquí que suena en mis oidos
            una voz desde lo alto de los cielos;
            fijo la vista en los sagrados libros,
            calma la tempestad, entro en sosiego.

            Vuestra mano ¡oh Señor omnipotente!
            los lazos desató del cautiverio:
            abandono este fango corrompido,
            y miro con desdén el bajo suelo.

            Cambió mi voluntad, lo que os ofende
            con decisión firmísima aborrezco;
            y lo que es ¡oh mi Dios! de vuestro agrado
            con toda el alma y corazón prefiero.

            Mi madre, que lloraba mi extravío,
            postrada a vuestros pies, con flébil ruego,
            ve salir de la tumba y tierna abraza
            al hijo de su llanto y sus lamentos.

            Desde entonces conozco vuestro yugo;
            ¡cuán suave es, oh Señor, y cuán ligero!
            ¿Qué cosa puede haber que se os parezca?
            ¿Y quién podrá sin voz vivir contento?

            Desde ahora con los ángeles unido,
            á los suyos mezclando mis acentos,
            alegre cantaré tus alabanzas,
            celebrándote amable, sabio, eterno.

            A tí solo amaré, pues que eres solo
            mi asilo, mi salud y mi consuelo.
            ¡Oh grandeza inefable! ¡Oh Dios piadoso!
            ¡Dios de misericordia! ¡Ser inmenso!

            ¡Oh hermosura! ¡oh belleza siempre nueva!
            ¡Que tarde supe amarte, loco y necio!
            ¡Belleza siempre antigua, te amé tarde!
            ¡Pero ya por amarte desfallezco!

            Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
            Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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            • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

              POETAS MEXICANOS DE LOS PRIMEROS 100 AÑOS DE LIBERTAD

              SI FUERA VERDAD
              Pedro Cabezas

              Dícenme que hay hombres
              en esta ciudad
              que toda dolencia
              la saben curar
              porque han estudiado
              cierta facultad
              con que adquieren ciencia
              tan particular
              que á cualquier enfermo
              le quitan su mal
              y lo restituyen
              á la sanidad.
              ¡Que cosa tan buena
              si fuera verdad!

              Dicen que el casarse
              es comodidad
              porque las mujeres
              todas por acá
              guardan con esmero
              la fe conyugal,
              y el tener cortejos
              es puerilidad
              que ellas usan sólo
              por moda y no más.
              ¡Que cosa tan buena
              si fuera verdad!

              Dicen igualmente
              que en México hay
              coquetas que tienen
              tal felicidad,
              que, sin ser casadas
              ni tener caudal,
              ruedan coche y visten
              con profanidad
              por los bienhechores
              que todo les dan,
              sin más aliciente
              que su caridad.
              ¡Que cosa tan buena
              si fuera verdad!

              Dicen que hay mocitos
              que sin tener más
              incumbencia que
              comer y pasear,
              andan tan bien puestos
              cual pudiera andar
              un marqués, un conde,
              ó persona igual,
              porque reservado
              se tiene allá
              no sé qué secreto
              feliz, con el cual
              adquieren dinero . . . .
              pues . . . . sin trabajar.
              ¡Que cosa tan buena
              si fuera verdad!




              Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
              Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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              • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                POETAS MEXICANOS DE LOS PRIMEROS 100 AÑOS DE LIBERTAD

                CANTO EN ELOGIO DE CARLOS IV
                (fragmento)
                Manuel Calderón del la Barca

                En el profundo seno del olvido,
                ocioso largo tiempo y descuidado,
                mudo afectaba no escuchar el ruido
                que me había en otro tiempo desvelado:
                la lira rota, el arco suspendido
                á duro tronco, pero bien hallado
                en la torpe inacción de mi sosiego,
                despreciaba de Apolo el sacro fuego.

                Cuando de este letargo, de este sueño,
                me llegó á despertar con rostro grave
                una matrona, cuyo hermoso ceño
                lo varonil templaba con lo suave;
                despierta ya, me dijo, á un noble empeño:
                á tu silencio ya franquea la llave:
                rómpelo, pues así lo ordena ufana
                tu Madre, la Academia Mexicana.

                Minerva soy, que aquí la represento,
                y á nombre suyo mi deidad te inspira:
                celebrar a un gran rey es el intento:
                lo ronco no pretextes de tu lira:
                suspende el llanto, cese ya el lamento,
                que de otro Carlos inundó la pira:
                renace en Carlos Cuarto, no lo dudes,
                de su solio heredero y sus virtudes.

                . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

                La paz y la abundancia en su reinado
                florecerán alegres sin recelo:
                de Jano el templo mantendrá cerrado:
                los campos regará propicio el cielo:
                no insultarán los lobos al ganado:
                de los pastores cesará el desvelo:
                todos sus pueblos vivirán seguros,
                sin fosos, sin baluartes y sin muros.

                Mas si acaso tal vez Ate envidiosa
                las furias excitase de la guerra,
                é intentare sacrílega y rabiosa
                el sosiego violar de nuestra tierra:
                entonces, si, la diestra valerosa
                de Carlos mostrará cuanto ella encierra
                de fuerza, de poder y de constancia,
                para vencer de Marte la arrogancia.

                Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                  POETAS MEXICANOS DE LOS PRIMEROS 100 AÑOS DE LIBERTAD

                  RAPTO POÉTICO EN QUE SE BOSQUEJA EL REGOCIJO DE MÉXICO
                  EN LA PROCLAMACIÓN DE SU AUGUSTO MONARCA EL SEÑOR
                  D. CARLOS IV
                  Juan Castañiza

                  ¿Ves cómo inclinan su robusta frente
                  los altos montes que el Anahuac ciñe?
                  ¿Ves como humillan sus erguidas copas
                  cedros y pinos?

                  Ya de Texcoco las salobres aguas,
                  y las que en Chalco dulce lago forman,
                  al oir de Carlos resonar las vivas
                  su curso paran.

                  Por entre el agua la cabeza asoman
                  las Ninfas que oyen proclamar a Carlos;
                  vuelven al seno cristalino y forman
                  danzas alegres.

                  Resuena el eco de los dulces nombres
                  de Luisa y Carlos en la espesa selva;
                  grabado tiene el duro tronco: Viva
                  Carlos y Luisa.

                  Las Hamadriades y Napeas festivas
                  corren los prados y, escogiendo flores,
                  de Luisa tejen á la blanca frente
                  verde corona.

                  El Floripondio, el Coatzontecoxóchitl,
                  el Joloxóchitl y la flor de cuervo
                  respiran luego que sus sienes tocan,
                  nuevos olores.

                  Por ver al nieto de Felipe el Justo,
                  gloria de España, de la Italia y Francia,
                  México en alas de águila ligera
                  surca los aires.

                  Al cielo llega, desde donde alumbra
                  el Sol de Carlos dos opuestos mundos;
                  y allí del Nuevo reverente ofrece
                  votos y dones.

                  Las brutas peñas de sus ricos montes
                  pródigas abren los ocultos senos,
                  que el Sol fecunda en codiciados frutos
                  de plata y oro.

                  Oaxaca granas, California perlas,
                  gomas y añiles rinde Guatemala,
                  ébano y caoba la Mixteca y Chiapas,
                  laca Tlahuichi.

                  Maguey ofrece el Mexicano Valle,
                  compendio raro en que ministra al pobre
                  vianda, bebida, medicina y casa
                  próvido numen.

                  Lleva consigo la sabrosa almendra
                  que Xoconochco y que Caracas crían;
                  y el que Orizaba y Córdoba producen,
                  fino tabaco.

                  Cargada de estos y otros muchos dones,
                  la leal Señora del Indiano Imperio
                  se postro humilde, y al Monarca nuevo
                  tierna saluda.

                  Fecunda rama del Borbonio tronco,
                  imagen viva del Tercero Carlos,
                  por tí el reino de Saturno vuelve
                  la edad dorada.

                  La pálida hambre, la sangrienta guerra,
                  el lujo vano, la voraz codicia,
                  la infernal hidra del errado dogma
                  tímidas huyen.

                  Espigas de oro de la rubia Ceres,
                  y de Neptuno el húmedo tridente,
                  orlan el Trono, desde donde riges
                  mares y tierra.

                  Esparce rosas el Diciembre cano,
                  dándole envidia al Abril florido:
                  no brama airado el Noto, sólo sopla
                  zéfiro blando.

                  La Ciudad Santa de los siete montes,
                  sagrado asiento de la fe de Pedro,
                  ve que resguardan sus excelsos muros
                  Lises y Leones.

                  Vive imitando a Luises y Fernandos,
                  vive excediendo á Carlos y Felipes,
                  vive felice, cuanto amados, amante
                  de ambas Españas.

                  Así explicaba México su gozo
                  el día que á Carlos Cuarto proclamaba;
                  lo demás que hizo su lealtad sincera
                  cántelo Clio.
                  Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                  Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                  • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                    POETAS MEXICANOS DE LOS PRIMEROS 100 AÑOS DE LIBERTAD

                    LA GAVILANA COQUETA
                    Ignacio Fernandez de Córdova.


                    Cierta vieja gavilana,
                    truhana de profesión,
                    decía á una pava vecina
                    por vía de amonestación:

                    ¡Ay vecina! Por tu vida,
                    no hay que dejarse engañar;
                    ojo alerta, amiga mia,
                    no hay gentes con quien tratar.

                    Mis hijas, las pobrecitas,
                    (no lo quisiera decir)
                    son tres angelitos, créelo,
                    te consta su buen vivir.

                    Un gavilán forastero,
                    que buscaba una posada,
                    en la casa de esta vieja
                    creyó hallar la acomodada.

                    Insta, suplica, y consigue
                    un cómodo alojamiento
                    y cata á mi buena vieja
                    llena de gozo y contento.

                    Con el huesped gavilán
                    andaban á competencia
                    otras tres gavilancitas
                    muy estrechas de conciencia.

                    Todas cuatro, madre é hijas,
                    ganzúas de marca mayor,
                    en un instante pelaron
                    al pobrecito señor.

                    Las hebillas, los relojes
                    vendió el infeliz galán,
                    y no le quedaron plumas
                    al amante gavilán.

                    Entonces la vieja astuta,
                    muy llena de cristiandad,
                    temió se escandalizara
                    del husped la vecindad.

                    Puso de pies en la calle
                    á su gavilán cupido:
                    a muchos conozco yo
                    que lo mismo ha sucedido



                    Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                    Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                    • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                      POETAS MEXICANOS DE LOS PRIMEROS 100 AÑOS DE LIBERTAD

                      SALVE
                      José María Gastañeta y Escalada

                      Guadalupana, salve;
                      salve, Virgen excelsa,
                      que del Divino Verbo
                      sois madre verdadera.

                      A Juan Diego dijisteis
                      que, como madre tierna,
                      nos contituía objetos
                      vuestra piedad inmensa.

                      Por eso los indianos
                      en la presente guerra
                      vuestro poder invocan,
                      vuestros cultos aumentan.

                      Escuchad compasiva
                      sus ayes y sus quejas,
                      pues sois su protectora
                      liberal, fiel, discreta.

                      Humildes os pedimos
                      que una paz duradera
                      selle gloriosamente
                      vuestra dulce clemencia.

                      Romped, Reina adorable,
                      romped nuestras cadenas,
                      y enjugad nuestros ojos
                      con amorosa diestra.

                      Al Padre siempre damos,
                      al Hijo ¡oh Madre tierna!
                      y al Espíritu Santo
                      alabanzas eternas.
                      Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                      Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                      • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                        ALABANZA AL SEÑOR DE TILA
                        Vox Populi

                        Imagen santa, morena,
                        porque llegué y conocí;
                        a la hora de mi muerte
                        ten, Jesus, piedad de mí.

                        La una de un pecador
                        es llegar en pleno día,
                        darle gracias al Señor
                        y estar en su compañía.

                        A las dos, en el Calvario,
                        pidiéndole protección:
                        alza tu bendita mano
                        y dame tu bendición.

                        A las tres entré a la ermita
                        y me postré en oración,
                        con lágrimas en los ojos
                        buscando mi salvación.

                        A las cuatro contemplaba
                        a Jesús oscurecido
                        que me ha venido cuidando
                        en el mundo tan temido.

                        A las cinco me sentía
                        muy contento y muy a gusto,
                        porque estaba yo en el templo
                        de mi Jesús amoroso.

                        A las seís pedí perdón
                        a todita la hermandad
                        en aquella Santa Casa,
                        salón de la eternidad.

                        A las siete, condolor,
                        me acerqué a un confesionario;
                        a llorar allí mis culpas,
                        en aquel bello santuario.

                        A las ocho, con esmero
                        me acerqué al confesionario;
                        en esa hora me entregaba
                        a mi Jesús Nazareno.

                        A las nueve, en gran conflicto,
                        de su pasión contemplaba;
                        y medité muy contrito
                        lo que esta oración guardaba.

                        A las diez fuí a comulgar
                        con mucho gusto y contento,
                        de ver que había recibido
                        el divino Sacramento.

                        A las once me postré
                        a hacer mi despedimiento
                        y vi a mi dulce Jesús
                        muy afable y muy contento.

                        A las doce, con amor
                        se humilló mi corazón:
                        Padre, Jesús de mi vida,
                        dadme vuestra bendición.

                        Adiós, de Tila el Santuario,
                        adiós, la imagen hermosa;
                        adiós, santo campanario,
                        te digo adiós yo y mi esposa.


                        Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                        Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                        • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                          VAMOS NIÑA, CONMIGO A LOS MARES
                          Vox Populi

                          Vamos niña, conmigo a los mares
                          y verás las embarcaciones,
                          y verás muchos animales
                          de variados, distintos colores.

                          Hay caracoles y conchas muy finas,
                          hermosas estrellas de mar;
                          los vapores que van a pescar
                          los robalos y grandes toninas,
                          esos barcos de las Filipinas,
                          donde vienen los particulares;
                          mira, niña, si me acompañares
                          verás de la playa la rica arena,
                          conocerás también la ballena.

                          Cuando llegan los barcos Ingleses,
                          cuando llegan al puerto toditos,
                          todos ellos se ven muy bonitos;
                          allí abordan también Japoneses,
                          allí arriban también Irlandeses;
                          en los barcos que son militares,
                          de charnas ahí traen millares
                          que se encuentran allí en la marina,
                          y verás la agua cristalina.

                          Conocerás el gran tiburón,
                          el robalo, también el caimán
                          y verás, la tripulación
                          que gobierna un barco Alemán,
                          y verás los que vienen y van,
                          traen pescados que son calamares
                          te prometo llevarte a pasear
                          para que oigas los tuenos del mar.

                          Mira, niña, si conmigo te vas,
                          te prometo llevarte embarcada
                          a tomar el jugo de granada;
                          los aviones volando verás,
                          muchas cosas las conocerás
                          para que nadie te venga a contar
                          todo lo que yo te voy a enseñar.

                          Vamos niña, conmigo a los mares
                          y verás las embarcaciones,
                          y verás muchos animales
                          de variados, distintos colores.




                          Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                          Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                          • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                            YO POR LORETO ME MUERO
                            Vox Populi

                            Todo el día la veo pasar
                            por enfrente de mi casa,
                            todos me dicen que pasa
                            al baño para lavar;
                            yo la quisiera ayudar,
                            por no parecer grosero,
                            mas el hablarle es primero,
                            y no me sé resolver;
                            en verdad, no se que hacer,
                            yo por Loreto me muero.

                            Cuando a mí venir la veo
                            con su carita de rosa,
                            me pasa no sé qué cosa,
                            me estremezco, me mareo,
                            y luego con su meneo,
                            con su mirar dulce, blando,
                            va mi pecho palpitando
                            con tal precipitación
                            que tomo respiración
                            y tras de Loreto me ando.

                            Es en extremo hechicera,
                            todo me seduce de ella,
                            tan fresca la veo y tan bella
                            cual la flor de la pradera;
                            flexible es cual la palmera,
                            su andar suave, aunque ligero;
                            en su rostro placentero
                            la felicidad rebosa,
                            mi alma con mirarla, goza,
                            y aunque no le hablo, la quiero.

                            Si ella comprender pudiera
                            lo que por ella he sufrido,
                            su corazón conmovido
                            a mi amor correspondiera;
                            mas esto es una quimera,
                            estoy despierto soñando
                            y por ella suspirando;
                            veré mi vida pasar:
                            yo mucho la sabré amar,
                            mas que ella me quiera - ¿cuando?



                            Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                            Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                            • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                              DÉCIMAS DE PÁNFILO VALERIO I
                              Vox Populi

                              Contó todos los granizos
                              que caen en un aguacero;
                              contó la arena del suelo
                              y las flores del Paraiso:
                              sólo con su ausencia quiso
                              contar la pronunciación;
                              contó, con justa razón,
                              los vellos a una señora,
                              y en un minuto de una hora,
                              un hombre contó un milón.

                              Contó todas las estrellas,
                              todos los astros del cielo,
                              sin pluma y sin tintero
                              sacó la cuenta por ellas;
                              contó las flores mas bellas
                              que había en la contaduría;
                              el dinero que corría
                              en los años sin cesar;
                              contó los peces del mar
                              siete veces en un día.

                              Contó campañas que hacía
                              el inglés con el romano,
                              el francés y el italiano
                              y una grán corte de Auría;
                              también contó en la Turquía
                              perlas, diamantes y escudos;
                              siendo un hombre tan agudo,
                              décimas me puse a echar,
                              y éste se puso a contar,
                              y en siete meses no pudo.

                              Siendo un hombre inteligente
                              contó con recibos moros
                              los rayos que tenía el sol
                              y las perlas del Oriente;
                              también contó, de repente,
                              los pajaritos que al día
                              cantaban con alegría;
                              contó todos los demás,
                              y dijo que era incapaz
                              contar las décimas mias.



                              Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                              Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                              • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                                POETAS MEXICANOS DE LOS PRIMEROS 100 AÑOS DE LIBERTAD

                                CURRUTACO POR ALAMBIQUE.
                                Manuel Gomez marín

                                Cierta noche de invierno,
                                ( que también lo hay muy crudo en el infierno)
                                un diablo impertinente,
                                cual botánico y químico excelente,
                                con maliciosos intento
                                se empeño en disponer un cocimiento
                                de cuanto malo había,
                                solamente por ver que salia.
                                Tomó un inmundo vaso,
                                que era el más oportuno para el caso,
                                y en el fue introduciendo
                                cuanto a su gran cabeza iba ocurriendo:
                                blasfemias, maldiciones,
                                perjurios, ignominias y traiciones
                                quintales de ignorancia,
                                de vanidad de orgullo y de arrogancia:
                                mentiras, embriagueces,
                                sátiras, bufonadas y sandeces;
                                embustes falsedades
                                sofismas, chismes, infidelidades,
                                desvergüenzas, dicterios,
                                bestialidades, raptos, adulterios
                                con otras mil porciones
                                que agregaron de valde los mirones,
                                como bravatas , riñas,
                                incestos, sacrilegios y rapiñas.
                                Y cuando ya todo esto
                                en aquel gran caldero estaba puesto,
                                otro diablo taimado,
                                que en silencio hasta entonces se había estado,
                                tocándose los cuernos,
                                (usada ceremonia en los infiernos)
                                después de una tosida,
                                señores dijo, lo mejor se olvida,
                                pues no se ha dicho nada
                                del caldo en que se ha de hervir esta fritada.
                                Tienes razón dijeron
                                aquellos practicantes que lo oyeron.
                                que es muy justo que se atienda
                                al complemento de esta gran merienda.
                                Así los condenados
                                según sus dignidades y sus grados,
                                fueron votando todos,
                                y expusieron su juicio a mil modos.
                                Un pobrete el primero,
                                de malísima capa y peor sombrero,
                                catador sin segundo
                                de los mejores caldos de este mundo
                                la capilla terciada,
                                y una ala del sombrero levantada,
                                señores dice al corro,
                                o es preciso tenerme por buen porro,
                                o el mejor ingrediente,
                                sin duda debe ser el aguardiente.
                                Mucho me cuadra el voto,
                                gritó desde su asiento otro más roto:
                                pero advierto a conciencia
                                ( y cuidado que es larga mi experiencia)
                                que es mejor que el de España
                                el aguardiente puro de caña.
                                Llamanle chinguirito
                                por lo feroz, lo acre y lo maldito;
                                y si hay quien lo resaque,
                                toma también el nombre de aspirriaque;
                                pues su aspereza es tanta,
                                que entra siempre raspando la garganta.
                                Y para persuadirlos,
                                concluyo brevemente con deciros,
                                que tengo una cabeza
                                de un increíble vigor y fortaleza:
                                que sin dolerme una uña,
                                soy capaz de beberme a Cataluña:
                                pues me tomo un barril, y me estoy quedo,
                                de Chacolí, Anisete,
                                de Málaga, Peralta Pajarete,
                                o tintilla espichada,
                                y parece que no he tomado nada:
                                mas con solo un traguito
                                del monseñor Aspirriaque , me vomito,
                                se me resbala el suelo,
                                se me viene abajo todo el cielo,
                                me caigo, me apasiono,
                                y a la verdad confieso que me enmono:
                                me quedo como muerto,
                                y pasados tres días aún no despierto.
                                ¿Cuadra pues el calducho
                                que yo he propuesto a Useñorias? y mucho
                                respondieron algunos;
                                pero otros se opusieron inoportunos
                                con vituperios tales,
                                que ya no escuchaban los vocales.
                                Resonaba la gruta
                                con la grita y fervor de la disputa,
                                hasta que el presidente,
                                volviendose a aquellos con sañuda frente,
                                callad les dice al punto,
                                y oigamos a otros sobre el mismo asunto.
                                De esta ocasión se vale
                                un indio miserable que allí sale,
                                haciendo acatamientos
                                por donde quiera que descubre asientos:
                                y en estilo prolijo,
                                después de mirar mucho el revoltijo,
                                empezó a citar leyes
                                en favor, ya se ve, de los magueyes,
                                trayendo a la memoria
                                los elogios que se hallan en la historia
                                de esta preciosa planta.
                                Mas apenas el indio se adelanta
                                a persuadir con esto,
                                que el químico echará sin duda el resto,
                                si del pulque echa mano,
                                cuando sobre mi triste americano
                                llovieron torniscones,
                                insultos, puntapies y bofetones
                                de marruecos, ingleses
                                de escitas, árabes, dinamarqueces
                                de etiopes.. ¿Mas que intento
                                el furor describir y el ardimiento
                                con que todos estaban,
                                y al pobre cuatro orejas maltrataban?
                                !Que insigne majadero¡
                                exclamó a gritos el infierno entero:
                                téngase por ninguno
                                un voto en realidad tan inoportuno.
                                Estaba puntualmente
                                a la diestra del dicho delincuente
                                un francesillo mono,
                                que en magistral y decisivo tono,
                                dandole con la mano
                                palmaditas al pobre americano
                                chico, le decía, tate,
                                bien se conoce que eres tecomate.
                                Y al corro convertido.
                                yo compañeros, dice, he discurrido
                                completar esta pieza
                                usando sólo la mejor cerveza
                                ¿Quien se acordaba de eso?
                                respondió palmeteando aquel congreso:
                                ella no vale nada,
                                pero qué hemos de hacer si es tan usada:
                                es amarga , es nociva,
                                más sin embargo la cerveza viva:
                                y pues sola ella sobra,
                                venga cerveza y continúese la obra.
                                Hizose puntualmente
                                según la aclamación de aquella gente,
                                y avivandose el fuego,
                                empezo a hervir el mixto desde luego,
                                pero con fuerza tanta,
                                que hasta el célebre químico se espanta:
                                veíanse en borbotones
                                asomarse hacia arriba las traiciones:
                                precipitabanse éstas,
                                y su vez ocupaban las requestas
                                los más torpes dicterios
                                desvergüenzas, estupros, adulterios,
                                siendo lo más notable
                                que todo aquel congreso respetable,
                                al ver cada mudanza,
                                buena, gritaba, buena va la danza.
                                Todo el fuego se apura
                                para que tome punto la mixtura,
                                y cada cual se empeña
                                en que al caldero no le falte leña.
                                Mas llegó finalmente
                                el tiempo que esperaba aquella gente;
                                y salió de aquel vaso,
                                (pasmese todo mundo al oír el caso)
                                salío por fin, repito,
                                de allí un hemafrodita muñequito:
                                cuyo traje y figura,
                                semblante relamido y compostura,
                                presento una persona
                                que obligaba a dudar si es mono o mona:
                                de hembra el cuerpo parece,
                                pero el lama es de macho y merece
                                llamarse hemafrodita,
                                aquel que siendo macho a la hembra imita.
                                Pero tratado el punto
                                con cuanta gravedad pedía el asunto,
                                decretó el boticario,
                                que por un privilegio extraordinario,
                                no obstante el talle fino,
                                perteneciese al sexo masculino.
                                Su mujeril peinado,
                                pendiente una balcarra en cada lado,
                                y un zarcillo o arete
                                era el adorno de este mozalbete.
                                De una gasa muy fina,
                                o tal vez de floreada muselina,
                                un rollo inmenso hacía
                                en donde hasta la boca se metía.
                                Era escaso el chaleco,
                                porque tenía el prurito este muñeco
                                en que el calzón subiera
                                casi hasta donde acaba la chorrera:
                                si es que tenía calzones,
                                que en esto hubo diversas opiniones.
                                Los primeros que vieron
                                a este malvado bicho, presumieron
                                que los tendría pintados,
                                y así lo parecían por lo ajustados.
                                Hubo allí otros peritos,
                                que sin recelo defendían a gritos,
                                que tal calzón no usaba,
                                pues que la carne viva se miraba:
                                pero un diablo machucho,
                                compañeros,les dijo, este avechucho
                                a la corva se aplica
                                una charreterita, y esto indica
                                que sus calzones tiene;
                                porque si no la hebilla ¿a que fin viene?
                                Entonces ya curioso,
                                usa de un microscopio poderoso,
                                y observa diligente
                                con la virtud y auxilio de la lente,
                                que aquellas piernas flacas,
                                que por modestia no las llamo estacas,
                                le cubrían un liencecito
                                tan delgado, tan fino y exquisito,
                                que tenía mil razones
                                los que al mono creyeron sin calzones.
                                Item tenía el monillo
                                un casacón o fraque hasta el tobillo,
                                al pecho abotonado
                                pero angosto hacia atrás en tanto grado,
                                que hablando sin mentira,
                                no era otra cosa que una pobre tira,
                                que el aire volaba,
                                y al infeliz trasero destapaba.
                                Concluyo su retrato
                                con añadir un solo zapato
                                ya parecía lanceta,
                                o barco veneciano que se fleta.
                                Todo él, si me apura,
                                era la más ridícula figura
                                que han visto los vivientes,
                                como hijo al fin de tales ingredientes.
                                El demonio aturdido
                                al ver de lo que el vaso había salido,
                                sin concebir siquiera
                                el que tanto pecado le cupiera
                                a este muñeco flaco,
                                !Oh tu, le dice, insigne Currutaco,
                                hijo de mis entrañas,
                                tu solo eres capaz con tus patrañas,
                                y con tus monerias,
                                de abastecer mi reino en pocos días:
                                te juro por mis cuernos
                                que nunca han conocido los infiernos
                                un ente semejante:
                                sal de aquí pues, oh Currutaco andante,
                                hijo mío sin segundo,
                                y los países recorre del gran mundo:
                                propágase tu casta
                                y no he de menester más, esto me basta
                                Dijo: y el misionero,
                                tomando en una mano su sombrero,
                                y en la otra una varita,
                                volviendo a todas partes su carita,
                                y haciendo otras monadas,
                                agur dijo a los diablos, camaradas.
                                Aquí sacó el pañuelo,
                                y arrastrando los pies por aquel suelo,
                                y tarareando un poco,
                                se escapo del infierno este gran loco.
                                Mas desde aquel instante
                                nos dio señales ciertas de un vagante,
                                pues corrío las naciones,
                                y en todas ellas nos dejo lecciones
                                del modo de peinarse,
                                de sonreirse a la moda y de menearse,
                                de llegar a un estrado,
                                y con cierta confianza y desenfado
                                sobre cualquier silla
                                arrojar el sombrero y la varilla,
                                tomando muy contento
                                entre las mismas damas un asiento:
                                charlar con todas ellas
                                declararlas sus celos y querellas,
                                hablar de coliseos,
                                de banquetes de bailes y paseos,
                                y de otras mil soflamas
                                con que halagan el gusto de las damas.
                                !Pero quien lo creyera
                                el que tan fácilmente se extendiera,
                                aun entre gente fina,
                                la lección de este mono y su doctrina¡
                                Yo confieso pasmado
                                que casi todo el mundo se ha enmonado,
                                según las monerías
                                que estamos observando en nuestros días
                                y al fin ha conseguido
                                reforzar el demonio su partido,
                                pues con tales lecciones
                                hay monos y monitas a millones.
                                !Mal haya el boticario
                                que nos dio este muñeco estrafalario¡
                                kabrakan
                                Forista Esmeralda
                                Last edited by kabrakan; 24-noviembre-2010, 00:32.
                                Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                                Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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