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Historias de A & P

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  • #16
    Re: Historias de A & P

    Ella se encontraba ciertamente fúrica,
    se le desorbitaban los ojos
    después de arrancarse un mechón de pelo,
    no quería dar a conocer su identidad,
    era demasiado riesgoso pues pondría la imaginación a todo fuego,
    verían por fin ese físico,
    tan atractivo por comer tantos tamales.
    Tamales que por cierto nunca pagó
    y todo por darle alas al buen Canuto,
    el tamalero medio canoso de la esquina,
    viejo rabo verde y chinchengüenchón....
    Ella se llamaba Hipólita Josefina y le decían "La Dieta",
    que porque nadie la seguía,
    pero Canuto suspiraba cada vez que se acercaba su humanidad a la vaporosa olla tamalera
    y preguntaba -¿de qué tiene, don Canuto?-
    y el contestaba -de verde, de mole rojo y también de dulce-
    seguido de un piropo a manera de romántico verso...
    -yo quiero de carnitas, aunque me tarde días en quitarle esas hojitas-
    Hipólita dijo, ya vas!!
    pero a hacérmela buena, yo a las pruebas me remito
    y si no das color, yo de aquí me pinto pero a la voz de ya...
    Así era cada mañana, Canuto se desesperaba
    la creía perfecta, porque amaba sus defectos...
    Y ella le daba alas, pero con ganas de mandarlo a volar.
    sigpic INSERT RANDOM BULLSHIT HERE.

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    • #17
      Re: Historias de A & P

      Ella se encontraba ciertamente fúrica,
      se le desorbitaban los ojos
      después de arrancarse un mechón de pelo,
      no quería dar a conocer su identidad,
      era demasiado riesgoso pues pondría la imaginación a todo fuego,
      verían por fin ese físico,
      tan atractivo por comer tantos tamales.
      Tamales que por cierto nunca pagó
      y todo por darle alas al buen Canuto,
      el tamalero medio canoso de la esquina,
      viejo rabo verde y chinchengüenchón....
      Ella se llamaba Hipólita Josefina y le decían "La Dieta",
      que porque nadie la seguía,
      pero Canuto suspiraba cada vez que se acercaba su humanidad a la vaporosa olla tamalera
      y preguntaba -¿de qué tiene, don Canuto?-
      y el contestaba -de verde, de mole rojo y también de dulce-
      seguido de un piropo a manera de romántico verso...
      -yo quiero de carnitas, aunque me tarde días en quitarle esas hojitas-
      Hipólita dijo, ya vas!!
      pero a hacérmela buena, yo a las pruebas me remito
      y si no das color, yo de aquí me pinto pero a la voz de ya...
      Así era cada mañana, Canuto se desesperaba
      la creía perfecta, porque amaba sus defectos...
      Y ella le daba alas, pero con ganas de mandarlo a volar.
      Hasta que ya no pudo más y le dijo: "A volar gaviota, que de ésta no hay otra"...
      __________________

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      • #18
        Re: Historias de A & P

        Ella se encontraba ciertamente fúrica,
        se le desorbitaban los ojos
        después de arrancarse un mechón de pelo,
        no quería dar a conocer su identidad,
        era demasiado riesgoso pues pondría la imaginación a todo fuego,
        verían por fin ese físico,
        tan atractivo por comer tantos tamales.
        Tamales que por cierto nunca pagó
        y todo por darle alas al buen Canuto,
        el tamalero medio canoso de la esquina,
        viejo rabo verde y chinchengüenchón....
        Ella se llamaba Hipólita Josefina y le decían "La Dieta",
        que porque nadie la seguía,
        pero Canuto suspiraba cada vez que se acercaba su humanidad a la vaporosa olla tamalera
        y preguntaba -¿de qué tiene, don Canuto?-
        y el contestaba -de verde, de mole rojo y también de dulce-
        seguido de un piropo a manera de romántico verso...
        -yo quiero de carnitas, aunque me tarde días en quitarle esas hojitas-
        Hipólita dijo, ya vas!!
        pero a hacérmela buena, yo a las pruebas me remito
        y si no das color, yo de aquí me pinto pero a la voz de ya...
        Así era cada mañana, Canuto se desesperaba
        la creía perfecta, porque amaba sus defectos...
        Y ella le daba alas, pero con ganas de mandarlo a volar.
        Hasta que ya no pudo más y le dijo: "A volar gaviota, que de ésta no hay otra"...
        Canuto se sintió morir, no creía lo que estaba escuchando...
        sigpic INSERT RANDOM BULLSHIT HERE.

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        • #19
          Re: Historias de A & P

          Así era cada mañana, Canuto se desesperaba
          la creía perfecta, porque amaba sus defectos...
          Y ella le daba alas, pero con ganas de mandarlo a volar.
          Hasta que ya no pudo más y le dijo: "A volar gaviota, que de ésta no hay otra"...
          Canuto se sintió morir, no creía lo que estaba escuchando,
          esa mujer.... ese sueño...se le estaba esfumando...
          Lo mas terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida... Silvio Rodríguez

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          • #20
            Re: Historias de A & P

            Ella se encontraba ciertamente fúrica,
            se le desorbitaban los ojos
            después de arrancarse un mechón de pelo,
            no quería dar a conocer su identidad,
            era demasiado riesgoso pues pondría la imaginación a todo fuego,
            verían por fin ese físico,
            tan atractivo por comer tantos tamales.
            Tamales que por cierto nunca pagó
            y todo por darle alas al buen Canuto,
            el tamalero medio canoso de la esquina,
            viejo rabo verde y chinchengüenchón....
            Ella se llamaba Hipólita Josefina y le decían "La Dieta",
            que porque nadie la seguía,
            pero Canuto suspiraba cada vez que se acercaba su humanidad a la vaporosa olla tamalera
            y preguntaba -¿de qué tiene, don Canuto?-
            y el contestaba -de verde, de mole rojo y también de dulce-
            seguido de un piropo a manera de romántico verso...
            -yo quiero de carnitas, aunque me tarde días en quitarle esas hojitas-
            Hipólita dijo, ya vas!!
            pero a hacérmela buena, yo a las pruebas me remito
            y si no das color, yo de aquí me pinto pero a la voz de ya...

            Así era cada mañana, Canuto se desesperaba
            la creía perfecta, porque amaba sus defectos...
            y ella le daba alas, pero con ganas de mandarlo a volar.
            hasta que ya no pudo más y le dijo: "A volar gaviota, que de ésta no hay otra"...
            Canuto se sintió morir, no creía lo que estaba escuchando...
            esa mujer.... ese sueño...se le estaba esfumando...
            cada día y cada mañana pasarían en el olvido con la frase anteriormente dicha...
            Lo mas terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida... Silvio Rodríguez

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            • #21
              Re: Historias de A & P...la de CAMERINA,de Astor's de Mx...

              Originalmente publicado por Cronos Ver post
              Tome su manita y la lleve a cerrarla
              alrededor de'mi cosita'
              esta 'crecio,crecio y crecio'...
              Le gusta la ficción (sin r!!). Qué bien!
              sigpic INSERT RANDOM BULLSHIT HERE.

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              • #22
                Re: Historias de A & P

                Huy, me late que eran hojuelas con jocoque...
                sigpic INSERT RANDOM BULLSHIT HERE.

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                • #23
                  Re: Historias de A & P

                  Jajajaja Carito onde andas? digo hay que seguir la historia e ignorar la ficción...
                  Te extrañaría aunque no nos hubiéramos conocido...

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                  • #24
                    Re: Historias de A & P

                    Sí amiga, prosigamos. (Ando del tingo al tango en la chamba, pero me doy mis escapadas. ¿Y vos?)

                    Ella se encontraba ciertamente fúrica,
                    se le desorbitaban los ojos
                    después de arrancarse un mechón de pelo,
                    no quería dar a conocer su identidad,
                    era demasiado riesgoso pues pondría la imaginación a todo fuego,
                    verían por fin ese físico,
                    tan atractivo por comer tantos tamales.
                    Tamales que por cierto nunca pagó
                    y todo por darle alas al buen Canuto,
                    el tamalero medio canoso de la esquina,
                    viejo rabo verde y chinchengüenchón....
                    Ella se llamaba Hipólita Josefina y le decían "La Dieta",
                    que porque nadie la seguía,
                    pero Canuto suspiraba cada vez que se acercaba su humanidad a la vaporosa olla tamalera
                    y preguntaba -¿de qué tiene, don Canuto?-
                    y el contestaba -de verde, de mole rojo y también de dulce-
                    seguido de un piropo a manera de romántico verso...
                    -yo quiero de carnitas, aunque me tarde días en quitarle esas hojitas-
                    Hipólita dijo, ya vas!!
                    pero a hacérmela buena, yo a las pruebas me remito
                    y si no das color, yo de aquí me pinto pero a la voz de ya...

                    Así era cada mañana, Canuto se desesperaba
                    la creía perfecta, porque amaba sus defectos...
                    y ella le daba alas, pero con ganas de mandarlo a volar.
                    hasta que ya no pudo más y le dijo: "A volar gaviota, que de ésta no hay otra"...
                    Canuto se sintió morir, no creía lo que estaba escuchando...
                    esa mujer.... ese sueño...se le estaba esfumando...
                    cada día y cada mañana pasarían en el olvido con la frase anteriormente dicha...
                    Ella lo sentía muy seguro, por eso no lo valoraba. Hasta que un buen día...
                    sigpic INSERT RANDOM BULLSHIT HERE.

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                    • #25
                      Re: Historias de A & P

                      Ella se encontraba ciertamente fúrica,
                      se le desorbitaban los ojos
                      después de arrancarse un mechón de pelo,
                      no quería dar a conocer su identidad,
                      era demasiado riesgoso pues pondría la imaginación a todo fuego,
                      verían por fin ese físico,
                      tan atractivo por comer tantos tamales.
                      Tamales que por cierto nunca pagó
                      y todo por darle alas al buen Canuto,
                      el tamalero medio canoso de la esquina,
                      viejo rabo verde y chinchengüenchón....
                      Ella se llamaba Hipólita Josefina y le decían "La Dieta",
                      que porque nadie la seguía,
                      pero Canuto suspiraba cada vez que se acercaba su humanidad a la vaporosa olla tamalera
                      y preguntaba -¿de qué tiene, don Canuto?-
                      y el contestaba -de verde, de mole rojo y también de dulce-
                      seguido de un piropo a manera de romántico verso...
                      -yo quiero de carnitas, aunque me tarde días en quitarle esas hojitas-
                      Hipólita dijo, ya vas!!
                      pero a hacérmela buena, yo a las pruebas me remito
                      y si no das color, yo de aquí me pinto pero a la voz de ya...

                      Así era cada mañana, Canuto se desesperaba
                      la creía perfecta, porque amaba sus defectos...
                      y ella le daba alas, pero con ganas de mandarlo a volar.
                      hasta que ya no pudo más y le dijo: "A volar gaviota, que de ésta no hay otra"...
                      Canuto se sintió morir, no creía lo que estaba escuchando...
                      esa mujer.... ese sueño...se le estaba esfumando...
                      cada día y cada mañana pasarían en el olvido con la frase anteriormente dicha...
                      Ella lo sentía muy seguro, por eso no lo valoraba. Hasta que un buen día...

                      le mostró los dientes amarillentos por el tabaco fumado y se podría notar...
                      Lo mas terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida... Silvio Rodríguez

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                      • #26
                        Re: Historias de A & P

                        Este era un tema bastante interesante...


                        Originalmente publicado por Lorena Figueroa Ver post
                        Ella se encontraba ciertamente fúrica,
                        se le desorbitaban los ojos
                        después de arrancarse un mechón de pelo,
                        no quería dar a conocer su identidad,
                        era demasiado riesgoso pues pondría la imaginación a todo fuego,
                        verían por fin ese físico,
                        tan atractivo por comer tantos tamales.
                        Tamales que por cierto nunca pagó
                        y todo por darle alas al buen Canuto,
                        el tamalero medio canoso de la esquina,
                        viejo rabo verde y chinchengüenchón....
                        Ella se llamaba Hipólita Josefina y le decían "La Dieta",
                        que porque nadie la seguía,
                        pero Canuto suspiraba cada vez que se acercaba su humanidad a la vaporosa olla tamalera
                        y preguntaba -¿de qué tiene, don Canuto?-
                        y el contestaba -de verde, de mole rojo y también de dulce-
                        seguido de un piropo a manera de romántico verso...
                        -yo quiero de carnitas, aunque me tarde días en quitarle esas hojitas-
                        Hipólita dijo, ya vas!!
                        pero a hacérmela buena, yo a las pruebas me remito
                        y si no das color, yo de aquí me pinto pero a la voz de ya...

                        Así era cada mañana, Canuto se desesperaba
                        la creía perfecta, porque amaba sus defectos...
                        y ella le daba alas, pero con ganas de mandarlo a volar.
                        hasta que ya no pudo más y le dijo: "A volar gaviota, que de ésta no hay otra"...
                        Canuto se sintió morir, no creía lo que estaba escuchando...
                        esa mujer.... ese sueño...se le estaba esfumando...
                        cada día y cada mañana pasarían en el olvido con la frase anteriormente dicha...
                        Ella lo sentía muy seguro, por eso no lo valoraba. Hasta que un buen día...

                        le mostró los dientes amarillentos por el tabaco fumado y se podría notar...
                        La miro tristemente pero con valor, con amor por el mismo y le dijo...
                        Lo mas terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida... Silvio Rodríguez

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