Muy ufano don Rubén,
en la agencia de autos nuevos,
de marca Mercedes Benz,
al ver un modelo bien,
se echó un oloroso pedo.
Creyendo estar solo el viejo,
volteaba a su alrededor,
pero vio que no muy lejos
se encontraba el vendedor.
Y fingiendo disimulo
preguntó el precio del coche,
y el vendedor muy calmudo
le dijo como un reproche:
“ Si al mirarlo se echó un pedo,
según lo pude notar,
cuando yo le diga el precio,
seguro se va a cagar”.