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Selección negativa

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    Selección Negativa

    Escrito por Claudia Ruiz Arriola

    11 Oct. 09


    Abandonen
    toda esperanza quienes crean que mi título se refiere al Tricolor. No, de lo que tengo pensado escribir hoy es de... esa tendencia que los sociólogos llaman "Selección Negativa" y que, según el profesor Gabriel Vejas Liulevicius de la Universidad de Tennessee, es el principal indicador de que una nación está en camino a unirse al club nada selecto de los Estados fallidos. Pelen oreja, amiguitos, pues tan poco envidiable destino no puede achacársele ni a la economía global ni a los pérfidos extranjeros ni a los genes que llegaron en la Niña, la Pinta y la Santa María.



    Según dicen los que saben, el que un país esté en camino hacia la bancarrota económica, política, social y moral es responsabilidad total de una clase política que -sea como oposición o como gobierno- ha elegido privilegiar todo lo ilegal, chueco e informal que surja en el país, mientras que toda iniciativa lícita y honesta de ganarse la vida es sistemáticamente hostigada, extorsionada y castigada hasta que se va o desaparece (The Future of Utopianism).



    Dicho en términos más autóctonos: la Selección Negativa es la costumbre de algunas burocracias (como la SHCP) de ensañarse por pereza y negligencia contra ese 20 por ciento de empresarios, profesionistas y trabajadores que conformamos la economía formal de este país, mientras el otro 80 por ciento de la población económicamente activa vive al margen de todo reglamento y está exento de cualquier impuesto (Reforma, 7/10/09). Selección Negativa es esa tendencia de los partidos a fustigar a quienes creamos la riqueza -sin la delicadeza de distinguir entre quienes se hicieron al amparo del gobierno y quienes se hicieron a pesar de las extorsiones sindicales- mientras dictan legislaciones absurdas y tasas impositivas castrantes que destruyen las condiciones necesarias (competitividad, costo de la energía, legalidad) para crear esa misma riqueza que todos los políticos tan magnánimamente pretenden repartir.



    Selección Negativa es premiar con fueros e inmunidad a líderes sindicales millonarios y corruptos, mientras los trabajadores honestos se ven obligados a emigrar y vender su mano de obra en el extranjero donde misteriosamente, y ya sin tanto heroico defensor de sus derechos laborales, florecen y prosperan.



    Selección Negativa es pedir -como hace Beatriz Paredes y la izquierda- que se deje en paz a los sindicatos (pos claro, ¿cómo le va a hacer el PRIpara regresar al poder o AMLO para relanzar su proyecto si no es maiceando sindicatos?), en vez de exigir que los servicios públicos se diseñen pensando en los usuarios y no se usen para comprar votos.Selección Negativa es hacerse de la vista gorda ante la insalubridad de millares de puestos callejeros mientras a los establecimientos formales, [i]con cualquier excusa, los clausuran, extorsionan o multan. Selección Negativa es tener que esperar hasta 45 días para obtener una licencia de operación de negociosólo para enfrentarse a sindicatos con derecho de emplazar a huelga a empresas que aún no han abierto sus puertas.Selección Negativa, en fin, es defender, perdonar y hasta justificar a quienes viven del chanchullo, de la corrupción y de la evasiónmientras se amedrenta, amenaza y desprecia a quien se esfuerza por crear riqueza cumpliendo con sus obligaciones fiscales en tiempo y forma.



    Como bien dice el lituano-americano Liulevicius: cada uno de estos ejemplos de Selección Negativa, lejos de ayudar al pobre, lo perjudica doblemente, pues el gobierno no sólo se priva de fondos que muchos informales sí estarían en condiciones de aportar al erario, sino que una buena tajada de lo poco recaudado para auxiliar a los más necesitados acaba subsidiando a puros vivales (¿7 por ciento de aumento al sueldo de diputados en Jalisco?, ¿para eso es el 2 por ciento adicional?).

    Pero el daño no termina ahí, pues cada una de estas formas de privilegiar la transa también manda a las clases medias un mensaje decepcionante: aquí no vale la pena invertir, emprender, prepararse mejor o trabajar con ética, pues el gobierno (y los partidos) tratan a quien tiene éxito económico no como un aliado que hay que apoyar, sino como a un enemigo que hay que combatir hasta que cierre el changarro o se largue.



    Y puesto que un gobierno cosecha lo que siembra, por negligencia, corrupción o dogma ideológico, lo peorcito del país siempre sale ganando; sus buenos trabajadores, sus mejores cerebros y sus más innovadores capitales buscan horizontes donde sus esfuerzos profesionales sí sean bienvenidos, sus talentos reconocidos y donde la infraestructura legal les permita prosperar[i] sin tener que subsidiar a tanta rémora y ahijado del poder que medra a la sombra del mal gobierno. No por nada el pilar más estable de la economía mexicana siempre ha sido esa riqueza creada en el exterior, que nos llega por vía de las remesas.




    Es doctora pero no cura, nomás echa rollo. Vivilla desde chiquilla, hecho que la llevó a meterse al mundo académico por una mezcla de curiosidad y travesura. Ahí fue testigo del brutal asesinato del amor al conocimiento a golpes de aburrimiento, seriedad y bostezos. Huyó de la escena del crimen no sin antes descubrir que emitir opiniones era tan divertido como peligroso. Nada le autoriza publicar sus piensos, pero mientras la aguanten, lo seguirá haciendo.

  • #2
    Re: Selección negativa

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