Desde hace muchísimo tiempo, la humanidad ha tratado de normar su convivencia creando para ello ciertas leyes, que se creían justas en cada momento. Pero por desgracia, no siempre han coincidido la legalidad con la justicia. Eso nos lleva a analizar, por lo menos superficialmente lo que es justo o lo que significa la palabra justicia.
La justicia, o sea lo justo tiene que ver mucho con los derechos que tiene una persona en un momento dado y en un ámbito determinado. Así decimos por ejemplo, ya que vivimos en la época de los “Derechos Humanos”, que cada persona, por el puro hecho de haber nacido, tiene derechos inalienables, como lo son: tener comida, alojamiento y vestido. Pero no se especifica el como se logra que todos los seres humanos gocen de ese derecho, pues no basta un decreto para poder comer.
También en el terreno emocional, muchas veces “lo justo” ni siquiera está conceptuado dentro les marco de la ley. No es por ejemplo “justo”, el que alguien sea acusado de robo por otra persona, sin poder comprobarlo. No es tampoco “justo” que las autoridades metan a la cárcel a una persona, sin tener pruebas de su delito. En ambos casos, procede de hecho un lacónico “usted perdone” y el daño moral o en la imagen de la persona inculpada injustamente quedó dañada. También hay muchas madres o padres que claman al cielo lo “injusto” que es, el que se les muera su bebito. A Dios y al destino no se le puede demandar.
Para no ahondar en este tema más bien social-filosófico, prefiero enfocar este tema desde el punto de vista práctico y cómo se maneja desde hace más o menos dos siglos.
En nuestra sociedad tenemos el fenómeno de la delincuencia, o sea de aquellos que transgreden las leyes establecidas, principalmente adueñándose de bienes ajenos e inclusive de la vida de personas, para posesionarse de sus propiedades. Se considera esto una actitud injusta, la cual reclama justicia y se recurre a la ley para alcanzar la misma. ¿En qué consiste la tal “justicia” ? Creo que aquí hay dos aspectos como sigue:
1.- El resarcir el daño ocasionado, devolviendo lo robado.
2.- Castigar el delincuente por su acto delictuoso
Aquí surge el hecho de que la persona que se siente perjudicada, demanda justicia.
Todo mundo cree que es justo demandar justicia y por lo tanto hace uso de las instituciones legales que se supone procuran tal justicia para satisfacer una demanda. Eso lo hacen las instituciones aplicando la ley.
Pero ahora resulta, que la famosa LEY en todo el mundo ha sido un verdadero laberinto de disposiciones y reglas y párrafos y puntos de interpretación. No sé si eso ha sido con un afán perfeccionista o con el propósito de enredar más las cosas para poder lucrar a través de una nueva profesión que se llama litigar. Para eso se necesita hacer una verdadera carrera en leyes y ser un abogado de primera, para adoptar dos papeles:
1.- El de acusar a un delincuente
2.- El de defender al delincuente.
Por otro lado, la gente trataba de protegerse preventivamente contra ciertos infortunios, tales como robo o asalto y homicidio y hasta fenómenos naturales como incendio, terremoto y huracanes, etc. de lo cual resultó un enorme incremento en las instituciones del seguro. El seguro contra situaciones impredecibles tiene una historia muy antigua en Inglaterra, y se acostumbraba “asegurar” la llegada de una embarcación con su cargamento, a pesar de la piratería y de las inclemencias del tiempo. Hoy en día las compañías de seguros prácticamente cubren cualquier riesgo, por fantástico que parezca, siempre y cuando el asegurado pagara la “cuota” o prima correspondiente. Las compañías de seguros son hoy en día verdaderos gigantes, al grado de que no solo no hay nada que no pueda “asegurarse”, sino que han creado un verdadero cuerpo de excelentes investigadores y detectives, muchas veces muy superiores a los de la policía o privados, para descubrir posibles trucos ilegales de los asegurados, que los hacen para lograr cobrar un seguro contratado fingiendo un percance. Pero la situación no termina allí, pues había que enfrentarse con los asegurados también en el terreno legal, cuando el asegurado entablaba una demanda judicial para exigir la indemnización contratada, Esto como consecuencia de que las compañías de seguros también se valían de “cláusulas escritas con letra minúscula” o de cláusulas de interpretación ambigua, para evitar y eludir sus responsabilidades. Para ello, las compañías de seguros tienen hoy en día un excelente buró de abogados litigantes, para defender, con o sin razón, a su compañía de seguros contra los abogados litigantes del público asegurado.
En USA esta situación llegó al gigantismo, de tal manera, que hoy ese país está totalmente en manos de las compañías aseguradoras, ya que en parte por ley y en parte por conveniencia mutua, todo mundo está asegurado contra un sinnúmero de siniestros o imprevistos o eventualidades. En USA estar asegurado, es parte de la cultura innata de un pueblo totalmente dependiente de una exagerada legalidad .. Pero asimismo tenemos en ese país una cultura de un consumismo tal, que hasta hay consumo de juicios y procesos legales que tratan de “hacer justicia” pero que en realidad solo aplican una ley. Los mismos jueces, muy raras veces pueden aplicar un verdadero criterio humanitario, pues son prisioneros de un sinnúmero de párrafos y cláusulas, a tal grado, que hoy UN JUEZ NO HACE JUSTICIA, SINO QUE APLICA UNA RECETA, cuyos ingredientes están detalladamente especificados. Es de tal manera complicada ya la ley en general, que parece un enorme laberinto que debe tener sus salidas falsas, ya que está llena de remiendos muchas veces contradictorios. Es pues un verdadero arte, no cometer en este ambiente ni el más mínimo error de procedimientos o administrativo, porque un astuto abogado puede recurrir a esa salida para lograr una impunidad. Se pierde totalmente el enfoque y la quintaesencia de hacer justicia, sino se busca en ambos bandos más bien, quién comete el primer error administrativo para interponer una apelación. Entonces se desata una batalla entre “PERROS DE CACERIA” EN LA CUAL YA NO LES IMPORTA A LOS PERROS SI YA SE LES FUE LA PRESA, que tenían que cazar, sino que les importa más QUIEN ES EL ULTIMO EN LADRAR. De esta manera resulta, que por triquiñuelas legales un sujeto acusado de homicidio plenamente identificado, sale absuelto y se acabó el juicio. Surge así la gran pregunta: ¿y quién es pues el verdadero asesino o el verdadero culpable?
A la ley, eso ya no parece interesarle para nada. O estamos ante un crimen perfecto o estamos ante una legislación tremendamente imperfecta.
Existe en el mundo entero una cultura de “Seguro contra todo” pero en USA esa cultura llegó a tal extremo, de que está a la orden del día constantemente demandar a alguien por algo que al común ciudadano no le parece o por algo que le sucedió. Ya solo nos falta que alguien demande a su propia madre por haberlo parido. Se hacen en USA demandas increíbles como por ejemplo:
Si me invita mi hermano a un día de campo en su casa, y yo por torpe o por excesivamente alegre me tropiezo con una piedra o un tronco en su jardín y me rompo la pierna, yo demando a mi hermano por los daños que yo mismo me ocasioné, pero en SU jardín.. Le exijo no solamente los gastos médicos, sino también una compensación económica por los días que no pude ir a trabajar, por mi depresión sicológica al tener que andar con muletas que dañaron mucho mi ego.
Resulta el siguiente fenómeno: Como mi hermano tenía un seguro que cubre este riesgo, él mismo me anima para que lo demande, puesto que al que realmente estoy demandando es a la Cía. de seguros que cubre esta eventualidad. Cualquiera que no procede así, es casi considerado como un idiota. Pero para que la demanda sea presentada en forma legalmente correcta dentro de ese ya descrito laberinto de leyes, se requiere de un abogado. Hay que imaginarse ahora una nación con más de 200 millones de habitantes, de los cuales más o menos la tercera parte está en condiciones de presentar demandas por lo que uno pueda imaginarse. Resulta que la nación que más abogados tiene en el mundo y la que más juicios celebra a diario son los EEUU. Como he dicho, existe un culto para llevar todo ante un juez. El hijo puede demandar a su padre, el vecino negro que se atreve a comprar una casa en una región de familias blancas, es demandado por ser negro o para que se largue a otro lugar. El automovilista llega a demandar a una fábrica de llantas, porque al reventársele una llanta nueva causando daños en el vehículo. Continuamente se ventilan miles y millones de demandas en ese país, y millones de abogados ganan mucho millones de dólares y nunca están sin trabajo.
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