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La asquerosa corrupción en la PGR

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    Impunidades


    Raymundo Riva Palacio 21:12

    Viernes 04 Diciembre

    PRIMER TIEMPO: EL TESTIGO PROTEGIDO DE WALO. El asesinato del Édgar Bayardo esta semana en la ciudad de México tiene protagonistas controvertidos que transitaron en medio de la opinión pública sin despeinarse. El principal, Eduardo Medina Mora, quien tuvo a Bayardo trabajando un tiempo como su asesor en la PGR. Durante largo tiempo, Bayardo gozó de la protección de Medina Mora, quien aún después de que Jesús El Rey Zambada García, uno de los jefes del Cártel de Sinaloa, lo identificó como el mando policial que le brindaba protección y él mismo admitió ante el Ministerio Público Federal que trabajaba con los narcos, ni le abrió averiguación previa ni lo consignó. Lo hizo testigo protegido, le dio una escolta y lo metió a vivir en una casa de seguridad. ¿A cambio de qué? En todo un año que tuvo la protección de Medina Mora, Bayardo no aportó ningún dato que permitiera dar más golpes al Cártel de Sinaloa. Al contrario, las operaciones de envergadura contra ellos y contra los Hermanos Beltrán Leyva, escisión del Pacífico, se evaporaron. ¿Qué fue lo más importante que hizo Bayardo? Acusar a su jefe Gerardo Garay, cabeza de la Policía Federal, de recibir 500 mil dólares de Zambada y violar a unas mujeres. Con esa acusación, Medina Mora metió a Garay a la cárcel. Y con esa detención, quien había golpeado al Cártel de Sinaloa y a los Beltrán Leyva, fue neutralizado. Bayardo, aún luego de ser descubierto, siguió sirviendo a los narcotraficantes, quienes se quitaron de encima a su perseguidor. Qué cosas tan raras suceden en las cañerías de la procuración de justicia mexicana. Medina Mora se va sin ser cuestionado por lo que hizo con Bayardo. Y en la PGR le echaron una ayudadita. Dicen que el testigo protegido no era protegido, y que Medina Mora no lo consignó porque no se pudieron probar los dichos. Caramba, qué fácil. Al fin que nadie va a gritar ¡qué barbaridad!

    - SEGUNDO TIEMPO: LAS CORTINAS DE HUMO. El 2008 fue el año en que el gabinete de seguridad del presidente Felipe Calderón tuvo una implosión, al hacerse público el choque entre el Procurador General, Eduardo Medina Mora, y el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna. Dos golpes consecutivos de García Luna abrieron las hostilidades: el expediente sobre corrupción en la SIEDO que obligó a Medina Mora a realizar contra su voluntad la llamada Operación Limpieza, y la detención de Jesús Zambada García en los mismos días. La respuesta fue inmediata. Una operación de propaganda en medios para desviar la atención de la PGR y enfocar las críticas en Seguridad Pública. Medina Mora tuvo un operador de medios, su entonces director de Comunicación Social y asesor de cabecera, Fernando Castillo, quien se dedicó a repartir extractos de averiguaciones previas, en violación abierta de la ley, sin darle a los periodistas las conclusiones de los expedientes. Lo que dio, embarró de corrupción a García Luna y a sus jefes policiales más cercanos. Lo que ocultó, desmantelaba las acusaciones. Internamente, esas acciones le costaron el trabajo a Castillo como manejador de medios, pero el objetivo de Medina Mora se cumplió: le quitó legitimidad pública a García Luna. La historia vuelve a ser vigente hoy, por el asesinato de Édgar Bayardo, a quien utilizó aquella PGR de Medina Mora para ajustar sus cuentas en el gabinete.

    - TERCER TIEMPO: LA GUERRA OSCURA. El desmantelamiento de la célula del Cártel de Sinaloa en la ciudad de México fue un regalo para la PGR, que pudo hacer en ese momento todo tipo de manipulación judicial. Al detener a Jesús Zambada García y como consecuencia a Édgar Bayardo, cayeron con él Jorge Cruz Méndez, comisario de la Policía Federal, y Fidel Hernández García, inspector de la Agencia Federal de Investigaciones. El procurador Eduardo Medina Mora les ofreció ser testigos protegidos a cambio de que acusaran a Gerardo Garay, jefe de la Policía Federal, de estar coludido con el narco. Bayardo sí fue protegido, pero los otros dos no, por lo que cuando fueron a ratificar su declaración ante el juez, se retractaron de lo dicho y revelaron que sólo habían inculpado a Garay porque les prometieron ingresar al programa. Al no hacerlo, rompieron el trato. La falsificación de testimonio tampoco sirvió de atenuante para Garay. Cruz Méndez y Hernández García también están en la cárcel. Bayardo, que los reclutó para el Cártel de Sinaloa y les decía qué hacer, estuvo siempre en libertad, hasta que lo asesinaron hace unos días. Medina Mora, como Ave Fénix, que cruza el pantano sin mancharse, tomará este día un vuelo a Londres, donde fue nombrado embajador ante el Reino Unido. En breve, vestido de frac, presentará sus cartas credenciales a la Reina Isabel II. Nada de esto le pesará. El blindaje sobre su persona no ha sufrido merma alguna.

    rrivapalacio@ejecentral.com.mx

    fdm
    Y luego dicen que no hay evidencia de que el PAN protege al Chapo y al cartel de Sinaloa.
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