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El Hundido, un cenote en Jiménez, Chih.

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  • El Hundido, un cenote en Jiménez, Chih.

    El Hundido, el abismo subterráneo más profundo en Chihuahua

    Hace algunos meses apareció en el foro virtual de espeleólogos una invitación, de parte del Antonio Holguín, director de Turismo del municipio de Jiménez, Chihuahua, para que explorara esta cavidad natural que parecía ser muy profunda.

    Texto: Carlos Lazcano Sahagún ()
    Sin pensarlo dos veces, viajé para allá y así, ya estaba en un tortuoso camino de terracería que avanza en medio del desierto chihuahuense. Fueron más de tres horas de andar entre la llanura y las cactáceas. Si no es por mis guías, difícilmente hubiera dado con el sitio. Durante el trayecto sostuvimos una larga plática sobre cuevas y otros sitios naturales de esta región. Además, es siempre muy agradable platicar con la gente de los lugares, quienes conocen su tierra muy bien, y les gusta compartir historias, leyendas, mitos y otras cosas. El desierto tiene su fascinación, no por nada he dedicado algunos años de mi vida a explorar algunas de estas zonas, principalmente en Chihuahua y Baja California.

    Finalmente llegamos al rancho El Hundido, localizado en la base de una pequeña sierra calcárea. Desde ella se tiene una grandiosa visión de la llanura desértica. A escasos 300 metros de la casa del rancho, está el pozo. Anochecía cuando llegamos, pero estaba ansioso de ver la sima y no resistí la tentación de asomarme, lo que ví me sorprendió bastante.

    Abismo vertical
    Era de considerable profundidad. Su boca, con un diámetro de entre 30 y 35 metros, se abría entre una serie de estratos calcáreos horizontales que se perdían entre las tinieblas. Era impresionante. Pero lo que llamó más mi atención fue observar que en la orilla del pozo se encontraba un gran malacate, movido por una potente máquina diesel, que permitía que una cómoda canastilla metálica descendiera hasta lo más hondo. El doctor Martínez, dueño del rancho, me explicó que tal sistema de descenso fue construido por su padre, unos 40 años antes, ya que siendo esta región una de las más secas de Chihuahua, siempre tenían problemas con el agua, y era difícil mantener ganado o sembrar. Como a la luz del día se ve que el fondo tiene un gran cuerpo de agua, el señor Martínez y otros se animaron a descenderlo para explorar sus posibilidades de utilizar el agua. Al hacerlo, encontraron que la profundidad vertical del pozo fue de 185 metros, sin embargo, lograron su descenso y encontraron que en su fondo el cuerpo de agua es bastante amplio, con un diámetro de aproximadamente 80 metros y una profundidad desconocida. Esto los animó a colocar una tubería que uniera el fondo con la boca del pozo y una potente bomba para subir el agua. Después de un arduo trabajo lo lograron, y así pudieron utilizar el preciado líquido.

    Con el fin de hacer más fácil el descenso para las labores de mantenimiento, posteriormente adaptaron un tambo metálico de 200 litros como canastilla.

    Así que cuando llegué, me encontré con estas sorpresas: rancheros ganaderos del desierto convertidos en espeleólogos improvisados.

    El descenso
    Aunque llevaba mi equipo y cuerdas para bajar, decidí utilizar el sistema del doctor Martínez y tuve un descenso muy peculiar. Bajar en la canastilla es ciertamente cómodo, y uno puede disfrutar de las impresionantes vistas del abismo. La boca, que originalmente tiene los 30 metros, poco a poco se va abriendo, hasta que en el fondo el diámetro casi alcanza los cien metros. La canastilla llega hasta la única isla que hay en el cuerpo de agua, que tendrá unos 5 o 6 metros de diámetro, y es donde se encuentra instalada la bomba hidráulica. La luz del sol llega tenue hasta el fondo, pero alcanza a iluminar las paredes, dando visiones un tanto fantasmagóricas.

    Fue el doctor Martínez quien ha medido con precisión la profundidad del pozo: 185 metros de absoluta vertical, lo que lo convierte en el abismo vertical más hondo de Chihuahua y uno de los más profundos del norte de México, sólo le ganan dos: el cenote Zacatón, en Tamaulipas (vertical de 329 metros), y el nacimiento del Río Mante, también en Tamaulipas. Sin embargo, éstos están totalmente inundados.

    Fue una grata experiencia encontrarme con este pozo. Pronto volveré para hacer un mapa detallado y explorar más por los alrededores, ya que prometen otras sorpresas. Mientras tanto le doy las gracias a los que nos invitaron, recalcando el amor que le demuestran a su tierra, cuidando estas maravillas y compartiéndolas con quienes las apreciamos, entre ellos, ustedes, los lectores de México desconocido.

    Cómo llegar:
    Jiménez se encuentra a 234 km al sureste de la ciudad de Chihuahua. Para llegar debes tomar la carretera No. 45 en dirección sureste, pasando por las comunidades de Ciudad Delicias y Ciudad Camargo.

    Fuente: http://www.mexicodesconocido.com.mx/...a&idNota=12327
    sigpicEl amor es como una flor que se puede marchitar....

  • #2
    Re: El Hundido, un cenote en Jiménez, Chih.

    sigpicEl amor es como una flor que se puede marchitar....

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    • #3
      Re: El Hundido, un cenote en Jiménez, Chih.



      Chihuahua
      Esconde cráter un río y miles de siglos de historia

      La impresionante formación natural guarda en su interior espacio suficiente para albergar un estadio de futbol.

      El Heraldo de Chihuahua
      3 de marzo de 2008
      David Piñón Balderrama

      Jimenez, Chihuahua.- Al pie de la Sierra del Diablo, a unos cuantos kilómetros de los límites del estado, un cráter de gran profundidad en el rancho El Hundido ha llamado la atención de los exploradores, pues esconde millones de años de historia y un río subterráneo de agua dulce, cuando toda el agua de la región es salada.
      El milenario cenote, único en el norte de México, está a unos pasos de la llamada Zona del Silencio, espacio que comparten Chihuahua, Durango y Coahuila de donde surgen todo tipo de mitos que, ahora con un nuevo descubrimiento, ha despertado en los pobladores leyendas, creencias y sobre todo admiración.
      El cráter tiene 30 metros de diámetro y 185 de profundidad. En su fondo la oscuridad es total y sirve para esconder una bóveda del tamaño de un estadio de futbol, en donde son comunes los restos fósiles prehistóricos que dejó el Mar de Thetis, que cubrió Texas, Coahuila y Chihuahua hace millones de años.
      En estas latitudes, fuera de la Reserva de Biósfera de Mapimí es común que el agua de lagunas y diferentes afluentes sea salada, incluso hay explotación de este mineral, por lo que, además, ha llamado la atención que se encuentre agua dulce fluyendo sin origen ni destino conocido.
      Pero El Hundido, ubicado en el rancho que toma su nombre de esa formación rocosa espectacular, no es un descubrimiento reciente para el doctor Rodolfo Martínez Torres, un coahuilense que dueño de la extensión territorial, revela que siempre lo mantuvo en secreto por temor de una expropiación del Gobierno.
      El padre del ahora propietario del terreno y del cenote utilizó su propiedad para recolectar candelilla, una planta utilizada en la elaboración de velas que tuvo su mayor periodo de producción en la Segunda Guerra Mundial. Después de eso, la tierra se volvió de uso ganadero, como es hasta la fecha.
      Martínez Torres dio a conocer su hallazgo hace apenas unos días a la Presidencia Municipal de Jiménez, en donde el director de Turismo, Antonio Holguín, se sorprendió con el descubrimiento y lo visualizó como parte del activo turístico de esta ciudad, en donde predomina el desierto.

      AGUA, TESORO DE EL HUNDIDO

      Al caer la noche, una pareja de águilas y una de buhos, en espera de la cena, aguardan la salida de los murciélagos que durante el día se esconden en la oscuridad de El Hundido. Los murciélagos salen y las golondrinas entran a pasar la noche en el cálido lugar, con una extraña coordinación que parece tan natural.
      En sus 30 metros de diámetro, el cráter tiene formaciones caprichosas que lo hacen peligroso en caso de tratar de rebasar la malla puesta rudimentariamente para evitar accidentes.
      Desde la entrada, en el fondo alcanza a distinguirse un pequeño espejo de agua que, al estar en el interior, se comprueba con un poco de luz que de pequeño no tiene nada, pues cubre una superficie estimada en 90 por 60 metros, mientras el techo de una caverna interna se levanta más de cinco metros.
      Tan sólo la entrada está llena de vestigios de la prehistoria: Marcas de caracoles, plantas fosilizadas, formaciones extrañas en las rocas que forman la pared de El Hundido.
      Para su propietario el lugar ha sido desde hace años fuente de agua para uso en el rancho, pues lo hizo funcionar como pozo con bombas sumergibles y grandes motores, para lo cual debió instalar maquinaria y tubería que sirviera para la extracción.
      La maquinaria oxidada hace más sorprendente el sitio, pues resulta para los espectadores imposible imaginar cómo se contruyó, en ese sitio al que difícilmente se puede entrar, toda una infraestructura para aprovechar el recurso.
      El pozo es custodiado por los cañones de El Apache y El Hundido, de la misma Sierra del Diablo, y está a unos kilómetros de Sierra Mojada, Coahuila, por donde abundan vestigios de la prehistoria. Incluso, dice Martínez Torres, hay indicios de vida antigua en los montes, cerros y llanuras extensas de la región.

      DESCUIDO OFICIAL

      La zona que rodea a El Hundido, el desierto que se extiende de Escalón, Jiménez, a Cuatro Ciénegas, Coahuila, está tan descuidado que sus caminos hacen una tarea casi imposible llegar a cualquier destino por donde no exista carretera pavimentada.
      En los límites de Chihuahua, el polvo es el dueño de los caminos, el desierto los hace intransitables y el descuido sólo ayuda a mantener incomunicados a vecinos de los poblados cercanos.
      El tránsito de Jiménez a Escalón, primera parte del recorrido hasta El Hundido y prácticamente hasta el Vértice de Trino -la confluencia de los estados de la Zona del Silencio- se hace en unos cuantos minutos, pues son apenas 60 kilómetros que pueden recorrerse por la autopista de cuota con caseta en Zavalza o por la libre, con el inconveniente de que sólo tiene dos carriles.
      Tras Escalón, se sigue al ejido Liberación, casi un pueblo fantasma donde quedan unas cuantas personas que viven de sus cosechas, en la temporada de lluvias, de melón y sandía, frutos que se dan en medio de este desierto.
      El tramo Escalón-Liberación, por la brecha que conduce de Escalón a Coahuila, que en algunos mapas aparece como carretera pavimentada, es una terracería que retrasa el recorrido una hora, en medio de las constantes polvaredas.
      Del ejido a El Hundido sólo hay 16 kilómetros de distancia. Esos 16 kilómetros, aunque parezca increíble, se recorren en una hora de tiempo, pues el camino, como el resto de la región, está semidestruido por la falta de mantenimiento y los efectos de las pocas lluvias que hay al año, las cuales los convierten en arroyos temporales.
      Pero no sólo los caminos y la infraestructura son deficientes, sino la misma vigilancia alrededor de la Biósfera del Bolsón de Mapimí, cuya mayor parte está del lado de Chihuahua, pues los restos fósiles y vestigios de hace millones de años están expuestos al saqueo de los conocedores, muchos de los cuales llegan de los estados vecinos.
      El descuido, además, ha impedido que la zona se desarrolle como sitio turístico, mientras que Coahuila y Durango no han desaprovechado la riqueza prehistórica de la que gozan junto con Chihuahua.

      DESIERTO CHIHUAHUENSE

      Para Antonio Holguín, director de Turismo de Jiménez, cuando se habla del desierto chihuahuense sólo se piensa en Samalayuca, en el municipio de Juárez, mientras que el lado sur donde se extiende un gran capital turístico, se mantiene muy relegado.
      Este hallazgo de El Hundido, dice, fortalecerá esta actividad que parece rezagada, pues ya se analizan proyectos para hacer recorridos no sólo por el cenote, en donde se requiere un día completo para llegar y bajar, sino los tesoros prehistóricos de la región, pues existen fósiles, desierto, la Zona del Silencio y decenas de atractivos que siguen sin explotarse.
      En ello coincide Rodolfo Martínez, quien no deja de insistir en el riesgo de que los estados vecinos amplien sus atracciones turísticas del lado chihuahuense, mientras que las autoridades locales, Gobierno del Estado y la Presidencia Municipal desperdician atractivos que detonarían la actividad económica en la región.
      Dice, además, que el saqueo que se da en otras regiones puede repetirse en estas localidades de la frontera chihuahuense, donde los fósiles, árboles petrificados y demás testigos de la prehistoria pueden perderse sin haber sido aprovechados.

      EXPLORADORES

      El cráter ha llamado la atención de espeleólogos de la Universidad Nacional Autónoma de México, quienes en una primera visita al lugar determinaron que requiere del trabajo de buzos especialistas en el interior del cenote para analizar el agua y las paredes.
      Ellos ofrecieron un programa de investigación en la zona para recolectar restos fósiles y elementos para estudiar El Hundido y sus alrededores.
      De la misma forma, los editores de México Desconocido, quienes han documentado los fenómenos en el desierto magnético de la Zona del Silencio, se interesaron para ingresar al lugar y hacer recorridos en la toda la región, a fin de continuar con la documentación de ese territorio que aún permanece inexplorado.
      Será hasta abril cuando los científicos de la UNAM acudirán para profundizar en sus investigaciones, mientras que los encargados del área turística seguirán buscando apoyos para conseqguir que la región sea considerada en los planes de desarrollo federales y estatales.

      Fuente: http://www.oem.com.mx/elmexicano/notas/n614757.htm
      sigpicEl amor es como una flor que se puede marchitar....

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      • #4
        Re: El Hundido, un cenote en Jiménez, Chih.



        Chihuahua
        Descubren en Jiménez fósiles de dinosaurios

        En el lugar se aprecian a flor de tierra vestigios de especies prehistóricas. Foto: Archivo El Heraldo de Chihuahua
        17 de marzo de 2008
        David Piñón Balderrama

        Jiménez, Chihuahua.- Un cementerio de fósiles petrificados de dinosaurios con más de 60 millones de años de antiguedad fue descubierto en los límites del estado, a unos kilómetros de la Zona del Silencio, según las investigaciones que ya inició la Universidad Nacional Autónoma de México.
        Los restos encontrados corresponden a los dinosaurios pico de pato y saurópodo, especies de enormes dimensiones denominadas también "patas de reptil", cuyos huesos hechos piedra quedaron casi al descubierto en los arenales desérticos, que se mantienen bajo custodia por autoridades de Jiménez para evitar el saqueo.
        Marisol Montellano, investigadora del Instituto de Geología de la UNAM, determinó en un primer acercamiento a la zona del llamado cementerio que se trata de dinosaurios que habitaron en las cercanías del legendario Mar de Tethis que cubrió los estados de Durango, Coahuila y Chihuahua.
        La Presidencia Municipal de Jiménez, a través del Departamento de Turismo que dirige Antonio Holguín, fue la que descubrió el impresionante cementerio de fósiles, el cual es de grandes dimensiones, ya que se trata de una extensión considerable cuya ubicación, informó la dependencia, se mantiene bajo reserva para impedir la depredación.
        Antonio Holguín informó que los restos localizados e inventariados se mantienen resguardados por pobladores de la zona, quienes cooperan en la labor de vigilancia para conservar el hallazgo en su mejor estado.
        Tras el hallazgo, se enviaron notificaciones a investigadores de la Universidad Nacional, los cuales hicieron una primera evaluación de las muestras, determinando que se trata de una zona rica en evidencias de la prehistoria.
        "A primera vista se trata de los dinosaurios pico de pato y saurópodo, los cuales existieron hace más de 60 millones de años, cuando el mar inundaba toda la comarca", hizo notar la investigadora de la UNAM.
        A nivel local, fue notificado el Instituto Nacional de Antropología e Historia, Delegación Chihuahua, para que proceda a establecer los lineaamientos para proteger y estudiar este importante descubrimiento para el municipio de Jiménez y toda la entidad.
        Aunque la ubicación se ha mantenido en secreto para evitar que haya robos de los restos como sucede en otras latitudes, la Presidencia de Jiménez indicó que se encuentra en el fundo legal del municipio, muy cerca de la Zona del Silencio y de las salinas que colindan con Coahuila, región desértica en la que son pocos los pueblos con habitantes.

        DINOSAURIOS

        Los dinosaurios que poblaron esta región hace millones de años eran de enormes proporciones, incluso en algunos libros especializados se citan como animales del tamaño de un camión de dos pisos.
        En el caso de los saurópodos tenían un característico cuello largo, cabeza pequeña, patas gruesas y una cola robusta. Estos han sido los restos, según los especialistas, que se han encontrado en esta región del valle desértico de Jiménez.
        Los saurópodos habitaron en todos los continentes a excepción de la Antártida, por lo que, tanto en Jiménez como en la zona conocida como Valle de los Dinosaurios, en Ojinaga, dejaron rastros visibles de su permanencia.
        Los conocidos como Pico de Pato eran dinosaurios de gran tamaño. Normalmente caminaban sobre sus largas patas traseras y tenían una cola grande y aplanada lateralmente, que les ayudaba a mantenerse erguidos. Cuando comían del suelo, probablemente se apoyaban en las patas delanteras, y cuando tomaban hojas de los árboles se erguían sobres las dos traseras. Tenían el hocico en forma de pico de pato, con varias filas de dientes en la parte posterior de la boca con los que trituraban las hojas que cortaban con el pico. En la parte superior de la cabeza, sobre los ojos, tenían una prominencia ósea, lo que se demuestra con los restos encontrados en la zona de Jiménez.

        INSISTEN EN EL TURISMO

        Debido a que el desierto de Jiménez se encuentra relegado como zona turística, el director de Turismo Municipal, Antonio Holguín, dijo que se buscará promover la zona ahora con más atractivos, ya que tras el descubrimiento en días pasados se tiene contemplado instalar un museo rural cerca del cementerio, a fin de promover un circuito completo para atraer a los visitantes.
        Hace días, recordó, se difundió el hallazgo del cenote El Hundido, ubicado cerca del ejido Liberación, el cual se convierte en otro atractivo junto con la Zona del Silencio, el cementerio de fósiles.
        "Ahora tenemos la posibilidad de impulsar un circuito turístico con el cenote El Hundido, un museo rural de restos fósiles, las salinas de Estación Carrillo, la zona de producción agrícola, la Cueva del Agua de la Hacienda de los Remedios, además de la posibilidad de establecer un museo completo en Jiménez", afirmó el funcionario.
        Además, dijo, se están haciendo gestiones para tener acceso a la Zona del Silencio por el lado de Chihuahua, a través de la Reserva de la Biósfera de Mapimí, a fin de apoyar a los habitantes de la región con la derrama económica del turismo.

        Fuente: http://www.oem.com.mx/elmexicano/notas/n631278.htm
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