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dos ratas peleandose
Las televisoras versus la camara de senadores
TV de venganza
Por Felipe Díaz Garza
Entre el 1o. de septiembre y el 15 de diciembre de 2007, el gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto, y el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, aparecieron mucho, 700 veces el primero y 449 el segundo, en los noticieros de Televisa y TV Azteca, de acuerdo con un monitoreo ordenado por la comisión senatorial de Radio, Televisión y Cinematografía. Ello mientras los senadores prácticamente desaparecieron de las pantallas.
El mismo equipo que contabilizó las apariciones televisivas de los dos gobernadores reportó la triste presencia mediática de los legisladores senectos. El más visible fue el líder de los priistas, Manlio Fabio Beltrones, a quien el forense le contó 29 apariciones, seguido por sus colegas perredistas Carlos Navarrete y Ricardo Monreal y el panista y presidente del Senado, Santiago Creel, con 11, 9 y 8 apariciones televisivas respectivamente.
El comisionado secretario Marko Antonio Cortés sospecha que entre los gobernadores Peña y Ebrard y las cadenas televisivas "existe algún tipo de convenio no oficial, no formal; nos hace pensar que hay algo, pero no podemos nosotros comprobarlo, y no podemos acusar, porque quien acusa está obligado a demostrarlo, pero sí hay una presunción, una sospecha, el número es muy alto". El también senador Carlos Sotelo, presidente perredista de la comisión senatorial de RTC, propone que: "En el informe se aprecia que algunos políticos (los dos gobernadores) aparecen de manera extraordinaria, ya no en spots sino en barras informativas, lo cual, sin duda, es una evidencia a la transgresión al nuevo marco legal que regula de manera permanente el gasto de recursos públicos en materia de comunicación social".
La profusión de las imágenes de los gobernadores, sospechada venal por los senadores, sumada a la desaparición virtual de éstos de la pantalla chica los hace pensar que las televisoras están castigándolos por haber legislado la restricción y control oficial de la publicidad política en sus canales. El jueves este periódico informó que el senador Cortés afirmó que se valorará si las televisoras están incurriendo en alguna irregularidad al negar que se cumpla el artículo sexto constitucional de garantizar el derecho a la información a todos los mexicanos. En la misma nota se reporta que el presidente de la comisión, Carlos Sotelo, aseguró que los resultados del monitoreo muestran que se pretende castigar a los legisladores, por lo que se tomarán medidas al respecto.
¿Qué esperaban los senadores? Ni modo que los televisos y los teveaztecos se quedaran silenciosamente pasmados después de la reforma electoral que les tumbó facturación y que igual permanezcan en espera de la reforma de la Ley de Radio y Televisión que les tumbará el poder y les complicará su todavía hoy expedito y redituable acceso al mercado. Lo menos que los senadores pueden y deben esperar de los dueños de las cadenas televisivas y sus ujieres es lo que ya hicieron: sacar del aire a los que quieren sacarlos del aire a ellos. Y vaya que en el caso de los medios electrónicos lo del aire es literal y quien tenga el aire tiene el poder de conservar la vida propia y la ajena. Y para conservar el aire Televisa y TV Azteca le están apostando al mercado de futuros.
Quizás los senadores tengan razón en sus sospechas de que "existe algún tipo de convenio no oficial, no formal" entre los dos gobernadores y las dos cadenas televisivas. Pero dadas las condiciones actuales, a la luz de la reforma electoral y de la inminente rehabilitación, más que reforma, de la Ley de Radio y Televisión es más factible que el convenio sea a largo plazo, tan largo como de aquí al próximo periodo presidencial y signado por las empresas con los dos aspirantes presidenciales con más posibilidades. No hay que olvidar que, si de algo dispone la televisión mexicana es de equipos de investigación, monitoreo, conducción y control de la opinión pública, que suele ser lo mismo que la opinión electoral.
El PAN en el poder continúa desgastándose como se desgastó durante el foxato. Mas el desgaste ahora obedece a motivos de fondo, como la inseguridad pública y la economía en ruta de colisión. El sexenio pasado el régimen y su partido se desgastaron, sí, pero en las frivolidades ordinarias de la familia Burrón. Por otra parte el PAN no podrá esta vez inventarles nexos terroríficos con los hermanos Castro o con su compadre Hugo Chávez, ni al priista Enrique Peña Nieto ni, aunque sea perredista, a Marcelo Ebrard. No es aventurado pensar que uno de estos dos gobernadores será presidente de México en el 2012. Las cadenas televisoras lo saben. Ya se los deben haber dicho sus merlines de la investigación e inducción de mercados.
Claro que están pactadas. Las 700 apariciones del casanova gobernador mexiquense y las 449 del glamuroso gobernador de la Ciudad de México forman parte de un convenio. Y clarísimo es también que, por mucho que el Senado los monitoree, no podrá probar nada, porque no hay nada que probar, excepto que los empresarios televisivos ven con agrado a Peña y a Ebrard y no ven con agrado a los senadores. ¿Qué esperaban éstos?, insisto. ¿Que les dieran besos y abrazos? Están muy equivocados.
Esto es la guerra de las televisoras por la Presidencia. Eso es lo que está en juego. Eso es lo que pagarán Peña o Ebrard si ganan. Pero lo pagarán en el 2012, no ahora, ni la semana entrante ni el año que viene. Mientras tanto las televisoras castigan ya con el silencio a sus agresores y enemigos, los senadores.
Antes digan que no les dieron con la cubeta, como les darán y duro dentro de cuatro años.
TV de venganza
Por Felipe Díaz Garza
Entre el 1o. de septiembre y el 15 de diciembre de 2007, el gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto, y el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, aparecieron mucho, 700 veces el primero y 449 el segundo, en los noticieros de Televisa y TV Azteca, de acuerdo con un monitoreo ordenado por la comisión senatorial de Radio, Televisión y Cinematografía. Ello mientras los senadores prácticamente desaparecieron de las pantallas.
El mismo equipo que contabilizó las apariciones televisivas de los dos gobernadores reportó la triste presencia mediática de los legisladores senectos. El más visible fue el líder de los priistas, Manlio Fabio Beltrones, a quien el forense le contó 29 apariciones, seguido por sus colegas perredistas Carlos Navarrete y Ricardo Monreal y el panista y presidente del Senado, Santiago Creel, con 11, 9 y 8 apariciones televisivas respectivamente.
El comisionado secretario Marko Antonio Cortés sospecha que entre los gobernadores Peña y Ebrard y las cadenas televisivas "existe algún tipo de convenio no oficial, no formal; nos hace pensar que hay algo, pero no podemos nosotros comprobarlo, y no podemos acusar, porque quien acusa está obligado a demostrarlo, pero sí hay una presunción, una sospecha, el número es muy alto". El también senador Carlos Sotelo, presidente perredista de la comisión senatorial de RTC, propone que: "En el informe se aprecia que algunos políticos (los dos gobernadores) aparecen de manera extraordinaria, ya no en spots sino en barras informativas, lo cual, sin duda, es una evidencia a la transgresión al nuevo marco legal que regula de manera permanente el gasto de recursos públicos en materia de comunicación social".
La profusión de las imágenes de los gobernadores, sospechada venal por los senadores, sumada a la desaparición virtual de éstos de la pantalla chica los hace pensar que las televisoras están castigándolos por haber legislado la restricción y control oficial de la publicidad política en sus canales. El jueves este periódico informó que el senador Cortés afirmó que se valorará si las televisoras están incurriendo en alguna irregularidad al negar que se cumpla el artículo sexto constitucional de garantizar el derecho a la información a todos los mexicanos. En la misma nota se reporta que el presidente de la comisión, Carlos Sotelo, aseguró que los resultados del monitoreo muestran que se pretende castigar a los legisladores, por lo que se tomarán medidas al respecto.
¿Qué esperaban los senadores? Ni modo que los televisos y los teveaztecos se quedaran silenciosamente pasmados después de la reforma electoral que les tumbó facturación y que igual permanezcan en espera de la reforma de la Ley de Radio y Televisión que les tumbará el poder y les complicará su todavía hoy expedito y redituable acceso al mercado. Lo menos que los senadores pueden y deben esperar de los dueños de las cadenas televisivas y sus ujieres es lo que ya hicieron: sacar del aire a los que quieren sacarlos del aire a ellos. Y vaya que en el caso de los medios electrónicos lo del aire es literal y quien tenga el aire tiene el poder de conservar la vida propia y la ajena. Y para conservar el aire Televisa y TV Azteca le están apostando al mercado de futuros.
Quizás los senadores tengan razón en sus sospechas de que "existe algún tipo de convenio no oficial, no formal" entre los dos gobernadores y las dos cadenas televisivas. Pero dadas las condiciones actuales, a la luz de la reforma electoral y de la inminente rehabilitación, más que reforma, de la Ley de Radio y Televisión es más factible que el convenio sea a largo plazo, tan largo como de aquí al próximo periodo presidencial y signado por las empresas con los dos aspirantes presidenciales con más posibilidades. No hay que olvidar que, si de algo dispone la televisión mexicana es de equipos de investigación, monitoreo, conducción y control de la opinión pública, que suele ser lo mismo que la opinión electoral.
El PAN en el poder continúa desgastándose como se desgastó durante el foxato. Mas el desgaste ahora obedece a motivos de fondo, como la inseguridad pública y la economía en ruta de colisión. El sexenio pasado el régimen y su partido se desgastaron, sí, pero en las frivolidades ordinarias de la familia Burrón. Por otra parte el PAN no podrá esta vez inventarles nexos terroríficos con los hermanos Castro o con su compadre Hugo Chávez, ni al priista Enrique Peña Nieto ni, aunque sea perredista, a Marcelo Ebrard. No es aventurado pensar que uno de estos dos gobernadores será presidente de México en el 2012. Las cadenas televisoras lo saben. Ya se los deben haber dicho sus merlines de la investigación e inducción de mercados.
Claro que están pactadas. Las 700 apariciones del casanova gobernador mexiquense y las 449 del glamuroso gobernador de la Ciudad de México forman parte de un convenio. Y clarísimo es también que, por mucho que el Senado los monitoree, no podrá probar nada, porque no hay nada que probar, excepto que los empresarios televisivos ven con agrado a Peña y a Ebrard y no ven con agrado a los senadores. ¿Qué esperaban éstos?, insisto. ¿Que les dieran besos y abrazos? Están muy equivocados.
Esto es la guerra de las televisoras por la Presidencia. Eso es lo que está en juego. Eso es lo que pagarán Peña o Ebrard si ganan. Pero lo pagarán en el 2012, no ahora, ni la semana entrante ni el año que viene. Mientras tanto las televisoras castigan ya con el silencio a sus agresores y enemigos, los senadores.
Antes digan que no les dieron con la cubeta, como les darán y duro dentro de cuatro años.