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Niña con dos caras.

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  • Niña con dos caras.

    Veneran a una bebé con dos caras en la India

    Lali, la niña, tiene una condición extremadamente rara, llamada duplicación cráneofacial, en la que una sola cabeza tiene dos caras
    Cerca de 100 personas han visitado a Lali en su casa diariamente para tocar sus pies como muestra de respeto.(Foto: AP)

    AP
    El Universal
    Saini Sunpura
    Martes 08 de abril de 2008

    12:17 Una bebé con dos caras nacida en una población del norte de India es venerada como la reencarnación de una diosa hindú.
    Lali, la bebe, tiene una condición extremadamente rara, llamada duplicación craneofacial, en la que una sola cabeza tiene dos caras. Todos los rasgos de Lali son dobles excepto sus orejas _ sólo tiene dos. Por lo demás, tiene dos narices, dos pares de labios y cuatro ojos.

    "Mi hija está bien, como cualquier otro niño", dijo Vinod Singh, un agricultor pobre de 23 años.

    Lali ha causado sensación en el pueblo de Saini Sunpura, a 40 kilómetros (25 millas) de Nueva Delhi. Cuando salió del hospital el 11 de marzo, ocho horas después de un nacimiento normal, fue rodeada por los agricultores, dijo Sabir Ali, director del Hospital de Saifi. "Toma leche con sus dos bocas y abre y cierra sus cuatro ojos al mismo tiempo", dijo.

    La parte rural de india es profundamente supersticiosa, y la niña es considerada la reencarnación de Durga, la diosa hindú de la valentía, una deidad briosa representada tradicionalmente con tres ojos y muchos brazos.

    Cerca de 100 personas han visitado a Lali en su casa diariamente para tocar sus pies como muestra de respeto. Algunas ofrecen dinero y reciben bendiciones, declaró Vinod Singh a The Associated Press.

    "Es la reencarnación de una diosa", dijo Lakhi Chand, un agricultor de 65 años que fue a visitar a Lali desde el estado de Haryana.

    "Lali es un regalo de dios para nosotros", señaló Jaipal Singh, un miembro del ayuntamiento local. "Ha traído fama a nuestro pueblo".

    El jefe del ayuntamiento Daulat Ram dijo que planeaba construir un templo a la diosa Durga en el pueblo. "Estoy solicitando dinero al gobierno del estado para construir un templo y ayudar a los padres con el cuidado de su hija", señaló.

    La condición de Lali lleva a serias complicaciones de salud, pero el doctor Sabir Ali dijo que la niña se encontraba bien.

    http://www.eluniversal.com.mx/notas/496656.html

  • #2
    Re: Niña con dos caras.

    "Lali es un regalo de dios para nosotros"
    Lali, la bebe, tiene una condición extremadamente rara, llamada duplicación craneofacial, en la que una sola cabeza tiene dos caras. Todos los rasgos de Lali son dobles excepto sus orejas _ sólo tiene dos. Por lo demás, tiene dos narices, dos pares de labios y cuatro ojos.




    La condición de Lali lleva a serias complicaciones de salud, pero el doctor Sabir Ali dijo que la niña se encontraba bien.
    Increíble, pero se me hace muy lamentable la deformación de esa criatura. Espero que logre sobrevivir de su triste circunstancia al nacer así.

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    • #3
      Re: Niña con dos caras.

      Sí, realmente pobrecita niña, pero no creo que su vida esté en peligro. No sé si han visto repetidamente en la tele a dos mellizas que nacieron pegadas de la cabeza, ya son adultas y van para rato.

      Saludos
      La inteligencia no se mide por el IQ, sino por la capacidad que se tiene para entender a los demás.

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      • #4
        Re: Niña con dos caras.

        Bioética [530]

        Bioética y Hermanos siameses

        Los problemas teóricos planteados por la realidad de los siameses (una realidad cuya probabilidad es pequeña pero no despreciable: se estima, para el momento del nacimiento, en un caso sobre cincuenta mil, si bien solamente uno entre doscientos mil casos es viable) son de una complejidad notable, en tanto que obligan a remover las ideas más fundamentales de la Antropología filosófica, ideas tales como las de unidad o identidad de los individuos, la de persona, la de racionalidad, la de conciencia, la de responsabilidad, la de libertad, y aún la idea misma de Naturaleza, que ahora se nos presenta como «monstruosa», sin dejar por ello de ser naturaleza. Todo ello, obviamente, constituye un «desafío» para los sistemas mejor consensuados de «principios de la Bioética» que tengan que ver con la «autonomía del individuo humano», con los «derechos humanos» o con el «derecho natural», en general. ¿Cómo aplicar, aunque fuera retrospectivamente, el principio del «derecho de asociación» [artículo XX de la Declaración Universal de los Derechos Humanos] a los hermanos siameses –tailandeses– Chang y Eng Bunker, que dieron el nombre universal al fenómeno monstruoso del «cuerpo humano doble»? ¿Cómo les aplicaremos (o les dejaremos de aplicar) el principio de solidaridad? ¿Cabe mayor solidaridad que la que mantuvieron estos hermanos, sobre todo a partir de cumplir sus 32 años, en 1843, cuando contrajeron matrimonio respectivamente con las hermanas Adelaida y Sarah Anne Yates, y organizaron sistemáticamente las «visitas solidarias», en semanas alternas, a las casas en las que residían sus esposas, que no eran, por cierto, hermanas siamesas, sino que vivían en sus casas separadas un par de kilómetros, visitas solidarias que dieron como fruto nada menos que veintiún hijos? Y la «solidaridad ontológica» de los hermanos Bunker no va a la zaga de la solidaridad que mantuvieron otros muchos hermanos que, de cuando en cuando, aparecen en diversos lugares de la historia –Mary y Eliza Chulkhurst, en el Condado de Kent de la Inglaterra del siglo XII; los hermanos Tocci en la Italia del XIX o las hermanas Hensel, Abigail y Britanny, en el final del siglo XX–, y que están presentes en todo caso en los escritos de los naturalistas o en las mitologías de los antiguos (en las águilas bicéfalas, en el dios Jano de dos cabezas, en los centauros, en los andróginos platónicos). ¿Cómo aplicar a todos estos casos el principio del derecho del desplazamiento, que el artículo XX reconoce a todo ciudadano? (Se supone que el desplazamiento tiene no tanto un sentido meramente geográfico –en cuyo caso cada hermano siamés podría, sin duda, desplazarse a donde quisiera si convenciese al otro–, sino un sentido social, el desplazamiento de un individuo respecto de cualquier otro individuo, para acercarse a cualquier otro.) ¿Y cómo aplicaremos a estos organismos bicípites la pena de prisión (o eventualmente la ejecución capital) en el supuesto de que uno de los hermanos, pero no el otro, haya sido condenado en sentencia firme por delito grave por él cometido?

        http://www.filosofia.org/filomat/df530.htm

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        • #5
          Re: Niña con dos caras.

          en mexico tenemos politicos de dos caras,que tiene de raro.
          no solo de cable vive el hombre

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          • #6
            Re: Niña con dos caras.

            "en mexico tenemos politicos de dos caras,que tiene de raro."

            Y cinco caretas. Digo, para la ocasión.

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            • #7
              Re: Niña con dos caras.

              Originalmente publicado por cubo Ver post
              "en mexico tenemos politicos de dos caras,que tiene de raro."

              Y cinco caretas. Digo, para la ocasión.

              Y un chingo de bocas por la forma en que se "atascan"

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              • #8
                Re: Niña con dos caras.



                UN TRASTORNO LLAMADO DIPROSOPUS
                El misterio de los niños con dos caras


                http://www.elmundo.es/elmundosalud/2...207851726.html
                "El hombre solo será libre cuando el último rey sea ahorcado con las tripas del último cura"Diderot

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                • #9
                  Re: Niña con dos caras.

                  Angelito, que dolor verla.

                  Pero así es la naturaleza, con algunos se ensaña.


                  Saludos.

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                  • #10
                    Re: Niña con dos caras.

                    La "tolerancia" del materialismo ateo:

                    "comenzó hace unas semanas, cuando en el pequeño pueblo Gautam Buddha Naga nació una pequeña con una gravísima malformación: dos caras completas en la misma cabeza. Los médicos, cuyas consideraciones al respecto están claramente mediadas por su condición religiosa, afirman que ésta goza “de muy buena salud”, tal como han declarado a la prensa internacional, respaldando así el propósito e interés de sus padres en no operar a la niña.

                    La creencia firme de que es ésta la reencarnación del dios Janus no sólo se extiende al poblado, padres (parece claro que hay un interés lucrativo explícito ya que al principio los padres afrontaban la enfermedad de su hija con declarado fatalismo y, de repende, con orgullo) y a los numerosos peregrinos que, estas semanas, han acudido a la contemplación de semejante abuso a la infancia. Saini tiene cuatro ojos, dos bocas, dos orificios nasales; sus dos rostros miran en dos direcciones distintas — aun no se conoce la posibilidad, a pesar de ser muy improbable, de que los cuatro ojos sean útiles — en un ángulo de 90º. Importante es saber que los padres rechazaron, en el hospital Saifi, una tomografía computerizada para saber si hay dos cerebros, conocimiento más que interesante ya que es el primer caso así en la historia de la medicina mundial."

                    http://www.elrevolucionario.org/rev.php?articulo620

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                    • #11
                      Re: Niña con dos caras.

                      Originalmente publicado por cubo Ver post
                      La "tolerancia" del materialismo ateo:

                      Que no son ateos Cubo, son fervorosamente hinduistas. Te estas atrayendo mal karma.

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                      • #12
                        Re: Niña con dos caras.

                        Bah, yo conozco a unas "ñoras" doble cara y nadie las venera
                        Lord, bless our week. Help us to choose between the bridges we need to cross and the bridges we need to destroy.

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                        • #13
                          Re: Niña con dos caras.

                          Los aventajados identificadores de fatalismo devenido orgullo no dudan en proponer como conejillo de indias a un ser humano.

                          PD Impaciente Triana, el mal karma es para los revolucionarios que piden que a la niña se le ponga bajo el microscopio de la miopía cientificista.

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                          • #14
                            Re: Niña con dos caras.

                            http://www.filosofia.org/filomat/df538.htm

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                            Siameses y Bioética materialista /
                            Siameses y Bioética médica

                            Desde los principios y las reglas de la bioética materialista, tal como los hemos esbozado, no parece posible ofrecer respuestas generales unívocas al problema de las aberraciones siamesas realmente existentes. Tan sólo parece posible decir que cualquiera de las soluciones que se contemplen, según las situaciones consideradas (a) (b) (c) (d) [537] pueden ser «explicadas» desde las coordenadas materialistas, y aun «justificadas» en circunstancias particulares. Porque, en cualquier caso, las objeciones contra un proceder determinado, no se harán en nombre de unos principios abstractos o formales, sino en nombre de un «estado material de cosas» (histórico, económico, social) cuyas variaciones permitirían adoptar modos de proceder contrarios. Y ello por la única razón de que sería la aberración misma la que habría cambiado de importancia o de alcance al cambiar la estructura social, económica o tecnológica en cuyo ámbito esa aberración tiene lugar. Si de la perspectiva bioética general (que afecta a políticos o a ciudadanos en general) pasamos a la perspectiva bioética propia del médico, la cuestión adquiere una dificultad peculiar. Si mantenemos la concepción de la medicina como una actividad, un «arte» o una «praxis» de naturaleza intrínsecamente ética, por cuanto ordena su proceder a la preservación de la vida humana según el canon antropológico, cabe afirmar que el problema específico de la bioética médica, ante las diversas situaciones de siameses profundos que pueden ser presentadas, deriva de la contradicción entre la norma que le inclina, por un lado, a preservar la vida humana en general, y por la norma que le obliga a mantener la vida humana en su morfología canónica. Esta contradicción se deshace en los casos en los que es posible una intervención quirúrgica favorable a todas las partes implicadas en el problema; pero adquiere toda su fuerza en los casos en los cuales una tal intervención está descartada. En estos casos la disyuntiva es bien clara: o destruir (eutanásicamente, sin duda) al monstruo o tratarle como a un ser viviente humano, aunque aberrante, en todo cuanto respecta a su salud. La disyuntiva, nos parece, es insoluble, si nos mantenemos en el terreno estrictamente médico, porque cualquiera de las opciones disyuntas podría ser justificada desde la misma idea de una ética médica. Y con esto queremos decir que si el médico (o el Colegio de médicos) se inclina más hacia un extremo que hacia el otro de la disyuntiva, no lo hará tanto a partir de criterios estrictamente ético médicos, cuanto deontológicos (morales) o, en general, legales; es decir, en virtud de criterios políticos, jurídicos, sociales, religiosos, &c., que envuelven siempre, sin duda, al ejercicio de la propia práctica de la medicina.
                            -----

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                            • #15
                              Re: Niña con dos caras.

                              http://www.filosofia.org/filomat/df536.htm

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                              Siameses y Medicina /
                              Firmeza y Generosidad

                              Desde las coordenadas de una bioética materialista, supondremos, desde luego, que la «contradicción» (o aberración) planteada por las personas siamesas induce, en principio, una tendencia orientada a su resolución. Esta tendencia comprende, por lo menos, una regla segura: evitar en lo posible que la contradicción se reproduzca. Regla que está canalizada estrictamente por la medicina materialista, en tanto que para ella el canon antropológico es a la vez una regla de distribución y una norma ética constitutiva. En general, la medicina que se atiene al canon humanístico no podrá aceptar la aberración siamesa, y en esta no aceptación no hace sino mantener la fidelidad debida a la norma ética (bioética) que la constituye como «arte» o como praxis, a saber, la norma que tiende a lograr no ya una mera «excelencia» indeterminada (o determinada sólo en términos de un «esmero tecnológico»), sino la norma que establece, fundamental y determinadamente, la preservación del canon humano en cuantas situaciones sea posible. La medicina, como disciplina intrínsecamente ética, verá por ello incluso como un peligro biológico (equiparable al peligro de un cáncer hereditario), la posibilidad genética, por remota que ella sea, del incremento de organismos siameses en una sociedad dada (un incremento que pudiera llegar a subvertir el canon constitutivo). De aquí la estrategia constante de la Medicina (una vez que actúa al margen de premisas teológicas o de cualquier otro orden «conservacionista») que, en este caso, confluye además con las reglas más elementales de la eugenesia: diagnosticar el feto siamés inseparable (de acuerdo con el estado coetáneo de la tecnología quirúrgica) en estado no nato y proceder al aborto por malformación, como procedería en otros casos (cuando la normativa legal de muchos países no se oponga a ello). En el supuesto de siameses separables, la medicina no dudará un instante en proceder a su separación quirúrgica, es decir, no dudará en su decisión de no mantener a los hermanos siameses tal como «los entregó» la Naturaleza. Desde las coordenadas materialistas la razón es bien clara: mantener a personas siamesas separables en su estado de conjunción, constituiría una crueldad (una merma de generosidad) injustificable, y ello precisamente porque el canon está siendo utilizado como norma de las operaciones estrictamente médicas.

                              Cabría, sin embargo, levantar la duda sobre si el mantenimiento de siameses separables en su status quo podría ser considerado como un acto ético, en la medida en que tal decisión redundase en el incremento de la firmeza de las personas canónicas del grupo (o, en general), que verían incrementada su fortaleza, y aún su sentido de la realidad, precisamente en el contexto de las aberraciones realmente existentes. No solamente cabría aducir aquí ciertos criterios de la ética epicúrea (suave mari magnum...) sino también consideraciones orientadas a sugerir que la separación de los hermanos siameses viables «empobrecería» no sólo la «biodiversidad» cuando la experiencia terrible de la vida, y ayudaría al proceso que tiende a incrementar la simplicidad y pureza «cosmética» con la que los hombres disfrazan el horror de la realidad, a la manera como se disfraza la muerte con la cosmética del embalsamamiento. La duda puede, sin embargo, deshacerse por el razonamiento ético que sigue: para que la preservación de siameses tuviera los efectos sobre la fortaleza de las personas exentas de las que se habla, sería preciso que esa preservación fuese experimentada como «terrible» tanto por las personas siamesas como por el grupo en que ellas están insertas; pero entonces se incurriría en una total falta de generosidad al «alimentar» esa experiencia, si es que ella pudiera ser evitada mediante la cirugía.

                              La cuestión se circunscribe, por tanto, al caso de las personas siamesas profundas «realmente existentes». ¿Podría concluirse, aplicando los mismos criterios, que la medicina, en virtud de sus normas constitutivas, amparadas acaso por un ordenamiento jurídico adecuado, debiera aquí también proceder a la reducción, y eliminación, en su límite, de estas aberraciones antropológicas? No, tal conclusión no es evidente.

                              La situación en la que se encuentra el médico ante los siameses profundos existentes podría compararse con aquella en la que se encuentra ante un caso de aborto de feto bienformado: es la situación que, para el caso del aborto, definimos como situación de transitoriedad, desde una perspectiva bioética. En efecto, el problema del aborto de un feto bienformado, por motivos generales de control de natalidad o particulares (como «hijo no deseado»), hay que considerarlo como una situación transitoria, que se supone se mantendrá únicamente hasta que el progreso de la política demográfica o de la educación sexual garantice la aplicación de otras fórmulas de control de la natalidad que impliquen la eliminación del problema; por consiguiente, desde una perspectiva bioética general, el problema del aborto ha de circunscribirse a los embarazos «realmente existentes», pero no a los que en el futuro puedan considerarse como regulares. Análogamente en el caso de las aberraciones siamesas profundas.
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