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¿Cuando el ser humano adquirió conciencia de que debía adorar a un solo Dios?

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  • #46
    Re: ¿Cuando el ser humano adquirió conciencia de que debía adorar a un solo Dios?

    Los historiadores no se ponen de acuerdo respecto a la muerte de Akenatón, sabemos que ocurrió en el año décimo séptimo de su reinado, y que tuvo como escenario Aketatón, donde sería enterrado con todos los ceremoniales que correspondían a un Faraón; no obstante años después seria trasladado a la tumba de su padre Amenofis III, “porque un hereje no merecía una sepultura propia”. Donde la historia se complica es al reconocer si falleció por culpa de una enfermedad o fue envenenado. Las opiniones se hallan divididas; aunque existe una leyenda, sin datos confirmados por la arqueología que dice que Akenatón volvió a desaparecer y nadie conoce lo que fue de el. La historia ha dejado registrado que el Faraón monoteísta falleció en el año 1358AC., cuando contaba con treinta años, y antes de expirar pronunció estas palabras:

    “ El reino de lo eterno no tiene cabida en los límites de lo terreno. Todo volverá a ser como antes. El terror, el odio y la injusticia se impondrán en el gobierno del mundo, y los hombres serán arrojados de nuevo al sufrimiento. Quizá hubiera sido mejor para mi no haber nacido nunca, pues así jamás hubiese contemplado cuanta maldad hay en la Tierra.”

    Como quiera que sea, cuando murió Akenatón, en su palacio vivía un niño de once años al que se había dado el nombre de Tutankatón (Símbolo viviente de Atón), y gozaba de la protección de Nefertiti; esta le había hecho casarse con su tercera hija, una joven que tenía tres años mas que su marido. De nuevo nos tropezamos con la controversia tan corriente en muchas de las cuestiones relacionadas con el antiguo Egipto, al explicar la razón por la que fue elegido el jovencito Tutankatón para ser el nuevo Faraón. Por una parte, se ha escrito que lo seleccionó Akenatón antes de fallecer, y por otra, que lo hizo un grupo de sacerdotes-adivinos al verle muy vulnerable a sus influencias. Disponía de las condiciones idóneas para acceder al trono, ya que no iba a ser la primera vez que se concedía este honor a un jovencito.

    En base a todo lo anterior, ya no asombra comprobar lo fácil que resultó convencerle para que pasara a llamarse Tutankamón (Símbolo viviente de Amón), esto supuesto que acababa de ser abolido el culto a Atón, el único Dios, para que el Imperio de las Dos Tierras volviera a postrarse ante el viejo panteón de dioses; pero no desapareció el Dios impuesto por Akenatón. Se cuenta con una estela del año 1346AC en la que se puede leer lo siguiente:

    “El (Tutankamón) devolvió hasta los confines de la eternidad todo cuanto había sido anulado bajo los monumentos. Persiguió a los pecadores por el país, restituyendo la verdad. El hizo aborrecer la mentira, con lo cual el Imperio de las Dos Tierras vive como en sus tiempos primigenios. Pues Su Majestad subió como rey al trono cuando se olvidaban ya los templos de dioses y diosas, desde Elefantina hasta las marismas del Delta, y sus santuarios comenzaban a desmoronarse formando montañas de escombros cubiertos con hierbas malas, como si sus sagradas imágenes jamás hubieran existido y sus edificaciones fueran una simple vereda. De resultas de la ignominia, el país sufrió una enfermedad, y los dioses abandonaron las orillas del Nilo. Cuando se enviaban soldados hasta Asiria para ensanchar las fronteras Egipcias, no se conseguía éxito alguno. Al rogar a algún dios para pedirle algo, él no respondía; y si se suplicaba a una diosa para solicitarle ayuda, ella permanecía callada. Sus corazones se les habían debilitado y todos dejaron de creer. . . .”

    El anterior texto demuestra que Tutankamón hizo algo mas que restaurar el panteón de los dioses; comenzó el proceso de anulación de la doctrina de Atón. Poco tiempo vivió en Aketatón, la ciudad de sus suegros y esposa; comenzó a hacer unas largas visitas a Menfis, y por último se trasladó definitivamente a Tebas. Al mismo tiempo comenzaba a utilizar grandes cantidades de oro para fundir estatuas de Amón; también dedicó a este dios unas enormes embarcaciones construidas con cedro del Líbano.

    Tutankamón reinó muy pocos años, y durante este tiempo se produjo el cambio de la nueva y breve religión a la antigua sin violencia; también se trasladó la capital del Egipto a Tebas y no faltaron los sacerdotes que llamaron hereje a Akenatón, y otros que lo anatematizaron. Pero no se destruyeron los templos de Atón; el joven Faraón estaba demasiado unido al anterior, un ataque directo contra lo que había representado la ciudad de Aketatón hubiera supuesto dañar la imagen de quien había ofrecido la oportunidad a los sacerdotes de recuperar el poder. Estos se encargaron de hacer ostentación del mismo, no tardó en comprobarse que eran los amos del país, al que se encargaron de explotar. Tenían prisa por resarcirse de los muchos años que llevaban sin encargarse de la recaudación de impuestos.

    Para cobrarlos consiguieron la ayuda del ejército, cuyos soldados azotaban a los que se negaban a pagar por considerar abusiva la cantidad que se les exigía o detenían a los que no contaban con medios suficientes. Esto trajo consigo que las cárceles se llenaran de inocentes, se extendiera la corrupción y el pueblo quedase a merced de los codiciosos. Se estaba materializando el trágico presentimiento de Akenatón: la maldad se había impuesto en el Imperio de las Dos Tierras.

    Otro de los múltiples enigmas que aun invaden el antiguo Egipto tiene relación con el supuesto asesinato de Tutankamón; en 1969 el investigador Ronal Harrison descubrió, por medio de un análisis radioscópico de la momia, que el joven Faraón presentaba un boquete en el occipucio “causado por una maza o la empuñadura de una espada”. ¿Quién pudo matarlo? Quizá con el paso del tiempo el desenterramiento de una estela o de otro testimonio escrito permita saberlo. De momento se cree que el móvil de los homicidas fue que el joven Faraón quiso combatir la corrupción y el abuso de poder que habían impuesto los sacerdotes.
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    • #47
      Re: ¿Cuando el ser humano adquirió conciencia de que debía adorar a un solo Dios?

      Muerto o desaparecido Akenatón, Nefertiti seguía siendo una mujer poderosa; Aislada entre la creciente anarquía, parece como si la joven viuda hubiese querido poner fin a la crisis por medio de un golpe de estado. Subsistía aun el pacto entre Akenatón y Subbiluliuma. Desde Thutmosis IV la tradición diplomática consistía en confirmar los tratados mediante matrimonios. La reina no dudó en proponer a Subbiluluima que le mandara un hijo, prometiendo hacerle rey de Egipto al desposarlo. Los archivos de la capital Hitita han conservado la carta que Subbiluluima recibió de la reina de Egipto mientras aquel guerreaba por tierras de Orontes: “ Mi esposo ha muerto –escribe la reina- y yo no tengo hijo. Me han dicho que tu has engendrado numerosos hijos. Si me mandaras uno de tus hijos, podría ser mi esposo. (ciertamente) podría elegir a uno de mis servidores, pero me horroriza hacerlo mi esposo.”

      El rey Hitita, al recibir esta carta, convocó al Consejo de los Grandes de su país y, después de haberles escuchado, envió en embajada a Egipto a Hattu-Lu, con el encargo de obtener informes exactos. El mensajero regresó con un embajador egipcio, el gran dignatario Hani, que llevaba una nueva carta de la reina. Subbiluluima temía una celada; la reina, que había sido avisada, escribiría: “Por que has dicho que quieren engañarte?, Si yo tuviera un hijo ¿escribiría al extranjero para pregonar el apuro de mi persona y de mi país? Y tu has desconfiado de mi y has hablado así. Mi esposo ha muerto, y yo no tengo hijos. ¿ Es preciso que tome uno de mis súbditos y me case con el? No he escrito a nadie mas, solo a ti. Todo el mundo te atribuye muchos hijos; dame uno, pues, para que sea mi esposo y reine en Egipto”.

      Un príncipe Hitita salió para Egipto, pero el proyecto se había descubierto y el joven príncipe murió asesinado antes de su llegada. La noticia fue anunciada a Subbiluluima como si hubiera fallecido de muerte natural. “Habeis matado a mi hijo” , respondió el rey Hitita, y su carta terminaba con una declaración de Guerra. Una guerra que fue evitada por la intervención del general Horemheb. Mientras tanto Nefertiti “envejecía” a pesar de que solo contaba con treinta y seis años.

      Con la muerte de Tutankamón, el trono fue entregado a Ay, un sabio aliado de Akenatón, acaso uno de sus mejores amigos; pero este personaje ya tenía mucha edad, reinaría solo dos años. En un tiempo tan breve dio pruebas de una gran prudencia y de saber mantener la paz. Para ello contó con la ayuda del general Horemheb. Precisamente este sería el siguiente Faraón; no se puede decir que atacara la religión Atoniana, sin embargo se comportó de una manera impropia en quien había sido un colaborador de Akenatón.

      Ya constituido en Faraón Horemheb necesitaba construir grandes edificios, lo que era habitual en los monarcas de Egipto, utilizó la mayoría de los bloques de piedra que daban forma a los levantados por Akenatón. Pero lo hizo de una forma controlada, ya que los utilizó como cimientos colocándolos en un sentido inverso a como se encontraban, sin dejar de mantenerlos unidos, es decir, la piedra número 50 pasó a ser la número 1, la 49 pasó a ser la número 2, y así sucesivamente. En realidad este proceder fue una destrucción de lo establecido, el pago injusto de un militar que se estaba vengando de alguna manera de las muchas veces que sus demandas de atacar a los reyes rebeldes fueron desatendidas; porque culpaba a Akenatón de la pérdida de Asiria y otros países del norte.

      Por otra parte, Horemheb estaba casado con Munte-Dyement, la hermana menor de Nefertiti, de la que se dispone de muy poca información. El general convertido en Faraón permaneció en el trono unos treinta años. Su reinado se considera justo, en base a que mantuvo las fronteras del país bien definidas, se encargó de que todos pagasen los impuestos y preservó la paz. En su debe se carga el contumaz saqueo de las tumbas de sus predecesores, aunque nunca localizó la de Tutankamón, que como se sabe se hallaba llena e tesoros.
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      • #48
        Re: ¿Cuando el ser humano adquirió conciencia de que debía adorar a un solo Dios?

        Horemheb mantuvo tres años la ciudad de Aketatón en activo, debido a que el traslado de la capital a Tebas, llevó ese tiempo; primero se marcharon los grandes funcionarios, después sus servidores y por ultimo los artesanos. Subieron a los barcos que navegaban por el Nilo, y la ciudad quedó abandonada. Muchos de los que amaban sus casas, tapiaron las puertas y ventanas para que no fueran profanadas por los Beduinos o cualquier otra banda de ladrones del desierto. Sin embargo, el Sol continuó saliendo con el alba y poniéndose al atardecer, para alumbrar el gran templo de Atón con el mismo resplandor; nadie le recibió con música, cantos y palabras habladas; mientras tanto la brisa traía la arena del desierto, correteaban por las calles los perros y alguna otra bestezuela. El mas amargo testimonio del abandono.

        Extrañamente no se tienen noticias de que Aketatón fuera ocupada por otra gente; se le consideraba la “ciudad maldita” o protegida por una fuerza misteriosa; lo cierto es que mientras se mantuviera una casa en pie, persistiría el recuerdo de una aventura religiosa excepcional, casi un milagro. El testimonio de uno de esos momentos históricos irrepetibles: un Faraón que era dueño del imperio mas grande del mundo se puso al servicio de un único Dios, cuya religión le había sido revelada, y creó una ciudad ejemplar, idílica, en la que estaban representados el Amor, la Verdad y la Fraternidad.

        Solo Nefertiti vivió en la residencia llamada Palacio Septentrional con toda su corte; nunca abandonó la ciudad de Aketatón, debido a que amaba apasionadamente esta ciudad, y lo mas importante, seguía creyendo en la religión que ella había ayudado a conformar. Contaba treinta y seis años, continuaba siendo muy hermosa y sin embargo, los hombres ya no se arrodillaban a sus pies suplicándole una mirada. Todos la veían como la viuda de Akenatón, luego era “maldita”. Pudo haberse servido de su condición de suegra del nuevo Faraón, pero no dio ni un solo paso en ese sentido. Los estudios arqueológicos nos permiten saber que la reina viuda era muy temida; nadie había olvidado que durante muchos años llegó a ser mas importante que Akenatón; así lo demuestran las pinturas en las que se le representa con la indumentaria del Faraón, mientras parece ir a propinar un golpe de maza a un enemigo. No faltan las imágenes de la reina combatiendo en los barcos. Aun así, debemos reconocer que nada se sabe del destino de Nefertiti, Suponemos que su muerte llegaría antes del desmantelamiento total de la ciudad de Atón, hacia el año 1355aC aproximadamente, y a pesar de que se haya encontrado tanta información sobre ella, todavía no se ha localizado su tumba. Un hallazgo con el que sueñan todos los arqueólogos del mundo.

        A continuación transmito un poema sobre Nefertiti, obra de un poeta anónimo:

        La blancura del cielo está en tu rostro,
        Bien adornado con la doble pluma.
        Reina de una felicidad contagiosa,
        Provista de los mejores dones de la mujer,
        Cuya voz a todos emociona y estremece.
        Señora de la gracia, inmensa en el amor,
        Tus sentimientos reconfortan plenamente
        Al perfecto Señor de los Dos Países. . . .
        La princesa de las tierras del Nilo,
        Generosa en los favores que brinda,
        Propietaria de una dicha celestial,
        Deslumbrante con sus dos plumas,
        Entusiasmando con su voz a quienes la oyen,
        Fascinando al Rey en su palacio,
        Contenta con todo lo que sobre ella se dice,
        La inmensa y muy adorada esposa del Rey,
        Señora imperial de los Dos Países,
        “hermosas son las grandeza de Atón”
        “La mas bella se ha materializado en Egipto”.
        ¡Sabemos que vivirá eternamente!
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        • #49
          Re: ¿Cuando el ser humano adquirió conciencia de que debía adorar a un solo Dios?

          Cincuenta años tardaron los sacerdotes en desatar toda su cólera contra la memoria de Akenatón, quien paso a ser considerado maldito, caído o desaparecido, que son tres palabras que en el Egipto antiguo son casi sinónimas. Los Faraones Seti I y Ramsés II se encargaron de cumplimentar las órdenes del clero vengativo: borrar el recuerdo del “hereje” y de todos los que le siguieron. Akenatón, en su momento, realizó una tarea similar con los dioses, pero se detuvo al comprobar que pretendía un imposible. Sus enemigos encontraron una forma mas sencilla: la ciudad de Atón desapareció por completo; de la misma forma en que había actuado Horemheb, se desmontaron los bloques de piedra ordenadamente, para utilizarlos en sentido inverso. Sabemos que un gran número de ellos fueron llevados a Heliópolis, a Menfis y a otros lugares; también sirvieron para los templos que mandaron edificar los faraones responsables del exterminio, y sobre los solares de las construcciones se levantaron canteras, con lo que culminó el enterramiento de un sueño. Así mismo, se abrieron las tumbas para borrar los nombres malditos y, después, se cerraron sin respetar la colocación primitiva; algunas momias fueron sepultadas en otros lugares y en muchos casos se actuó de forma caprichosa.

          Además de aprovechar los bloques de piedra, los sacerdotes se sirvieron de los himnos atonianos para componer otros en la misma línea; la literatura egipcia en general ya no pudo ser la misma, porque en Aketatón se había creado un estilo, que la historia llamaría “amarniano” por haberse descubierto en las ruinas de Tell-al-Amarna, que nadie quiso ignorar por su riqueza expresiva. Algo parecido sucedió con las otras artes, pues los pintores, escultores y demás creadores siguieron los caminos marcados por aquellos genios.

          Mención aparte debemos hacer al resurgimiento de la adoración a Ra, el dios del sol; antes de Akenatón era Osiris la divinidad preferida, a partir de este, solo podía entregársele el predominio a una deidad solar, pero ya nunca fue considerada única; en muchas ocasiones se repitieron las ceremonias ideadas por Akenatón, ya que eran las mas aceptadas por la gente. El caso es que el pueblo Egipcio nunca olvidó del todo a Akenatón, porque la ciudad de Atón se convirtió en un ideal; algo que se había ido pero que resultaba hermoso considerar una quimera. Tendrían que ser otros, los Hebreos, quienes demostrarían, sin saberlo conscientemente, la importancia de la doctrina Atoniana, pero para esto faltaban muchos años en una primera fase, y siglos en una segunda.

          Ya hemos mencionado que en la era de Akenatón, el pueblo Hebreo era una tribu nómada dedicada al robo y al saqueo, como todas las tribus nómadas de aquellas épocas, que deambulaba por el reino de Palestina; en la época de Ramsés II ya se encontraban esclavizados, aun cuando , seguían siendo “indomables”, politeístas, irreverentes con la teología egipcia, y practicantes de los sacrificios humanos entre ellos, acto inconcebible en la religión egipcia.
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          • #50
            Re: ¿Cuando el ser humano adquirió conciencia de que debía adorar a un solo Dios?

            En dos papiros de los tiempos de Ramsés II se menciona a un funcionario llamado Mose, que era tan importante que podía destituir Visires; contaba unos ochenta años cuando se dieron sus enfrentamientos con el Faraón a causa de los Hebreos esclavizados, con los que simpatizaba. Era un noble egipcio muy sabio, perfecto conocedor de las tradiciones de Egipto y de la religión de Akenatón; el Faraón y su pueblo cansados del incontrolable comportamiento de los esclavos Hebreos, encargó a Mose la tarea de regresarlos a su lugar de origen, y este gran sabio cumplió la orden. Los Israelitas lo llamaron Moisés y presentaron como de su raza para conferir un mayor valor al mito del Éxodo y que además tomó de la religión de Akenatón las cuestiones que mas le interesaban.

            Sigmud Freud dice: “Moisés, que dio a los Israelitas no solo una nueva religión, sino también el precepto de la circuncisión (lo que era una costumbre higiénica egipcia), no fue judío, sino Egipcio. Entonces la religión Mosaica sería probablemente egipcia, y por añadidura la del dios Atón, (considerando sus lógicas discrepancias con la religión oficial), la cual deja entrever algunas coincidencias muy notables con la religión judía ulterior.”

            Por otro lado Cristian Jacq demuestra que la religión de Akenatón influyó en el cristianismo: “ Las experiencias espirituales de Akenatón y los textos de la época Amarniana, suscitaron mas de una vez el asombro de los científicos cristianos que estudiaron el periodo; cabe pensar que, en cierto sentido, la fe de Akenatón fue una prefiguración del futuro cristianismo, una visión tan profunda de la unicidad que se tradujo forzosamente en el monoteísmo. Tal vez la experiencia Atoniana ejerció su influencia a distancia sobre el cristianismo naciente. Un papiro de Oxirrinco registra estas palabras de Cristo:

            “¿Preguntáis quienes son los que nos conducen al Reino? ¿Preguntáis si el Reino está en los cielos? Las aves del aire, y todas las bestias que hay bajo tierra y sobre tierra, y los peces del mar, son ellos los que os conducen, y el Reino de los cielos está en vosotros”


            En sus palabras Cristo no cede a un naturalismo sentimental, sino que enseña a sus discípulos que los secretos de la divinidad están inscritos en la naturaleza. Observándola, comulgando con ella, el hombre descubre que el secreto de la vida se halla oculto en su propio corazón. Toda la enseñanza de Akenatón converge hacia esta toma de conciencia. Se puede citar otros textos cristianos inspirados, mas o menos directamente, por el pensamiento de Akenatón; recordemos por ejemplo el mas célebre de ellos, el salmo 104. Algunas de sus partes son incluso traducciones del gran himno de Atón. Al principio de su obra el salmista pide a Yahvé que le bendiga, “vestido de fasto y de esplendor, envuelto en luz como en manto”. El salmista compone después estos versos que no sorprenderán a los lectores que conocen ya el gran himno de Atón:

            Haces brotar las fuentes en los barrancos.
            Las aguas avanzan en medio de las montañas,
            Abrevan todas las bestias del campo,
            Los onagros calman en ella su sed,
            El ave de los cielos se posa junto a ellas,
            Bajo el follaje, eleva su voz.

            Desde tus altas cámaras, abrevas las montañas.
            La tierra se sacia con el fruto de tus obras.
            Tu haces crecer la hierva para el ganado,
            Y las plantas para el uso de los humanos. . .
            . . . . . . . . .
            El (Yahvé) hizo la luna para marcar los tiempos,
            El sol conoce su poniente.
            Tu traes la tiniebla, y es la noche,
            Todos los animales de los bosques se agitan.
            Los cachorros del león rugen tras la presa
            Y reclaman a Dios su comida.
            Cuando sale el sol, se retiran
            Y van a acostarse en sus guaridas.
            El Hombre sale para la labor,
            A hacer su trabajo hasta el ocaso.
            ¡Cuan numerosas son tus obras, Yahvé!
            Todas las hiciste con sabiduría
            La tierra está llena de tu riqueza. . . .
            .. . . . . . . . .
            Si ocultas tu rostro, se espantan,
            Si apartas tu aliento, expiran,
            A su polvo retornan.
            Si envías tu aliento, son creados,
            Tu renuevas la faz de la tierra.


            Ya para terminar diremos que la Biblia la escribieron infinidad de personas anónimas y resulta evidente que muchos de sus versículos se encuentran en los textos de otras civilizaciones muy anteriores; por ejemplo las referencias al Diluvio Universal, se hallan en los poemas babilónicos de Gilgamesh, donde este personaje construye un arca, selecciona a las familias de animales y sobrevive de una manera muy similar a la de Noé y su familia.

            Todo lo que hasta aquí he escrito, está basado en vestigios arqueológicos, desde luego que queda sujeto a la mejor opinión del amable e interesado lector.

            FIN
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            • #51
              Re: ¿Cuando el ser humano adquirió conciencia de que debía adorar a un solo Dios?

              Descubren tumba del "Guardián del dios Amón" en Egipto

              El mausoleo del llamado "guardián de la puerta del dios Amón", que data de la XVIII dinastía faraónica (1554-1304 a.C.), ha sido descubierto en la ciudad de Luxor, informó hoy el ministro egipcio de Antigüedades, Mamduh al Damati.

              El hallazgo es obra de arqueólogos estadounidenses que realizaban excavaciones en la zona de Al Qarna en Luxor, a unos 600 kilómetros al sur de El Cairo.

              La tumba, que pertenece a una persona identificada como Amenhoteb, tiene forma de letra T y está compuesta por una primera sala de 5,10 y 1,50 metros de largo y ancho, respectivamente.

              Esta sala conduce con dirección al este a otra sala que tiene un pequeño nicho inconcluso y una entrada a una cámara lateral de dos metros cuadrados, que tiene en su centro un pozo.

              El pozo puede que conduzca a la cámara mortuoria, según el comunicado de Antigüedades.

              El ministro destacó que los muros internos de la cripta están ornamentados con relieves policromados que representan al fallecido y a su esposa frente a una mesa de ofrendas.

              Por su parte, el director general de Antigüedades del Alto Egipto, Sultan Aid, dijo que la tumba fue dañada premeditadamente, ya que algunas de sus escenas e inscripciones jeroglíficas fueron raspadas, entre ellos los nombres y títulos del dios Amón y del difunto.

              Estas acciones fueron perpetradas durante la revolución religiosa que aconteció durante el periodo del faraón Akenaton, concluyó el responsable egipcio.

              Akenatón, conocido también como Amenofis IV, fue uno de los faraones más importantes del Imperio Nuevo (1539-1075 a.C.), por ser el primer monarca que instauró el monoteísmo, desplazando al dios Amón, y eligiendo a Atón.

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