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Espiritualidad

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  • Espiritualidad

    ESPIRITUALIDAD

    Espiritualidad es la doctrina del espíritu.

    Es la doctrina que enseña al hombre al conocimiento de sí mismo, de su principio y su finalidad de su existencia terrenal. Que le enseña al espíritu a descubrir sus dones, sus virtudes, sus facultades y potencias espirituales. Que enseña al hombre a transitar en su mundo terrenal, viendo en cada hombre no solamente su parte material, sino mucho más importante al ser espiritual que lleva dentro y que es semejante a su Dios.

    Espiritualidad es la ciencia que hace sentir al hombre la presencia de su Creador en todo y en todas partes, en sí mismo. Es la doctrina que hace despertar al espíritu de la noche angustiosa de su desesperación y de su muerte. Es el conocimiento que todo hombre debería de llevar consigo mismo para alumbrar su camino terrenal y espiritual.

    La Espiritualidad es la sabiduría que todo espíritu anhela y necesita para encaminar sus pasos con certidumbre del lugar de donde partió y que de nuevo tendrá que retornar.

    El hombre aún es un misterio ante sí mismo, un desconocido, un ser que dotado de innumerables bellezas espirituales aún no sabe cómo entregar todo ello. Un ser que diciendo ser el dueño de su mundo, aún no sabe ser el dueño de sí mismo.

    ¿Cuándo podrá el hombre encaminar sus pasos para el fin que fue hecho? Cuando vuelva a su senda espiritual. Cuando tenga como cierto que primero ante nada, es un espíritu con una misión que desempeñar en este Valle terrenal. Cuando comprenda que es un ser dotado de todo lo indispensable espiritualmente y terrenalmente, para dar un tributo digno a Quién le dio vida y eternidad.

    El mayor atributo espiritual del espíritu es el amor. No hay hombre terrenal que no posea este atributo. Y es por este atributo, que los hombres llegarán a salvarse los unos a los otros. Por este atributo espiritual llegarán los hombres a unificarse, a comprenderse, a tenderse lazos de fraternidad, de luz y de vida.

    Todo cuanto necesita el hombre para transitar en su existencia terrenal y espiritual lo lleva consigo mismo.

    La Espiritualidad enseña al hombre a conocer su pasado, su presente y su futuro. Hace comprender al hombre todo cuanto su Dios le ha entregado desde que vino a la Tierra el primer espíritu a encarnarse, y de lección en lección le hace comprender el camino para alcanzar su perfeccionamiento espiritual.

    Espiritualidad es lo que necesita la humanidad. La Espiritualidad une a los hombres sin importar su nacionalidad y su raza, une a los ricos con los pobres, hace desaparecer el hambre, la peste, la orfandad, las guerras, los elementos desatados.

    La Espiritualidad no es religión, no es tradición, no es rito, no es costumbre. La Espiritualidad es una enseñanza que une a todas las religiones con un fin, ofrecer a nuestro Dios un solo culto enteramente espiritual.

    La Espiritualidad tiene un principio y fin entre encarnados y desencarnados: EL AMOR DE LOS UNOS A LOS OTROS.

    La paz sea nuevamente entre la humanidad…
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    Visita este portal, dedicado al Segundo Advenimiento de Cristo: Tercerlegado.com

  • #2
    Re: Espiritualidad

    ESPIRITUALIDAD

    Espiritualidad es el canto del espíritu, el himno que glorifica su triunfo cuando ha vencido sobre sus pasiones terrestres. Es un himno de paz y de alegría que guarda eternamente el espíritu cuando ha logrado armonizar con la Creación.

    ¡Cuántos espíritus vagan en las penumbras de la noche porque no dan cabida a la luz de la verdadera vida que otorga la sabiduría divina! ¡Cuántos seres van y vienen a este Valle, ya que aún no han logrado cumplir para con sus espíritus! Mas llega el momento en que se encumbren a la montaña y vislumbren su triunfo espiritual.

    La Espiritualidad es la armonía que logra el espíritu con su naturaleza material; es saber el encumbrarse a la perfección espiritual al dar al mundo lo que le corresponde y a su Dios lo que su espíritu le pertenece. Es una armonía en que las tres naturalezas que está formado el hombre dan como culto espiritual, la verdadera obra: El Amor espiritual.

    Amor a la Creación, al Semejante, a la vida en todas sus existencias creadas; una armonía que aún no es comprensible al hombre, pero que llega el momento en que su espíritu pueda concebir el amor que tiene su Creador por toda Su obra. ¿Cómo podrá el espíritu vislumbrar su perfeccionamiento espiritual más allá de esta morada si aún no ha armonizado con todo cuanto le rodea en este Valle terrenal? ¿Cómo podrá recibir mayores lecciones espirituales si no es capaz de llevar a cabo las lecciones que le da la vida en su mundo? Es menester que el hombre de Espiritualidad a su existencia terrenal, para que pueda encumbrarse a su nueva morada, donde recibirá mayores lecciones que lo encumbrarán a lo divino.

    El hombre sin Amor espiritual es un ser que vive apegado a sus necesidades materiales, a sus instintos carnales, un ser que lleva cadenas que le atan al mundo y, a sí mismo. Cuando llega a amar, lo hace de una manera egoísta, porque solamente ama a los seres que le rodean y para él muchas de las veces los demás no importan, no son necesarios ni indispensables. Vive para darse comodidad tanto él como los suyos, y no logra desprenderse del amor a sí mismo y a los suyos, porque llega a decir para sí mismo que los demás no le pertenecen. La Espiritualidad es la enseñanza que conmueve el espíritu, para que nuevamente contemple con los ojos del espíritu a toda la humanidad como su hermana, como su propia familia, en una palabra: Es la Enseñanza que hace que los hombres lleguen a verse como un solo espíritu, dándose vida, calor y sustento.

    Los ojos de la carne son engañosos para lo espiritual, mas los ojos del espíritu contemplan lo real cuando ellos miran la verdad de su existencia y la de todos con la luz de su Conciencia. La Espiritualidad viene a enseñar al hombre a gobernarse no por los dictados imperfectos del hombre, sino por la perfección que existe en su propia Conciencia. La Espiritualidad, viene a hacer más perceptible la voz que lleva por siempre el espíritu desde su nacimiento espiritual y a apagar los dictados de la carne cuando éstos han gobernado su naturaleza primordial.

    La Espiritualidad es la Ley que gobierna con sabiduría al espíritu. El conocimiento sabio que todo espíritu debería sentir para cimentar su paz eterna. No es sabio el hombre que sólo mira lo del mundo y deja de ver a las alturas dónde verdaderamente pertenece. Es sabio el hombre que sabe mirar a las alturas y anhela llegar a lo más alto de la escala, sin desconocer su parte material cuando él está encarnado.

    Espiritualidad es el cumplimiento del espíritu, al Amar a su Dios en sus propios Semejantes. Amando la Ley divina el espíritu logra encumbrarse a lo más alto del monte, donde podrá entrar y pertenecer al Reino de los verdaderos sabios.

    En la ascensión de una escala y otra la primera Ley es el amor. Por esa Ley llega a reconocerse la verdadera sabiduría en los espíritus. Todos los espíritus que se han fundido en el Seno divino han logrado cumplir la Ley con perfección. No se puede ser perfecto sin Amor espiritual, sin llegar a fundir en sus propios espíritus la Ley primordial.

    ¿Dónde están los verdaderos sabios en este mundo? ¿Hay uno en todo el orbe? No, todos son espíritus que cumplen con una restitución espiritual. Mas la Espiritualidad viene a dar sabiduría a los espíritus para que ellos puedan cumplir con la Ley del Amor.

    Espiritualidad es lo que necesita cada espíritu de este Valle, para libertarse de las sucesivas existencias terrenales.

    Cuando el espíritu logre encaminarse por los dictados de su Conciencia será un instrumento de que el Padre se valdrá para sus Designios divinos. Un instrumento que dará vida, luz, saber, libertad, a los que aún no pueden romper las cadenas de su egoísmo ante sí mismo y como consecuencia a los demás.

    Continua…
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    • #3
      Re: Espiritualidad

      Continuación…

      Espiritualidad es decir, ser semejante al Espíritu Divino, ya que Él es la Ley viva y el hacer constante en un Amor espiritual por todos Sus hijos, por toda Su creación. A ello conduce la Enseñanza divina, a ser semejantes a Quién nos dio vida y eternidad, a ser hijos que lleven la Ley viva y un obrar constante con Amor espiritual hacia todos nuestros hermanos y con toda la Creación.

      ¿Por qué no anhelar la Espiritualidad en nuestras vidas si ella sólo otorga la paz perfecta? ¿Acaso es menester escalar dolor tras dolor para ser perfectos? El dolor no otorga la perfección espiritual, porque si existe sufrimiento es signo de errores, de faltas, de equivocaciones, de desobediencias, de falta de cumplimiento a la Ley primordial. No se puede pertenecer al Reino de los Cielos sin haber logrado conquistar ese Reino con Amor espiritual. Las obras hechas con amor son verdaderos méritos que nos acercan al Reino de los sabios, con la profunda paz al sentir el haber cumplido y escalado la montaña, al tener la certeza que nuestro espíritu entregó sus verdaderos tesoros espirituales a sí mismo, al entregarse a sus hermanos en obra.

      Todos los espíritus que han conquistado el Seno divino lo han hecho con la potencia de su amor. Con carne o sin él, los espíritus pueden comprender todo cuánto su ser guarda, todo cuánto pueden dar a semejanza de su Creador. Mientras la existencia de los hombres es un constante ir y venir de sus espíritus, hay hermanos nuestros que no han necesitado pisar el polvo de la tierra para comprender y dar cuánto sus espíritus poseen.

      La verdadera sabiduría se llega a comprender cuando la Sabiduría del que todo lo Es, es escuchada y obedecida; no todos comprenden el amor del Padre, y como consecuencia muchos espíritus no escuchan ni obedecen la voz Paternal. Fue necesario un plano donde los espíritus a merced de su libre albedrío comprendiesen el amor de su Creador y con lecciones sabias fue saturado este Valle terrenal, donde el espíritu hecho carne tuviese las oportunidades que le fuesen necesarias para profundizarse en sí mismo.

      Mas la sabiduría con que fue hecha la Tierra, dejó absortos a los espíritus, en cada belleza que contemplaban sus espíritus se deslumbraron, dando más complacencia lo hecho en la Tierra y olvidando poco a poco la belleza con que fueron hechos ellos mismos por ser semejantes al Espíritu Divino. ¿Cómo puede ser que en cada maravilla que el hombre descubre hoy en día, niegue a su Creador? Con cuánto asombro se maravillan los entendimientos, los razonamientos al descubrir la perfección con que está hecho todo y aún no logran percibir la Sabiduría divina y en ella la Ley primordial, el Amor espiritual con que está hecho todo dentro y fuera de su mundo e incluso en su propio ser, como una muestra palpable de la existencia de su Dios.

      Ciegos están muchos espíritus, absortos ante la maravillosa Sabiduría divina con que está hecho este Valle, al no concebir que esta Creación tiene un principio, un origen divino. ¿Podrán esos espíritus encarnados concebir la belleza espiritual que llevan dentro de sus envolturas? No; he aquí que son los ciegos y los sordos de entendimiento espiritual.

      Cuántos hombres son ciegos ante sí mismos al rechazar su naturaleza espiritual, porque si tuviesen como cierto de que un ser dentro de sus envolturas se manifiesta y es el que obra verdaderamente, no habría lo que acontece en el mundo donde hasta la vida de un Semejante no es tomada en consideración. La Espiritualidad viene a abrir los ojos espirituales de la humanidad, para que por los ojos de la carne se asome la verdad del espíritu, cuando éste obre de acuerdo a la luz de su Conciencia. Entonces verá con los ojos de su espíritu, no la carne de sus hermanos sino al ser que vive dentro de aquellas envolturas, un ser que tiene parte de divino como él mismo lo tiene.

      ¿Dónde está la verdad en la vida de los hombres al desconocerse los unos a los otros, sí han surgido sus espíritus de un mismo Origen Divino? Hay falsedad en sus vidas, porque aún no han logrado concebir lo que realmente vale otro ser humano que tiene frente de sí; pero llega el instante en que abrirán sus ojos espirituales y comprendan la perfección que existe en cada uno por ser semejantes a su Dios.

      La vida de los hombres se transformará y con ellos sus espíritus gozarán de la libertad que se les concedió al encaminar su libre albedrío al armonizar los unos a los otros por medio del amor. Todo está dispuesto para que ellos por medio de la Espiritualidad logren cuánto está profetizado. Una etapa de preparación hoy experimentan por medio del dolor, para que en el instante en que surja esta Enseñanza, los espíritus logren contemplar el oasis en el desierto que les invita a calmar su sed abrazadora. Un maná descendió como prueba de caridad divina al pueblo de Israel, hoy el Maná celestial, el espiritual que hay en esta Palabra, descenderá a cada espíritu y vislumbrarán ya no a lo lejos la puerta que les invita a penetrar a la Tierra Prometida.

      ¿Qué espíritu querrá salir de aquella Ciudad donde se encuentra el sustento eterno, la vid que calma toda sed? Y de cierto, muchos saldrán de la Ciudad, pero ya no para vivir nuevamente en el desierto abrazador, sino para rescatar a los que aún se encuentran en él. ¡Qué hermoso es aquella contemplación donde el Amor espiritual, el verdadero amor existe en los espíritus que han logrado llegar a la Ciudad Blanca! ¡Qué amor invade los corazones espirituales por querer salvar a sus hermanos perdidos en las encrucijadas, en los falsos espejismos del desierto!

      Hay dulzura en la Enseñanza espiritual; en la verdadera Espiritualidad no hay temor hacia el Padre, porque Él sólo vive para dar vida, sustento, luz, sabiduría, amor, calor a todos Sus hijos. Es la dulzura que existe en la Palabra del Padre, la que hace sentir a los hijos alejados de la Casa paterna, el anhelar volver a ella. Todos los espíritus comprenderán en algún momento el amor sublime que tiene su Dios, su Padre para con cada uno que es gota fiel de su Espíritu.

      La Espiritualidad enseña tanto a encarnados como desencarnados a que sean salvos por ellos mismos. No es necesario que el Padre venga nuevamente a sacrificarse por medio de una envoltura para salvar a los espíritus; ellos por su evolución hoy podrán salvarse los unos a los otros, poniendo en práctica todo cuanto recibieron de lección en lección a través de los Tiempos por el Divino Maestro. He aquí, que la Ley, el Amor y la Sabiduría serán en todos los espíritus.

      No es imposible amar, imposible sería el no sentir y no manifestar ésta potencia divina en cada uno de nosotros. Sólo basta comprender que si somos semejantes al Divino Espíritu, todo lo noble, todo lo bueno está en nosotros esperando el ser manifestado. No es necesario aprender a amar sino solamente el sentir.

      La Espiritualidad arranca el juicio vano y falso de los entendimientos, porque el que lleva Espiritualidad en su vida, en su entendimiento, sabe y comprende con la luz de su Conciencia que él en un momento de su vida presente y quizás de sus vidas pasadas la viga pudo ser en su caminar para con sus hermanos, y por esta comprensión no ve la paja de sus hermanos, sino sólo la ignorancia como lo fue en él en su vidas pasadas o en la presente.

      Si en la vida de los hombres se manifestase la Espiritualidad, habrán logrado el cumplir con el anhelo Paterno, ese anhelo divino al contemplar que Sus hijos han llegado a manifestar en sus entendimientos, en sus corazones, es sus propios espíritus el sublime Mandamiento que dice: "AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS".
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      • #4
        Re: Espiritualidad

        Les invito a leer otros temas espirituales, así como el Tercer Testamento que Cristo como Espíritu de Verdad ha dejado para deleite y bienaventuranza nuestra en: www.tercerlegado.com
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