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Inconsciencia total

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  • Inconsciencia total

    1 noviembre 2010
    Inconsciencia total
    “Impúdica exhibición de bípedos sin rabo”




    El Congreso hace penosos alardes del error de considerar al hombre animal racional y ser humano. Ya que en vez de la concurrencia de personas superadas que de buena fe hacen su mejor esfuerzo para resolver problemas comunitarios, vemos a salvajes perfumados hacer gala de su desdoro. Pavoneos de rusticidad, incapacidad, incompetencia y mala fe. Irracionalidad y salvajismo.

    No es lo mismo creer que pensar. El inescrutable e inefable acto de pensar, se distingue en descifrar al mundo real. Mientras que creer no se compromete con nada. Por eso cada quien puede creer lo que quiera. Y por lo mismo nadie puede, o debe, imponer sus creencias a nadie.

    El homínido mientras más rustico, más desconoce lo que es pensar, más confunde sus ocurrencias o imágenes ajenas al mundo real que aparecen en su cerebro, con iluminadas revelaciones o nítidas explicaciones, que aunque escapan a la causalidad y demostración, para su nivel de evolución mental y conocimiento del mundo, son la verdad absoluta.

    Así los rústicos confunden pensar con una forma de clarividencia. Porque así les parece que lo hacen los que piensan. Y soslayan el no poder demostrar sus creencias y exigen esperar a un desenlace que demuestre que tienen la razón. Lo que nunca sucede, pero tampoco aprenden. Así la oscuridad mental confiere una irracional seguridad en fantasías cuya claridad confunden con lucidez. Mientras que el que piensa solo se atiene a la seguridad de los hechos probados.

    Los franceses se arrepintieron de la democracia indiscriminada que como primera consecuencia acarreo su revolución. En la que brutos e ignorantes la confundieron con el derecho de imponer sus creencias a los demás, que tenían la obligación de escucharlos, aguantarlos y hacerles caso. Por lo que así como la ilustración motivó la revolución, ése exceso produjo el positivismo. (Sólo los hechos son sujetos del análisis de la razón).

    Es cierto que todos somos iguales en el sentido de ser de la misma especie, pero nos diferencia la artificialización, desarrollo y capacidades adquiridas. “Aunque todos somos del mismo barro, no es lo mismo bacín que jarro”. Y es una torpeza enorme confiar algo a alguien sin la capacidad necesaria. Por mucho que quiera e intente sus limitaciones no le permiten cumplir.

    Pero como por acá no ha acontecido ilustración ni positivismo, contemplamos en nuestro congreso espectáculos que son deprimentes en un arrabal. Confusión de inteligencia y dignidad con alardes de sin sentido, mala fe, vulgaridad y bestialidad. “Representantes populares” bañados y vestidos de seda, que no pueden esconder su falta de artificialidad. Ni disimular sus carencias en educación, cultura e inteligencia. Su privación de lo que no es natural y de lo que no han sido contagiados.
    Los hace desaprovechar la palestra por hacerse las víctimas, proferir sapos y culebras y bloquear y renegar de todo lo que no forme parte de sus creencias, las que quieren imponer a los demás, so pena de echar a perder el juego. Haciendo apostolado del capricho en la contra sin razón.

    Y por el abandono endémico del país, triunfa la expresión de rencor y venganza al captar adeptos entre la enorme cantidad de resentidos y marginados, que campean en nuestra desdichada sociedad, gracias a la estereotipada corrupción conceptual y operativa en educación y distribución de probabilidades lucrativas.

    El problema esta peliagudo. Porque no se advierte por ningún lado inteligencia ni buena fe suficiente para revertir la situación. Solo pandillas que con mejor o peor disimulada estrategia, pelean sus intereses de grupo. Sin que nadie se percate que el hombre es el único animal que no se salva solo. Que si se organiza y pone a trabajar al país en conjunto, todos ganamos en proporciones inimaginables. Que las sociedades avanzan en la medida en la que se organizan y retroceden en la que se desorganizan. Pero parte del problema es que los grupos “políticos”, en mayor o menor medida, usufructúan el desorden y desorganización social. En que se satisfagan con los anémicos beneficios que encuentran en el caos.

    La situación no es estable ni se vislumbra un límite al salvajismo que podemos alcanzar para que aparezca la razón.

    Autor de: La infracultura, La anomia, Disección de la Ley de Obras Publicas y Servicios Relacionados con las Mismas y ¿A dónde Vamos, México? ¡Fe de Erratas del Desarrollo Nacional!

  • #2
    Re: Inconsciencia total

    Originalmente publicado por Rafael Norma Ver post
    1 noviembre 2010
    Inconsciencia total
    “Impúdica exhibición de bípedos sin rabo”




    El Congreso hace penosos alardes del error de considerar al hombre animal racional y ser humano. Ya que en vez de la concurrencia de personas superadas que de buena fe hacen su mejor esfuerzo para resolver problemas comunitarios, vemos a salvajes perfumados hacer gala de su desdoro. Pavoneos de rusticidad, incapacidad, incompetencia y mala fe. Irracionalidad y salvajismo.
    No es lo mismo creer que pensar. El inescrutable e inefable acto de pensar, se distingue en descifrar al mundo real. Mientras que creer no se compromete con nada. Por eso cada quien puede creer lo que quiera. Y por lo mismo nadie puede, o debe, imponer sus creencias a nadie.
    El homínido mientras más rustico, más desconoce lo que es pensar, más confunde sus ocurrencias o imágenes ajenas al mundo real que aparecen en su cerebro, con iluminadas revelaciones o nítidas explicaciones, que aunque escapan a la causalidad y demostración, para su nivel de evolución mental y conocimiento del mundo, son la verdad absoluta.
    Así los rústicos confunden pensar con una forma de clarividencia. Porque así les parece que lo hacen los que piensan. Y soslayan el no poder demostrar sus creencias y exigen esperar a un desenlace que demuestre que tienen la razón. Lo que nunca sucede, pero tampoco aprenden. Así la oscuridad mental confiere una irracional seguridad en fantasías cuya claridad confunden con lucidez. Mientras que el que piensa solo se atiene a la seguridad de los hechos probados.
    Los franceses se arrepintieron de la democracia indiscriminada que como primera consecuencia acarreo su revolución. En la que brutos e ignorantes la confundieron con el derecho de imponer sus creencias a los demás, que tenían la obligación de escucharlos, aguantarlos y hacerles caso. Por lo que así como la ilustración motivó la revolución, ése exceso produjo el positivismo. (Sólo los hechos son sujetos del análisis de la razón).
    Es cierto que todos somos iguales en el sentido de ser de la misma especie, pero nos diferencia la artificialización, desarrollo y capacidades adquiridas. “Aunque todos somos del mismo barro, no es lo mismo bacín que jarro”. Y es una torpeza enorme confiar algo a alguien sin la capacidad necesaria. Por mucho que quiera e intente sus limitaciones no le permiten cumplir.
    Pero como por acá no ha acontecido ilustración ni positivismo, contemplamos en nuestro congreso espectáculos que son deprimentes en un arrabal. Confusión de inteligencia y dignidad con alardes de sin sentido, mala fe, vulgaridad y bestialidad. “Representantes populares” bañados y vestidos de seda, que no pueden esconder su falta de artificialidad. Ni disimular sus carencias en educación, cultura e inteligencia. Su privación de lo que no es natural y de lo que no han sido contagiados.
    Los hace desaprovechar la palestra por hacerse las víctimas, proferir sapos y culebras y bloquear y renegar de todo lo que no forme parte de sus creencias, las que quieren imponer a los demás, so pena de echar a perder el juego. Haciendo apostolado del capricho en la contra sin razón.
    Y por el abandono endémico del país, triunfa la expresión de rencor y venganza al captar adeptos entre la enorme cantidad de resentidos y marginados, que campean en nuestra desdichada sociedad, gracias a la estereotipada corrupción conceptual y operativa en educación y distribución de probabilidades lucrativas.
    El problema esta peliagudo. Porque no se advierte por ningún lado inteligencia ni buena fe suficiente para revertir la situación. Solo pandillas que con mejor o peor disimulada estrategia, pelean sus intereses de grupo. Sin que nadie se percate que el hombre es el único animal que no se salva solo. Que si se organiza y pone a trabajar al país en conjunto, todos ganamos en proporciones inimaginables. Que las sociedades avanzan en la medida en la que se organizan y retroceden en la que se desorganizan. Pero parte del problema es que los grupos “políticos”, en mayor o menor medida, usufructúan el desorden y desorganización social. En que se satisfagan con los anémicos beneficios que encuentran en el caos.
    La situación no es estable ni se vislumbra un límite al salvajismo que podemos alcanzar para que aparezca la razón.
    Autor de: La infracultura, La anomia, Disección de la Ley de Obras Publicas y Servicios Relacionados con las Mismas y ¿A dónde Vamos, México? ¡Fe de Erratas del Desarrollo Nacional!
    tanto para decir lo que ya sabemos ?

    que los congresistas son lo peor

    Y ASI LOS CALIFICA LA SOCIEDAD

    pero que podemos hacer los simples ciudadanos ?.

    por el momento ...NADA.


    saludos DON RAFA



    se reparten hasta por COLORES.
    agosto 2011: Aprueban ciudadanos a Calderón mejoría en economía, avances combate al narco.

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    • #3
      Re: Inconsciencia total?..¿Anomia?..carencia de'ley & orden?

      Originalmente publicado por Cronos Ver post
      El Problema es la ANOMIA generalizada...carencia de organización o de coordinación...
      El problema es la falta asboluta de valores éticos y morales y un egocentrismo radicla en el Poder Legislativo.
      Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
      Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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