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Arqueologia musical viviente:El CANTO GREGORIANO

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  • Arqueologia musical viviente:El CANTO GREGORIANO

    El canto gregoriano, inicialmente canto cristiano es un tipo de canto llano (simple, monódico, sin saltos: movimientos por grados conjuntos y con una música supeditada al texto) utilizado en la liturgia de la Iglesia Católica Romana, aunque en ocasiones es utilizado en un sentido amplio o incluso como sinónimo de canto llano. Surge en el año 33 d.C., época en que los cristianos comienzan a ser perseguidos y oraban en catacumbas donde no podían ser encontrados.
    La denominación canto gregoriano procede de atribuírsele su recopilación al Papa San Gregorio Magno, siendo una evolución del canto grecorromano con influencias del canto galicano.
    Debe aclararse y entenderse que el Canto Gregoriano no es inventado por el Papa Gregorio Magno, éste ya existía desde hacía tiempo, pero el guía católico lo difunde y desarrolla dándole su nombre a este canto ancestral.

    Desde su nacimiento, la música cristiana fue una oración cantada, que debía realizarse no de manera puramente material, sino con devoción o, como lo decía San Pablo: «Cantando a Dios en vuestro corazón».
    El texto era pues la razón de ser del canto gregoriano. En realidad el canto del texto se basa en el principio de que, según san Agustín, «El que canta bien, ora dos veces».
    El canto gregoriano jamás podrá entenderse sin el texto, el cual tiene prelación sobre la melodía y es el que le da sentido a ésta. Por lo tanto, al interpretarlo, los cantores deben haber entendido muy bien el sentido del texto.
    En consecuencia, se debe evitar cualquier impostación de voz de tipo operístico en que se intente el lucimiento del intérprete.
    Del canto gregoriano es de donde proceden los modos gregorianos, que dan base a la música occidental. De ellos vienen los modos mayores y menores, y otros cinco menos conocidos.

    Características principales del canto gregoriano

    Las partituras del canto gregoriano están escritas en tetragramas (a partir del trabajo de Guido d'Arezzo).
    Tiene un ritmo libre (se guía por las sílabas largas del latín).
    Es una plegaria cantada y la expresión de una religiosidad.
    Es un canto monódico (solo 1 línea melódica) y a capella (sin acompañamiento), interpretado por voces masculinas. Las voces pueden estar en coro, ser del que oficia la misa o ser llevadas a cabo por un cantante profesional solista llamado schola.
    Están escritos en latín, exceptuando la pieza del Ordinario de la Misa Kyrie Eleison, que está en griego.
    Todas las piezas gregorianas son siempre modales, y dentro de los modos gregorianos o modos eclesiásticos existen 8 tipos.
    Existen 3 estilos de canto gregoriano, que se clasifican dependiendo de la cantidad de notas diferentes que se cantan por sílaba. Cuando hay 1 nota por sílaba se llama estilo silábico, cuando hay de 6 a más tonos por sílaba se llama melismático y cuando hay alternancia entre canto silábico y melismático se llama canto neumático.
    En el canto gregoriano, el género y la forma vienen definidas por el contexto (situación) donde se interpretan las obras.
    En este tipo de canto, la línea melódica no es muy movible, es decir, no hay grandes saltos en la voz. Por lo regular la línea se mueve por segundas, terceras, cuartas o quintas. Es raro encontrar, por ejemplo, un salto de octava (por esto se le llama también canto llano).
    No hay grandes adornos vocales ni muchas improvisaciones, se enfocan sólo a la música y líneas melódicas escritas y rara vez hacen los llamados "adornos musicales".
    La gran mayoría de la música y los cantos gregorianos medievales eran anónimos, porque consideraban que las obras artísticas eran propiedad de la Iglesia y estaban al "servicio de la sociedad".

    Hay varias tipos de canto gregoriano:

    Según la forma del canto pueden ser: estilo responsorial (alternancia de un solista con un coro), estilo antifonal (alternancia de dos coros) y estilo directo (sólo hay un coro o un solista)
    Según el tratamiento melódico: canto melismático (más de una nota por sílaba), canto silábico (una sola nota por sílaba)y canto neumático (alternancia entre canto melismático y silábico)
    Según el tipo de texto: bíblicos(aparecen en la Biblia) y no bíblicos (no aparecen en la Biblia).


    Los cantos del Propio de la Misa

    Los propios están constituidos por piezas que se cantan según el tiempo litúrgico o según la fiesta que se celebra. Estos cambian cada domingo, lo opuesto a los cantos del Ordinário, cuyos textos nunca cambian. Los cantos de Intróito, Gradual, Aleluya, Tracto, Secuencia, Ofertorio, y Comunión forman parte del Propio de la Misa, o Proprium Missae en latín.

    Introito: canto de entrada para iniciar la celebración
    Gradual, aleluya o tracto: después de las lecturas
    Secuencias
    Ofertorio para acompañar la procesión de las ofrendas
    Comunión
    Además de estos dos grupos de piezas, existen otras que se cantan como recitativos con algunas inflexiones (cantillatio): tales son las oraciones, las lecturas, el prefacio y la oración eucarística, el Padre nuestro. Eran piezas que por su sencillez podían ser ejecutadas por el celebrante o por personas que no requerían de especiales habilidades para el canto.

    Los cantos del Ordinario de la Misa

    El Ordinario está compuesto por textos que se repetian en todas las Misas. Los textos se mantenian invariables. Todos los textos son en latín, excepto el Kyrie, que está en griego.

    El Kyrie consiste de la repetición de "Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison" ("Señor ten piedad, Cristo ten piedad, Señor ten piedad"). En la forma extraordinaria, cada parte es repetida tres veces y en misales aún más antiguos, se encuentra "Kyrie eleison imas" (Señor ten piedad de nosotros"). Se distingue el Kyrie por ser el único canto en griego en lugar de latín. Frecuentemente se le canta en un estilo melismático.
    El Gloria canta la Gran Doxología. Ambos son largos y frecuentemente el texto es alternado entre partes del coro o entre el coro y la congregación.
    Credou título es "Misa del Día de Navidad: Credo". Compuesto en el S.VII en adelante. Su textura es monofónica. Lo canta un solista (oficiante de la ceremonia) y un coro de voces masculinas sin acompañamiento instrumental. El oficiante entona la primera frase "Credo in unum Deum (Creo en un solo Dios)", y el coro continúa desde "Patrem omnipotente (Padre Omnipotente)" hasta el final del Credo. En cuando a los aspectos melódicos, tiene un ámbito estrecho, no tiene saltos melódicos y su estilo es silábico. Tiene un ritmo libre determinado por la palabra. Es una composición modal. En el "Liber Usualis", como todas las composiciones gregorianas, la pieza está escrita en notación cuadrada sobre tetragrama.
    Sanctus y Benedictus
    Agnus Dei
    Ite, missa est

    Diferencias entre el ordinario y el propio de la misa

    La diferencia básica está en la letra. Los cantos del ordinario siempre tienen la misma letra mientras que en los cantos del propio la letra varía y también puede cambiar la música. Todo esto depende de la fiesta que se celebre y del calendario litúrgico. A partir del S.X se realizan reformas sobre el repertorio del canto gregoriano, tanto cambios que aparecen de forma espontánea como cambios o ajustes que se realizan de una forma totalmente dirigía. Nos encontramos tres manifestaciones: el tropo, la secuencia y el drama litúrgico.
    Existen 3 clases de tropos: 1. Sólo se añade melodía: en medio del texto se introduce un melisma, por lo tanto, puede modificar la melodía antigua. 2. Sólo se añade el texto: pasa de un canto melismático a otro silábico, pues se le añade el texto (tropo) en el melisma. 3. Se añade texto y melodía: se añade pequeñas cuñas de composiciones nuevas a composiciones antiguas. La secuencia es un tipo especial de tropo. Es un tropo del Alelluia (muy melismático) que con el tiempo se independiza de la pieza original. Se hicieron independientes sobre todo por tener texto y música completa. El drama litúrgico son pequeñas obras de teatro que se realizan en la Iglesia.

    Los cantos del Oficio divino

    El Oficio Divino (También conocido como Officium Divinum en latín) se refiere a los rezos cantados durante el día desde el año 400. En los monasterios, los monjes hacían una pausa en sus labores y se reunían regularmente a determinadas horas (horas canónicas) del día para hacer su oración. Estas oraciones son largamente cantadas, especialmente los himnos al empezar, los antifonarios usados para los salmos, los salmos mismos, y para los antifonarios Marianos. Estos son cuatro canciones (Alma Redemptoris Mater, Ave Regina caelorum, Regina caeli laetare, y Salve Regina) que vienen del siglo XI y son más complejos que la mayoría de los antifonarios de los salmos,

    Maitines: plegaria de vigilia
    Laudes: plegaria de la mañana
    Prima: seis de la mañana
    Tercia: nueve de la mañana
    Sexta: doce del mediodía
    Nona: tres de la tarde
    Vísperas: seis de la tarde
    Completas: antes de ir al descanso

    El repertorio de cantos para el oficio divino consta de:

    El canto de los salmos
    Simples recitativos (cantillatio) de lecturas y oraciones.
    Antífonas de invitatorio
    Himnos
    Antífonas cantadas antes y después de los salmos.
    Responsorios
    Te Deum
    Cantos del antiguo y del nuevo Testamento (Benedictus, Magníficat, Nunc dimittis)

    Asociados a estos cantos están el Pange lingua que incluye al Tantum ergo, y el Stabat mater.

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