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Taller del Alquimista...

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  • Re: Taller del Alquimista...

    Por alguna razón no puedo poner la firma..Ya podré...

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    • Re: Taller del Alquimista...

      "Entrado que hubo el otoño..."

      El más espléndido otoño del mundo habita imperturbable en la caída de las hojas.

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      • Re: Taller del Alquimista...

        Originalmente publicado por cubo Ver post
        "Entrado que hubo el otoño..."

        El más espléndido otoño del mundo habita imperturbable en la caída de las hojas.
        Si fuese esto Facebook, pondría me gusta y "compartir", pero como no es, digo que me encantó y que lo tomré presatdo para ponerlo por ahi, con el crédito al autor por supuesto!

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        • Re: Taller del Alquimista...

          Tatiana, buenos días.

          Me agrada que te haya encantado ese párrafo. Adelante, compártelo.

          Saludos.

          Comment


          • Re: Taller del Alquimista...

            Originalmente publicado por cubo Ver post
            Tatiana, buenos días.

            Me agrada que te haya encantado ese párrafo. Adelante, compártelo.

            Saludos.
            Gracias Cubo.Lo haré con mucho gusto.
            No es la primera vez que veo frases lindas y/o muy profundas escritas por ti.
            Saludos

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            • Re: Taller del Alquimista...

              -----
              "La rosa que preferimos entre todas es aquella que hemos cultivado con nuestras propias manos. Ciertamente, no siempre podemos cultivar nuestra rosa; pero, al menos, hemos de aprender a amar la rosa que elegimos"

              Juan Manuel de Prada
              -----

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              • Re: Taller del Alquimista...

                El Chaman

                Un día de la nada. Sabiendo todo el cúmulo de actividades que tengo, mis horarios apretados y compromisos de trabajo, mi esposa me pidió que la llevara a ver al Chamán. Lo vi en Internet -me dijo-. Está en la Ciudad de León y tengo cita el lunes con él. No se que tiene pero cuando vi su foto en Internet, algo me dijo en lo más profundo de mi ser que tenía que ir a verlo inmediatamente -sentenció-.

                Pues cuando hay que ir, hay que ir y en general mi esposa no es tan enfática con sus requerimientos. Así que mandé todo a la chingada y la llevé.

                Ya en el lugar. Yo imaginé una jungla, un temazcal, un espacio con escenificación suficiente que nos hiciera saber que nos encontrábamos ante un chamán. Pero no. Era una casa en una zona limítrofe de la ciudad. Ni muy muy ni tan tan. Sin muebles. Sólo cuatro sillas de plástico distribuidas en lo que sería la sala-comedor de cualquier casa del tipo. En una de las dos habitaciones de la planta superior, una mesa de masajes y otra silla de plástico. Muy frugal para un curandero que se respete -pensé-.

                Entró mi esposa y tras una hora de aullidos (de ella) salió con una cara como si en verdad la hubiera tocado Dios en su eterna sabiduría. Quiero decir que mi esposa no estaba enferma de nada. Sólo le cuesta lidiar con algunos malos recuerdos y miedos sobre ciertas cosas en particular que la hacen tener en ocasiones un genio de los 20 mil demonios. Es decir, explota ante cualquier nimiedad como si se tratase de la peor de las chingaderas.

                Pues bien. Bajó, me miró con ojos enigmáticos y lloró. Me dijo que había sido bendecida por un ser superior lleno de sabiduría y comprensión de la vida. Le pregunté que qué le había hecho y ella me contestó triunfal que.... la curó. La curó de todo mal.

                Yo quedé satisfecho y ante la urgencia de ella, le solicité si a mi también me podía "curar". Claro que tengo recuerdos dolorosos como todas las personas. Perdones que no supe pedir, deseos que no pude cumplir y decisiones mal tomadas que colorearon el paisaje de mi vida... como la de todos, supongo. La diferencia con mi esposa es que todos esos asegunes los contemplo con satisfacción, lo que me hace tener un carácter mucho más festivo que explosivo. Pero de todos modos ensayé con pedir una intervención. Unos pases mágicos de vez en cuando no le hacen daño a nadie.

                Pero para sorpresa el hombre de magia no quiso atenerme porque era su hora de comida, pero magnánimamente me indicó que pronto estaría de gira por mi ciudad y que ahí tendría la suerte de ser atendido.

                En el camino de regreso si noté a mi esposa distinta sin poder explicar cómo, pero era distinta. Me contó que vio colores, personas, sintió cosas y... se liberó. Se liberó de dolores viejos, de expectativas vanas, de enojos con génesis inexplicables y se liberó de la necesidad de la apariencia de control sobre ella y los demás. Y yo lo celebré. Aunque el efecto Chamán duró unos cuantos días si no es que unas cuantas horas porque a la vuelta de las situaciones (no muchas) ya estaba mentando madres porque paso la mosca. Yo no quise hacerle notar eso, porque seguramente me hubiera llevado una buena tanda de chingadazos. Pero parece que la magia no duró mucho.

                A la vuelta de una semana ya estaba el chaman a tiro y fui a verlo. Creo que ya les platiqué que me gusta ir a ver famosos curanderos, taumaturgos, nigromantes, gitanos echasuerte o lo que sea que parezca que se sale de lo común. Realmente quiero encontrar el hilo mágico que sostiene este desierto de realidad como diría el Cubo que dice Morfeo.

                Pues con esa curiosidad científica fui a ver al Chamán. Y me preguntó que qué me dolía. Tengo un dolor añejo en la pelvis, producto de una caída de caballo o varias y seguramente algún choque en coche o alguna caída en moto o todos juntos. Es un dolor que va y viene según las estaciones del año y por el que he visto a toda la comunidad de sobadores, quiroprácticos, mioterapeutas y ortopedistas de la comarca y de varias comarcas a la redonda. Siempre sin más mejora que las mías propias de azotarme todas las noches en el piso para acomodar algunas vértebras que invariablemente hacen un familiar "click" cuando se acomodan y me liberan algo de dolor.

                Así que ¿para que perder el tiempo (mío) en que el Chamán tratase de arreglar lo inarreglable?. Yo se que hasta para las magias mas cabronas hay límites. Un catarro por ejemplo, un dolorcillo de cabeza y males de esos siempre son rivales invencibles para los nigromantes más chingones.

                Así que cuando me preguntó que qué podía hacer por mi. Le dije humildemente que estaba algo preocupado por la lejanía de algún pariente y que algunas decisiones en mi vida en días nublados me atornillaban el alma desde adentro como queriendo comprimir mi carne contra el intestino grueso.

                Entonces con acento tzontil, mirada decidida y voz sabia, pausada, me dijo que así era la vida y que tenía que aceptarla con amor. Hizo énfasis en AMOR. Ahhhh chingá! Esos consejos los twitea mi hija de 14 años desde que tenía 11. Pero buéeee....

                Después me dijo que me iba a ayudar. Me iba a ayudar a despedirme de mis parientes muertos a los que no tuve la oportunidad de despedir o que me quedé "molesto" con ellos y que me causaba "culpa". Me dijo que me iba a liberar del dolor de las decisiones mal tomadas. Y me dijo que me iba a quitar la añoranza por los sueños no alcanzados que me prodigaban angustias de madrugada. Me dijo que me iba a sentir liberado.

                Entonces... Le estreché a mano, me paré de la mesa de masajes y me despedí con mucha firmeza.

                El Chamán puso cara de alarma. No se si antes alguien se le había parado de la mesa. Quiero mencionar que entre los logros que le permiten no simular una jungla en su casa para darse credibilidad, es que ha "curado" a Mel Gibson, a Hug Jackman, a Sir Sean Connery, entre otros miles. Así que debió haber sido sorpresivo para él el que me haya parado.

                Y me preguntó que si había algo mal. Que si no estaba preparado. Que si había hecho él algo que me molestara.

                Le dije que no. Lo miré a los ojos pero más bien busqué mi imagen en su retina. Y más que decirle a él, me dije a mi: ¿Sin mis fobias, sin mis delirios, sin culpas, sin mis sueños, sin mis desvelos, sin mis añoranzas, sin mis demonios, quién soy?

                Tomé mi celular, mi cartera y mis llaves que había dejado tiradas en el piso y salí del cuarto. Mi esposa me esperaba afuera expectante y con una sonrisota me preguntó que cómo me había ido.

                Yo la miré con mucha ternura y le dije: -Tienes razón gorda. Este señor hace magia.
                NADA DE LO HUMANO ME ES AJENO, SOLO ME HAGO MEDIO PENDEJO EN VECES PA DESPISTAR A LOS OJETES

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                • Re: Taller del Alquimista...

                  Jejejejejejejejejeje

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                  • Re: Taller del Alquimista...

                    Originalmente publicado por El Alquimista Ver post
                    El Chaman

                    Un día de la nada. Sabiendo todo el cúmulo de actividades que tengo, mis horarios apretados y compromisos de trabajo, mi esposa me pidió que la llevara a ver al Chamán. Lo vi en Internet -me dijo-. Está en la Ciudad de León y tengo cita el lunes con él. No se que tiene pero cuando vi su foto en Internet, algo me dijo en lo más profundo de mi ser que tenía que ir a verlo inmediatamente -sentenció-.

                    Pues cuando hay que ir, hay que ir y en general mi esposa no es tan enfática con sus requerimientos. Así que mandé todo a la chingada y la llevé.

                    Ya en el lugar. Yo imaginé una jungla, un temazcal, un espacio con escenificación suficiente que nos hiciera saber que nos encontrábamos ante un chamán. Pero no. Era una casa en una zona limítrofe de la ciudad. Ni muy muy ni tan tan. Sin muebles. Sólo cuatro sillas de plástico distribuidas en lo que sería la sala-comedor de cualquier casa del tipo. En una de las dos habitaciones de la planta superior, una mesa de masajes y otra silla de plástico. Muy frugal para un curandero que se respete -pensé-.

                    Entró mi esposa y tras una hora de aullidos (de ella) salió con una cara como si en verdad la hubiera tocado Dios en su eterna sabiduría. Quiero decir que mi esposa no estaba enferma de nada. Sólo le cuesta lidiar con algunos malos recuerdos y miedos sobre ciertas cosas en particular que la hacen tener en ocasiones un genio de los 20 mil demonios. Es decir, explota ante cualquier nimiedad como si se tratase de la peor de las chingaderas.

                    Pues bien. Bajó, me miró con ojos enigmáticos y lloró. Me dijo que había sido bendecida por un ser superior lleno de sabiduría y comprensión de la vida. Le pregunté que qué le había hecho y ella me contestó triunfal que.... la curó. La curó de todo mal.

                    Yo quedé satisfecho y ante la urgencia de ella, le solicité si a mi también me podía "curar". Claro que tengo recuerdos dolorosos como todas las personas. Perdones que no supe pedir, deseos que no pude cumplir y decisiones mal tomadas que colorearon el paisaje de mi vida... como la de todos, supongo. La diferencia con mi esposa es que todos esos asegunes los contemplo con satisfacción, lo que me hace tener un carácter mucho más festivo que explosivo. Pero de todos modos ensayé con pedir una intervención. Unos pases mágicos de vez en cuando no le hacen daño a nadie.

                    Pero para sorpresa el hombre de magia no quiso atenerme porque era su hora de comida, pero magnánimamente me indicó que pronto estaría de gira por mi ciudad y que ahí tendría la suerte de ser atendido.

                    En el camino de regreso si noté a mi esposa distinta sin poder explicar cómo, pero era distinta. Me contó que vio colores, personas, sintió cosas y... se liberó. Se liberó de dolores viejos, de expectativas vanas, de enojos con génesis inexplicables y se liberó de la necesidad de la apariencia de control sobre ella y los demás. Y yo lo celebré. Aunque el efecto Chamán duró unos cuantos días si no es que unas cuantas horas porque a la vuelta de las situaciones (no muchas) ya estaba mentando madres porque paso la mosca. Yo no quise hacerle notar eso, porque seguramente me hubiera llevado una buena tanda de chingadazos. Pero parece que la magia no duró mucho.

                    A la vuelta de una semana ya estaba el chaman a tiro y fui a verlo. Creo que ya les platiqué que me gusta ir a ver famosos curanderos, taumaturgos, nigromantes, gitanos echasuerte o lo que sea que parezca que se sale de lo común. Realmente quiero encontrar el hilo mágico que sostiene este desierto de realidad como diría el Cubo que dice Morfeo.

                    Pues con esa curiosidad científica fui a ver al Chamán. Y me preguntó que qué me dolía. Tengo un dolor añejo en la pelvis, producto de una caída de caballo o varias y seguramente algún choque en coche o alguna caída en moto o todos juntos. Es un dolor que va y viene según las estaciones del año y por el que he visto a toda la comunidad de sobadores, quiroprácticos, mioterapeutas y ortopedistas de la comarca y de varias comarcas a la redonda. Siempre sin más mejora que las mías propias de azotarme todas las noches en el piso para acomodar algunas vértebras que invariablemente hacen un familiar "click" cuando se acomodan y me liberan algo de dolor.

                    Así que ¿para que perder el tiempo (mío) en que el Chamán tratase de arreglar lo inarreglable?. Yo se que hasta para las magias mas cabronas hay límites. Un catarro por ejemplo, un dolorcillo de cabeza y males de esos siempre son rivales invencibles para los nigromantes más chingones.

                    Así que cuando me preguntó que qué podía hacer por mi. Le dije humildemente que estaba algo preocupado por la lejanía de algún pariente y que algunas decisiones en mi vida en días nublados me atornillaban el alma desde adentro como queriendo comprimir mi carne contra el intestino grueso.

                    Entonces con acento tzontil, mirada decidida y voz sabia, pausada, me dijo que así era la vida y que tenía que aceptarla con amor. Hizo énfasis en AMOR. Ahhhh chingá! Esos consejos los twitea mi hija de 14 años desde que tenía 11. Pero buéeee....

                    Después me dijo que me iba a ayudar. Me iba a ayudar a despedirme de mis parientes muertos a los que no tuve la oportunidad de despedir o que me quedé "molesto" con ellos y que me causaba "culpa". Me dijo que me iba a liberar del dolor de las decisiones mal tomadas. Y me dijo que me iba a quitar la añoranza por los sueños no alcanzados que me prodigaban angustias de madrugada. Me dijo que me iba a sentir liberado.

                    Entonces... Le estreché a mano, me paré de la mesa de masajes y me despedí con mucha firmeza.

                    El Chamán puso cara de alarma. No se si antes alguien se le había parado de la mesa. Quiero mencionar que entre los logros que le permiten no simular una jungla en su casa para darse credibilidad, es que ha "curado" a Mel Gibson, a Hug Jackman, a Sir Sean Connery, entre otros miles. Así que debió haber sido sorpresivo para él el que me haya parado.

                    Y me preguntó que si había algo mal. Que si no estaba preparado. Que si había hecho él algo que me molestara.

                    Le dije que no. Lo miré a los ojos pero más bien busqué mi imagen en su retina. Y más que decirle a él, me dije a mi: ¿Sin mis fobias, sin mis delirios, sin culpas, sin mis sueños, sin mis desvelos, sin mis añoranzas, sin mis demonios, quién soy?

                    Tomé mi celular, mi cartera y mis llaves que había dejado tiradas en el piso y salí del cuarto. Mi esposa me esperaba afuera expectante y con una sonrisota me preguntó que cómo me había ido.

                    Yo la miré con mucha ternura y le dije: -Tienes razón gorda. Este señor hace magia.
                    Se me olvidó comentarles que cuando empezó la sesión me indicó contundentemente que un familiar muerto se encontraba con nosotros. Y que le daba mucho gusto estar ahí conmigo. Que en el transcurso del día me daría una señal de su presencia... Hasta hoy.... Todavía nada. Y la verdad no es que la espere...
                    NADA DE LO HUMANO ME ES AJENO, SOLO ME HAGO MEDIO PENDEJO EN VECES PA DESPISTAR A LOS OJETES

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                    • Re: Taller del Alquimista...

                      Comunión y liberación.

                      El proceso de sanación implica una común unión entre el sujeto que pide la salud y el ser que la otorga, muchas veces por interpósita persona como mediador. Esta es la premisa para que la liberación sea lograda.

                      Ahora bien, en el caso del protagonista-relator se genera un cortocircuito que prescinde del mediador y deviene la liberación como resultado de asumir la realidad como identidad de la realidad "en" el sujeto.

                      Lo admirable es la forma en la que este sorpresivo giro de la narrativa se presenta con un toque de humor.

                      Comment


                      • Re: Taller del Alquimista...

                        Originalmente publicado por cubo Ver post
                        Comunión y liberación.

                        El proceso de sanación implica una común unión entre el sujeto que pide la salud y el ser que la otorga, muchas veces por interpósita persona como mediador. Esta es la premisa para que la liberación sea lograda.

                        Ahora bien, en el caso del protagonista-relator se genera un cortocircuito que prescinde del mediador y deviene la liberación como resultado de asumir la realidad como identidad de la realidad "en" el sujeto.

                        Lo admirable es la forma en la que este sorpresivo giro de la narrativa se presenta con un toque de humor.
                        Mas o menos así es la idea.. Aunque yo jamás lo hubiera podido explicar tan prístinamente.
                        NADA DE LO HUMANO ME ES AJENO, SOLO ME HAGO MEDIO PENDEJO EN VECES PA DESPISTAR A LOS OJETES

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                        • Re: Taller del Alquimista...

                          Entre lo prístino de Cubo y el relato elegante-cómico de Alqui lo he pasado fenomenal... ah qué chicos estos !!

                          Saludos.

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                          • Re: Taller del Alquimista...

                            Si Tuviera que Describirte.

                            Un día soñé mi muerte. Soñé una muerte real, tal cual. Así de amarga y desesperante como la necesidad de aceptar en un segundo, el peso de lo inevitable. Soñé que moría, soñé que morí en un proceso doloroso y fulminante. Y soñé que ya sin cuerpo avanzaba en el espacio sin arriba, sin abajo, sin atrás, sin adelante. Ya sin cuerpo, sin cabeza y sin mi nariz y mis orejas. Sin mi deformación en el dedo índice de mi mano izquierda que me sirve como referencia cuando se me olvida cual es mi derecha y cual es mi izquierda.

                            Sin puntos de referencia caí o me elevé o me fui de lado o no se si avancé o me quedé en ese mismo espacio por una eternidad. Ya sin cerebro físico, pensé. Y no se cómo pero sucedía. Pensé -decía- que me movía en alguna dirección y cuando recorrí el trayecto que no se si llamar "camino" o lo que sea que haya sido, llegué.

                            Y llegué a una gran cámara que estaba en medio de ningún lado y que al mismo tiempo era ningún lado o todos los lados (no sé) y ahí una se apareció un "alguien" que estaba a cargo. En mi sueño lo recuerdo como una gran silueta que sin poder verlo tal cual, se me imaginaba como una persona alta, delgada, de aspecto recio con cara alargada, frente breve y mentón arquetípico (que cada quién escoja su arquetipo). Era una silueta -insisto- pero en mi imaginación vestía un traje oscuro de corte clásico con saco largo de dos botones, sin corbata y en lugar de camisa, una camiseta negra pegada al cuerpo. Ya dije que era una silueta y no se veía así. Yo imaginé lo que habitaba en la silueta.

                            Pero no imaginé su voz. Esa salió firme, ronca, profunda, negociadora y conmovedora. No era exigente pero en mi interior me urgía a responder lo que me preguntaba y a poner atención a lo que me decía.

                            Me dio la bienvenida cortante pero cortésmente. Me habló por mi nombre aunque en ese lugar los nombres no servían ya. Me dijo que El Consejo había evaluado mi desempeño y había sido satisfactorio. Sin medallas, sin reproches, sin diplomas, sin recepciones chabacanas. Solo eso. Que mi desempeño había sido satisfactorio. Y añadió que dados los resultados de la evaluación y al hecho de que permanecería allí por tiempo indefinido sin más compañía que mis propios pensamientos, El Consejo me había otorgado el beneficio de un compañero imaginario. Que si bien era imaginario, una vez obsequiado tendría voluntad e inteligencia propias y que se me otorgaría según mis propias instrucciones. Así que lo describiera como yo quisiera y así sería "manufacturado". Precisó que tenía yo todo el tiempo del mundo para describir a mi compañero y que no habría más limitaciones que mis propias instrucciones.

                            ¿Un compañero para quién sabe cuanto tiempo?. No lo dije, pero lo pensé. Tiene que ser superior, superlativo. Tuve muchos pensamientos al respecto. Pensé en una figura mitológica, tal vez un dragón. Un dragón perro, peludo, pachón, sabio, leal, enorme. Que me hiciera sentir confortado y protegido. Que me abrigara en el frio y que me soplara cuando hiciera calor. Que me llevara grandes distancias volando sobre su lomo para ir a ningunos lugares remotos de ese espacio sin esquinas. Y que fuera muy chistoso e inteligente para que me pudiera contar historias interminables y me hiciera reír en esa soledad eterna.

                            Pensé en una tortuga milenaria del tamaño de un mundo entero, que como buena tortuga supiera nadar y esperar sin desasosiego. Y que también fuera inteligente y bondadosamente bromista.

                            Pensé en instruir al emisario de El Consejo, para que me manufacturara un ente parecido a alguno de mis hermanos. Pero a la vuelta de las horas -que ahí no existían- siempre terminé pensando en algo más.

                            Y me decidí por ti. Finalmente decidí que si quería estar por "siempre" en este lugar con "alguien" era contigo. Y ya felizmente decidido, le dije a la silueta de traje imaginado que ya había hecho mi elección. Fui festivo, fui feliz en mi decisión y ahí comenzó el problema.

                            Le dije tu nombre al "Emisario" y me dijo: -¿Quién?. Le contesté que tu y me explicó: No me has entendido nada. No puedo traer a nadie aquí. Tu estás aquí porque ya te moriste y no puedo matar a nadie para traértelo y aunque ese alguien también estuviera muerto, tampoco te lo podría traer si ese alguien también quisiera estar aquí contigo. Y no estoy diciendo que eso se pueda. Estos diciendo que aún y si así fuere, las cosas no funcionan así. Lo que te dije fue que me describieras a un compañero y así sería hecho, no que te traería a alguien o algo que ya exista de donde tu vienes.

                            ¡Megarecontragueeeeevos! Eso no me lo esperaba, así que ya repuesto del sobresalto de la negativa y entendida la idea, me puse a repasa en la imaginación lo que iba a pedir y cómo. -Ahhhh chinga.... Vas a ver cabrón Emisario. Si a mi si algo se me da es describir cosas. Y así, empecé a describirte...
                            NADA DE LO HUMANO ME ES AJENO, SOLO ME HAGO MEDIO PENDEJO EN VECES PA DESPISTAR A LOS OJETES

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                            • Re: Taller del Alquimista...

                              Si Tuviera que Describirte (continuación)

                              La verdad es que no sabía se ser como Aristóteles describiendo exhaustivamente todos los componentes de un todo o como Linneo, categorizando y tratando de englobar varias cualidades un sólo concepto.

                              En realidad estaba un poco confundido. No sabía si recurrir a la ciencia o al arte. La ciencia abstrae y simplifica. El arte exacerba, magnifica. Ya había visto que con la silueta no se podía negociar mucho, así que pensé que si abstraía y simplificaba iba a terminar con un compañero muy escueto. Y si me ponía a magnificar, a desmesurar (que era lo que yo quería. Que en realidad es lo que todos ensayamos cuando ideamos algo para poseer) podría acabar acompañado de alguna cosa/persona entre Lyn Mei y el Mago de Oz.
                              NADA DE LO HUMANO ME ES AJENO, SOLO ME HAGO MEDIO PENDEJO EN VECES PA DESPISTAR A LOS OJETES

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                              • Re: Taller del Alquimista...

                                Como te describo? ¿Eres doxa o episteme?
                                ¿Sólo eres pauta de percepción, empirismo ingenuo?
                                ¿Cómo te habría descrito Descartes, cómo Kant, cómo Hegel?
                                ¿Qué habría dicho de ti Alfred Schütz, Sartré o Merleau Ponty?
                                ¿Cuál es tu andamio conceptual?
                                ¿Es el largo de tus huesos? ¿Es el color de tu mirada? Ese color indefinible entre lo negro, el caramelo y la miel
                                NADA DE LO HUMANO ME ES AJENO, SOLO ME HAGO MEDIO PENDEJO EN VECES PA DESPISTAR A LOS OJETES

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