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Taller del Alquimista...

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  • Re: Taller del Alquimista...

    Originalmente publicado por *Elisa Ver post
    El tema sigue siendo algo en lo que se relate una historia? A ver qué pongo yo en la semana, que también me encanta escribir.

    Saludos!
    Hola.... Lo que sea es bueno. Una anecdota, un poema, una pequeña historia.

    Y el tema se ve restringido pero se ve bien abierto. Puede ser el relato de la manufactura de unas gordas de chicharrón o la triste calavera de una prostituta con exceso de jamón. Una pesadilla provocada por una arepa u lo que sea. Yo tengo una idea, pero no quiero prejuiciar a naiden...

    Saludos.
    NADA DE LO HUMANO ME ES AJENO, SOLO ME HAGO MEDIO PENDEJO EN VECES PA DESPISTAR A LOS OJETES

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    • Re: Taller del Alquimista...

      Comenzó a llover tan pronto las chinas oaxaqueñas hicieron su aparición en el estrado. ¡Qué remedio! la fecundidad llama a la fecundidad y la lluvia cayó pesada y en silencio. Los músicos apenas tuvieron tiempo de cubrir sus partituras y correr para resguardarse del torrente. Media hora continua sin viento, sin relámpagos y sin música. Media hora del reino de los olores. Tierra mojada y emanaciones vegetales inundándolo todo. La misión franciscana de Jalpan celebraba la festividad en honor de Santiago Apóstol con diversos actos. El grupo "La forja", cuyas alabastrinas bailaoras incitaron el insomnio de muchos de los presentes con sus movimientos, tuvo mejor suerte ya que la lluvia los respetó del todo. Noche serrana.

      2004.

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      • Re: Taller del Alquimista...

        Voy también.

        La vida había sido muy cruel con aquel hombre, pequeño, delgado, insignificante pero con gran amor por la vida.
        Esa noche era su prueba de fuego, le habían citado en aquella enorme casa, obscura y tétrica; parecía salida de un cuento vampirezco o también se había contagiado de la paranoia de los vecinos.
        Allí se escuchan voces, gruñidos incluso alaridos como de almas en pena... Se dice que por las noches se ve vagar a no-muertos, zombies, cuyas almas se han ido pero sus cuerpos continuan en este mundo respondiendo a su amo.Y ese, el misterioso señor Dubois era quien le había pedido que lo visitara aquella noche.
        Claro que había cierto miedo, un temor que le corroía la piel y hasta le producía cierto sarpullido que provocaba se aflojar la corbata sobre el cuello... Una especie de ahogo sentía al recordar todas esas experiencias.
        Detuvo su auto frente a aquella casa, se apeo del mismo, respiro profundo y se dirigió a la puerta.
        Golpeó aquella aldaba de bronce y fue el mismo Monsieur Dubois quien le abrió.
        - Monsieur Godinez, es un placer verle por aquí. Sígame por favor, la cocina está al fondo de la casa.
        - Gracias.
        Dije y me dirigí a la cocina... Ah no les había dicho soy chef y mi especialidad son las gorditas de nata y Monsieur Dobois y sus hijos son adictos a ellas. Ya lo tenían cansado con tanto reclamo, que trae a monsieur Godinez, que si queremos gorditas, que si no nos haces caso haremos berrinche y no comeremos hasta que venga...
        Y bueno aquí estoy sacrificando mi tiempo por complacer a mis fanáticos... au revoir...
        Te extrañaría aunque no nos hubiéramos conocido...

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        • Re: Taller del Alquimista...

          Hola Alqui! Pues en lo que me pongo las pilas para algún poema (que es lo que me gusta escribir -pero ando "seca" con los temas desde hace meses), les escribo una anécdota graciosa:

          Verán:

          Dejo pasar un tiempo razonable entre que las niñas salen de casa y llegan al colegio. Si estoy muy cansada, duermo otra media hora, de lo contrario me alisto desde esa hora para ir a hacer ejercicio o cualquier pendiente. A veces voy al gimnasio pero también me gusta salir a un parque cercano. Para esto último, prefiero hacer tiempo en lo que clarea lo suficiente. En una de tantas ocasiones, estaba viendo la TV pero como no me gusta picarme con alguna película ni con las noticias, mejor puse los canales de "compras por TV". Casi nunca creo todo lo que anuncian, pero una vez compré un juego de cuchillos que han resultado ser una maravilla y la semana antepasada pedí un cinturón de pilas, que ayudan a ejercitar abdomen y espalda con pulsaciones eléctricas y que se usa con un gel conductor.

          La verdad es que olvidé mencionarle a mi esposo que lo había comprado, aparte de que no se me hubiera ocurrido que lo entregarían justamente durante un fin de semana en que fui sola a visitar a mi hermano fuera de la ciudad. Mi esposo se quedó con mis hijas.

          El paquete llegó con una factura que decía que ya había sido pagado con la tarjeta de crédito, pero la descripción estaba mal traducida del Inglés al Español.

          El sábado temprano, la siguiente conversación telefónica entre él y yo:

          Esposo:
          Hola, qué tal todo?

          Elisa:
          Bien, bien, muy divertidos. Qué tal ustedes? Bla bla bla

          Esposo:
          Oye, puesss te lleguó un paquete muy raro...

          Elisa:
          Ein? Por qué raro, o qué?

          Esposo:
          Dice que es un aparato que vibra (?!), con 8 niveles de potencia y que puede usarse en la parte delantera y trasera.

          Elisa:
          Qué, qué? Aha...

          Esposo:
          Dice que incluye las pilas y un gel de 250 ml. con olor a cereza!

          Elisa:
          jajajaja (recordando lo que era y dándome cuenta de lo que él está pensando)

          Esposo:
          Qué pediste esta vez, mujer!

          Elisa:
          jajajaja pues, es que, esteee, mira, déjame te explico, lo que pasa es que la verdad lo necesito (creándole aún más intriga)

          Esposo:
          Qué es?

          Elisa:
          jajajaja (no podía ni hablar, me moría de risa y sólo le pregunté: "Amor, dime algo. Te gusta el gel de cereza? O preferirías otro sabor?")

          Después cuando por fin pude reponerme, le conté todo tal cual y los dos nos moríamos de risa, junto con mi hermano a quien también le iba explicando el asunto conforme sucedía.

          Hombres malpensados! Juro que lo cuento y me muero de risa otra vez.

          Un abrazo!
          "Prefiero tenerte en un frasco de recuerdo almibarado, a luchar todos los días con tu radiografía" - Alqui

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          • Re: Taller del Alquimista...

            Ehhhh... Requetebien... Voy a cambiar el premio de los sartenes por una máquina de esas con tanta potencia y geles de colores, aromas y sabores. A lo mejor hasta repites Elisa. Pero el premio para los caballeros tiene que estar mejorcito tons... ¿no? ¿Que será? La spetial edition de Farrah Fawcett de Playboy???? Sigue siendo desproporcionado. Pueke un Millenium Falcon con todo y moñequitos....
            NADA DE LO HUMANO ME ES AJENO, SOLO ME HAGO MEDIO PENDEJO EN VECES PA DESPISTAR A LOS OJETES

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            • Gulp!

              Porque la vida no es la que hemos vivido,
              sino la que recordamos;
              y cómo la recordamos.

              Gabriel García Márquez

              Y porque la vida es como el cristal, con dos caras;
              de un lado la diáfana cara de la cordura y la realidad
              y del otro el paño natural de la ficción y la fantasía misma inherentes.

              Sidartha de Azcapo (9:237.1)


              MIRADAS QUE MATAN

              Nos encontramos dentro de la estación del metro Aeropuerto como habíamos convenido previamente, me saludó con un somnoliente “hola” apenas levantando la mirada y yo traté de contener hasta donde pude la emoción de volver a verla después de algunos meses desde nuestra última discusión. Mientras caminábamos por la calle, rumbo al VIPS, platicamos de cualquier cosa sin importancia, quizá queriendo aparentar ambos que las cosas eran más o menos como antes y que esa cita para comer era en verdad una reintento sincero para recuperar, aunque fuera eso, un poco de la camaradería y buenos ratos de un reciente pasado. “¿Cómo has estado?, ¿qué tal el trabajo?, ¿y tus papás?” y cosas por el estilo. Los autos pasaban raudos como es costumbre casi por toda la ciudad y el ruido de un avión me obligó en cierto momento casi gritar para que me escuchara. Al cruzar Av. Zaragoza note algo, caminamos apurando el paso para ganarle la carrera a los autos y vi de reojo que ella llevó dos veces su mano derecha a su bolso, como protegiéndolo, aprisionándolo. No me pregunten cómo era el bolso, no lo sé, no lo recuerdo y de hecho no recuerdo cómo era ese o cualquier otro que haya usado en aquellos años; recuerdo muchas otras cosas, creo que hasta con un poco de esfuerzo podría recordar el número exacto de pestañas que una vez le conté en cada ojo mientras dormía placida a mi lado, pero no, de sus bolsos nada.

              Ya en el restaurante pedimos la orden a la diligente y amable mesera de superficial y plástica sonrisa. ¿Qué pedí? Tampoco lo recuerdo bien, pero de seguro la sopa azteca que me gusta de ese lugar y arrachera o pechuga de pollo a la plancha. Comimos, casi en silencio, no atinando a decir nada casi. Como era mi costumbre yo seguía atento la expresión de sus ojos que esa vez eran más oscuros que otras veces, nublados, sin esa peculiar expresión que ocultaba cosas y a la vez invitaba a descubrirlas. Pude advertir, no obstante que de vez en cuando y de reojo volteaba a ver su bolso y en ese instante intuí que la mirada inexpresiva era porque en realidad su atención se escondía en el bolso mismo.

              No podía yo adivinar nada en ese momento (y adivinar era mi oficio natural con ella), pero algo de ese frío momento no me gustaba. Para distender un poco el momento saqué de la bolsa el par de chocolates que le había llevado; ella los cogió con desgano y apenas esbozo un fastidioso hola. ¿Qué, qué era lo que tanto me incomodaba en ese momento? Mis pensamientos iban de un lugar a otro, de plano en plano, tratando de hallar un hilo, un momento, un símbolo, una palabra, algo con que descifrar lo indescifrable de esa tarde en el restaurante. Ni el café, ni las sonrisas a huevo de la mesera, ni los claxonazos de los autos me daban pistas. Por su parte su mirada se escurría entre muchas cosas. No era extraño, pero si poco habitual. Esa mirada que me exprimió como trapo viejo tantas veces se perdía ahora en una ausencia extraña y más lacónica que nunca, y yo no tenía ni pista del porqué. Se hizo entonces un silencio largo, incómodo, espeso, pesado. No me había percatado, pero en ese momento el restaurante estaba casi vacío y fue ahí, en esos momentos, hasta esos momentos que pude darme cuenta de lo que ocultaba. Subió el bolso del asiento y lo puso sobre la mesa; con una pasmosidad increíble la abrió y sacó de ella un revólver… “Es de Enrique” me dijo mientras acariciaba su fría superficie y volteó a mirarme con ojos de lince y puma, de lechuza, de loba, de no sé qué extraña fiera en ese instante. Diablos, por fuera era yo de una pieza y por dentro los pensamientos se aceleraron 100 veces. ¿Qué piensa ésta loca, por qué carga ella esa arma, para qué la quiere, y yo que tengo que ver, qué le pasa, qué piensa, o es qué no piensa, por qué la saca, estará cargada? Todo ello circundaba mi cerebro cuando, sin separar el arma de la mesa, puso un dedo dentro de cuerpo donde se aloja el gatillo y suavemente la giró apuntando el cañón hacia mí. No sé, pero en ese momento, como nunca, pude ver no solo ese brillo extraño en sus ojos, sino sentir también el pesor de la mirada sobre mí. Extraña sensación de sentirse fulminado si bien no por la inherente peligrosidad de un arma y sí por la mirada de quien la traía escondida en el bolso, en ese bolso del cual no puedo recordar tampoco absolutamente nada.

              Todo aquello no duró ni un minuto, pero cuando lo recuerdo me parecen horas, por el arma misma, la mirada de ella hacia aquella vez y toda las implicaciones emocionales de aquellos días. Ahora lo cuento y solo sonrío. Ojalá ella pudiera enriquecerlo. Tal vez algún día.


              Cd. de México, D.F., 20 de Octubre de 2009.
              ♫ Yo he rodado de acá para allá, fui de todo y sin medida, pero te juro por Dios que nunca llorarás por lo que fue mi viiiiiiiiidaaaaaa ♫

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              • Re: Taller del Alquimista...

                YO, DALIDESCO…..

                He, acabo de, inventar….un…nuevo….
                Berbo:
                Dalidecer.

                ¡Ah! Y quién soy yo que invento Berboz:
                Simplemente un dalidecedor o
                dalicedor, como gústeis.

                Dalidecer: del Sustantivo Divinísimo:
                Dalí
                y del Berbo:
                Padecer: sufrir, agoni-expermientar,
                sufrir en carne propia.

                No hay nada ahora, en este momento,
                Nada suceptible de ser calificado,
                adjetivizado.

                Mi mente, da-li-de-cen-te,
                no lo concibe, no lo tolera, simplemente Dalidece.


                Sábado 28 de Enero de 1989.
                22:19 Horas (México)
                El Día que Murió un Genio del Arte Universal
                ♫ Yo he rodado de acá para allá, fui de todo y sin medida, pero te juro por Dios que nunca llorarás por lo que fue mi viiiiiiiiidaaaaaa ♫

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                • Re: Taller del Alquimista...

                  ¿Medio pacheca? Puro dolor, cero cordura y harta incredulidad, ésta última muy humana. Veinte años y contando, quien lo dijera.
                  ♫ Yo he rodado de acá para allá, fui de todo y sin medida, pero te juro por Dios que nunca llorarás por lo que fue mi viiiiiiiiidaaaaaa ♫

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                  • Re: Taller del Alquimista...

                    Originalmente publicado por El Alquimista Ver post
                    Ehhhh... Requetebien... Voy a cambiar el premio de los sartenes por una máquina de esas con tanta potencia y geles de colores, aromas y sabores. A lo mejor hasta repites Elisa. Pero el premio para los caballeros tiene que estar mejorcito tons... ¿no? ¿Que será? La spetial edition de Farrah Fawcett de Playboy???? Sigue siendo desproporcionado. Pueke un Millenium Falcon con todo y moñequitos....
                    Te gustó? Me alegro mucho! A ver si en las noches de insomnio le encuentro otra vez el gustito a escribir. Tengo muchas cosas de hace años. Algunas valen la pena y otras, como suele suceder, son puras mafufadas! jaja

                    Me encantó leer las anécdotas de los demás.

                    Alqui, y tú? Para cuando una sorpresita? O una buena idea para escribir. Si eso es lo que hace falta: buenas ideas!

                    Un abrazo para todos!
                    "Prefiero tenerte en un frasco de recuerdo almibarado, a luchar todos los días con tu radiografía" - Alqui

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                    • Re: Taller del Alquimista...

                      Originalmente publicado por *Elisa Ver post
                      Te gustó? Me alegro mucho! A ver si en las noches de insomnio le encuentro otra vez el gustito a escribir. Tengo muchas cosas de hace años. Algunas valen la pena y otras, como suele suceder, son puras mafufadas! jaja

                      Me encantó leer las anécdotas de los demás.

                      Alqui, y tú? Para cuando una sorpresita? O una buena idea para escribir. Si eso es lo que hace falta: buenas ideas!

                      Un abrazo para todos!
                      Hola.... Ya ves que en eso de la vida hay eso de las etapas. Hace tiempo tenía mucho tiempo para forear y mucho tiempo para escribir, que creo que es lo mismo. El tiempo se lo hace uno para hacer lo que uno necesita y en esos momentos necesitaba escribir muchas cosas. Fueron como desahogos emocionales. Algunos se perdieron en alguna memoria de alguna computadora, algunos se publicaron... la mayoría se quedaron en idea. Después las circunsancias cambiaron y aunque sigo queriendo terminar muchas cosas que se quedaron inconclusas, por lo menos ahora el tiempo me ahoraca y el dotor me inicó que debía dormir más, así que he dejado un poco.

                      Te dejo algo pa que le eches un ojito.

                      Muchos soles se habían ocultado ya desde que la puerta de aquella casa se cerrara por última vez, sin embargo los fulgores de aquella hermosa tarde extrañamente luminosa, no podían someter a las sombras del recuerdo. La llave sostenida por la temblorosa mano de la venerable anciana, se hizo lugar entre las agujas de la vetusta y fiel chapa marca Lock. Mil veces había entrado y salido esa llave o sus hermanas gemelas en el hoyuelo por otras inviolable. Algunas veces, cuando se atascaba ese trozo de pretendidamente segura herrería, era esmeradamente aceitada por las finas manos del abuelo, para dejarla otra vez suave en su funcionamiento. Una y otra vez se repitió la operación, hasta que un día ya no hubo quien aceitara la cerradura y desde entonces, se atascaba un poco en la segunda vuelta… y eso no era lo único que se atascaba.

                      Un día como ese, pero hacía treinta años, el todavía no abuelo, con los medidos pasos que lo caracterizaban, levantó polvo por la calle que todavía no tenía pavimento para ingresar al pequeño jardín de la colonia en el que se podían ver columpios descoloridos y subibajas soldados en sus mitades por la tierra y la soledad. Entre mechones crecidos de hierbajos se alzaba como siendo parte de ellos, una desvencijadísima resbaladilla que seguramente ansiaba que alguien –el que sea- se resbalara otra vez por sus oxidados lomos. El abuelo no reparó en esta ruina –ya se había acostumbrado hacía tiempo- y prosiguió su siempre ansioso caminar, avanzando por el costado del cementerio de la Delegación.

                      Era más bien un camposanto de pueblo antiguo, aunque no estaba a más de 4 cuadras de dos ejes viales y una parada de metro. Era tan pequeño que es obvio que fue rebasado por la demanda de agujeros y seguro también que no albergaba más de una centena de cuerpos olvidados. Tampoco los ojos del abuelo se detuvieron ahí y siguió avanzando hasta percibir en el corazón de la poderosa metrópoli, el olor dulzón que produce la majada.

                      Saludó con familiaridad al dueño de una veintena de esqueléticas vacas y sin acelerar más los pasos, los dirigió pacífica y decididamente a la tlapalería de Don Juanjo.

                      ... continuará.
                      NADA DE LO HUMANO ME ES AJENO, SOLO ME HAGO MEDIO PENDEJO EN VECES PA DESPISTAR A LOS OJETES

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                      • Re: Taller del Alquimista...

                        Este tema es de los poquitos que leerè completos... pinta bueno. Saludos.
                        A través del tiempo y espacio,apareces cuando ha sido necesario,no importa la exactitud,ni las palabras innecesarias,sólo importa el hecho de ser y estar ahí...frente a frenteKlar

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                        • Re: Taller del Alquimista...

                          Pues súper el cuento (o historia) Tiene suficiente enganche en los primeros párrafos. Eso es más del 50% del éxito (digo yo), aparte me gusta mucho la descripción y los adjetivos que utilizas.

                          Está buenísmo Alquimista! Y luego qué pasó?
                          "Prefiero tenerte en un frasco de recuerdo almibarado, a luchar todos los días con tu radiografía" - Alqui

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                          • Re: Taller del Alquimista...

                            ... sigue.

                            -Don Juanjo- Buenos Días.
                            -Buenos días, mi estimado Celestino. ¿Qué te trae por acá?
                            -Verás. Acabo de cambiar la puerta de madera de la casa por una de herrería y quiero cambiar los viejos aldabones por una buena chapa. Pero la verdad es que no les tengo mucha confianza, aunque ya conoces a mi esposa, dice que es lo mejor. Yo no me convenzo, esas barras de hierro forjado son prácticamente inviolables. Tendrían que arrancar el portón con todo y goznes antes de doblegar esas maravillas.
                            -No se crea Don Celestino. Es cierto que se necesita un ferrocarril para doblar uno de esos, pero la madera no es del todo confiable, con el tiempo se aflojan los herrajes y basta un empujón para que ceda toda la fornitura.
                            -Ahí tengo mis dudas, Don Juanjo, pero el asunto ya fue decidido. No tuve derecho de réplica, mi esposa está con eso de cambiar la puerta desde hace tiempo y no me dejó descansar ni a sol ni sombra con que debíamos renovar la puerta de la casa y... pues ya ve, llevo dos fines de semana en la empresa. La hice con mis propias manos. Corté yo mismo bastidores y los trozos de lámina, para soldarlos uno a uno. Ahora sólo me falta una chapa que no deje pasar ni el aire Don.
                            -Pues tengo lo que usted está buscando Don Celes. ¡Lo mejor de lo mejor! Tengo chapas simples o dobles; tengo chapas de seguridad con doble cerrojo y extensiones para piso y techo; tengo...
                            -Pues una buena pero no muy cara Don Juanjo, es la puerta de mi casa, no una bóveda del Banco Nacional.
                            -Pues aquí está. Una Lock de buena manufactura. Tiene su instructivo y todo lo necesario para su colocación.
                            -No necesito instructivo Don... La llevo.

                            Ya de regreso Don Celestino se estancó unos 10 o 15 metros antes de la casa. Se había detenido por un jugo de manzana, que tanto le gustaba, y reanudó su marcha hasta el parquecillo abandonado, donde tras un hondo suspiro se sentó en el descolorido columpio verde. Su casa, la que tantos años de trabajo le había costado levantar, estaba frente a sus ojos.

                            La colonia no era la mejor. De hecho era una colonia casi marginal en la que no obstante el crecimiento inexorable de la ciudad, todavía podía respirarse olor a majada y el párroco parecía tan rural como la calle sin pavimento que tenía frente a sus ojos.

                            Dos o tres casas habían nacido junto a la suya, más grandes, más modernas, más bonitas, pero aquélla construcción sobria de dos pisos había sido articulada ladrillo a ladrillo por sus propias manos, las que no obstante estar destinadas por décadas al trabajo, no dejaban de parecer de mujer.

                            Le dio el primer sorbo al jugo de manzana y le pareció tan bueno como siempre. No importa que saliera de una lata y hubiera sido procesado. El sabor dulzón, pasteurizado y artificialmente saborizado lo remitían sin que supiera cómo a una ya lejana infancia entre los manzanales de su pueblo. Respiró profundo y clavó la mirada en su palacio de dos pisos.

                            El frontón que había dejado por si se le ocurría echar otro piso en verdad era bizarro. Para sus adentros pensó que su creación respondía más a criterios de funcionalidad que de estética y se perdonó. Ese color verde agua era contundentemente demoralizador. El verde oliva que él había escogido se hubiera visto a tal grado sublime que nadie habría reparado en el insaboro frontón, pero el verde con el que finalmente fue bañada la casa era más barato. ¿Por qué más barato?, se preguntaba. ¿Por qué tan brutalmente más barato?. Y pensando en el precio, se volvió a perdonar. Pero la puerta era realmente espeluznante. No había comparación con el portón de madera que hacía recordar de algún modo la puerta de una antigua hacienda. Eso si le costaba trabajo perdonarse. Empujó un sorbo prolongado del brebaje artificiosamente convertido en jugo de manzana.

                            Tal vez eso era lo que lo tenía angustiado. El portón de madera al igual que el néctar saborizado lo conducían a su infancia perdida, a su mundo rural olvidado. Y ahora él mismo con sus propias manos había desarmado bajo las órdenes de su esposa, ese rincón melancólico de imágenes truncas y editadas. Pasarían casi dos meses antes de que le volviera hablar sin dejos de rencor a la todavía no abuela.

                            Antes de apurar el último sorbo del Jumex de manzana se estacionó en la entelequia previa a comenzar la operación de colocar la prodigiosa chapa Lock.
                            NADA DE LO HUMANO ME ES AJENO, SOLO ME HAGO MEDIO PENDEJO EN VECES PA DESPISTAR A LOS OJETES

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                            • Re: Taller del Alquimista...

                              1.- Rompe el círculo.

                              Fiat lux.

                              En el principio ya existía el verbo habitando los hermosos desiertos de tu corazón.

                              2.- Ritmo del ciclo.

                              Arriba y abajo, positivo y negativo, blanco y negro. Jamás la paz será la ausencia de violencia.

                              Hoy volaremos, te enseñaré un secreto, mira a lo lejos, ¿qué ves? ¿qué dice tu corazón? ¿y tu piel?; ¿no los puedes escuchar?.

                              Hay un tiempo para acunar la guerra y hay un tiempo para matar la paz
                              Hay un tiempo para prohijar el odio y hay un tiempo para malcriar el amor
                              Hay un tiempo para ensalzar la avaricia y hay un tiempo para vituperar la generosidad

                              La protuberante barbilla del enano pronto quedó cercada en el contorno de los dientes...

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                              • Re: Taller del Alquimista...

                                Hay un tiempo para prohijar el odio y hay un tiempo para malcriar el amor !!!..Bella frase.


                                La última frase , la referente a la barbilla del enano.. mi no comprender ?

                                Qé significa ?
                                Saludos Cubo.

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