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Terapia al Capitán

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    Terapia al Capitán

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    Manuel J. Jáuregui

    (8 agosto 2012).- Faltan algo así como tres meses y tres semanas para que Enrique Peña Nieto, y su equipo, comience a despachar como Presidente.

    Durante este tiempo -que se nos hará eterno- el cantante (bastante desentonado, por cierto) Felipe Calderón sigue con las manos en el timón de nuestro Barco de Estado. Por ello preocupan las exhibiciones que está dando (como la de este lunes en Querétaro) de un estado anímico algo desequilibrado.

    No somos psiquiatras, pero no se requiere serlo para detectar que el Presidente da señas de una depresión que lo lleva a exhibir síntomas de padecer la etapa de la "negación", la cual usualmente precede la de "rebeldía" dentro del ciclo mental humano del enfrentamiento ante una realidad inaceptable.

    La última muestra de este padecimiento que nos debe preocupar, la mostró el lunes ante los nuevos legisladores albiazules. Frente a quienes culpó de la derrota electoral del PAN a Doña Pepina y su lema de campaña ("diferente", diciendo que perdió dos meses tratando de explicarlo, lo cual es mentira), aseguró que en lugar de eso debió apostarle a la "continuidad" y en general fue magnánimo consigo mismo a la hora de repartir culpas por la estrepitosa derrota electoral que sufrió el PAN. Derrota que más allá de la pérdida del poder, amenaza con desmoronar al partido, pues quedó convertido ahora en remedo y comparsa.

    Un hombre como Calderón, que arrastra un estado mental de perturbación, resentimiento, que busca culpables en todos lados menos en su persona y que al mismo tiempo tiene en sus manos el poder que tiene un Presidente de México, es uno que potencialmente puede hacerse, y hacerle al País, mucho daño.

    El gran defecto de Calderón es que nunca quiso escuchar, se rodeó de puros lambizcochos, no aceptaba la crítica, se le pasó el tueste de grillo, le dio más valía a la apariencia que a la sustancia y se sentía el consentido de los dioses del Olimpo: en suma, infalible.

    Naturalmente, este tipo de hombres simplemente no pueden aceptar la adversidad: su personalidad les impide reconocer sus errores y son tan orgullosos que literalmente reconocer fallas o pedir perdón los mata.

    Muy convenientemente olvida Calderón que fue ÉL MISMO el que le puso todas las piedritas en el camino a la candidata Vázquez Mota. Nunca le cedió el control del partido, le impuso candidatos y estrategias, se entrometió en el proceso, se demoró demasiado en lanzarla y menospreció (todavía lo hace) el efecto que la VIOLENCIA que sacude a nuestro País le ha generado al ánimo nacional.

    ¿Continuidad a más violencia, a más muertos, a más violaciones a los derechos humanos, a más pifias de la PGR, a más secuestros, ataques, asaltos, extorsiones e impunidad? No fue su intención (la de Calderón) crear esta realidad en México mas fue su INCOMPETENCIA y la de su equipo olímpico de ineptos lo que creó las condiciones que nos afectan a todos y que ha causado tanto deterioro a la vida nacional.

    Le aplauden la "valentía" de su lucha contra el narco: ¿y la inteligencia, sapiencia y prudencia que deben acompañarla dónde quedó? Verdaderamente valientes son los ciudadanos comunes que SIN GUARURAS, sin vehículos blindados, salen a cumplir todos los días con su trabajo a sabiendas que el sólo transitar por las calles de muchas de nuestras grandes ciudades los expone a la violencia.

    Está viendo ya muy de cerca Calderón el fin de su carrera, y es evidente que le aterra lo que viene: el exilio en alguna universidad a la que algún amigo empresario le anda tramitando profesorado. No está preparado (como otros megalómanos que hemos conocido) para dejar el poder, para dejar de ser: funden su persona y el puesto en UN SOLO ente; el puesto les da su autoestima y sin él se sienten menos que cero. Es por ello que se AFERRAN como un náufrago al salvavidas.

    Lo que el Presidente Calderón requiere en calidad de urgente es una TERAPIA intensiva psicológica, una que le permita ACEPTAR su nueva realidad, acoplarse a ella, para así evitarle al País posibles tropiezos y desaguisados durante esta etapa de melancolía y depresión que está viviendo.

    México no tiene la culpa de que ande "chipil": ¡bastante ha padecido ya sus malos humores!
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    Rafael Norma
    Forista Turquesa
    Last edited by Rafael Norma; 08-agosto-2012, 18:42.
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