Había pensado colocar este tema dentro de la sección de las evaluaciones de películas, pero dada la preponderancia e importancia que tiene el tema con la vida ( más bien la muerte) Nacional, he decidido colocarla aquí. Espero que compartan mi apreciación.
Saludos.
Saludos.
El Infierno
por Regísima
“El Cochiloco” y “El Benny” (de izq. a der.), El Infierno (Luis Estrada, 2010).
El Director de cine Luis Estrada cierra con El Infierno, sátira realista de ácido humor negro, la trilogía de sus retratos de México (La ley de Herodes, 1999; Un mundo maravilloso, 2006), siendo -a pesar de importantes fallas en la estructura narrativa- la mejor propuesta cinematográfica en el marco de festejos por el Bicentenario (fueron pocas, y todas malas).
Benjamín García, “El Benny” (Damián Alcázar), bracero deportado de los Estados Unidos, llega a encontrarse con un paisaje escalofriante luego de veinte años de ausencia: su pueblo, San Miguel Narcángel, sumido en la más cruda crisis económica, dominado de manera total por la violencia e inseguridad a causa del crimen organizado.
"El Benny" se ve orillado a aceptar la invitación de entrar al negocio del narcotráfico que le hiciera "El Cochiloco" (genial Joaquín Cosío), jefe operativo del Cártel de Don José Reyes (Ernesto Gómez Cruz) -y amigo de la infancia.
De estructura débil y narración inconexa, el Guión no termina de cuajar: un pueblo casi desierto que les significa una preciadísima plaza a los cárteles (únicos dos cárteles -y liderados por hermanos gemelos)... “El Benny" orillado a incursionar en el mundo del narco para sacar de la cárcel a un sobrino que acaba de conocer (cuando en veinte años no buscó interacción alguna con su familia), la sobreexposición de la colusión entre Estado-narco-Iglesia y el nulo enfoque –ni de manera superficial- a la relación narco-prensa, siendo México uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.
Sin embargo, cumple como comedia negra: ríes la mayor parte del tiempo.
Aunque metido con calzador, me pareció acertado el homenaje a Mario Almada como pionero del cine del género con el cabrito western.
El "Gordo" Mata, “El Cochiloco”, lo mejor de la cinta. Se aprecia el trabajo en el perfil integral del personaje: diálogos coherentes y verosímiles. Surge la duda entonces sobre si acaso fue el mismo actor quien se encargó de cuidarlo, pues el reparto, aunque atinado (se trata de algunos de los mejores actores que tiene el país), no está encauzado por el Director.
Asegura Estrada en entrevista que su documentación fue en base a una investigación hemerográfica... Es evidente:
Seleccionó las notas más gráficamente grotescas para representarlas. Cada uno de los datos encontrados: la cinta canela, las cabezas, los encobijados, los narcomensajes, los dedos, los entambados... como en fila para ser presentados, olvidando la base argumental.
Absorto en ilustrar las formas, descuidó el fondo: el ritmo en la Edición se alarga de manera innecesaria (145 minutos), hay momentos muertos que debieron ser editados para agilizar los tiempos. La parte visual sólo cumple, es decir, la Fotografía sólo está bien realizada, pero se desperdicia su facultad: no se utiliza como herramienta para significar.
Señala también que se pretendió dejar mensajes:
1. "Quien se mete en esto, acaba mal"... (Necesitábamos entenderlo).
2. "Hay que hacer algo ya". De manera paradójica, espera que el espectador advierta la propuesta como "esperanzadora".
3. "Nada qué celebrar".
Esto último como sugiriendo que ese "lugar 'imaginario” que se parece mucho a México" es el único espejo de [/i] México. Ésa es sólo la parte que le interesaba mostrar.
Reconocer ese Infierno, y reír -además-, es algo que por supuesto hay que celebrar.
Tráiler
http://www.youtube.com/watch?v=n4jQn...layer_embedded
por Regísima
“El Cochiloco” y “El Benny” (de izq. a der.), El Infierno (Luis Estrada, 2010).
El Director de cine Luis Estrada cierra con El Infierno, sátira realista de ácido humor negro, la trilogía de sus retratos de México (La ley de Herodes, 1999; Un mundo maravilloso, 2006), siendo -a pesar de importantes fallas en la estructura narrativa- la mejor propuesta cinematográfica en el marco de festejos por el Bicentenario (fueron pocas, y todas malas).
Benjamín García, “El Benny” (Damián Alcázar), bracero deportado de los Estados Unidos, llega a encontrarse con un paisaje escalofriante luego de veinte años de ausencia: su pueblo, San Miguel Narcángel, sumido en la más cruda crisis económica, dominado de manera total por la violencia e inseguridad a causa del crimen organizado.
"El Benny" se ve orillado a aceptar la invitación de entrar al negocio del narcotráfico que le hiciera "El Cochiloco" (genial Joaquín Cosío), jefe operativo del Cártel de Don José Reyes (Ernesto Gómez Cruz) -y amigo de la infancia.
De estructura débil y narración inconexa, el Guión no termina de cuajar: un pueblo casi desierto que les significa una preciadísima plaza a los cárteles (únicos dos cárteles -y liderados por hermanos gemelos)... “El Benny" orillado a incursionar en el mundo del narco para sacar de la cárcel a un sobrino que acaba de conocer (cuando en veinte años no buscó interacción alguna con su familia), la sobreexposición de la colusión entre Estado-narco-Iglesia y el nulo enfoque –ni de manera superficial- a la relación narco-prensa, siendo México uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.
Sin embargo, cumple como comedia negra: ríes la mayor parte del tiempo.
Aunque metido con calzador, me pareció acertado el homenaje a Mario Almada como pionero del cine del género con el cabrito western.
El "Gordo" Mata, “El Cochiloco”, lo mejor de la cinta. Se aprecia el trabajo en el perfil integral del personaje: diálogos coherentes y verosímiles. Surge la duda entonces sobre si acaso fue el mismo actor quien se encargó de cuidarlo, pues el reparto, aunque atinado (se trata de algunos de los mejores actores que tiene el país), no está encauzado por el Director.
Asegura Estrada en entrevista que su documentación fue en base a una investigación hemerográfica... Es evidente:
Seleccionó las notas más gráficamente grotescas para representarlas. Cada uno de los datos encontrados: la cinta canela, las cabezas, los encobijados, los narcomensajes, los dedos, los entambados... como en fila para ser presentados, olvidando la base argumental.
Absorto en ilustrar las formas, descuidó el fondo: el ritmo en la Edición se alarga de manera innecesaria (145 minutos), hay momentos muertos que debieron ser editados para agilizar los tiempos. La parte visual sólo cumple, es decir, la Fotografía sólo está bien realizada, pero se desperdicia su facultad: no se utiliza como herramienta para significar.
Señala también que se pretendió dejar mensajes:
1. "Quien se mete en esto, acaba mal"... (Necesitábamos entenderlo).
2. "Hay que hacer algo ya". De manera paradójica, espera que el espectador advierta la propuesta como "esperanzadora".
3. "Nada qué celebrar".
Esto último como sugiriendo que ese "lugar 'imaginario” que se parece mucho a México" es el único espejo de [/i] México. Ésa es sólo la parte que le interesaba mostrar.
Reconocer ese Infierno, y reír -además-, es algo que por supuesto hay que celebrar.
Tráiler
http://www.youtube.com/watch?v=n4jQn...layer_embedded
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