Pasmo
octubre 2015
Ángel Pujalte Piñeiro
octubre 2015
Ángel Pujalte Piñeiro
En el 2003 me dejó atónito un asambleísta del PRD, cuando le hice ver una incongruencia en una ley del Distrito Federal. Porque en forma disparatada se declaró incompetente para corregir la ley. Su justificación textual fue: “No puedo hacer nada, yo solo soy un legislador”.
En aquel momento achaque esa paradójica impotencia e incapacidad de un legislador para legislar, a que un enano mental se había colado por la puerta que abrió la alternancia. Pero acabo de recibir una respuesta similar del Senador Isidro Pedraza Chávez, que supuse con mayor estatura y dignidad en la labor legislativa, que se supone es un poder autónomo que representa a la sociedad.
Lo molesté al creer que el momento era oportuno, que la situación se había aclarado lo suficiente y las complicaciones habían alcanzado el nivel requerido, para dejarse de tonterías y tomar el toro por los cuernos; ver las cosas como son y en forma seria, madura y racional.
Pero el Senador Isidro Pedraza Chávez, casualmente también del PRD, al hacerle ver que los problemas políticos, económicos y sociales del país en vez de mejorar solos, se van a seguir agravando, mientras no se ataquen y resuelvan los problemas materiales del país, las distorsiones físicas que se han acumulado por derivar físicamente al garete. Por solo ver política y economía.
En vez de argumentos emocionales le expuse hechos palpables y medibles expuestos en los análisis de la evolución y situación física de la Cuenca de México y el país, que constan en el libro ¿A Donde vamos México?, Fe de erratas del desarrollo nacional. Los que dejan claro que una causa principal del estancamiento económico y social es el irracional uso y aprovechamiento que se ha hecho de los recursos naturales y de las posibilidades del territorio.
[b]Descuido por el que se ha rebasado la capacidad de la infraestructura existente y topado con muchas limitaciones materiales. Gracias a que en lo material nos hemos limitado a repetir lo mismo que hicieron los anteriores. Terminamos imitando al primero y único que fue “original”, el gobierno colonial. Razón por la que la planeación física del país sigue siendo la misma que dejaron ellos. Así, de aquella época a la fecha solo nos hemos dedicado a ensanchar la misma infraestructura que dejaron los coloniales
Las evidencias físicas son testigos inocultables y las cifras contundentes. La situación política, económica y social del país no va a mejorar mientras no se reconozca la importancia que tienen los aspectos físicos en la evolución de la sociedad y se corrijan los abandonos y deformaciones que se han acumulado en todo el tiempo que se han relegado los aspectos materiales.
Sin embargo el Senador Isidro Pedraza Chávez no negó la verdad evidente de los hechos, lo serio ni la trascendencia del asunto. Pero al igual que su correligionario se declaró impotente para asumir su compromiso legislativo. Aunque cambió el pretexto para evadir su responsabilidad.
Para él planear es una prerrogativa que es en exclusiva del ejecutivo. Es decir, que el único que puede pensar o racionalizar los recursos es el ejecutivo y los demás poderes son súbditos suyos. Lo que deja ver una mentalidad que hace al legislador que la padece un dócil levanta dedos, que solo sabe aprobar lo que el ejecutivo le pone peladito en la boca.
Creer que el único que puede elaborar iniciativas es el ejecutivo hace sumiso al legislador sin decisión ni carácter y expone una de las causas de las torceduras en el derecho público. El objeto del derecho público es amarrarle las manos y evitar que abusen los servidores públicos. Los que manejan recursos que no son suyos, sino de la sociedad y que la sociedad les confía, no para que hagan su capricho sino para que procuren el bien común.
Esa creencia es una deformación mental que hace al ejecutivo virrey o rey y a los legisladores vasallos. Cuando debe ser totalmente al revés. Ya que el poder legislativo es el que hace las leyes y el ejecutivo el que debe someterse a ellas, obedecerlas.
Lo correcto es que el poder legislativo analice, piense y planee lo procedente que le conviene al país y lo que se debe corregir de la administración pública, para girar sus instrucciones por escrito bajo la forma de leyes y que el poder ejecutivo sea el que debe acatar esos mandatos o ejecutar las instrucciones que el legislativo le gira en forma de leyes.
Lo que no quiere decir que el ejecutivo no piense. Pero una cosa es pensar que hacer y otra muy diferente pensar como hacerlo. Son cosas diferentes que no deben confundirse.
Porque mientras tengamos legisladores con mentalidad de la colonia, que ven al ejecutivo como virrey, rey o emperador, o con un cerebro traumado, acomplejado o tan diminuto, que se sienten súbditos, siervos o vasallos de aquellos a los que deben dirigir y controlar, seguiremos amarrando a los perros con longaniza y el país no saldrá del bache en el que esta atorado y en el que se degrada
https://angelpujaltepineiro.wordpress.com/ , Autor de: La infracultura en la construcción, La anomia, Disección de la Ley de Obras Publicas y Servicios Relacionados con las Mismas, ¿A dónde Vamos, México? ¡Fe de Erratas del Desarrollo Nacional! y en proceso de publicación: El descalabro de la razón, La hermana perversa de la Ingeniería Civil y Recensión metafísica. .