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Sr. calderón: Los impuestos se lso pagamos a los asesinos, para que ya no os maten?

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  • Sr. calderón: Los impuestos se lso pagamos a los asesinos, para que ya no os maten?

    ¿Hacia el abismo, señor Calderón?
    Raúl Cremoux | Opinión 2011-04-15 | Hora de creación: 00:51:02| Ultima modificación: 00:51:02




    Ese imparable clamor que en una breve frase lo dice todo, ha sido rebatido por el Presidente de la República en tono y forma que nos abruma: ¡Ya basta!

    Nos dice el jefe de las instituciones nacionales que la exigencia no la hagamos hacia su gobierno, sino a los criminales. Nos pide que no nos equivoquemos y la exigencia la hagamos con los matones.

    Imaginemos que pudiéramos hacerlo. ¿A quién nos dirigimos? ¿A quienes ya están identificados y presos en los reclusorios y desde ahí dirigen a sus bandas, o a quienes continúan en libertad como El Chapo Guzmán? Quizás a los muchísimos que gozan de protección policiaca como los que se deben conocer en el bajo mundo con sobrenombres a los que ya nos han acostumbrado como: El Sapo, La Marrana, Los Vampiros, La Narigona, El Perverso, La Sacamuelas, El Triturador, Los Dobladores, El Manotas, etcétera.

    ¿Cómo les hacemos llegar nuestro hartazgo y desesperanza? ¿Utilizamos el Facebook o el Twitter, quizás emisiones radiales o el correo postal? Y lo decisivo, ¿nuestro temor de salir a las calles o circular en centros comerciales y mercados, acudir a la escuela o al trabajo, visitar a familiares y amigos en la llamada Semana Santa, quién lo mitiga o desaparece, quién, señor Calderón?

    Lo saben hasta los dictadores en países como Cuba, China o Corea del Norte; lo saben las monarquías y también las democracias: el primer, insustituible, deber de cualquier gobierno, es proporcionar seguridad física a la población al igual que a sus bienes patrimoniales. ¿Esa indeclinable obligación se la debemos pedir también a los criminales, a la Cruz Roja, a las cúpulas de la Iglesia, a los clubes de futbol, a quién?

    La educación, esa rémora nacional que debiera ser nuestro pivote, y es vergüenza en todas las evaluaciones internacionales, ¿a quiénes le pedimos que no sólo la mejoren, sino que la transformen?

    Esa desigualdad que tanto lastima y que el partido Acción Nacional, en coro, dice que se ha disminuido tanto que, el nuestro, es país de clases medias, ¿y eso les autoriza a convertir la sociedad en un ser intoxicado por el componente imaginario de deseos de todo tipo que nos lleva a la insaciable necesidad de consumir a toda costa con consecuencias tan previsibles como nefastas, a quién nos debemos dirigir para paliar y remediar ese mal?

    ¿Quién en este país debiera tener la majestad de trazar una axiología en la que se rechazara la corrupción, la hipocresía, la simulación y orientara el rumbo de la nación? ¿Esto lo pediríamos a la empresa que gobierna los teléfonos del país y se encuentra en disputa con las televisoras comerciales, ignorando que son concesiones de bienes nacionales que el gobierno debiera arbitrar y no ser un simple espectador? ¿O lo debemos solicitar a los verdugos decapitadores?

    ¿Es también a las bandas criminales a las que debemos pedir que lleguemos a la soberanía alimentaria y a mínimos de congruencia con el manejo del petróleo y del gas?

    Los impuestos, ¿se los pagamos a los

    asesinos?

    ¿Por qué los funcionarios federales gozan hoy de satisfactores rebosantes sin cumplir con eficacia las tareas y compromisos que contrajeron de respetar y hacer respetar las leyes; les debemos exigir a los sicarios criminales se las hagan cumplir?

    Nos dijo el señor Genaro García Luna, secretario de la Seguridad Pública nacional que, para atemperar la inseguridad reinante, debemos esperar un mínimo de siete años más de pesadilla. En palabras claras, significa que este gobierno federal nos envía a un futuro de pasmosa incertidumbre. ¿Nuestros hijos, nietos y bisnietos, seguirán sujetos a las angustias del presente? El vacío y la sangre como horizonte. ¿Debemos ver sus palabras como una invitación franca a autoexiliarnos donde podamos?

    Cada día que pasa la evidencia es mayor: los funcionarios encargados de la seguridad, ebrios de incapacidad, se satisfacen con estadísticas, sondeos y encuestas; reportes y opiniones de supuestos expertos. Carecen de pensamiento propio. No saben que Cervantes les concierne; ignoran lo elemental del arte y las ciencias. Nunca han estado cerca de los conocimientos que les permitieran adentrarse en los métodos de concebir y tratar la complejidad de las sociedades que gobiernan. Al estar privados de pensamiento cultivado en su interior, van al remolque de cualquier cosa, de la economía como diría Max Weber. Eso los orilla a ver los problemas con supuestas soluciones, las cuales, invariablemente, consisten en sacrificar a la población.

    Se ve que el señor Calderón está harto de nosotros, al igual que nosotros de una sostenida ineficiencia gubernamental que recorre el país.

    Con un presente inmerecido, sin solucionar los problemas e invariablemente pretextando que nuestros males los debemos al pasado remoto, los mexicanos carecemos de orientación, de esperanza en el futuro y, obligadamente, navegamos sin rumbo.

    ¿Vamos hacia el abismo?



    cremouxra@hotmail.com
    Rafael Norma
    Forista Turquesa
    Last edited by Rafael Norma; 15-abril-2011, 09:38.
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