Pueden hablarle a papi y arruinarte la tarde'
Pueden hablarle @profeco y arruinarte la tarde
Testimonio: Manejos en @profeco
Rolando Herrera
(28 abril 2013).- Inspectores de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) intentaron clausurar un restaurante de la colonia Roma luego de que Andrea Benítez González, hija del titular de esa dependencia, Humberto Benítez Treviño, se enojara porque no le dieron la mesa que quería.
Gabriela López, propietaria del restaurante Maximo Bistrot Local, ubicado en Tonalá 133, informó que la joven acudió el pasado viernes con una amiga alrededor de las 15:00 horas sin tener reservación previa y como el establecimiento estaba lleno le pidieron esperar a que se desocupara una mesa.
"Estábamos llenos y le dijimos que podía esperar a que alguna mesa se desocupara. A la media hora se desocupó una mesa afuera, pero yo tuve que sacar a unos comensales que con anterioridad me habían pedido que en cuanto hubiera mesa afuera los sacáramos porque querían fumar su puro", explicó.
"La señorita se molestó, dijo que a ella ya le tocaba y que ella también quería afuera. Le expliqué que teníamos que seguir el orden y que le podía ofrecer una mesa adentro, y cuando la iba metiendo al restaurante me empezó a amenazar y me dijo que su papá era el Procurador, que le iba hablar y que a ver a quién le creían más si a ella o a nosotros".
La joven no aceptó la mesa interior y se retiró, no si antes volver a presumir su lazo de consanguinidad con Benítez Treviño y asegurar que haría que clausuraran el restaurante.
"Me dijo que nos iba a mandar una revisión de la Profeco porque su papá era el Procurador", indicó López.
Dos horas después del incidente, tres inspectores de la Profeco llegaron al establecimiento para realizar una revisión. Solicitaron información sobre el sistema de reservaciones y pidieron datos sobre la carta y las bebidas que se servían.
"Me querían clausurar el establecimiento con el argumento de que el mezcal sólo puede tener una especie de agave, que es el espadín, y como yo en mi carta tengo mezcales de otro tipo de agaves me dijeron que no puedo estar haciendo eso y que por eso me iban a clausurar", relató la propietaria
"(Además) porque no tengo en la entrada un aviso de cómo se toman las reservaciones y cuál es el tiempo de espera que alguien tiene que aguardar para una mesa".
Al tiempo que los funcionarios realizaban la revisión, Benítez González en su cuenta de Twitter, en la que se identifica como Andy Benítez dio como ubicación la Profeco y se quejó del servicio del restaurante.
"Pésimo servicio, no tienen educación... No volvería nunca", escribió.
En el establecimiento, los inspectores comenzaron a colocar sellos a pesar de que había comensales y al pegar una de las calcomanía un verificador empujó a un comensal, lo que ocasionó que éste se enojara y lo increpara.
Esto, señaló Mauro Ángel Vera Romero, abogado del restaurante, provocó que los demás clientes se indignaran y comenzaran a grabar con sus teléfonos celulares a los inspectores, quienes interrumpieron la colocación de los sellos, tomaron sus cosas, salieron corriendo del inmueble y abordaron su camioneta con la intención de irse.
"Entonces salen los comensales tras ellos, salimos nosotros, sale el personal de los meseros y los alcanzamos en su camioneta. Les dijimos: ¿por qué se van? Los vamos a poner a disposición (de la autoridad) porque esto no es serio", narró el abogado.
Al lugar llegaron policías del Distrito Federal, a quienes el litigante les pidió que detuvieran a los verificadores, pero ellos se encerraron en la camioneta y esperaron a que llegara personal del área jurídica de la Profeco.
"Ya cuando llegaron sus abogados se bajaron de la camioneta muy prepotentes diciendo que ahora sí a ver de a cómo nos tocaba. Sin embargo, la diligencia fue irregular, porque terminó en la calle. Una vez que la iniciaron no tenían que haberla interrumpido, pero se salieron, no terminaron adentro y el acta la levantaron casi cuatro horas después", indicó Vera Romero.
Los tres sellos que colocaron los inspectores, dijo López, se quedarán ahí hasta que subsane la supuestas faltas que reportaron los verificadores: el sistema de reservaciones y que no se venda agave que no sea espadín.
"Todo esto es a raíz de la inconformidad de una niña que no le pude dar la mesa que ella quería, a la hora que ella quería, y pues así es este país, las personas con influencias pueden hablarle a su papi y arruinarte la tarde", lamentó.
ASÍ LO DIJO
"Cuando la iba metiendo al restaurante me empezó a amenazar y me dijo que su papá era el Procurador, que le iba hablar y que a ver a quién le creían más si a ella o a nosotros".
Gabriela López
propietaria del restaurante
Pueden hablarle @profeco y arruinarte la tarde
Testimonio: Manejos en @profeco
Rolando Herrera
(28 abril 2013).- Inspectores de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) intentaron clausurar un restaurante de la colonia Roma luego de que Andrea Benítez González, hija del titular de esa dependencia, Humberto Benítez Treviño, se enojara porque no le dieron la mesa que quería.
Gabriela López, propietaria del restaurante Maximo Bistrot Local, ubicado en Tonalá 133, informó que la joven acudió el pasado viernes con una amiga alrededor de las 15:00 horas sin tener reservación previa y como el establecimiento estaba lleno le pidieron esperar a que se desocupara una mesa.
"Estábamos llenos y le dijimos que podía esperar a que alguna mesa se desocupara. A la media hora se desocupó una mesa afuera, pero yo tuve que sacar a unos comensales que con anterioridad me habían pedido que en cuanto hubiera mesa afuera los sacáramos porque querían fumar su puro", explicó.
"La señorita se molestó, dijo que a ella ya le tocaba y que ella también quería afuera. Le expliqué que teníamos que seguir el orden y que le podía ofrecer una mesa adentro, y cuando la iba metiendo al restaurante me empezó a amenazar y me dijo que su papá era el Procurador, que le iba hablar y que a ver a quién le creían más si a ella o a nosotros".
La joven no aceptó la mesa interior y se retiró, no si antes volver a presumir su lazo de consanguinidad con Benítez Treviño y asegurar que haría que clausuraran el restaurante.
"Me dijo que nos iba a mandar una revisión de la Profeco porque su papá era el Procurador", indicó López.
Dos horas después del incidente, tres inspectores de la Profeco llegaron al establecimiento para realizar una revisión. Solicitaron información sobre el sistema de reservaciones y pidieron datos sobre la carta y las bebidas que se servían.
"Me querían clausurar el establecimiento con el argumento de que el mezcal sólo puede tener una especie de agave, que es el espadín, y como yo en mi carta tengo mezcales de otro tipo de agaves me dijeron que no puedo estar haciendo eso y que por eso me iban a clausurar", relató la propietaria
"(Además) porque no tengo en la entrada un aviso de cómo se toman las reservaciones y cuál es el tiempo de espera que alguien tiene que aguardar para una mesa".
Al tiempo que los funcionarios realizaban la revisión, Benítez González en su cuenta de Twitter, en la que se identifica como Andy Benítez dio como ubicación la Profeco y se quejó del servicio del restaurante.
"Pésimo servicio, no tienen educación... No volvería nunca", escribió.
En el establecimiento, los inspectores comenzaron a colocar sellos a pesar de que había comensales y al pegar una de las calcomanía un verificador empujó a un comensal, lo que ocasionó que éste se enojara y lo increpara.
Esto, señaló Mauro Ángel Vera Romero, abogado del restaurante, provocó que los demás clientes se indignaran y comenzaran a grabar con sus teléfonos celulares a los inspectores, quienes interrumpieron la colocación de los sellos, tomaron sus cosas, salieron corriendo del inmueble y abordaron su camioneta con la intención de irse.
"Entonces salen los comensales tras ellos, salimos nosotros, sale el personal de los meseros y los alcanzamos en su camioneta. Les dijimos: ¿por qué se van? Los vamos a poner a disposición (de la autoridad) porque esto no es serio", narró el abogado.
Al lugar llegaron policías del Distrito Federal, a quienes el litigante les pidió que detuvieran a los verificadores, pero ellos se encerraron en la camioneta y esperaron a que llegara personal del área jurídica de la Profeco.
"Ya cuando llegaron sus abogados se bajaron de la camioneta muy prepotentes diciendo que ahora sí a ver de a cómo nos tocaba. Sin embargo, la diligencia fue irregular, porque terminó en la calle. Una vez que la iniciaron no tenían que haberla interrumpido, pero se salieron, no terminaron adentro y el acta la levantaron casi cuatro horas después", indicó Vera Romero.
Los tres sellos que colocaron los inspectores, dijo López, se quedarán ahí hasta que subsane la supuestas faltas que reportaron los verificadores: el sistema de reservaciones y que no se venda agave que no sea espadín.
"Todo esto es a raíz de la inconformidad de una niña que no le pude dar la mesa que ella quería, a la hora que ella quería, y pues así es este país, las personas con influencias pueden hablarle a su papi y arruinarte la tarde", lamentó.
ASÍ LO DIJO
"Cuando la iba metiendo al restaurante me empezó a amenazar y me dijo que su papá era el Procurador, que le iba hablar y que a ver a quién le creían más si a ella o a nosotros".
Gabriela López
propietaria del restaurante
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