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Primero ¿de dónde viene tanto AK 47? preguntan los periodistas, ¿porqué existen los sicarios? pregunta el sentido común. Una sociedad ordenada, amiga del diálogo y de la negociación, que cuida la vida humana y resuelve sus problemas y conflictos mediante el uso del intelecto tiene como enemigo a alguien que se cague en ese orden y mediante las armas quiera imponer la fuerza, la ley del más fuerte como sustituto de la sociedad racional. También comentan los periodistas que las aduanas mexicanas desde siempre no revisan al turista norteamericano al ingresar al país, y que gran parte de las armas provienen de la frontera norte. El riesgo de la toma no democrática del poder por grupos armados es por lo tanto una posibilidad vigente, el gobierno debe hacer frente a estos problemas en los mismos términos, con violencia armada, pero cárteles y sicarios no desaparecen: hay una similitud, un parentesco entre gobierno y sicarios. La propiedad de las armas y con ello la defensa de la ley del más fuerte y de la violencia armada como una alternativa frente a la actitud racional. Y en esto se salen del terreno racional, que es humano propio de humanos, y caen en la aleatoriedad, que no es de humanos, es de azar.
Entonces si desaparece el crimen organizado es un buen paso hacia el racionalismo, el primer paso, faltaría dar el otro paso para humanizar el sistema. Que desaparezca la otra forma de aleatoriedad, el gobierno, que no es humano, es de azar e implanta como patrón de conducta el procesamiento de la información y de los demás, la ley de la masa y la tortilla, como quien dice el chimole.
Los gobiernos, propietarios de ejércitos y policías comparten con los gángsters la propiedad de las armas y la fe en la creencia de que las armas son para usarse en el sometimiento de los demás, la actitud lobuna. Por lo tanto el combate al crimen organizado no se puede llevar a cabo con mucha fuerza ya que la erradicación del mismo, esto es dar un paso con un pie, debe llevar a la modificación del orden gubernamental aleatorio, dar otro paso con el segundo pie, ya que van en la misma dirección, la erradicación de la fuerza y la violencia como vías. Al combatir al crimen organizado el gobierno debe sentir como que está caminando en la dirección equivocada, en la erradicación de sí mismo, que disuelve manifestaciones con violencia y lleva a cabo guerras con violencia. Es por lo tanto derecho nuestro exigir un control más estricto en las fronteras para prevenir la entrada de armamento al país.
Punto segundo, los sicarios son de gobierno. Si no de gobierno, de azar, del culo, de Cuco, y en eso son tronco común con gobierno...
saludos
Entonces si desaparece el crimen organizado es un buen paso hacia el racionalismo, el primer paso, faltaría dar el otro paso para humanizar el sistema. Que desaparezca la otra forma de aleatoriedad, el gobierno, que no es humano, es de azar e implanta como patrón de conducta el procesamiento de la información y de los demás, la ley de la masa y la tortilla, como quien dice el chimole.
Los gobiernos, propietarios de ejércitos y policías comparten con los gángsters la propiedad de las armas y la fe en la creencia de que las armas son para usarse en el sometimiento de los demás, la actitud lobuna. Por lo tanto el combate al crimen organizado no se puede llevar a cabo con mucha fuerza ya que la erradicación del mismo, esto es dar un paso con un pie, debe llevar a la modificación del orden gubernamental aleatorio, dar otro paso con el segundo pie, ya que van en la misma dirección, la erradicación de la fuerza y la violencia como vías. Al combatir al crimen organizado el gobierno debe sentir como que está caminando en la dirección equivocada, en la erradicación de sí mismo, que disuelve manifestaciones con violencia y lleva a cabo guerras con violencia. Es por lo tanto derecho nuestro exigir un control más estricto en las fronteras para prevenir la entrada de armamento al país.
Punto segundo, los sicarios son de gobierno. Si no de gobierno, de azar, del culo, de Cuco, y en eso son tronco común con gobierno...
saludos