Esta mañana, en Tamazula, Durango, Andrés Manuel López Obrador cumplirá el objetivo que muchos pensamos imposible: celebrar un mitin en cada uno de los 2 mil 38 municipios en donde las autoridades accedieron a sus cargos a través de elecciones.
Lo hizo en 26 meses, sin jet privado, hoteles cinco estrellas ni cocinero personal. Basta revisar el itinerario de los últimos días para tener una idea de lo que ha sido esta campaña de trayectos agotadores: Quiriego y Río Muerto, en Sonora; Urique, Batopilas y Chinipas, en Chihuahua.
El tiempo dirá si el esfuerzo sirvió para ganarle voluntades al tabasqueño, si se traducirá en votos o será en realidad la plataforma de un nuevo partido. Pero en sí, el recorrido es encomiable: un hombre que va pacíficamente municipio por municipio con una obsesión, y que, según consta en las magníficas notas de Heliodoro Cárdenas, repite el discurso con la frescura de quien lo está haciendo por primera vez.
López Obrador cree en la dualidad pueblo bueno-minoría rapaz y no espera a que “su pueblo” venga a pedirle favores a la colonia Roma. Cree que lo menos que puede hacer es ir a visitar a quienes tienen ganas de verlo. Da igual si es en una concurrida “asamblea informativa” o en una reunión con unos pocos en la selva, el desierto, la montaña.
Se puede estar en contra de su retórica y arengas, pero son 2 mil 38 municipios en poco más de dos años. Una hazaña incomparable. Aunque, si es verdad lo que marcan hoy las encuestas, tal vez nadie, jamás, ni él mismo, vuelva a embarcarse en la extenuante empresa de ir a visitar a los desesperados, simplemente para pedirles que confíen.
De cualquier forma, honor a quien honor merece.
gomezleyva@milenio.com
No tiene nada que ver con el honor, lo suyo es una obsesión rayando en la locura.
Su discurso no tiene nada de fresco más bien gastado y añejo... nada nuevo que ofrecer , lo de antaño pero gastado e inútil.
Es de admirar sí, su empeño, su necedad y su obsesión para presentarse en estos mítines,la mayoría de las veces ante pocos oyentes... obseso y empeñado en lo imposible.!!
Ciro ,ahora se habrá querido quitar la espinita de los que recientemente le han llamado chayotero, pero de ser así no le hacía falta... los discursos y mítines de AMLO ya no interesan a nadie, salvo a sus leales y si admirables seguidores que no pierden la esperanza y que junto con él, hacen el más espantoso de los rdículos.
Y de honor repito ,nada ....obsesión.!!!y morirá en ella... o esto que hace o la tumba, es su destino.
Saludos.
Lo hizo en 26 meses, sin jet privado, hoteles cinco estrellas ni cocinero personal. Basta revisar el itinerario de los últimos días para tener una idea de lo que ha sido esta campaña de trayectos agotadores: Quiriego y Río Muerto, en Sonora; Urique, Batopilas y Chinipas, en Chihuahua.
El tiempo dirá si el esfuerzo sirvió para ganarle voluntades al tabasqueño, si se traducirá en votos o será en realidad la plataforma de un nuevo partido. Pero en sí, el recorrido es encomiable: un hombre que va pacíficamente municipio por municipio con una obsesión, y que, según consta en las magníficas notas de Heliodoro Cárdenas, repite el discurso con la frescura de quien lo está haciendo por primera vez.
López Obrador cree en la dualidad pueblo bueno-minoría rapaz y no espera a que “su pueblo” venga a pedirle favores a la colonia Roma. Cree que lo menos que puede hacer es ir a visitar a quienes tienen ganas de verlo. Da igual si es en una concurrida “asamblea informativa” o en una reunión con unos pocos en la selva, el desierto, la montaña.
Se puede estar en contra de su retórica y arengas, pero son 2 mil 38 municipios en poco más de dos años. Una hazaña incomparable. Aunque, si es verdad lo que marcan hoy las encuestas, tal vez nadie, jamás, ni él mismo, vuelva a embarcarse en la extenuante empresa de ir a visitar a los desesperados, simplemente para pedirles que confíen.
De cualquier forma, honor a quien honor merece.
gomezleyva@milenio.com
No tiene nada que ver con el honor, lo suyo es una obsesión rayando en la locura.
Su discurso no tiene nada de fresco más bien gastado y añejo... nada nuevo que ofrecer , lo de antaño pero gastado e inútil.
Es de admirar sí, su empeño, su necedad y su obsesión para presentarse en estos mítines,la mayoría de las veces ante pocos oyentes... obseso y empeñado en lo imposible.!!
Ciro ,ahora se habrá querido quitar la espinita de los que recientemente le han llamado chayotero, pero de ser así no le hacía falta... los discursos y mítines de AMLO ya no interesan a nadie, salvo a sus leales y si admirables seguidores que no pierden la esperanza y que junto con él, hacen el más espantoso de los rdículos.
Y de honor repito ,nada ....obsesión.!!!y morirá en ella... o esto que hace o la tumba, es su destino.
Saludos.
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