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LEAN (Recomendación contraria a la dada por Foximiliano)

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  • LEAN (Recomendación contraria a la dada por Foximiliano)

    Contraria a las recomendaciones del ( afortunadamente) expresidente Fox the Ox

    Periódico Reforma:
    LEAN
    Federico Reyes Heroles / Lean







    Federico Reyes Heroles



    (30 junio 2009).- El próximo domingo puede ser un día memorable. Memorable porque se ratificará cuáles son los nuevos obstáculos de la democracia mexicana. Memorable porque, una vez más, se hará evidente que la sociedad va por delante, que partidos y pseudolíderes van a la zaga. Lastres y potencialidades quedarán desnudos. Podría ser memorable porque se mostrará una fortaleza institucional que está ahí y que no obedece a ninguna sigla. Alrededor de un millón de ciudadanos estarán encargados del proceso, esto también es México. Curules más curules menos, eso pareciera estar ya en un segundo lugar. El fenómeno del hartazgo ha rebasado a los formadores de opinión y se ha convertido en algo más extenso. Las cifras nos dan sorpresas.



    Según las más recientes cifras de Reforma pero también de otras casas como GEA, el movimiento del voto nulo, en blanco o a favor de candidatos independientes, podría haber rebasado 15%. A cinco días de la elección no existe un liderazgo sino varios, lo cual nos habla del grado de espontaneidad del movimiento. Si a los nulos, blancos e independientes sumamos a los mexicanos que votarán por un partido, que no están dispuestos a sacrificar su voto -y pueden tener muy buenas razones- es decir los que sí votarán a pesar de su inconformidad, las cifras podrían englobar a varios millones de mexicanos. A ello se suma otro fenómeno muy interesante.



    Pareciera que en las últimas semanas la intención abstencionista ha disminuido. Podría ser menor a lo calculado al principio, en lugar de 70%, sesenta o menos. Pero la intención a favor de los partidos no aumenta en la misma proporción, sí en cambio la intención anulista. En pocas palabras: pareciera que los mexicanos están decidiendo salir a votar pero no por los partidos, sino también por los otros cauces legales que les permiten expresar inconformidad. No tiene sentido lanzar decenas de razones para votar o afirmar que el movimiento anulista nos llevará a la antesala de la dictadura. Antes de lanzar juicios morales a favor o en contra, lo primero es entender el fenómeno, explicarlo y rescatar el mensaje.



    Podríamos estar hablando de la tercera fuerza política nacional que estando dispersa -en tanto que esos mexicanos no militan o simpatizan por un partido político y tampoco expresan una misma inclinación ideológica- sí coinciden en el cansancio y aburrimiento, en el hartazgo. Si el PRI sube, si el PAN sigue siendo oposición en Nuevo León o qué tanto caerá la izquierda, se miran ya como asuntos menores frente a una manifestación ciudadana que, tanto por cantidad y como por calidad, debe ser tomada en cuenta. El cerco que los partidos construyeron alrededor de la ciudadanía se empieza a cimbrar. Si el 5 de julio un número significativo de mexicanos expresa su inconformidad votando o anulando y si además logramos descifrar el mensaje, los partidos no podrán negar el hecho. Sería tanto como ignorar la realidad, sería suicida.



    Reforma nos brinda ya un primer bosquejo. Anulistas y votantes coinciden en varios puntos: reducir los recursos que el Estado otorga a los partidos (79%); reducir los diputados de representación proporcional (68%); permitir las candidaturas ciudadanas o independientes (58%). Los porcentajes corresponden a quienes opinan que esas medidas ayudarían mucho o algo a mejorar la vida política. Hay otros temas controvertidos, quizá por complejos, como el número de senadores de representación proporcional o permitir que los partidos se anuncien en los medios de comunicación o la reelección. Pero quizá lo más relevante de este estudio (Enfoque, 28 de junio, 2009) es la radiografía general del sistema.



    Los anulistas se sienten con menos derechos plenos (67%) que los no anulistas (85%). ¿Por qué? Seis de cada diez anulistas sienten que las elecciones no son libres y equitativas lo cual también es la percepción del 42% de los que sí votarán. ¿Por qué de esta percepción? Dos de cada tres anulistas expresan que todos los partidos son iguales, pero también hay 41% de los votantes que tienen la misma impresión. Un porcentaje altísimo, 91%, reclama que sus representantes informen lo que han hecho. Es una inquietud muy sana. Pero quizá lo más relevante es que anulistas (87%) y no anulistas (76%) no se sienten representados por algún partido. Ocho de cada diez mexicanos NO se sienten representados por algún partido. Hay un problema real y profundo. Ojalá y las dirigencias lean el mensaje.



    Pero para quienes miran en este movimiento ciudadano el inicio del incendio basta revisar la convicción democrática de unos y otros. La gran mayoría de los anulistas (76%) y de los no anulistas (84%) declaran que la democracia es una buena forma de gobierno y que debemos fortalecerla. ¿Cuál es el miedo? Sí a la democracia, no al exceso de recursos, no a la excesiva representación proporcional, sí a las candidaturas independientes. Y, finalmente, no nos sentimos representados. No apunten al mensajero, mejor lean el mensaje.
    Anula tu voto



    Te propongo dos candidatas muy ad hoc:

    "Esperanza Fallida"

    y

    "Flor Del Desconsuelo"

Working...
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