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E D U A R D O G A R C í A G A S P A R
Una Segunda Opinión
Gobierno desperdicia talento
Fue una parte de una entrevista en la BBC. Entrevistaban a Hugo Chávez. Habló él de la implantación del socialismo democrático en su País, lo que sea que eso signifique. No era opcional hacerlo. Era obligatorio. Así lo quería él y no había alternativa.
La situación no es infrecuente. Lo que dice Chávez es una idea común que bien vale una segunda opinión, para examinar su fondo. Un fondo fascinante porque produce el desperdicio del talento y del conocimiento de los ciudadanos. Sin eso, el País avanzará menos.
Para explicar eso, vayamos paso por paso. Primero, dentro de un sistema político, como el de Chávez o cualquiera similar, concentra las decisiones económicas en el Gobierno, decisiones de lo que debe producirse, o del precio al que deben venderse los bienes, de dónde deben distribuirse.
El punto es simple: decisiones que podría tomar una persona cualquiera son tomadas ahora por los gobernantes. Construir un edificio de apartamentos en renta, por ejemplo, tendría que hacerse siguiendo las instrucciones del gobernante, como el determinar la renta que se cobrará, o el tamaño del apartamento.
En una finca agrícola, no será ya el propietario quien decida qué sembrar, o qué animales criar. Eso lo decidirá el Gobierno. Peor aún será en el caso de que al propietario se le expropie la finca. Igual se hará en otros campos, como cuando es el Gobierno quien decide el plan de estudios, o las carreras disponibles.
Creo que el punto queda claro. Para implantar un sistema como el de Hugo Chávez y sus similares se necesita quitar poder de decisión al ciudadano y trasladarlo al Gobernante. De otra manera no podría imponerse tal sistema. Si alguien quiere abrir una estación de radio, por ejemplo, eso lo decidirá el Gobernante, no el inversionista.
Esto es conocido, aunque poco mencionado. Sin embargo, lo más interesante es el efecto que eso tiene en el aprovechamiento del talento total de la población. Un ejemplo simplificado lo permite ver mejor.
Suponga usted un País con mil habitantes y 100 burócratas. Suponga usted que existen unidades de talento en todos ellos y que los ciudadanos son medianamente inteligentes con una calificación promedio de 50 en talento. Eso significa que la población total tiene 50 mil unidades de talento.
Por su parte, supongamos que los burócratas tienen el doble de talento, es decir, cien unidades de talento cada gobernante. Eso significa 10 mil unidades de talento en el Gobierno. Es decir, la población en conjunto tiene más talento que la burocracia.
Si se presupone que la burocracia es igual de talentosa que el ciudadano normal, entonces ella tiene 5 mil unidades de talento y la población en general, 50 mil.
La diferencia es abrumadora. Bajo un sistema de sustitución de decisiones, esas 50 mil unidades de talento de los ciudadanos dejarán de usarse. Es un desperdicio bestial.
Pero hay más. Un sistema como el de Chávez y similares decide en una enorme cantidad de áreas de especialidad, desde cuánto producir de tomate, hasta a qué precio vender lápices. A qué dedicar un terreno urbano, cuánto cobrar por préstamos, qué materias estudiar el primaria, quienes pueden ser profesores... el cúmulo es impresionante.
Con un problema, no hay manera de que el gobernante tenga la profundidad de conocimientos y experiencia en cada pequeña decisión como para decidir correctamente. Sus decisiones serán consistentemente erróneas. Y peor aún, basadas en cálculos de beneficios político, no de aprovechamiento de recursos.
Neto, neto, éste el significado de sistemas políticos en los que los gobernantes toman las decisiones que los ciudadanos tomarían con más tino y acierto. Los gobernantes son pocos, conocen menos y tienen incentivos de beneficio personal. La Nación avanzará menos bajo las órdenes centralizadas de sus gobernantes, si es que avanza.
Es como una ley física: a más concentración de poder en el Gobernante, menor probabilidad de progreso para el País. La razón es ese desperdicio del talento del ciudadano y el escaso conocimiento del Gobernante.
Mencioné a Chávez porque es el caso más popular y descarado, con un ejemplo histórico de consideración en la URSS el siglo pasado. Pero hay muchos más, recientes y actuales, que merecen ser reconocidos. Usted puede hacerlo.
Sisierto, hay que joderse. Por cierto ¿ya has ido a honrar la tumba del Generalísimo que se mantuvo décadas en el poder, al Valle de los Caídos? A él si se le justifíca la permanencia el en poder porque fue un fascista y aliado de la Iglesia de Roma, ¿cierto?
Los humanos secuestran la sabiduria como propia, cuando en realidad no tiene dueño y su origen es un mundo no accesible a los sentidos. -Yo
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