Twitter y más y mejor histeria colectiva
Política cero
Jairo Calixto Albarrán
Entre más conozco a los políticos mexicanos, más me doy cuenta de que tienen el encanto del América que, a pesar del descarado apoyo arbitral (el nazareno salió de la cancha por el túnel azulcrema en calidad de jugador número 13), no le podían ganar, haiga sido como haiga sido, a un equipo lastimoso como el Estudiantes. Chucho Ramírez, el DT de los aguiluchos, parece compartir el mismo talento que Calderón para conducir sus naves por donde los icebergs hacen su nido.
Digo, cómo no vamos a querer a nuestro zoon politikon cuando hacen y dicen cosas que hacen ver al JJ del Bar Bar como un hombre probo. Desde los inolvidables tiempos del “Peligro para México”, no se había visto tal vocación para la histeria colectiva que se combate con más histeria colectiva. Por ejemplo, tenemos el caso del Gelboy Peñanieto que, después de la gresca en Chalco, lo único que se le ocurrió fue acudir a los clásicos echeverristas del PRIcámbrico temprano y gritar que todo era culpa de agitadores y disolutos. No era que su gobierno no había atendido los problemas de la población a la que trata peor que a macheteros de Atenco, sino que un montón de sediciosos le querían despeinar su pegajosa cabellera.
También está la góber petocha de Yucatán, Ivonne Ortega. Después de hacer un berrinche como de Las Divinas en Atrévete a soñar cuando en una función de box le chiflaron como a Jelipillo en Juárez, a la priista le brotaron los genes diazsordacista. Así, mandó a perseguir a todos los que vendían playeras con la sentencia “Yo chiflé a Ibom”, como si fueran estudiantes en el 68. Si la mujer se hubiera comprado una... pero no, ni el humor ni el control de daños se les da.
Y bueno, qué se puede decir del gobernator tamaulipeco, Eugenio Hernández, que fiel a sus genes tricolores, en lugar de combatir con inteligencia y voluntad política al crimen que está más organizado que su gobierno –por eso lo tiene todo infiltrado y apañado–, abrió un portal informativo antipsicosis, donde se pueda culpar a los twitteros hasta del temblor en Chile.
Por otro lado, prodigiosa, emotiva, sensata, impecable, la vertiginosa cobertura informativa de la tragedia chilena en Twitter. Un ejemplo.
¿Como sea, no es aterrador que el único que habla sobre prevención en materia de desastres es Reyes Tamez? O sea, estamos en manos del más gris funcionario de que se tenga memoria no sólo en la SEP, sino en cualquier cartera posible, incluyendo la Secretaría de la Reforma Agraria.
Lo mejor, lo más admirable de todo esto, la gran demostración de estadista del ex presichente al convertir el Centro Fox en un casino.
jairo.calixto@milenio.com
Política cero
Jairo Calixto Albarrán
Entre más conozco a los políticos mexicanos, más me doy cuenta de que tienen el encanto del América que, a pesar del descarado apoyo arbitral (el nazareno salió de la cancha por el túnel azulcrema en calidad de jugador número 13), no le podían ganar, haiga sido como haiga sido, a un equipo lastimoso como el Estudiantes. Chucho Ramírez, el DT de los aguiluchos, parece compartir el mismo talento que Calderón para conducir sus naves por donde los icebergs hacen su nido.
Digo, cómo no vamos a querer a nuestro zoon politikon cuando hacen y dicen cosas que hacen ver al JJ del Bar Bar como un hombre probo. Desde los inolvidables tiempos del “Peligro para México”, no se había visto tal vocación para la histeria colectiva que se combate con más histeria colectiva. Por ejemplo, tenemos el caso del Gelboy Peñanieto que, después de la gresca en Chalco, lo único que se le ocurrió fue acudir a los clásicos echeverristas del PRIcámbrico temprano y gritar que todo era culpa de agitadores y disolutos. No era que su gobierno no había atendido los problemas de la población a la que trata peor que a macheteros de Atenco, sino que un montón de sediciosos le querían despeinar su pegajosa cabellera.
También está la góber petocha de Yucatán, Ivonne Ortega. Después de hacer un berrinche como de Las Divinas en Atrévete a soñar cuando en una función de box le chiflaron como a Jelipillo en Juárez, a la priista le brotaron los genes diazsordacista. Así, mandó a perseguir a todos los que vendían playeras con la sentencia “Yo chiflé a Ibom”, como si fueran estudiantes en el 68. Si la mujer se hubiera comprado una... pero no, ni el humor ni el control de daños se les da.
Y bueno, qué se puede decir del gobernator tamaulipeco, Eugenio Hernández, que fiel a sus genes tricolores, en lugar de combatir con inteligencia y voluntad política al crimen que está más organizado que su gobierno –por eso lo tiene todo infiltrado y apañado–, abrió un portal informativo antipsicosis, donde se pueda culpar a los twitteros hasta del temblor en Chile.
Por otro lado, prodigiosa, emotiva, sensata, impecable, la vertiginosa cobertura informativa de la tragedia chilena en Twitter. Un ejemplo.
¿Como sea, no es aterrador que el único que habla sobre prevención en materia de desastres es Reyes Tamez? O sea, estamos en manos del más gris funcionario de que se tenga memoria no sólo en la SEP, sino en cualquier cartera posible, incluyendo la Secretaría de la Reforma Agraria.
Lo mejor, lo más admirable de todo esto, la gran demostración de estadista del ex presichente al convertir el Centro Fox en un casino.
jairo.calixto@milenio.com
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