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Creel, la mota y los daños colaterales
Creel, la mota y los daños colaterales
Después de las declaraciones del góber grisoso de Guerrero, Chafarino Torreblanca, en el sentido de que las balaceras en Kakfapulco perturban la paz de los turistas y que la gente no debería ser tan imprudente,que se debería de fijar si hay balaceras antes de salir a la calle, no me queda sino admirarlo. Para que la cosecha de daños colaterales comience a acabarse, sería importante, para seguir la lógica de tan distinguido fulano, empujar una iniciativa que no sólo obligue al ciudadano a no interrumpir al Ejército, la PFP y los sicarios en sus fuegos cruzados, sino que éstos se organicen para que sus persecuciones hiperviolentas tengan horarios de oficina (claro, y entre más lejos de las oficinas mejor), que avisen con al menos 15 minutos de anticipación por dónde se van a estar matando, y que exista un Hoy no circula para las matazones: los lunes que descanse el Cártel del Golfo, el martes La Familia y así, para que los domingos El Mayo o El Chapo puedan tomarse fotos con quienes así lo deseen.
Sí, nadie pretende que Calderón se quede
sin su narcoguerra ni que los militares puedan gozar de fuero por diez años más y que la Virgen de los Sicarios siga rifando, pero dadas las circunstancias, habría que normar el tarantinesco espíritu de este alegre derramamiento de plomo. Aunque como dice Gomezpunk, es comprensible que existan bajas civiles en esta patriótica lucha contra el crimen organizado, no estaría demás que, por aquello de las percepciones, la gente tuviera la oportunidad de prescindir de su ración involuntaria de plomo ahora que se ha descubierto que no es tan bueno para la salud.
Algo organizado, inteligente, civilizado, como la idea de Santiago Creel de legalizar la mariguana. Serio; en un acto inusitado por su ascendencia neopanista, el ex secretario de Gobernación, que junto a Gomezfun parece Roosvelt, propone ya ir pensando en la mota como el mascarón de proa de una nueva forma de lucha contra el narco. Ya en el colmo, sugiere algo que a esta administración le ha parecido inconcebible: una policía especializada en la persecución del dinero, el financiamiento, los negocios y las lavanderías en general de los hampones. O sea, ¿qué se metió? Lo que sea, que saque para que en el gabinetillo de Jelipillo se pongan iguales.
Y de paso que le de algo a la maistra Gordillo que, en un ejercicio de homenaje a la influencia HLMNOPQRST que ella acuñó, cambió el lema de la UNAM al decir “Por mi raza hablará mi espíritu”. Seguro estaba pensando en cómo tomar por asalto Ciudad Universitaria cual si fuera la sección 22 del SNTE en Oaxaca. O en la enfermedad del pobrecito Luis Miguel.
www.twitter.com/jairocalixto
jairo.calixto@milenio.com
Después de las declaraciones del góber grisoso de Guerrero, Chafarino Torreblanca, en el sentido de que las balaceras en Kakfapulco perturban la paz de los turistas y que la gente no debería ser tan imprudente,que se debería de fijar si hay balaceras antes de salir a la calle, no me queda sino admirarlo. Para que la cosecha de daños colaterales comience a acabarse, sería importante, para seguir la lógica de tan distinguido fulano, empujar una iniciativa que no sólo obligue al ciudadano a no interrumpir al Ejército, la PFP y los sicarios en sus fuegos cruzados, sino que éstos se organicen para que sus persecuciones hiperviolentas tengan horarios de oficina (claro, y entre más lejos de las oficinas mejor), que avisen con al menos 15 minutos de anticipación por dónde se van a estar matando, y que exista un Hoy no circula para las matazones: los lunes que descanse el Cártel del Golfo, el martes La Familia y así, para que los domingos El Mayo o El Chapo puedan tomarse fotos con quienes así lo deseen.
Sí, nadie pretende que Calderón se quede
sin su narcoguerra ni que los militares puedan gozar de fuero por diez años más y que la Virgen de los Sicarios siga rifando, pero dadas las circunstancias, habría que normar el tarantinesco espíritu de este alegre derramamiento de plomo. Aunque como dice Gomezpunk, es comprensible que existan bajas civiles en esta patriótica lucha contra el crimen organizado, no estaría demás que, por aquello de las percepciones, la gente tuviera la oportunidad de prescindir de su ración involuntaria de plomo ahora que se ha descubierto que no es tan bueno para la salud.Algo organizado, inteligente, civilizado, como la idea de Santiago Creel de legalizar la mariguana. Serio; en un acto inusitado por su ascendencia neopanista, el ex secretario de Gobernación, que junto a Gomezfun parece Roosvelt, propone ya ir pensando en la mota como el mascarón de proa de una nueva forma de lucha contra el narco. Ya en el colmo, sugiere algo que a esta administración le ha parecido inconcebible: una policía especializada en la persecución del dinero, el financiamiento, los negocios y las lavanderías en general de los hampones. O sea, ¿qué se metió? Lo que sea, que saque para que en el gabinetillo de Jelipillo se pongan iguales.
Y de paso que le de algo a la maistra Gordillo que, en un ejercicio de homenaje a la influencia HLMNOPQRST que ella acuñó, cambió el lema de la UNAM al decir “Por mi raza hablará mi espíritu”. Seguro estaba pensando en cómo tomar por asalto Ciudad Universitaria cual si fuera la sección 22 del SNTE en Oaxaca. O en la enfermedad del pobrecito Luis Miguel.
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jairo.calixto@milenio.com