En España sucedió,
que un chinito se encontró
con quien le decían “El Curro”,
y luego lo saludó
en español ,como pudo,
mas la erre no pronunció
y el saludo así se oyó:
“Buenos días, señol culo”,
cosa que se repitió
por semanas, a menudo.
El Curro se puso muino
por las ofensas que oía
y unos perros conseguía
para echárselos al chino
si de nuevo reincidía.
Se volvieron a encontrar
y el chino al hablar con yerros
igual quiso saludar,
pero El Curro sin dudar,
intentó echarle los perros.
El chino sacó un cuchillo
para cortar a los perros
y El Curro lanzó un silbido…
y se fueron al encierro.
El caso se repitió,
hasta que el chino, sin más,
a la alcaldía acudió
para el caso denunciar,
y esta queja presentó
de manera coloquial
y sin el mayor disimulo:
"Señol los pelos del culo
no me dejan caminal".
El alcalde sin pensarlo,
le dijo sin dilación:
"Si quiere una solución,
¡yo le sugiero cortarlos!"
Dijo el chinito a su vez,
con esa forma de hablar:
"Eso es lo que quise hacel,
pelo cuando iba a coltal,
el culo silbó al momento
y los pelos, ¡qué calay!
se fuelon plonto pa adentlo".