Un Abuelo caminaba
frente a una casa de citas,
y una “prosti” que ahí estaba
le dijo muy modosita:
“Vamos a probar, abuelo,
y él con una vocecita
le contestó: Es que no puedo.
Ella le volvió a insistir,
y él a pesar de dudarlo,
no se pudo resistir
y se metieron al cuarto.
Una vez estando adentro,
el abuelo muy gustoso,
se echó tres en un momento,
sin tener ningún reposo.
¡UUUUFFF! dijo la prostituta,
y decías que no podías.
Y él para nada se inmuta
y dijo con alegría
sin meterse en más enredos
para el asunto aclarar:
“¡Claro que coger si puedo,
lo que no puedo es pagar!”
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