Re: Historias de A & P
Ella se encontraba ciertamente fúrica,
se le desorbitaban los ojos
después de arrancarse un mechón de pelo,
no quería dar a conocer su identidad,
era demasiado riesgoso pues pondría la imaginación a todo fuego,
verían por fin ese físico,
tan atractivo por comer tantos tamales.
Tamales que por cierto nunca pagó
y todo por darle alas al buen Canuto,
el tamalero medio canoso de la esquina,
viejo rabo verde y chinchengüenchón....
Ella se llamaba Hipólita Josefina y le decían "La Dieta",
que porque nadie la seguía,
pero Canuto suspiraba cada vez que se acercaba su humanidad a la vaporosa olla tamalera
y preguntaba -¿de qué tiene, don Canuto?-
y el contestaba -de verde, de mole rojo y también de dulce-
seguido de un piropo a manera de romántico verso...
-yo quiero de carnitas, aunque me tarde días en quitarle esas hojitas-
Hipólita dijo, ya vas!!
pero a hacérmela buena, yo a las pruebas me remito
y si no das color, yo de aquí me pinto pero a la voz de ya...
Así era cada mañana, Canuto se desesperaba
la creía perfecta, porque amaba sus defectos...
Y ella le daba alas, pero con ganas de mandarlo a volar.
Ella se encontraba ciertamente fúrica,
se le desorbitaban los ojos
después de arrancarse un mechón de pelo,
no quería dar a conocer su identidad,
era demasiado riesgoso pues pondría la imaginación a todo fuego,
verían por fin ese físico,
tan atractivo por comer tantos tamales.
Tamales que por cierto nunca pagó
y todo por darle alas al buen Canuto,
el tamalero medio canoso de la esquina,
viejo rabo verde y chinchengüenchón....
Ella se llamaba Hipólita Josefina y le decían "La Dieta",
que porque nadie la seguía,
pero Canuto suspiraba cada vez que se acercaba su humanidad a la vaporosa olla tamalera
y preguntaba -¿de qué tiene, don Canuto?-
y el contestaba -de verde, de mole rojo y también de dulce-
seguido de un piropo a manera de romántico verso...
-yo quiero de carnitas, aunque me tarde días en quitarle esas hojitas-
Hipólita dijo, ya vas!!
pero a hacérmela buena, yo a las pruebas me remito
y si no das color, yo de aquí me pinto pero a la voz de ya...
Así era cada mañana, Canuto se desesperaba
la creía perfecta, porque amaba sus defectos...
Y ella le daba alas, pero con ganas de mandarlo a volar.
Comment