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Me duelen las ausencias.

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  • #46
    Re: Me duelen las ausencias.

    El durante.

    Lo más difícil es empezar. Y terminar. Dicen que lo que va en medio, las líneas que componen el cuerpo del texto, es lo más sencillo, lo más fácil de llevar, lo que más se disfruta. No sé, eso dicen.

    Los comienzos. Los finales. Tú y yo siempre olvidamos que el texto también tiene cuerpo, que las historias también tienen un “durante”. Fuimos unos olvidadizos, unos pobres irresponsables. No comprendimos que los grandes poderes conllevan grandes responsabilidades. Que los grandes amores merecen un maldito desarrollo.


    Lo peor que nos pasó fue que nos hicimos adictos a esos pequeños momentos de felicidad que nos brindaban los inicios.
    Todos nuestros inicios.

    Nos enganchamos a andar juntos cogidos de la mano, a abrazarnos hasta traspasarnos el alma, a besarnos hasta rompernos los huesos.
    Nos enganchamos a no saber, aún sabiendo.
    A hacernos los tontos mirando para otro lado, haciéndole creer al cosmos que podríamos juntos y no separados.
    Pero al cosmos no se le engaña, y tú lo sabes.
    Y yo lo sé. Pero tú más.
    Tú lo supiste mucho mejor que yo.
    Llevaste mis riendas sin quererlas ni coger, te colgaste mi corazón a la espalda y recorriste la ciudad impregnándome las calles de recuerdos.



    Y ahora qué. Dime qué puedo hacer.
    Porque a día de hoy, a veces, aunque ya no deba hacerlo, sigo repasando los momentos que viví a tu lado.
    No fueron demasiados. Ni muchos ni pocos.
    Sólo fueron los justos y necesarios para hacerte imborrable.
    A veces sigo pensando en los principios, en todos nuestros principios y en la falta de ellos.
    Nos sobraron y nos faltaron a partes iguales.
    Nos sobraron, como nos sobraron los anocheceres.
    Nos faltaron, como nos faltaron los amaneceres.

    Nunca fuimos de esos que hacen las cosas como se han de hacer.
    Nunca fuimos juntos a Mercadona. Nunca fuimos juntos a lavar el coche. Nunca estuvimos juntos en ninguna boda.
    Nunca nos dijimos “para siempre”, pero tampoco “para nunca”.
    Yo siempre fui tu puerta abierta.
    Tu vida y tus arrugas de expresión.
    Tú fuiste mi último primer amor.
    Mi cara más bonita sin pintar.
    Mi precipicio emocional.
    Pero no recordemos nuestras carencias.
    No hagas que piense de nuevo en las vidas que podría haber vivido mientras esperaba a que la tuya arrancara.
    No me mires como sé que harías si estuvieras delante ahora.
    Y no, tampoco me toques la mejilla como si fuera de cristal.
    Te aseguro que si no me he roto ya, ahora ya no es el momento.

    Te lo dije hace tiempo.
    Me copié de quien lo dijo, ya sabes, que “puedo vivir sin ti, pero no quiero”. Te lo dije mil veces.
    Y tú lo escuchaste asintiendo.
    Lo escuchaste sabiendo que el café se enfriaba, que tu corazón se cerraba. De nuevo. Otro final.




    Hasta el nuevo comienzo.


    (La Chica de los Jueves)

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    • #47
      Re: Me duelen las ausencias.

      Siempre he sido un Siddhartha, o bueno, al menos siempre me he sentido así, como el personaje de la novela homónima de Herman Hess. Sin moverme mucho tal vez en el espacio físico, mi alma ha deambulado por muchos lados sobre la faz de la tierra. He ido y he regresado. He volteado hacia atrás por el camino muchas veces y a veces he dado marcha atrás y otras a pesar de mis vigorosas internas ganas he desistido de hacerlo.

      En otro momento lo he reconocido. Esta es una hermosa casa virtual, o debo decir más bien, una hostería donde han descansado el peso de mis huesos, la retahila de mis dudas, la raíz de mi esencia, mi amor, mi pasión, mis celos (porque aquí he sentido también celos), mi humana necesidad de comunicarme con otras personas y de comunicarme conmigo mismo, etc.

      Hace algunos años escribí sobre la Añoranza. Y también hace algunos años el connotado forista Don Jacobo tuvo a bien regalarnos una pieza musical del bien amado Maestro Silvio Rodríguez que por lo que sea aún yo no conocía. Cito -a propósito del tema- algunos jirones de ambas composiciones pues me parecen interesantes de algún modo.

      "Ay ausencias gaviotas que te salvan
      que desdeñan fronteras y estaciones,
      que rondan las paredes, las palabras
      dibujando la fe con sus creyones.

      Hay ausencias que te hablan de un mañana,
      que se tornan de todos los colores,
      que te ponen el mundo en la ventana
      y de esperanza llenan los balcones.

      Ausencia, remoto fantasma
      que violas las puertas, que cantas,
      que gritas al cielo esa voz
      que has llevado contigo,
      que escribes tú la canción que falta
      que siempre nos recuerdas la distancia."


      Y:

      "Añoro,
      los juegos con mis amigos,
      las sonrisas de mis compañeras
      los regaños de mis maestras.

      Añoro,
      mi escuela,
      mi calle,
      la casa de la abuela.

      Añoro,
      El tiempo donde no había horas,
      solo juego,
      solo risas,
      solo encanto.

      Añoro,
      sí, en verdad tantas cosas.
      Pero lo que más añoro
      es a veces ya no tener demasiado tiempo
      para añorar todo eso.



      Me da gusto que todos y todas ustedes se hayan dado tiempo para añorar (y añorarnos) y me hayan regalado este tiempo hermoso para estar aquí, de nuevo con Ustedes.

      Un abrazo fraterno y cordial para todos los presentes y uno más igual a los ausentes también.
      ♫ Yo he rodado de acá para allá, fui de todo y sin medida, pero te juro por Dios que nunca llorarás por lo que fue mi viiiiiiiiidaaaaaa ♫

      Comment


      • #48
        Re: Me duelen las ausencias.

        Originalmente publicado por Sidartha Ver post
        Siempre he sido un Siddhartha, o bueno, al menos siempre me he sentido así, como el personaje de la novela homónima de Herman Hess. Sin moverme mucho tal vez en el espacio físico, mi alma ha deambulado por muchos lados sobre la faz de la tierra. He ido y he regresado. He volteado hacia atrás por el camino muchas veces y a veces he dado marcha atrás y otras a pesar de mis vigorosas internas ganas he desistido de hacerlo.

        En otro momento lo he reconocido. Esta es una hermosa casa virtual, o debo decir más bien, una hostería donde han descansado el peso de mis huesos, la retahila de mis dudas, la raíz de mi esencia, mi amor, mi pasión, mis celos (porque aquí he sentido también celos), mi humana necesidad de comunicarme con otras personas y de comunicarme conmigo mismo, etc.

        Hace algunos años escribí sobre la Añoranza. Y también hace algunos años el connotado forista Don Jacobo tuvo a bien regalarnos una pieza musical del bien amado Maestro Silvio Rodríguez que por lo que sea aún yo no conocía. Cito -a propósito del tema- algunos jirones de ambas composiciones pues me parecen interesantes de algún modo.
        .................................................. ............................

        Me da gusto que todos y todas ustedes se hayan dado tiempo para añorar (y añorarnos) y me hayan regalado este tiempo hermoso para estar aquí, de nuevo con Ustedes.

        Un abrazo fraterno y cordial para todos los presentes y uno más igual a los ausentes también.
        Sid Hola!!

        Què bueno leerte.
        Y excelente tu paso por esta tu Hosterìa, nuestra Hosterìa.
        En fin nuestra casa, como la vieja casa de familia que siempre està abierta para los que nos sentimos y nos hemos sentido a gusto en ella siempre.

        Asi es esto, la vida nos lleva por diferentes caminos, hay propuestas, hay intentos fallidos algunos y otros no tanto pero el camino siempre serà el mismo, hicimos nuestra huella y no necesitamos ni frijolitos, ni pedacitos de pan para reconocerlo.

        Un abrazo, que este año te estè sonriendo y asi siga.
        Esperando leerte muy pronto y sin pausas.

        Saludos

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        • #49
          Re: Me duelen las ausencias.

          Gracias Tatiana por tus gentiles palabras.

          .......

          Por otro lado, estoy leyendo tu firma, una frase de Don Alquitrán, jajajaja.

          Pienso, más bien que, ¿no será, precisamente, que al caerse del cuerpo los recuerdos, es que el cuerpo se va resquebrajando?

          Hace unos días me preguntaron por aquellas cosas o momentos que en la Vida ME MARCARON, cosas que me sucedieron y que ni con Clarasol, Pinol o Maestro Limpio me he podido quitar (¿del cuerpo?) y la memoria. Y yo repliqué: ¡¿Pero quién demonios quiere dejar de recordar?!

          A la par que respiramos, recordamos -todo el tiempo. Cuando dejas de hacer una de esas dos cosas, seguro, empiezas a morir deprisa, o al menos yo así lo veo.

          Saludos cordiales.
          Sidartha
          Forista Místico
          Last edited by Sidartha; 27-mayo-2015, 11:42.
          ♫ Yo he rodado de acá para allá, fui de todo y sin medida, pero te juro por Dios que nunca llorarás por lo que fue mi viiiiiiiiidaaaaaa ♫

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          • #50
            Re: Me duelen las ausencias.

            Originalmente publicado por Sidartha Ver post
            Gracias Tatiana por tus gentiles palabras.

            .......

            Por otro lado, estoy leyendo tu firma, una frase de Don Alquitrán, jajajaja.

            Pienso, más bien que, ¿no será, precisamente, que al caerse del cuerpo los recuerdos, es que el cuerpo se va resquebrajando?

            Hace unos días me preguntaron por aquellas cosas o momentos que en la Vida ME MARCARON, cosas que me sucedieron y que ni con Clarasol, Pinol o Maestro Limpio me he podido quitar (¿del cuerpo?) y la memoria. Y yo repliqué: ¡¿Pero quién demonios quiere dejar de recordar?!

            A la par que respiramos, recordamos -todo el tiempo. Cuando dejas de hacer una de esas dos cosas, seguro, empiezas a morir deprisa, o al menos yo así lo veo.

            Saludos cordiales.
            Hola otra vez Sid.

            Fìjate que las dos cosas son ciertas. Sin oponerse.
            Realmente hay tanto que decir al respecto.

            Depende de la òptica, del momento y no sòlo del momento sino de la circunstancia.
            Algunos dicen que recordar es vivir. Otros que recordar es morir un poco...
            Por èso te digo.
            Pero igual que tù yo pienso "quien demonios quiere dejar de recordar"?

            Ojala el Alquitràn entrara a respingar, esa ausencia como la tuya son las que duelen. Pero tù espero que como esa estaciòn recuerdas?
            "la que llegò para quedarse" Tù ya no te alejes, al menos no demasiado...

            Saludos

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            • #51
              Re: Me duelen las ausencias.

              Espero, mientras sobre el N de la Ciudad de México (que ya no más el Defectuoso) cae un aguacero "marca diablo", que no se piense y menos se diga que estamos ensuciando el tema (o desviándolo más bien por caminos ontólogicos, jeje), pero bueno, es verdad, uno suelta el alma a través del teclado en ciertos momentos según las circunstancias y la perspectiva del sentir interno.

              Yo me atreví a disentir un poco de la opinión contenida en la frase de El Alquimista porque es una idea que ha rondado mi mente por años. Es verdad Doña Tatiana (aaaah, un espíritu Jacobino me invade, jeje), es verdad: hay mucho que decir al respecto.

              Lo cierto es que la mayoría de "el gente” lo que hace es mejor tratar de olvidar lo más doloroso, lo cruento, lo [casi] inenerrable de sus vidas. En otro sitio de Internet conocí a una usuaria –regia ella- que decía que su madre le había enseñado a “No hurgar en el pasado”, que eso ero mejor y que evitaba problemas. Mi (ex) adorable tormento me dijo una vez en un mensaje por e-mail que admiraba mi facilidad para recordar detalles y que ella, en medio de tormentas y huracanes existenciales había perdido infinidad de recuerdos de sus ayeres, lo cual lamentaba pero que se resignaba a vivir “con eso” de cualquier modo. En fin.

              Al final su perspectiva estimada amiga es correcta: en ocasiones opiniones contrarias son verdaderas en algún sentido, como en este caso que comentamos. “Por regla empírica, el espíritu sabe que mientras los recuerdos encadenan, el olvido parece liberarnos” escribí hace unos 3 años. Yo, en verdad, preferiría que nunca se me cayeran los recuerdos del cuerpo. Ojalá El Altísimo se apiade de mi en ese aspecto.

              + + + + + + +

              “Pienso en las cosas que enraízan el ser a la Vida y por instinto me viene a la mente los recuerdos, y el olvido. Por regla empírica, el espíritu sabe que mientras los recuerdos encadenan, el olvido parece liberarnos; más por las sendas del tiempo habemos otros que al parecer experimentamos ambas cosas de manera enteramente al revés; solo podemos enraizarnos a la vida por medio del recuerdo, al no olvidar la suma de lo que somos (o hemos sido) mientras el olvido parece aniquilarnos. Me preguntaba hace tiempo cuál de estas cosas será peor y apenas pude concluir en la profundidad tremenda de mi gran incógnita que, sea como sea, ambas son parte del cotidiano proceso de supervivencia humana.”

              Sidartha de Azcapotzalco (12:113.1)
              Sidartha
              Forista Místico
              Last edited by Sidartha; 27-mayo-2015, 18:33.
              ♫ Yo he rodado de acá para allá, fui de todo y sin medida, pero te juro por Dios que nunca llorarás por lo que fue mi viiiiiiiiidaaaaaa ♫

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              • #52
                Re: Me duelen las ausencias.

                "Un mundo que fue común, aún no hace tanto..."

                Comment


                • #53
                  Re: Me duelen las ausencias.




                  "Hay que dejar ir a quien nunca hizo nada para quedarse, a esas personas de sentimientos temporales que nos hicieron invertir tiempo e ilusiones. Dejar ir requiere valentía, pero lejos de aceptarlo como un final, debemos verlo como el principio de algo nuevo.

                  ¿Quién no se ha visto obligado en alguna ocasión a tener que cerrar una etapa de su vida? En ocasiones lo llaman “cerrar círculos“.

                  No obstante, esta idea de la circularidad más que darnos la visión de algo que se cierra con un inicio y un final, nos hace visualizar más bien una entidad que nunca termina, como una especie de uróboro o eterno retorno. Debemos ver esas etapas de nuestra vida como una línea por las que avanzar, por las que fluímos a medida que crecemos.

                  Y para crecer, nos desprendemos de ciertas cosas, a la vez que ganamos otras. La vida es un avance imparable que nos abruma y que nos quita el aliento, y de nada nos vale quedarnos encallados en algo o alguien que nos hunde hacia abajo como la piedra que cae por un pozo.

                  Quien no nos reconoce, quien nos hace daño y erosiona nuestro ser, nuestra esencia como persona, está vulnerando nuestro crecimiento.

                  Ahora bien, puede que nos cueste darnos cuenta, que no deseemos verlo durante un tiempo, pero la infelicidad es algo que nadie puede esconder. Duele, marchita y nos apaga. Así que no lo permitas. En la vida siempre llega un momento en que es mejor soltar, dejar ir
                  …"

                  (la mente es maravillosa)

                  Comment


                  • #54
                    Re: Me duelen las ausencias.

                    Comment


                    • #55
                      Re: Me duelen las ausencias.

                      Comment


                      • #56
                        Re: Me duelen las ausencias.

                        Amor o lo que sea

                        "Acabo de sentarme en el banco más incómodo de toda la avenida.
                        Ese que queda justo delante del buzón oxidado en el que, si nada ni nadie osa alterar nuestra línea argumental, echaré esta carta dentro de unos minutos.
                        No muchos, unos pocos.
                        Tardaré solamente lo que tarda una en vaciarse de piedras el corazón.

                        Estas piedras no son tuyas, lo sé.
                        Tampoco el óxido de ese buzón tiene nada que ver con la última capa de pintura amarilla que trató de ocultarlo.
                        Viene de debajo de todo. De lo más profundo todavía.
                        De ese lugar que pocos saben que se borra solo si se muestra.

                        Te hablaba de piedras.
                        De mis piedras, que son mías aunque no sea yo quien las puso ahí.
                        Quiero enseñártelas para que las veas, para que viéndolas puedas ignorarlas.
                        O quererlas, eso ya es cosa tuya.
                        Yo, a fuerza de preguntarles cosas mirándolas a las ojos, he terminado por cogerles cariño.
                        Están ahí, ya no molestan, pero sé que el sitio que ocupan, ocupado está.



                        A parte de eso, no hay nada más que debas saber de mí.
                        Si acaso, que antes jamás me hubiera sentado en este banco pelado a escribir ni me hubiera comprado esto para merendar.
                        “Esto” es un botellín de cerveza y una caja de bombones.

                        Quizás te sirva saber, también, que mi mayor delito es el de nunca saltarme las normas, y que por eso una vez al año me obligo a beber a deshoras y a soñar con azucarados posibles imposibles.
                        Y es que mientras te escribo con la cabeza esta misiva invisible, lo único que tengo claro es que cuando el corazón se anquilosa no queda otra que ponerle las pilas de un susto.

                        Vamos, que por eso vivo últimamente con las puertas abiertas y sin portero matón que resguarde lo que nadie mejor que yo sabe guardar.
                        Por eso he decidido bajar los brazos y apostarlo todo a la aterradora incertidumbre.
                        ¿Si te digo que ya no me da miedo, te lo crees?

                        En fin, que me pierdo entre palabras y yo lo que quiero es encontrarme entre silencios.
                        Mejor. Sí, mejor.
                        Quiero disfrutar de esto de no ir a ninguna parte, que no es lo mismo que ir a ninguna parte.
                        Que ese camino ya me lo sé muy bien. Que de tanta ida y vuelta, acabé con la vida revuelta.

                        Quiero matar y resucitar el tiempo. Con alguien. Contigo.
                        Escribirle cartas y que le lleguen con un soplido en su cuello. Escribirte. Lanzarle mis piedras una a una y dar en el blanco del miedo común, y entonces, reírnos de todo lo que pese y ocupe sitio en vano.
                        Darte en la diana, sí, darte de lleno.

                        Básicamente eso es todo.
                        Ya no me queda cerveza y bombones, pocos.
                        El buzón me mira con cara de “no quiero más pintura”.
                        De “me gustan mis partes oxidadas”. Le entiendo perfectamente.

                        A mí me gustan mis piedras, mis sombras, mi escarcha. Me gusta mi corazón cuando se agarrota y le tengo que hacer cosquillas.
                        Y lo tengo que reanimar abriendo compuertas y dejando que tus ojos le alumbren.
                        Abandonándome a la plácida sensación de no resistirme.
                        De dejarme hacer.
                        De permitir que el amor o lo que sea me recosa los remiendos y me invite a una nueva ronda de ruleta rusa.
                        Con suerte, ganaré otra vez. Sin ella, también.

                        Acabo. Termino. Concluyo mi carta con una firma besada.
                        Con la promesa de ser siempre yo. De asustarte con mi velocidad y las mil revoluciones de mi pensamiento.
                        Con el juramento de no salir corriendo si al final tus piedras pesan más que las mías.

                        ¿Qué son las piedras sino materia? ¿Qué es el amor sino alas?

                        Echémoslas a volar entonces."


                        (Posted on 28/12/2015 by Tejetintas)

                        Comment


                        • #57
                          Re: Me duelen las ausencias.

                          En su piel estaban tatuadas diversas frases en diversos idiomas. La elegante y simple grafía del árabe, la gótica forma del francés y los redondeados trazos del sánscrito.

                          Por el contrario, las dos imágenes que se observaban en aquella dorada piel eran impresionantes. La hélice hindú, con las aspas en el otro sentido de la svástica, lucía entre sus espléndidos senos y en el pie derecho, casi llegando al nacimiento de los finos dedos, el signo de Krishna.

                          Comment


                          • #58
                            Re: Me duelen las ausencias.

                            Yo solo regreso aquí por Tatis y Alquimi... así que como los leo, me siento contenta. Cuando llegué a este foro sólo peleaban... y nunca lo entendí. Se engancharon demasiado. Incluso yo con algunos usuarios, francamente hoy nada de eso me importa. Solo leer a Tatis y Alquimi y cómo no, si son dos usuarios que lo que escriben, lo escriben bien. Yo aprendo de ustedes cada vez que entro aquí. Abrazo.
                            A través del tiempo y espacio,apareces cuando ha sido necesario,no importa la exactitud,ni las palabras innecesarias,sólo importa el hecho de ser y estar ahí...frente a frenteKlar

                            Comment


                            • #59
                              Re: Me duelen las ausencias.

                              Originalmente publicado por Klar Ver post
                              Yo solo regreso aquí por Tatis y Alquimi... así que como los leo, me siento contenta. Cuando llegué a este foro sólo peleaban... y nunca lo entendí. Se engancharon demasiado. Incluso yo con algunos usuarios, francamente hoy nada de eso me importa. Solo leer a Tatis y Alquimi y cómo no, si son dos usuarios que lo que escriben, lo escriben bien. Yo aprendo de ustedes cada vez que entro aquí. Abrazo.
                              Querida Amiguita!!
                              Feliz Año Nuevo por aqui tambièn!!
                              Què gusto leerte aqui en el Foro.

                              Gracias por lo que me toca.
                              Pero...Si hay alguien de quien aprender es de ti. Tu valentìa, tu determinaciòn que hace que las cosas sucedan.

                              Todos soñamos y a vecees nos llenamos de palabras, pero del pensamiento a la acciòn y a los lògicos resultados,no muchos.
                              Tù eres una de esas personas.

                              A ver, propòsitos de este 2016.
                              Voy a entrar seguido al correo y a escribir, esperando que en algùn momento libre encuentres un espacio de tiempo para compartir.

                              Un abrazote!!

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                              • #60
                                Re: Me duelen las ausencias.

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