Re: Simplemente...de todo, un poco...
El día de Todos Los SantosLa llamada festividad de los difuntos o Día de Todos los Santos es una tradición celta.
Hasta el siglo IX la Iglesia se limitaba a celebrar en primavera festejos a la Virgen, los apóstoles, los mártires y los caídos.
Sería en el 835 cuando el Papa Gregorio IV trasladase la festividad a noviembre y la generalizara para todo el orbe cristiano, aunque fue el emperador Ludovico Pío (814-840) quien decidió congregar todas las fiestas de recuerdo en un solo día, honrándolas con religioso culto.
En nuestros días, los festejos se reducen a la visita de familiares a cementerios para depositar junto a las tumbas una ofrenda floral. Además, la gastronomía permite disfrutar de los llamados Huesos de Santo, un dulce de mazapán con crema, y de las llamadas puches, gachas de harina mezcladas con chocolate.
España es un país rico en cultura, y en diferentes partes del territorio se tienen varias maneras tradiciones para honrar a los que ya no están.
En Murcia existe la figura de los auroros de la huerta, que acuden a cantar al cementerio para honrar a sus familiares fallecidos.
En Euskadi se iluminan los sepulcros durante una misa mayor con las llamadas argizaiolak, unas velas enroscadas en una pieza de madera.
En Trasmoz (Zaragoza) se ilumina el camino al cementerio con linternas fabricadas con calabazas y se cantan ovaciones a las ánimas mientras tiene lugar una procesión encabezada por la bruja del año.
En el interior de Galicia y en el limítrofe Bierzo, tienen lugar reuniones para asar las castañas en hogueras que permanecen encendidas toda la noche.
Estas celebraciones son comunes también por las serranías salmantinas, canarias y malagueñas (donde la llaman tostoná y se dice que se salva un alma por cada castaña comida)
Para tales celebraciones, de acuerdo con un ancestral derecho comunitario, las castañas se pueden recoger libremente en cualquier finca. En 2005, se produjo un curioso mestizaje cultural en Maro (Málaga), donde una asociación juvenil representó una procesión de ánimas, en una recuperada fiesta de la castaña y el boniato, que se reparten asados.En tiempos, no se concebía en España una fiesta de Todos los Santos sin una representación de Don Juan Tenorio, el sevillano que desafiaba a la muerte en toda ciudad o villa que se preciara.
Actualmente, en numerosas ciudades y pueblos españoles comienza a ser común que los niños y niñas se disfracen y recorran las casas pidiendo golosinas.
El día de Todos Los SantosLa llamada festividad de los difuntos o Día de Todos los Santos es una tradición celta.
Hasta el siglo IX la Iglesia se limitaba a celebrar en primavera festejos a la Virgen, los apóstoles, los mártires y los caídos.
Sería en el 835 cuando el Papa Gregorio IV trasladase la festividad a noviembre y la generalizara para todo el orbe cristiano, aunque fue el emperador Ludovico Pío (814-840) quien decidió congregar todas las fiestas de recuerdo en un solo día, honrándolas con religioso culto.
En nuestros días, los festejos se reducen a la visita de familiares a cementerios para depositar junto a las tumbas una ofrenda floral. Además, la gastronomía permite disfrutar de los llamados Huesos de Santo, un dulce de mazapán con crema, y de las llamadas puches, gachas de harina mezcladas con chocolate.
España es un país rico en cultura, y en diferentes partes del territorio se tienen varias maneras tradiciones para honrar a los que ya no están.
En Murcia existe la figura de los auroros de la huerta, que acuden a cantar al cementerio para honrar a sus familiares fallecidos.
En Euskadi se iluminan los sepulcros durante una misa mayor con las llamadas argizaiolak, unas velas enroscadas en una pieza de madera.
En Trasmoz (Zaragoza) se ilumina el camino al cementerio con linternas fabricadas con calabazas y se cantan ovaciones a las ánimas mientras tiene lugar una procesión encabezada por la bruja del año.
En el interior de Galicia y en el limítrofe Bierzo, tienen lugar reuniones para asar las castañas en hogueras que permanecen encendidas toda la noche.
Estas celebraciones son comunes también por las serranías salmantinas, canarias y malagueñas (donde la llaman tostoná y se dice que se salva un alma por cada castaña comida)
Para tales celebraciones, de acuerdo con un ancestral derecho comunitario, las castañas se pueden recoger libremente en cualquier finca. En 2005, se produjo un curioso mestizaje cultural en Maro (Málaga), donde una asociación juvenil representó una procesión de ánimas, en una recuperada fiesta de la castaña y el boniato, que se reparten asados.En tiempos, no se concebía en España una fiesta de Todos los Santos sin una representación de Don Juan Tenorio, el sevillano que desafiaba a la muerte en toda ciudad o villa que se preciara.
Actualmente, en numerosas ciudades y pueblos españoles comienza a ser común que los niños y niñas se disfracen y recorran las casas pidiendo golosinas.
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