Re: Lo lei por ahi....
"En Toledo, en la plaza Zocodober, se juzgaba a una mujer. Era la judía Noemí, la
antigua amante del rey Alfonso VIII, el Bueno.
El tribunal la había considerado culpable de adulterio y había acordado que la pena fuera la lapidación en medio de la plaza.
La condena se ejecutaría de inmediato.
Los hermosos ojos verdes de la
desdichada dejaban entrever dos lágrimas. Todavía tenía los vestidos rasgados y las
heridas de las continuas violaciones de la soldadesca.
Su condena también suponía la ruina de su familia.
Su belleza, sed de poder y dinero la había llevado a la perdición.
Los alguaciles situaron a la joven judía en medio de la plaza.
Iba cubierta por unsencillo vestido de seda. El populacho la rodeaba. Su serena belleza…, su juventud…
Al principio nadie se atrevía a agredir a una mujer tan hermosa, pero alguien tiró la
primera piedra.
Detrás de esta otra y otra. Al final todos los congregados
intervinieron en el macabro espectáculo.
Era una forma de saciar su envidia, sus frustrantes expectativas, la amargura de su vida.
La judía recibió la primera piedra con estoicismo, altanera y desafiante.
La segunda piedra le provocó una herida que tiñó todo el vestido de sangre. Al
final un aluvión de piedras la hicieron caer al suelo.
La doncella intentó levantarse, pero no pudo.
Las heridas y las nuevas pedradas la
debilitaron.
El populacho cuanto más vulnerable la veía más se excitaba.
Le tirabanmás piedras y con más brío. Al final la muchacha expiró en medio de las pedradas y
de los aplausos de la muchedumbre."
("La ciudad de las tres catedrales" Jordi Verdaguer Vialasibill)
"En Toledo, en la plaza Zocodober, se juzgaba a una mujer. Era la judía Noemí, la
antigua amante del rey Alfonso VIII, el Bueno.
El tribunal la había considerado culpable de adulterio y había acordado que la pena fuera la lapidación en medio de la plaza.
La condena se ejecutaría de inmediato.
Los hermosos ojos verdes de la
desdichada dejaban entrever dos lágrimas. Todavía tenía los vestidos rasgados y las
heridas de las continuas violaciones de la soldadesca.
Su condena también suponía la ruina de su familia.
Su belleza, sed de poder y dinero la había llevado a la perdición.
Los alguaciles situaron a la joven judía en medio de la plaza.
Iba cubierta por unsencillo vestido de seda. El populacho la rodeaba. Su serena belleza…, su juventud…
Al principio nadie se atrevía a agredir a una mujer tan hermosa, pero alguien tiró la
primera piedra.
Detrás de esta otra y otra. Al final todos los congregados
intervinieron en el macabro espectáculo.
Era una forma de saciar su envidia, sus frustrantes expectativas, la amargura de su vida.
La judía recibió la primera piedra con estoicismo, altanera y desafiante.
La segunda piedra le provocó una herida que tiñó todo el vestido de sangre. Al
final un aluvión de piedras la hicieron caer al suelo.
La doncella intentó levantarse, pero no pudo.
Las heridas y las nuevas pedradas la
debilitaron.
El populacho cuanto más vulnerable la veía más se excitaba.
Le tirabanmás piedras y con más brío. Al final la muchacha expiró en medio de las pedradas y
de los aplausos de la muchedumbre."
("La ciudad de las tres catedrales" Jordi Verdaguer Vialasibill)
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