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EL DON DE LA VISTA
NO SOLO LO QUE EXISTE MATERIALMENTE LO PUEDEMOS VER
El mundo nos parece maravilloso con sus exuberantes coloridos y casi sin darnos cuenta, en realidad se trata de objetos y cosas y hasta fenómenos, que en forma óptica percibimos en su tercera dimensión y que tienen su nombre usando un sustantivo.
Pero hay un mundo mucho más amplio, que es totalmente distinto, y que apela no solo a la facultad de ver con nuestros ojos abiertos, ya que igualmente podemos percibir a través de otros sentidos, que tiene el hombre, como lo es el oído, el olfato, el tacto y el sabor. Esos, juntos con la vista, son los cinco sentidos normales de cada hombre, aunque también, y sobre todo las mujeres, tenemos un sexto sentido, y que es la intuición.
El ser humano está dotado en forma maravillosa de facultades que no solo son instintos involuntarios del tan complejo cuerpo y podemos tener un sinnúmero de sensaciones, tales como la alegría, la felicidad, la simpatía, la afinidad, la compatibilidad la amistad y el amor, pero igualmente la antipatía, la aversión y el odio. Pero también existen los hábitos un tanto aprendidos en la vida, como el espíritu del ahorro y previsión, y también la avaricia y la codicia y el ansia del poder.
Pero en nuestro maravilloso cerebro existe también el poder de razonar con impactante lógico, de acuerdo con la cual, si perdimos algo, no solamente lo podemos encontrarlos con la vista, sino que empleando la memoria para analizar dónde y cuándo lo perdimos. La consecuencia lógica será, la de regresar no solo en el tiempo, sino también en el espacio, y a lo mejor recuperar lo perdido.
Eso se llama no buscar con los ojos o la vista, sino con la memoria.
Una significativa anécdota nos cuenta, que un miope no pudo encontrar sus lentes para leer, y al no hallarlos por ninguna parte razonó, que si no los VEIA por ningún la lado, luego VEIA, y así se dio cuenta de que los TRAIA PUESTOS.
Todo lo anterior no lo podemos VER con los ojos, pero si podemos “ver” las consecuencias de tales actitudes.
Aunque sobre cada uno de los fenómenos intangibles antes mencionados se podrían escribir libros enteros, el conjuntos de estos fenómenos cabrían en el concepto del CARÁCTER Y DEL ALMA individual de cada uno.
En realidad estamos tan acostumbrados a nuestra capacidad de ver, que este verbo lo usamos con una frecuencia increíble tanto en una despedida, al decir “nos vemos”, y como si fuéramos visionarios del futuro al decir “voy a ver si puedo” o también la frase “por lo visto, aún no aprendiste nada” y expresiones similares.
Sin embargo, cuando en verdad carecemos de cualquier facultad “normal”, ya sea por un accidente o de nacimiento o por una enfermedad, en compensación de eso, nuestro organismo reacciona en forma equilibrante, al agudizar más otras facultades...y sobre todo también la memoria y el sentido común de la lógica.
Resulta, que para los invidentes, por ejemplo, el sentido auditivo es mucho más potente, y también el sentido del tacto con los dedos de la mano le revela al “ciego” no solo la cercanía de un obstáculo o de una persona, sino que también “puede ver con las manos” al tocar algo y reconocerlo posteriormente. Tiene pues el invidente una memoria admirable en la yema de los dedos.
Con sobrada razón, hoy en día a las personas que carecen de una o varias de esas facultades, la sociedad les da el nombre de
“PERSONAS DE CAPACIDADES DIFERENTES”
NO SOLO LO QUE EXISTE MATERIALMENTE LO PUEDEMOS VER
El mundo nos parece maravilloso con sus exuberantes coloridos y casi sin darnos cuenta, en realidad se trata de objetos y cosas y hasta fenómenos, que en forma óptica percibimos en su tercera dimensión y que tienen su nombre usando un sustantivo.
Pero hay un mundo mucho más amplio, que es totalmente distinto, y que apela no solo a la facultad de ver con nuestros ojos abiertos, ya que igualmente podemos percibir a través de otros sentidos, que tiene el hombre, como lo es el oído, el olfato, el tacto y el sabor. Esos, juntos con la vista, son los cinco sentidos normales de cada hombre, aunque también, y sobre todo las mujeres, tenemos un sexto sentido, y que es la intuición.
El ser humano está dotado en forma maravillosa de facultades que no solo son instintos involuntarios del tan complejo cuerpo y podemos tener un sinnúmero de sensaciones, tales como la alegría, la felicidad, la simpatía, la afinidad, la compatibilidad la amistad y el amor, pero igualmente la antipatía, la aversión y el odio. Pero también existen los hábitos un tanto aprendidos en la vida, como el espíritu del ahorro y previsión, y también la avaricia y la codicia y el ansia del poder.
Pero en nuestro maravilloso cerebro existe también el poder de razonar con impactante lógico, de acuerdo con la cual, si perdimos algo, no solamente lo podemos encontrarlos con la vista, sino que empleando la memoria para analizar dónde y cuándo lo perdimos. La consecuencia lógica será, la de regresar no solo en el tiempo, sino también en el espacio, y a lo mejor recuperar lo perdido.
Eso se llama no buscar con los ojos o la vista, sino con la memoria.
Una significativa anécdota nos cuenta, que un miope no pudo encontrar sus lentes para leer, y al no hallarlos por ninguna parte razonó, que si no los VEIA por ningún la lado, luego VEIA, y así se dio cuenta de que los TRAIA PUESTOS.
Todo lo anterior no lo podemos VER con los ojos, pero si podemos “ver” las consecuencias de tales actitudes.
Aunque sobre cada uno de los fenómenos intangibles antes mencionados se podrían escribir libros enteros, el conjuntos de estos fenómenos cabrían en el concepto del CARÁCTER Y DEL ALMA individual de cada uno.
En realidad estamos tan acostumbrados a nuestra capacidad de ver, que este verbo lo usamos con una frecuencia increíble tanto en una despedida, al decir “nos vemos”, y como si fuéramos visionarios del futuro al decir “voy a ver si puedo” o también la frase “por lo visto, aún no aprendiste nada” y expresiones similares.
Sin embargo, cuando en verdad carecemos de cualquier facultad “normal”, ya sea por un accidente o de nacimiento o por una enfermedad, en compensación de eso, nuestro organismo reacciona en forma equilibrante, al agudizar más otras facultades...y sobre todo también la memoria y el sentido común de la lógica.
Resulta, que para los invidentes, por ejemplo, el sentido auditivo es mucho más potente, y también el sentido del tacto con los dedos de la mano le revela al “ciego” no solo la cercanía de un obstáculo o de una persona, sino que también “puede ver con las manos” al tocar algo y reconocerlo posteriormente. Tiene pues el invidente una memoria admirable en la yema de los dedos.
Con sobrada razón, hoy en día a las personas que carecen de una o varias de esas facultades, la sociedad les da el nombre de
“PERSONAS DE CAPACIDADES DIFERENTES”
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