En la pastorela de la vida, el PRD y la siniestra mexicana han optado por ser el demonio de la representación,
si el ángel dice si a la vida, ellos apoyan el aborto y la eutanasia,
a lo natural, ellos fomentan las conductas antinatura,
ante la transparencia ocultan los contratos de MALO de cualquier revisión,
a la libertad de expresión, el cállate chachalaca,
a la armonía la violencia, para la convivencia tienen la intolerancia,
ante la armonía en la vida común privilegian la lucha de clases,
si la propuesta es el trabajo productivo, la de ellos es que el estado los mantenga,
ante el acuerdo, la imposición,
delante de la democracia, la dictadura,
al respeto el insulto y la denostaciòn del que no este de acuerdo,
ante la honestidad, la corrupción,
contra el amor el odio que siembran y que llevan dentro como máximo motor.
Y ahí van por el mundo como la sombra de lo bien nacido, como antítesis del bien, de la superación, del trabajo en conjunto y en el altar le rinden culto a la pobreza y en esa misma ara sacrifican los esfuerzos por la productividad, no en balde son los herederos ideológicos de los restos que aún quedan del marxismo, añoran los tiempos en que Lenin, Estalin y Mao purgaron a sus respectivos países de quienes no estaban de acuerdo con ellos y ahí dejan datos oficiales de 180 millones de seres indefensos que perdieron la vida por no estar de acuerdo con su ideología, el estado matando a sus representados.
Su verborrea y su discurso del odio envenenan nuestra juventud y nos pone en la antesala de una guerra fratricida.
Su fanatismo los lleva a los extremos de permitirse todo con tal de redimir sus causas.
Para quienes los conocemos no nos extrañas sus disputas y porquerías, ellos son los Mesías y sus ideales les permiten todas las fechorías posibles.
Es el México profundo, el que se formó de un marxismo que nunca superó al despojo de los “ricos” por los líderes de los “pobres”, el de la dictadura del proletariado que solo se expresó por la dictadura de la clase “revolucionaria” que saqueó al país una y otra vez desde Venustiano Carranza (carrancear) hasta Carlos Salinas.
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si el ángel dice si a la vida, ellos apoyan el aborto y la eutanasia,
a lo natural, ellos fomentan las conductas antinatura,
ante la transparencia ocultan los contratos de MALO de cualquier revisión,
a la libertad de expresión, el cállate chachalaca,
a la armonía la violencia, para la convivencia tienen la intolerancia,
ante la armonía en la vida común privilegian la lucha de clases,
si la propuesta es el trabajo productivo, la de ellos es que el estado los mantenga,
ante el acuerdo, la imposición,
delante de la democracia, la dictadura,
al respeto el insulto y la denostaciòn del que no este de acuerdo,
ante la honestidad, la corrupción,
contra el amor el odio que siembran y que llevan dentro como máximo motor.
Y ahí van por el mundo como la sombra de lo bien nacido, como antítesis del bien, de la superación, del trabajo en conjunto y en el altar le rinden culto a la pobreza y en esa misma ara sacrifican los esfuerzos por la productividad, no en balde son los herederos ideológicos de los restos que aún quedan del marxismo, añoran los tiempos en que Lenin, Estalin y Mao purgaron a sus respectivos países de quienes no estaban de acuerdo con ellos y ahí dejan datos oficiales de 180 millones de seres indefensos que perdieron la vida por no estar de acuerdo con su ideología, el estado matando a sus representados.
Su verborrea y su discurso del odio envenenan nuestra juventud y nos pone en la antesala de una guerra fratricida.
Su fanatismo los lleva a los extremos de permitirse todo con tal de redimir sus causas.
Para quienes los conocemos no nos extrañas sus disputas y porquerías, ellos son los Mesías y sus ideales les permiten todas las fechorías posibles.
Es el México profundo, el que se formó de un marxismo que nunca superó al despojo de los “ricos” por los líderes de los “pobres”, el de la dictadura del proletariado que solo se expresó por la dictadura de la clase “revolucionaria” que saqueó al país una y otra vez desde Venustiano Carranza (carrancear) hasta Carlos Salinas.
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