Lo que yo hubiera querido escribir...
Ricardo Alemán
Itinerario Político
15 de junio de 2010
Calderón y el día más violento
Está en la historia el 11 de junio de 2010. No hay causa efecto en crímenes y el viaje de Calderón
El 11 de junio del año 2010 ya está en la historia mexicana. Pero no porque el presidente Calderón decidiera acudir al juego inaugural de la Copa del Mundo en Sudáfrica, y menos por el buen resultado de la oncena mexicana, que más bien decepcionó.
Pero además porque Chihuahua y Tamaulipas son dos estados del país que compiten por el nada recomendable honor de ser las entidades más violentas y con el mayor número de personas muertas a causa de las peleas entre narcotraficantes y criminales. ¿Qué calidad tendrán las elecciones para renovar los gobiernos estatales en Chihuahua y Tamaulipas? Eso lo veremos luego de la elección. Por lo pronto es claro que la sociedad de Chihuahua y Tamaulipas tiene en el PRI la mejor imagen de gobierno a pesar de los elevados niveles de violencia.
Sería descabellado suponer que existe una relación de causa-efecto entre el viaje presidencial a la inauguración del campeonato de futbol y el día del sexenio con más ejecuciones —algunos medios dieron 70 muertos y otros 85—, ya que en Chihuahua y Tamaulipas las ejecuciones son frecuentes.
Lo que no es descabellado es calificar como penosa la reacción del gobierno ante esos niveles de violencia, verdaderas masacres que quitaron la vida a por ahí de 80 personas.
Y es que resultó ridículo, por decirlo con suavidad, que el presidente Felipe Calderón condenara las masacres de Chihuahua y Tamaulipas desde Sudáfrica, lo que de suyo deja ver una ausencia de gobierno que preocupa.
Cuando aquí argumentamos que “el horno no está para bollos” en cuanto al viaje del presidente Calderón a Sudáfrica, la respuesta de no pocos fue que asumíamos una posición “aldeana”.
En muchos casos, se dijo que no existía ningún problema si el Presidente se ausentaba para acudir a la inauguración del Mundial.
Pero nada dijeron sobre lo ridículo que resultó que el Presidente condenara las masacres de Chihuahua y Tamaulipas desde Sudáfrica.
Sin embargo, el presidente Calderón ni siquiera fue mencionado en la ceremonia inaugural, su presencia pasó de noche y, peor aún, desde la Secretaría de Relaciones Exteriores se intentó engañar a los mexicanos con un supuesto viaje de trabajo.
Lo cierto es que la fiebre del futbol parece haber atrapado a todos por igual, desde autoridades hasta la sociedad en general, ya que a pesar de lo gravísimo de dos masacres como las ocurridas en esas entidades, el tema ha sido olvidado. ¿Quién se acuerda hoy —salvo EL UNIVERSAL, que le ha dado seguimiento— de los jóvenes asesinados, de sus familias y de la persecución de los criminales?
Pero lo más grave parece estar en el imaginario colectivo, tanto de autoridades como de ciudadanos en general.
Y es que lo peor que nos podría pasar sería que viéramos como un hecho cotidiano las masacres, que nos acostumbremos a verlas como una estadística más y que a partir de ese desdén de ciudadanos y gobiernos se conviertan en hecho cotidiano.
Y no intentamos cuestionar la fiesta del futbol, que a querer o no es una fiesta colectiva, una saludable pausa en la vida cotidiana y hasta en la tragedia. No se trata de escandalizarse porque el Presidente se va al juego inaugural o porque todos o casi todos estemos metidos en el futbol. No, simple y sencillamente hablamos del riesgo de perder los llamados “anticuerpos sociales” ante los poderes fácticos y la ausencia de gobierno.
Por eso no podemos aceptar, como sociedad, condenas de esos crímenes venidas del otro lado del mundo, aunque sean del presidente Calderón.
.http://www.eluniversal.com.mx/columnas/84416.html
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Ricardo Alemán
Itinerario Político
15 de junio de 2010
Calderón y el día más violento
Está en la historia el 11 de junio de 2010. No hay causa efecto en crímenes y el viaje de Calderón
El 11 de junio del año 2010 ya está en la historia mexicana. Pero no porque el presidente Calderón decidiera acudir al juego inaugural de la Copa del Mundo en Sudáfrica, y menos por el buen resultado de la oncena mexicana, que más bien decepcionó.
Pero además porque Chihuahua y Tamaulipas son dos estados del país que compiten por el nada recomendable honor de ser las entidades más violentas y con el mayor número de personas muertas a causa de las peleas entre narcotraficantes y criminales. ¿Qué calidad tendrán las elecciones para renovar los gobiernos estatales en Chihuahua y Tamaulipas? Eso lo veremos luego de la elección. Por lo pronto es claro que la sociedad de Chihuahua y Tamaulipas tiene en el PRI la mejor imagen de gobierno a pesar de los elevados niveles de violencia.
Sería descabellado suponer que existe una relación de causa-efecto entre el viaje presidencial a la inauguración del campeonato de futbol y el día del sexenio con más ejecuciones —algunos medios dieron 70 muertos y otros 85—, ya que en Chihuahua y Tamaulipas las ejecuciones son frecuentes.
Lo que no es descabellado es calificar como penosa la reacción del gobierno ante esos niveles de violencia, verdaderas masacres que quitaron la vida a por ahí de 80 personas.
Y es que resultó ridículo, por decirlo con suavidad, que el presidente Felipe Calderón condenara las masacres de Chihuahua y Tamaulipas desde Sudáfrica, lo que de suyo deja ver una ausencia de gobierno que preocupa.
Cuando aquí argumentamos que “el horno no está para bollos” en cuanto al viaje del presidente Calderón a Sudáfrica, la respuesta de no pocos fue que asumíamos una posición “aldeana”.
En muchos casos, se dijo que no existía ningún problema si el Presidente se ausentaba para acudir a la inauguración del Mundial.
Pero nada dijeron sobre lo ridículo que resultó que el Presidente condenara las masacres de Chihuahua y Tamaulipas desde Sudáfrica.
Sin embargo, el presidente Calderón ni siquiera fue mencionado en la ceremonia inaugural, su presencia pasó de noche y, peor aún, desde la Secretaría de Relaciones Exteriores se intentó engañar a los mexicanos con un supuesto viaje de trabajo.
Lo cierto es que la fiebre del futbol parece haber atrapado a todos por igual, desde autoridades hasta la sociedad en general, ya que a pesar de lo gravísimo de dos masacres como las ocurridas en esas entidades, el tema ha sido olvidado. ¿Quién se acuerda hoy —salvo EL UNIVERSAL, que le ha dado seguimiento— de los jóvenes asesinados, de sus familias y de la persecución de los criminales?
Pero lo más grave parece estar en el imaginario colectivo, tanto de autoridades como de ciudadanos en general.
Y es que lo peor que nos podría pasar sería que viéramos como un hecho cotidiano las masacres, que nos acostumbremos a verlas como una estadística más y que a partir de ese desdén de ciudadanos y gobiernos se conviertan en hecho cotidiano.
Y no intentamos cuestionar la fiesta del futbol, que a querer o no es una fiesta colectiva, una saludable pausa en la vida cotidiana y hasta en la tragedia. No se trata de escandalizarse porque el Presidente se va al juego inaugural o porque todos o casi todos estemos metidos en el futbol. No, simple y sencillamente hablamos del riesgo de perder los llamados “anticuerpos sociales” ante los poderes fácticos y la ausencia de gobierno.
Por eso no podemos aceptar, como sociedad, condenas de esos crímenes venidas del otro lado del mundo, aunque sean del presidente Calderón.
.http://www.eluniversal.com.mx/columnas/84416.html
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