5 julio 2010
Parto, canibalismo y atropello a la población por Frankensteins sociales
Escrito por Angel Pujalte
“Brutal lucha de poder por territorios presupuestales, creación de burocracias y arbitrariedades que exhiben a nuestra clase política”
Esta en curso una conspiración entre Frankensteins sociales para arrebatar territorios presupuestales, crear nuevos y ampliar el ámbito de poder. En uno de tantos casos que exhibe la asociación de “políticos”, burocracias, ingenuos y “Tartufos”, que retrotraen al país a las cavernas.
El fin es incrementar la acaparación de recursos e instrumentos sociales, para avanzar en la competencia entre depredadores sociales. El medio es un ataque orquestado de gavillas especializadas en la que cada una cumple una función específica y obtiene su parte del botín. En una exhibición de capacidad para planear y organizar asaltos a la sociedad, con hechos que contradicen el discurso y el objeto patente, que en todo caso es buscar el bienestar y prosperidad de la población.
Un “político” con pretensiones presidenciales, encabeza a sicarios sociales encubiertos en burocracias monopólicas y parasitarias, a cocineros y vendedores de indulgencias. El jefe de gobierno, SEDUVI, PC y otras. Como “cocineros” la mayoría en la Asamblea Legislativa y como sacerdotes para “santificar” la artimaña: “tartufos” de Institutos de Ingeniería.
La maniobra ilustra en forma nítida problemas crónicos de fondo en el comportamiento de nuestros “políticos”. Que acostumbran secuestrar sin pudor el desarrollo nacional, nuestra democracia, la ideología política que utilizan como franquicia y enarbolan como bandera e instituciones públicas que usufructúan como botín. Pregonan ser demócratas e izquierdistas, sin importarles las consecuencias que sus perversiones y abusos acarrean a la población.
La CFE publicó desde 1952 un estudio minucioso elaborado por los ingenieros Fernando Hiriart, Raúl J. Marsal, Gerardo Cruickshank y Fernando Rey en el que alertaron sobre los problemas de población y agua en la Cuenca de México.
Después de los sismos de 1985, miembros de El Colegio Nacional analizaron la situación de la Cuenca de México, que consideraron “ya verdaderamente crítica”. Avisaron de los problemas de agua, población, ecología biológica, ecología química, economía, geotecnia, entre otros y plasmaron sus alertas en el libro Problemas de la Cuenca de México, en un encomiable esfuerzo para valorar la crisis poblacional, económica, urbana y social de esta zona del país. Determinaron que la “concentración, que desde la década de 1940 polarizó la vida del país, consecuencia de un modelo de desarrollo amenaza con la destrucción de la totalidad nacional”. (El modelo, aún vigente, es la concentración de poder político y económico en la Cuenca) (…) “En una presentación que más que un ejercicio intelectual valioso, se erige en un llamado a quienes deban sumarse (los políticos), para que en una demostración de responsabilidad, emprendan acciones que liberen al país del desastre que se vislumbra (…) de todo el país”.
En ese mismo libro, el ingeniero Carlos Ramírez Sama aclaró que la Cuenca solo tiene capacidad para sustentar a una “población de 8.45 millones de personas y que esta cifra, que nunca debió ser rebasada, se alcanzo en 1964”.
Veinticinco años después de ese último intento serio padecemos un acostumbramiento a los problemas de desarrollo que estos honestos visionarios previeron y el descabellado modelo político fortalecido sigue sirviendo para incrementar y agravar los problemas denunciados desde 1952. A partir de 1964 como apuntó el ingeniero Ramírez Sama, se agotaron los recursos de la Cuenca, por lo que se comenzó a montar más infraestructura que la disponibilidad de recursos y más estructura que la disponibilidad de infraestructura. Lo que no genera desarrollo, sino implosión. Lo que ha logrado que la Cuenca se constituya como hoyo negro de la República Mexicana. Todo el país no se podrá levantar mientras persistan los desequilibrios físicos en la Cuenca de México.
El Universal publicó el viernes 2 de julio un artículo titulado “Ciudad de México, primer lugar mundial en caos vial”, que reporta los resultados de un estudio de IBM entre 8 mil 192 automovilistas de 20 ciudades. Resultando la Ciudad de México la peor en cuanto a trasporte urbano se refiere, después de Pekín y Johannesburgo. En el que 22 % en la Ciudad de México tarda más de una hora diaria en trasladarse al trabajo.
“Ciudades como Pekín y México tienen trayectos muy largos y el viaje es incierto, un día puede tardar 45 minutos y al siguiente dos horas”. 65 % respondió que el viaje les estresaba, enfadaba y reducía su tiempo de sueño y el que pasan con la familia y 29 % indicó que el tráfico repercutía negativamente en su rendimiento laboral o escolar.
Pero estos son los automovilistas. Muchos de los habitantes que se trasladan en transporte público tardan cuatro horas promedio por viaje. Y por supuesto que desploma su calidad de vida a niveles de agónica sobrevivencia. Pero nada de estas realidades preocupa a nuestros “dioses griegos”, que los consideran gleba y manipulan con desplantes patéticos. Y vean si no.
La Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI) es la dependencia del Gobierno del Distrito Federal responsable de generar, implementar y regular, las normas, políticas y estrategias que garanticen el desarrollo urbano sustentable (¿¡!?). (¿Sustentable, La Cuenca agónica y moribunda, que ya no tiene esperanza?)(En el documento sigue la perorata de incongruencias grandilocuentes e imágenes deseables similares, que solo se le pueden ocurrir a un “político” y creer gente muy ingenua). SEDUVI no atiende la sustentabilidad sino el contacto con la mafia de desarrolladores inmobiliarios.
Un contrafuerte para el alebrije que es SEDUVI nace a partir de la declaración del “desfase de los instrumentos de planeación en el Distrito Federal” y la importancia de “contar con un marco de planeación que de certeza jurídica y permita una gestión transparente en materia de desarrollo urbano y ordenamiento territorial”… En este contexto, y a fin de actualizar el Programa de Desarrollo Urbano del Distrito Federal, el gobierno capitalino el 4 de julio de 2008 puso en marcha el Consejo para el Desarrollo Urbano Sustentable de la Ciudad de México (CONDUCE), con la “misión y objeto de definir las acciones a realizar en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda” (SEDUVI).
Confabulación de la que resultó “un proyecto de Programa General de Desarrollo Urbano del DF (PGDUDF) que constituye (OJO) un ejercicio colectivo de participación ciudadana desde el cual se promovió la reflexión, deliberación y formulación de propuestas de alrededor de 354 organizaciones e instituciones, más de 30 equipos de “expertos” (que será esta forma de ignorantes) y más de 1000 ciudadanos aportando su punto de vista y propuestas para mejorar la calidad de vida en la capital del país. Una cosa es la razón e inteligencia y otra el número. La apuesta es al número y no a la inteligencia.[/SIZE]
Parto, canibalismo y atropello a la población por Frankensteins sociales
Escrito por Angel Pujalte
“Brutal lucha de poder por territorios presupuestales, creación de burocracias y arbitrariedades que exhiben a nuestra clase política”
Esta en curso una conspiración entre Frankensteins sociales para arrebatar territorios presupuestales, crear nuevos y ampliar el ámbito de poder. En uno de tantos casos que exhibe la asociación de “políticos”, burocracias, ingenuos y “Tartufos”, que retrotraen al país a las cavernas.
El fin es incrementar la acaparación de recursos e instrumentos sociales, para avanzar en la competencia entre depredadores sociales. El medio es un ataque orquestado de gavillas especializadas en la que cada una cumple una función específica y obtiene su parte del botín. En una exhibición de capacidad para planear y organizar asaltos a la sociedad, con hechos que contradicen el discurso y el objeto patente, que en todo caso es buscar el bienestar y prosperidad de la población.
Un “político” con pretensiones presidenciales, encabeza a sicarios sociales encubiertos en burocracias monopólicas y parasitarias, a cocineros y vendedores de indulgencias. El jefe de gobierno, SEDUVI, PC y otras. Como “cocineros” la mayoría en la Asamblea Legislativa y como sacerdotes para “santificar” la artimaña: “tartufos” de Institutos de Ingeniería.
La maniobra ilustra en forma nítida problemas crónicos de fondo en el comportamiento de nuestros “políticos”. Que acostumbran secuestrar sin pudor el desarrollo nacional, nuestra democracia, la ideología política que utilizan como franquicia y enarbolan como bandera e instituciones públicas que usufructúan como botín. Pregonan ser demócratas e izquierdistas, sin importarles las consecuencias que sus perversiones y abusos acarrean a la población.
La CFE publicó desde 1952 un estudio minucioso elaborado por los ingenieros Fernando Hiriart, Raúl J. Marsal, Gerardo Cruickshank y Fernando Rey en el que alertaron sobre los problemas de población y agua en la Cuenca de México.
Después de los sismos de 1985, miembros de El Colegio Nacional analizaron la situación de la Cuenca de México, que consideraron “ya verdaderamente crítica”. Avisaron de los problemas de agua, población, ecología biológica, ecología química, economía, geotecnia, entre otros y plasmaron sus alertas en el libro Problemas de la Cuenca de México, en un encomiable esfuerzo para valorar la crisis poblacional, económica, urbana y social de esta zona del país. Determinaron que la “concentración, que desde la década de 1940 polarizó la vida del país, consecuencia de un modelo de desarrollo amenaza con la destrucción de la totalidad nacional”. (El modelo, aún vigente, es la concentración de poder político y económico en la Cuenca) (…) “En una presentación que más que un ejercicio intelectual valioso, se erige en un llamado a quienes deban sumarse (los políticos), para que en una demostración de responsabilidad, emprendan acciones que liberen al país del desastre que se vislumbra (…) de todo el país”.
En ese mismo libro, el ingeniero Carlos Ramírez Sama aclaró que la Cuenca solo tiene capacidad para sustentar a una “población de 8.45 millones de personas y que esta cifra, que nunca debió ser rebasada, se alcanzo en 1964”.
Veinticinco años después de ese último intento serio padecemos un acostumbramiento a los problemas de desarrollo que estos honestos visionarios previeron y el descabellado modelo político fortalecido sigue sirviendo para incrementar y agravar los problemas denunciados desde 1952. A partir de 1964 como apuntó el ingeniero Ramírez Sama, se agotaron los recursos de la Cuenca, por lo que se comenzó a montar más infraestructura que la disponibilidad de recursos y más estructura que la disponibilidad de infraestructura. Lo que no genera desarrollo, sino implosión. Lo que ha logrado que la Cuenca se constituya como hoyo negro de la República Mexicana. Todo el país no se podrá levantar mientras persistan los desequilibrios físicos en la Cuenca de México.
El Universal publicó el viernes 2 de julio un artículo titulado “Ciudad de México, primer lugar mundial en caos vial”, que reporta los resultados de un estudio de IBM entre 8 mil 192 automovilistas de 20 ciudades. Resultando la Ciudad de México la peor en cuanto a trasporte urbano se refiere, después de Pekín y Johannesburgo. En el que 22 % en la Ciudad de México tarda más de una hora diaria en trasladarse al trabajo.
“Ciudades como Pekín y México tienen trayectos muy largos y el viaje es incierto, un día puede tardar 45 minutos y al siguiente dos horas”. 65 % respondió que el viaje les estresaba, enfadaba y reducía su tiempo de sueño y el que pasan con la familia y 29 % indicó que el tráfico repercutía negativamente en su rendimiento laboral o escolar.
Pero estos son los automovilistas. Muchos de los habitantes que se trasladan en transporte público tardan cuatro horas promedio por viaje. Y por supuesto que desploma su calidad de vida a niveles de agónica sobrevivencia. Pero nada de estas realidades preocupa a nuestros “dioses griegos”, que los consideran gleba y manipulan con desplantes patéticos. Y vean si no.
La Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI) es la dependencia del Gobierno del Distrito Federal responsable de generar, implementar y regular, las normas, políticas y estrategias que garanticen el desarrollo urbano sustentable (¿¡!?). (¿Sustentable, La Cuenca agónica y moribunda, que ya no tiene esperanza?)(En el documento sigue la perorata de incongruencias grandilocuentes e imágenes deseables similares, que solo se le pueden ocurrir a un “político” y creer gente muy ingenua). SEDUVI no atiende la sustentabilidad sino el contacto con la mafia de desarrolladores inmobiliarios.
Un contrafuerte para el alebrije que es SEDUVI nace a partir de la declaración del “desfase de los instrumentos de planeación en el Distrito Federal” y la importancia de “contar con un marco de planeación que de certeza jurídica y permita una gestión transparente en materia de desarrollo urbano y ordenamiento territorial”… En este contexto, y a fin de actualizar el Programa de Desarrollo Urbano del Distrito Federal, el gobierno capitalino el 4 de julio de 2008 puso en marcha el Consejo para el Desarrollo Urbano Sustentable de la Ciudad de México (CONDUCE), con la “misión y objeto de definir las acciones a realizar en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda” (SEDUVI).
Confabulación de la que resultó “un proyecto de Programa General de Desarrollo Urbano del DF (PGDUDF) que constituye (OJO) un ejercicio colectivo de participación ciudadana desde el cual se promovió la reflexión, deliberación y formulación de propuestas de alrededor de 354 organizaciones e instituciones, más de 30 equipos de “expertos” (que será esta forma de ignorantes) y más de 1000 ciudadanos aportando su punto de vista y propuestas para mejorar la calidad de vida en la capital del país. Una cosa es la razón e inteligencia y otra el número. La apuesta es al número y no a la inteligencia.[/SIZE]
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