Leído en un periódico de Coppel.
"A todos nos da coraje cuando se promulgan leyes, como la SB 1070 de Arizona, que discrimina a los meicanos. Es justo y necesario que protestemos. Si bien los estadounidenses tienen derecho a establecer sus leyes, su propia constitución prohíbe que discriminen a alguien por su color de piel o por su origen étnico.
Pero los mexicanos debemos estar concientes que nosotros también somos culpables de las mismas faltas o de otras peores. Las leyes mexicanas de migración son mucho más restrictivas que las de Estados Unidos. Una de las consecuencias es que mientras el 12.6% de la población estadounidense nació en el extranjero, sólo el 0.5 de los recidentes en México provienen del exterior.
En México tratamos muy mal a los extranjeros. Esto lo pueden atestiguar los campesinos gualtemaltecos que llegan a trabajar a Chiapas o los centroamericanos que tratan de atravesar el país para llegar a la frontera con los estadounidenses o las bailarinas de Europa oriental que quieren laborar en México. Los extranjeros indocumentados descubiertos en nuestro país son internados en verdaderas cárceles migratorias, como si hubieran cometido un delito, y se les expulsa de México al igual que se hace con los mexicanos en Estados Unidos.
Los mexicanos ya deberíamos dejar de quejarnos de las decisiones soberanas de los estadounidenses sobre su política migratoria. Debemos más bienempezar a tomar las medidas que nos permitirían aumentar las inversiones en nuestro país para crear aquí los empleos que nuestros compatriotas van a buscar a la Unión Americana.
Perolos mexicanos y particularmente los políticos mexicanos, son muy curioso. Exigen respeto a los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, pero sin dar ese mejor trato a los extranjeros en México. Cuestionan las leyes migratorias de Estados Unidos, pero sin tomar medidas para crear más empleo en nuestro país."
*POR SERGIO SARMIENTO
"A todos nos da coraje cuando se promulgan leyes, como la SB 1070 de Arizona, que discrimina a los meicanos. Es justo y necesario que protestemos. Si bien los estadounidenses tienen derecho a establecer sus leyes, su propia constitución prohíbe que discriminen a alguien por su color de piel o por su origen étnico.
Pero los mexicanos debemos estar concientes que nosotros también somos culpables de las mismas faltas o de otras peores. Las leyes mexicanas de migración son mucho más restrictivas que las de Estados Unidos. Una de las consecuencias es que mientras el 12.6% de la población estadounidense nació en el extranjero, sólo el 0.5 de los recidentes en México provienen del exterior.
En México tratamos muy mal a los extranjeros. Esto lo pueden atestiguar los campesinos gualtemaltecos que llegan a trabajar a Chiapas o los centroamericanos que tratan de atravesar el país para llegar a la frontera con los estadounidenses o las bailarinas de Europa oriental que quieren laborar en México. Los extranjeros indocumentados descubiertos en nuestro país son internados en verdaderas cárceles migratorias, como si hubieran cometido un delito, y se les expulsa de México al igual que se hace con los mexicanos en Estados Unidos.
Los mexicanos ya deberíamos dejar de quejarnos de las decisiones soberanas de los estadounidenses sobre su política migratoria. Debemos más bienempezar a tomar las medidas que nos permitirían aumentar las inversiones en nuestro país para crear aquí los empleos que nuestros compatriotas van a buscar a la Unión Americana.
Perolos mexicanos y particularmente los políticos mexicanos, son muy curioso. Exigen respeto a los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, pero sin dar ese mejor trato a los extranjeros en México. Cuestionan las leyes migratorias de Estados Unidos, pero sin tomar medidas para crear más empleo en nuestro país."
*POR SERGIO SARMIENTO
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