El día de ayer llamó poderosamente mi atención dos notas, la que se refería a lo que llaman patrimonio del Sindicato Mexicano de trabajadores, que alcanza la suma de 25 mil millones de pesos, y la de los bienes que posee, tan sólo en México la organización de Los Legionarios de Cristo, la cual se compone de 470 bienes en 22 entidades, manejando terrenos e inmuebles con 300 sociedades anónimas y grupos civiles.
El patrimonio del SME se entiende, es producto de las cuotas aportadas por cada uno de los sindicalizados a través de los años, y que ahora está solicitando el disidente Alejandro Muñoz, se distribuyan entre 44 mil trabajadores en receso, 22 mil jubilados y "mil socios comisionados" (empleados del propio sindicato), quienes recibirían 300 mil pesos por empleado.
Muy aparte de sus desviaciones sexuales, me parece que el padre Maciel fué un genio de las finanzas, claro que para ello contó con la complicidad de personajes de la política mexicana del mas alto nivel y también de las mas altas autoridades eclesiásticas. Por eso es que el actual Papa se apresuró a nombrar gente de su entera confianza para seguir recibiendo los beneficios del enorme negocio que significa Los Legionarios de Cristo. Lo que me pregunto es si esas 300 sociedades anónimas y grupos civiles, que obviamente se crearon para eludir impuestos, seguirán funcionando con ese fin y si la Secretaría de Hacienda seguirá solapándolos.
El patrimonio del SME se entiende, es producto de las cuotas aportadas por cada uno de los sindicalizados a través de los años, y que ahora está solicitando el disidente Alejandro Muñoz, se distribuyan entre 44 mil trabajadores en receso, 22 mil jubilados y "mil socios comisionados" (empleados del propio sindicato), quienes recibirían 300 mil pesos por empleado.
Muy aparte de sus desviaciones sexuales, me parece que el padre Maciel fué un genio de las finanzas, claro que para ello contó con la complicidad de personajes de la política mexicana del mas alto nivel y también de las mas altas autoridades eclesiásticas. Por eso es que el actual Papa se apresuró a nombrar gente de su entera confianza para seguir recibiendo los beneficios del enorme negocio que significa Los Legionarios de Cristo. Lo que me pregunto es si esas 300 sociedades anónimas y grupos civiles, que obviamente se crearon para eludir impuestos, seguirán funcionando con ese fin y si la Secretaría de Hacienda seguirá solapándolos.
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